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# Neuvillette #

....

— Estás embarazada.

Los ojos de Agatha se abrieron de uno en uno, creyendo que había escuchado mal, limpió su oido con su dedo meñique.

— ¿Qué..?

El dragón pyro puso los ojos en blanco, no le gustaba repetir las cosas dos veces, así que tuvo que tomar todo el aire que pudo para tragarse su irritación.

— Que estás embarazada.

Agatha lo miró aterrada, llevo ambas manos a su boca.

No, no. ¿Cómo es posible que haya sucedido esto? La última vez que tuvo eso fue hace solo quince días. ¡¿Cómo es posible que sucediera esto?!

Lo último que escucho Xbalanque fue un gruñido por parte de la chica antes de salir con rapidez hecha furia. Agatha abandono los dominios del Dragón Pyro, las personas la veían caminar con rapidez en dirección a uno de los puntos de teletransportación y en unos cuantos segundos ella desapareció.

Aether supuso que algo malo ocurría para que ella se fuera así, por lo que tuvo la intención de querer ir tras ella, pero al no saber a dónde fue decidió no hacerlo.

En Fontaine todo estaba tranquilo, el Gran Juez Supremo realizaba su trabajo con alegría. Desde que encontró a su pareja destinada, su cuerpo había tenido ligeros cambios dejando más expuesto su linaje como dragón. Por supuesto que los humanos no tardaron en notar estos cambios, incluso Furina los noto, porque el dragón se veía más feliz y los climas de Fontaine eran más alegres.

Muchos se preguntaron a qué se debía, la mayoría acertaba como otros solo tenían sus teorías. Neuvillette desde que encontró a su pareja y se unió a ella, no la presento ante el público para que no corriera peligro alguno. El dragón no entendía mucho a los humanos, por lo que el noviazgo y el matrimonio no lo comprendía muy bien, para él Agatha ya era su pareja.

Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no escucho cuando las puertas de su oficina fueron abiertas con fuerza por una furiosa Agatha, hasta que ella grito su nombre.

— ¡¡Neuvillette!!

El dragón de inmediato levantó la vista para verla, su alegre dragón interior se sintió completo en ese momento, sin embargo, cuando estaba a punto de levantarse para saludarla su instinto le dijo que se quedará en su lugar. Un olor peculiar llegó a sus fosas nasales, sin entender porqué, su instinto protector se activo. El dulce aroma lo atraía como si lo llamara, no tardó en darse cuenta que ese aroma dulce y cálido, provenía de su mujer.

— Agatha — la llamo. La mujer tenía una mirada furiosa, pero sus ojos brillaban con preocupación y tristeza, incluso miedo. Pudo sentía, ella de alguna manera se sentía perturbada y tenía miedo de algo, más no sabía de que.

— T-tu puntería...

El ludex la miró confuso sin entender.

— ¿Mi puntería?

Las mejillas de la chica se tiñeron de color carmesí, la vergüenza se estaba apoderando de ella. Agatha llevo una mano a su vientre y mordió su labio inferior, ahora se arrepentía de acceder a sus instintos de buscar al dragón.

La chica cerró sus ojos y gruñó para luego apuntarlo con el dedo acusador.

— ¡Tú! ¡Debes hacerte responsable!

Neuvillette frunció el ceño, no lograba entender a qué se refería.

— Agatha, habla claro. No lo entiendo.

Al ver el hilo de sangre que bajaba por su labio, Neuvillette decidió que era suficiente y se acercó a la chica para evitar que ella continuará lastimandose pero sus se quedó quieto al sentir la presencia de otro dragón. Era una presencia menor como la de un niño, aunque eso no fue lo que le sorprendió, si no el hecho de que podía sentir su propia energía en esa presencia.

Observó a su mujer y tocó sus mejillas con sus manos. Podía sentir el calor de la piel femenina a través de sus guantes, tomo uno de los mechones azulados para besarlo con cariño.

— Dime lo que sucede, ¿de que debo hacerme responsable?

Agatha lo rodeó con sus brazos para abrazarlo, dejo que el rico aroma del padre se su bebé entrara por su nariz, se sentía más tranquila.

— El bebé.

— ¿El bebé? — Neuvillette abrió sus ojos sorprendido. La mujer gruñó molesta, arrugó la ropa del juez con sus manos.

— Maldita sea, Neuvillette.

Despegó su rostro del pecho del dragón para mirarlo a los ojos con un puchero molesto.

— Tu dragón tonto, tienes que hacerte responsable del bebé que ahora llevo en mi vientre.

Oh.

Su bebé.

Agatha lo observó, el dragón permaneció en silencio durante unos segundos. No había reaccionado, estaba mirando a la nada con una mirada perdida.

— Oi, tonto dragón.

Neuvillette parpadeó dos veces, lo primero que hizo al reaccionar fue mirar el vientre de su mujer, luego la miró a ella sin poder creerlo. Ahora todo tenía sentido, esa presencia que sintió no fue la de un dragón cualquiera, si no la de su hijo.

Él, estaba sorprendido.

Agatha frunció el ceño al darse cuenta de algo importante. Neuvillette solo había seguido sus instintos sin saber lo que hacía con exactitud, por lo tanto, al no estar en sus cinco sentidos sus propios instintos de dragón actuaron por si mismo. El juez podía entender que los humanos tenían hijos porque su deseo era formar una familia mas grande, pero lo demás no lo entendía.

— Neuvillette — el tono de voz de su mujer fue firme, el reaccionó al instante y la observó con ojos temblorosos.

Sí, con esa mirada ella confirmo sus sospechas. Tuvo que morder su labio para no decir una grosería.

— Se que no estaba en tus planes tener un hijo, ya que solo reaccionaste a tus instintos como dragón. No te culpo, la verdad es que hasta yo estoy sorprendida de que sucediera porque estoy segura que tome la medicina para evitar embarazos — ella hizo una mueca al recordar la amargura del medicamento, no le había gustado nada —: Pero dado que tienes un poder sorprendente como soberano dragón, es seguro que eso influyó en todo esto.

Guardo silencio unos segundos mientras Neuvillette no apartaba su mirada de ella, incluso las antenas del dragón se habían decaído, soltó un suspiro profundo.

— No me voy a deshacer de mi bebé — con palabras firmes dijo ella —: Es de los dos, pero es más mío que tuyo. Así que tienes que hacerte responsable de nosotros o te mataré.

Neuvillette la miró con asombro, en serio que ella no dudaba en nada y admiraba eso de ella. Ella no le temía, lo respetaba por lo que era tanto en Fontaine como fuera de este, pero aún así ella estaba dispuesta a enfrentarse a él por el bebé en su vientre.

— Yo no quiero que te deshagas de nuestro bebé — dijo finalmente el dragón, su expresión era triste —: Ustedes dos son míos, me pertenecen y no me importa destruir el mundo con tal de verlos felices. Quiero al bebé, quiero que nazca, incluso mi dragón interior desea verlo y conocerlo.

Agatha sonrió y coloco una de sus manos en las mejillas del ludex.

— Entiendo, pero tienes miedo.

— Si, no se que significa ser padre y tampoco estoy seguro de saber educar bien a un niño — dijo tomando la mano que se encontraba en su mejilla —: Perdóname, desearía ser más humano que dragón en estos momentos.

Agatha le dió un ligero golpe en el pie.

— Tonto dragón, no digas eso — lo regaño haciendo que este bajara la cabeza —: No importa que no sepas, estamos juntos en esto, te enseñaré.

La mirada de cachorro regañado del dragón cambio a una más feliz y sonriente, aunque solo un poco dado a la personalidad del juez que no suele demostrar mucho sus sentimientos. Leviatán bajo la mirada para ver el vientre de su mujer el cual decidió tocar y acariciar unos segundos.

— Creo que debo construir un nido.

— ¿Eh?

La noticia del embarazo de la viajera llegó a cada rincón de las cinco naciones de Teyvat. Muchos estaban sorprendido, otros ya lo esperaban y muy pocos estaban felices por la noticia. Aether fue el primero de ser informado ante la noticia, gracias a Xbalanque que le contó lo sucedido, el rubio partió a Fontaine para ver a su compañera en compañía de Paimon.

Grande fue la sorpresa que se encontró al ver al encontrarse con Xiao, los Adeptus y Haifeng. Ellos habían venido a visitar a la Yaksha para saber su estado, sin embargo, la sorpresa más grande fue que Zhongli y Neuvillette estaban en medio de un conflicto, debido a sus linajes, Neuvillette no quería que el medio dragón se acercara a su mujer.

¿Por qué? Eran los instintos protectores del dragón que pronto se convertiría en padre.

Para empeorarlos, ambos tomaron las formas de dragón e intentaban domar al otro, pero ninguno accedía. Cuando se le informó a Agatha sobre esto, ella no dudo en salir del "nido" y tomar su forma original como Adeptus. Su abultado vientre se hizo más notable con su forma Adeptus, fue una imágen hermosa que hasta daba la impresión que había más de uno en ese vientre.

Agatha no dudo en lanzar sus ráfagas de Hydro contá los dragones para llamar su atención y vaya que lo logro, pues ambos gruñeron en su dirección, al darse cuenta de quien era ellos guardaron silencio y regresaron a sus formas humanas.

Neuvillette fue rápido y la sostuvo entre sus brazos para evitar que cayera. Su vientre era enorme con su forma humana, aún así, su salud era muy buena. Haifeng alejo al dragón de su madre con un manotazo, el dragón lo miró molesto.

— No lo mires así, él también es tu hijo.

Escuchó decir al hermano de su mujer, en términos humanos, su cuñado. Para Neuvillette fue sorprendente descubrir que Haifeng era hijo de su mujer desde mucho antes de conocerse. A lo que terminó de darse cuenta que tenía un hijo desde el inicio y él apenas lo descubría.

Zhongli se burlo de él. Esos dos no podían llevarse mejor y aunque Leviatán aún quería juzgarlo por ser un Usurpador no podía hacerlo por Agatha quien parte de ella era parte de Fanes.

— ¡Estúpido Neuvillette!

El nombrado miró con preocupación el sufrimiento de su mujer, ella estaba dando a luz en plena madrugada. Xianyun y Caminante Errante se encontraban ayudándola para dar a luz al último bebé, era como se había sospechado al ver su vientre, no había sido uno, si no tres, bebés.

Neuvillette tenía en sus brazos a sus dos pequeños, eran niños. Tenían todas las cualidades de su linaje dragón, sus antenas color azul, una pequeña cola, con la diferencia de que ambos niños heredaron los ojos oceánicos de su mamá y tan solo uno de ellos tenía el cabello azul como su madre mientras que el otro lo tenía albino con un mechón azul.

En pocas palabras, el mayor de los tres es la viva imagen de su padre y el segundo mayor la viva imagen de su madre.

— Es una hermosa niña.

Neuvillette admiro a la bebé en brazos de su mujer, una niña hermosa que era la combinación de ambos padres. Su cabello mitad adivino y mitad azul, ojos oceanicos con pupilas rectas como la de un dragón, antenas y cola escamadas azules.

Los tres bebés habían nacido sanos.

— ¡Hermano mayor!

Los tres niños gritaron cuando visualizaron a su hermano mayor acercarse desde lo lejos, venía acompañado de un chico más alto que sonreía de oreja a oreja. Neuvillette pudo reconocerlo desde lejos.

Haifeng no dudo en agacharse para abrazar a sus hermanos menores.

Poco a poco llegaron más visitas, el Dragón Soberano Hydro tuvo que contenerse para discutir con el Rey del Oro. Agatha llegó a su lado para recibirlos con una enorme sonrisa en sus labios.

Neuvillette sonrió al ver a su hermosa familia.

•••

Aquí la segunda parte, tal vez no se sientan satisfechos con esta parte pero fue lo que mi mente deseo escribir. Así que espero que les haya gustado.

Con esto, se finalizan estos regalos. Ya no se aceptan pedidos, ni nada, pondré como concluida esta serie de OS. Hubo una chica que me pidió de Liney, pero me disculpo porque no se escribirá por las diferencias de edades.

Espero que entiendan el motivo.

Les doy un enorme gracias por apoyar la historia hasta el día de hoy. Ha sido un gran logro para mí llegar lejos con la historia, así que continuaré con ella y veremos hasta donde llega.

¡Muchas gracias!

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