Captiulo 11: Las Ruinas del Abismo


Kroos caminaba por el Abismo, cada paso más pesado que el anterior. El entorno era una mezcla surrealista de ruinas antiguas y mares de un color negro azulado, que parecían reflejar un cielo distorsionado. La luz era inexistente, solo una tenue neblina etérea iluminaba débilmente el camino, pero incluso eso era suficiente para resaltar la naturaleza alienígena y caótica de este lugar. Si no fuera por la opresiva atmósfera y el constante mareo que le provocaba el Abismo, Kroos habría encontrado algo fascinante en este paisaje.


El aire era denso, casi palpable, y le costaba respirar. Cada inhalación se sentía como si estuviera aspirando humo o ceniza, y el olor, aunque tenue, le revolvía el estómago. Estaba completamente desprovisto de su habilidad de percibir auras, reducido a sus sentidos humanos. Su vista y oído ahora eran sus únicos aliados en este reino, pero ambos parecían ser poco confiables en este lugar de oscuridad y ecos de rugidos inquietantes.


El camino que seguía lo llevaba a través de una serie de ruinas gigantescas, restos de estructuras que en algún momento debieron ser magníficas, pero que ahora estaban destrozadas y cubiertas por una fina capa de corrupción abismal. Algunas torres y columnas parecían hundirse en los mares negros a su alrededor, y el suelo bajo sus pies temblaba ocasionalmente, como si el Abismo mismo estuviera respirando, vivo de alguna manera.


Cada paso que daba resonaba en el vacío, y aunque todo parecía estar en silencio, Kroos sabía que no estaba solo. Las sombras se movían a su alrededor, formas indefinidas que parecían observarlo desde lejos. Aunque su poder divino todavía estaba presente en algún lugar dentro de él, era como si el Abismo lo estuviera drenando lentamente, debilitándolo paso a paso. Aun así, sentía que su naturaleza divina le proporcionaba una especie de barrera mínima, que lo protegía de la corrupción que el Abismo intentaba introducir en su mente y cuerpo. Pero incluso eso no duraría para siempre.


"Debo apurarme..." murmuró para sí mismo, con la voz ronca por el aire viciado.


Kroos no podía detenerse. Cada segundo que pasaba en este lugar significaba un peligro mayor, no solo por las criaturas que podían acecharlo, sino por el propio Abismo, que parecía ejercer una fuerza invisible sobre su mente, debilitando su voluntad. Era como si el lugar en sí estuviera tratando de devorarlo, de corromperlo desde dentro. Y aunque su estado divino ralentizaba el proceso, podía sentir la tensión creciente en su cuerpo y mente.


Avanzó por un sendero entre las ruinas, sus ojos fijos en la lejana esperanza de una salida. No sabía si tal cosa existía en el Abismo, pero no podía darse el lujo de quedarse quieto.


A lo lejos, un rugido bajo resonó, profundo y gutural, reverberando en las paredes de las ruinas. Kroos se detuvo, tensándose. No sabía de dónde provenía el sonido, pero había aprendido rápidamente que cualquier ruido en este lugar significaba peligro. Sabía que no estaba solo. El Abismo estaba lleno de criaturas, y aunque muchas de ellas eran hostiles, otras podían ser algo mucho peor.


Siguió avanzando, evitando mirar demasiado a su alrededor. El simple acto de caminar era extenuante en este lugar, como si el suelo mismo estuviera drenando su energía. Sabía que el tiempo era su mayor enemigo aquí. Aunque su poder divino le ofrecía cierta protección, sentía que se debilitaba con cada minuto que pasaba en el Abismo. Tarde o temprano, la corrupción lo alcanzaría, y entonces sería demasiado tarde.


Después de lo que parecieron horas de caminata, Kroos llegó a un despeñadero que daba a una vasta extensión de mares abismales. La visión lo dejó momentáneamente sin aliento. Las aguas negras se extendían hasta donde alcanzaba la vista, y la superficie brillaba con un resplandor oscuro y casi hipnótico. A lo lejos, Kroos pudo ver las formas de criaturas gigantescas moviéndose bajo las aguas, sombras que apenas podía distinguir.


Se acercó al borde, sintiendo el aire más frío y pesado. Este lugar era un pozo sin fondo de desesperación y caos. La vista era impresionante, pero también profundamente aterradora. El Abismo no era simplemente un lugar, era una entidad viva, algo que intentaba corromper todo lo que tocaba.


"¿Qué soy aquí?" Kroos se preguntó a sí mismo, sintiendo una creciente desesperación. "¿Soy un dios, un humano... o simplemente otra víctima?"


Mientras observaba las aguas, una sensación de vértigo lo golpeó con fuerza. Tuvo que retroceder rápidamente antes de que el abismo literal y metafórico lo tragara. No podía permitirse perder el control ahora.


La única forma de sobrevivir era seguir avanzando. Encontrar una salida.


Se giró y continuó caminando, buscando algún tipo de indicio de que aún quedaba esperanza. Pero en este lugar, todo se sentía desolado, y las ruinas que lo rodeaban eran solo restos de algo mucho más grande, una historia que quizás nunca comprendería del todo.


"Seguiré adelante... hasta que encuentre una salida," pensó con firmeza.


Pero en el Abismo, incluso la esperanza parecía estar a punto de desmoronarse. Y mientras Kroos avanzaba, el aire se hacía más pesado, y las sombras lo acechaban, esperando el momento oportuno para atacarlo.




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Kroos había estado avanzando en la oscuridad del Abismo durante lo que parecía una eternidad, pero el desolador paisaje no mostraba señales de esperanza. Cada paso se sentía más pesado, como si el mismo suelo intentara atraparlo. Entonces, de repente, sintió una presencia detrás de él. Giró la cabeza, y su corazón se aceleró al notar un grupo de sabuesos acechadores emergiendo de las sombras, sus ojos brillando con una luz siniestra.


"¡No!" exclamó Kroos, dándose la vuelta y echando a correr. Sin armas y desprovisto de sus poderes, la única opción era huir. Pero el Abismo estaba lleno de obstáculos y ruinas, y cada movimiento se sentía más difícil que el anterior. A pesar de su esfuerzo, los sabuesos acechadores eran rápidos y astutos, y la manada comenzó a cerrarse sobre él.


Sin previo aviso, uno de los sabuesos acechadores se teleportó frente a él, bloqueando su camino. Kroos intentó esquivar el ataque, pero el movimiento lo llevó a perder el equilibrio. Se tambaleó y cayó de rodillas, sintiendo la presión del miedo y la desesperación aplastándole el pecho.


Un aullido resonó en el aire en señal del resto de la manada cerca, y Kroos sintió un escalofrío recorrer su espalda, pronto se dio cuenta de que no tenía a dónde ir. Detrás de él había un vasto mar de oscuridad y delante una manada de criaturas listas para atacarlo. 


Rodeado por los sabuesos, sintió que su corazón latía frenéticamente. La situación era crítica; no podía enfrentarse a ellos sin sus poderes. Estaba atrapado entre la manada y el abismo, y no podía evitar que su mente comenzara a perder la calma.


En ese momento de desesperación, un estallido de poder y energía resonó en el aire. Kroos miró hacia arriba, viendo como una figura emergía de entre las sombras. Era Skirk, la poderosa guerrera conocida por su habilidad para manejar la batalla en el Abismo. Con movimientos rápidos y precisos, comenzó a eliminar a los sabuesos uno por uno, con una ferocidad que hacía eco de su fama.


Los sabuesos aullaban y retrocedían, pero Skirk estaba decidida. En un instante, las criaturas fueron reducidas a simples sombras desapareciendo en el aire, y la tensión que había estado acumulándose alrededor de Kroos se desvaneció de repente.


Kroos miró a Skirk, aún atónito por la repentina llegada de su salvadora. "¿Cómo...?"


Skirk, con una mirada intensa, lo interrumpió: "No hay tiempo para explicaciones. Debemos salir de aquí."


Sin esperar a que Kroos reaccionara, se giró y comenzó a caminar, esperando que él la siguiera. Kroos se levantó, aún aturdido, pero la seriedad en la voz de Skirk lo llevó a seguirla. Juntos, avanzaron a través del desolador paisaje del Abismo, Skirk guiándolo con firmeza, siempre alerta a cualquier signo de peligro.


"¿Por qué me has salvado?" preguntó Kroos mientras corrían. "No estoy en condiciones de ser un aliado."


Skirk lo miró con desdén. "No se trata de ser aliado o enemigo. En el Abismo, todos somos víctimas de algo mayor que nosotros mismos. Si te dejan morir aquí, perderás más que tu vida; perderás la oportunidad de arreglar todo esto."


Kroos asintió, sintiendo el peso de sus palabras. A pesar de su confusión y miedo, había una chispa de determinación que comenzaba a encenderse en su interior. Tenía que entender su situación y los cambios que lo estaban afectando, y ahora, con Skirk a su lado, sentía que quizás había una pequeña posibilidad de encontrar respuestas.


Continuaron avanzando, la tensión en el aire era palpable mientras Skirk los guiaba a través de las ruinas y la oscuridad del Abismo. Kroos no podía evitar preguntarse cómo había llegado hasta aquí, y qué más le esperaba en esta nueva travesía.


"¿Hay alguna manera de salir de aquí?" preguntó, su voz un poco más fuerte. "¿Sabes cómo hacerlo?"


Skirk miró hacia adelante, su expresión inmutable. "Hay caminos, pero no todos son seguros. Y el Abismo no te dejará ir tan fácilmente. Debes estar preparado para enfrentar lo que se avecina. Te llevará al límite, y necesitarás descubrir tus propios poderes para sobrevivir."


Kroos sintió que su corazón se aceleraba de nuevo. "¿Mis propios poderes?"


"Tu divinidad no está perdida, solo oculta. Aquí, en el Abismo, te enfrentarás a tus miedos y a la corrupción que intenta consumirte. La pregunta es: ¿serás capaz de recuperarte y encontrar la luz en medio de esta oscuridad?"


Mientras avanzaban, la atmósfera se tornaba cada vez más pesada, y Kroos podía sentir cómo el Abismo intentaba apoderarse de su mente. Pero con Skirk a su lado, había una pequeña luz de esperanza en su interior. Tenía que creer que podía encontrar su camino de regreso a la superficie.



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Después de la intensa intervención de Skirk, ambos se encontraron en una zona de ruinas desoladas, rodeadas de altos pilares de piedra cubiertos de sombras y misterio. La atmósfera era densa, con el eco lejano de los aullidos de los sabuesos acechadores resonando en la distancia, recordándoles que el peligro no estaba lejos. Skirk se detuvo, inspeccionando su entorno con cautela antes de dar un paso al frente, indicando que era seguro quedarse por un momento.


Kroos, aún recuperándose de la conmoción y la confusión de su reciente encuentro, decidió aprovechar la calma temporal. "Skirk," empezó, su voz firme aunque un poco vacilante. "¿Por qué me salvaste? ¿Quién eres realmente? ¿Y cuánto sabes de mí?"


Skirk se giró para mirarlo, sus ojos fijos y penetrantes. "Soy Skirk, una guerrera del Abismo. Mi deber es proteger lo que pueda de la corrupción que se extiende por aquí. Pero también busco aquellos que tienen el potencial de cambiar el rumbo de las cosas." Su voz era grave, pero había una chispa de curiosidad en su mirada.


"¿Potencial? ¿Te refieres a mí?" Kroos sintió que su corazón se aceleraba nuevamente. "No tengo idea de lo que está pasando conmigo. lo unico que se es que el Abismo me llama 'el heredero de Celestia', pero no sé lo que eso significa en su totalidad."


"El Abismo tiene sus propios ecos," explicó Skirk mientras caminaba lentamente entre las ruinas. "Esa leyenda sobre un heredero resuena profundamente aquí desde hace siglos. Tu llegada ha causado olas que aún no comprendes. No solo eres un humano perdido; hay algo más en ti. Algo que puede hacer temblar los cimientos de este mundo."


Kroos tragó saliva, sintiendo el peso de sus palabras. "¿Y tú? ¿Cómo supiste de mí?"


"El Abismo tiene ojos en todas partes," respondió Skirk, sin dejar de moverse. "He escuchado rumores, historias contadas entre las sombras. El nombre de Celestia ha resurgido, y aquellos que están en el poder se ponen nerviosos. Cuando te vi caer desde un portal, supe que había sido tu el que fue arratrado aqui. Eres un imán para las fuerzas que buscan cambiar el mundo, ya sea para bien o para mal."


Kroos miró hacia el suelo, abrumado por la revelación. "Pero estoy perdido. No tengo mis poderes y no sé cómo volver a ser quien era. ¿Qué puedo hacer?"


Skirk se detuvo, volviéndose hacia él. "Cada viaje comienza con un paso. Debes aprender a conectar con tu verdadera naturaleza. El Abismo puede ser una prueba de fuego, pero también es un lugar de revelación. Si logras resistir la corrupción que intenta devorarte, tal vez puedas descubrir tus poderes nuevamente. Y si no, al menos seras un aperitivo útil para los sabuesos."


Kroos, tenso por su indiferencia le responde con tono escéptico. "En serio me vas a ayudar o simplemente tienes la idea de abandonarme despues de toda esta charla...?"


Skirk, con una mirada inexpresiva solo responde. "Depende de lo que me demuestres, si eres útil o si solo eres otro peso muerto que cayo aqui."


Kroos asintió lentamente, sintiendo una mezcla de temor y determinación. "¿Y cómo puedo hacerlo? ¿Dónde empiezo?"


"Lo primero que necesitas es encontrar tu centro," le aconsejó Skirk. "A veces, lo que parece ser una desventaja puede convertirse en tu mayor fortaleza. Permítete sentir, incluso en la oscuridad. Escucha tu interior y comprende qué es lo que realmente deseas. ¿Qué buscas, Kroos?"


Kroos cerró los ojos por un momento, dejando que la pregunta resonara en su mente. "Busco respuestas. Quiero entender mi conexión con Celestia y la razón detrás de mi transformación. Y también quiero encontrar mi lugar en este mundo. No solo ser un peón en un juego más grande."


Skirk sonrió levemente, una expresión que pareció iluminar la oscuridad a su alrededor solo para volver a su inexpresividad. "Entonces, eso es un buen comienzo. Ahora, mantente alerta. No estamos a salvo aquí. Los sabuesos acechadores pueden regresar en cualquier momento. Debemos movernos."


Con esa advertencia, Skirk tomó la delantera, llevando a Kroos a través de las ruinas en busca de un refugio más seguro. A medida que avanzaban, las sombras se agolpaban a su alrededor, pero Kroos no se sintió tan impotente como antes. 




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Mientras avanzaban por las ruinas, Kroos sintió una mezcla de inquietud y curiosidad. La atmósfera cargada de energía oscura y la presencia opresiva del Abismo aun lo hacían sentir vulnerable, pero al mismo tiempo, había un nuevo sentido de determinación en él. Decidió abordar un tema que lo había atormentado desde su llegada a Teyvat.


"Skirk," comenzó, su voz apenas un susurro entre los ecos de las piedras antiguas. "¿Qué sabes sobre lo que susurra el Abismo acerca de mí? Me da curiosidad, como si fuera poco al llegar a este mundo, escuche un susurro pero no volvi a oir nada despues de eso."


Skirk lo miró de reojo, su expresión grave. "El Abismo tiene una forma peculiar de comunicarse, especialmente con aquellos que tienen un trasfondo especial. No todos pueden escuchar sus susurros. Algunos dicen que es la voz de quienes han caído en sus profundidades, otros creen que son ecos de aquellos que han vivido en la luz. Lo susurrado acerca de ti es muy peculiar debido a tu corto tiempo en este mundo, sin embargo debo saber, ese susurro del que hablaste. ¿Qué fue lo que escuchaste?" 


Kroos tomó una respiración profunda, sintiendo el peso de sus palabras. "La primera vez que llegué aquí, escuché una voz femenina, suave y gentil. Susurró 'mi hijo ha vuelto'. No sé qué significa, pero sentí un vínculo instantáneo con esa voz, como si me conociera."


Skirk se detuvo en seco, su mirada se tornó intensa. "Eso es demasiado significativo. La conexión que sientes puede no ser mera coincidencia. Tal vez hay algo más profundo en ti, algo que el Abismo y Celestia conocen de ti. Déjame ver."


Kroos se sintió nervioso, pero confiaba en Skirk. Ella cerró los ojos y extendió una mano, enfocándose en la energía que emanaba de él. "Siente la esencia del Abismo, Kroos. Concédele permiso para explorar. Permíteme ver la profundidad de tu divinidad."


Kroos asintió, cerrando los ojos y dejando que su mente se relajara. Concentrándose, empezó a sentir cómo su aura se expandía a su alrededor, entrelazándose con las sombras que los rodeaban. Unos momentos después, Skirk abrió los ojos y lo miró con un asombro palpable.


"Tu divinidad es más intensa de lo que imaginaba inicialmente" dijo ella, su voz cargada de reverencia y curiosidad. "Hay algo en ti que resuena con la esencia misma del Abismo y de Celestia. Es como si llevaras consigo una parte de la luz y de la oscuridad. La voz que escuchaste... puede que sea la manifestación de ella. Quizás ella te trajo de vuelta, quien te envió a este mundo, o algo más. Un lazo ancestral."


Kroos se quedó perplejo. "¿Una figura? ¿Te refieres a mi madre, la Primordial Diosa? ¿Es posible que ella haya dejado su huella en mí?"


"Eso y parece que más" confirmó Skirk, pensativa. "El Abismo tiene maneras de unir lo que ha sido separado aunque no del mismo modo y sin una garantia. No solo eres el heredero de Celestia, también llevas en ti la marca de tu madre. Esa voz podría ser un recordatorio de tu origen y de tu destino. Pero cuidado: no todo lo que se escucha en el Abismo es benévolo. Hay quienes podrían querer aprovecharse de esa conexión."


Kroos asintió, sintiendo que cada palabra de Skirk resonaba profundamente en su ser. "Entonces, ¿debo aprender a manejar esta conexión? ¿A entender lo que significa para mí?"


"Exactamente," respondió Skirk. "Debes aprender a controlar tu propia energía. El Abismo te presenta una prueba, pero también puede ofrecerte respuestas. No debes tener miedo de explorar lo que hay dentro de ti. Y mientras avanzamos, mantén la mente abierta. La verdad puede estar más cerca de lo que imaginas." Skirk volvio a emprender su caminata, mientras Kroos lo seguia.


Mientras caminaban juntos hacia lo desconocido, una nueva sensación de esperanza comenzó a florecer en su interior, iluminando la oscuridad que los rodeaba.


Kroos curioso decidio aprovechar la oportunidad para preguntarle a Skirk. "Oye, que sabes acerca de mi madre, revise archivos y no encontre nada más allá de la obvia y repetitiva leyenda, incluso ya visite a los arcontes y adeptus, pero solo me dieron una charla y evadian responderme."


Skirk, aun con una mirada seria y sin voltear respondio. "No puedo responderte mucho a eso, de hecho mi propio maestro no me ha dicho eso tambien, solo me dio más información que a otros, lo único que se es que al parecer, antes de enviarte fuera de Teyvat, antes de la guerra hace siglos, le hizo prometer a cuan criatura y ser divino, nunca hablar de ella y menos si algun dia regresabas, no se sabe el porque, pero en cuyo caso creo que es obvio como terminó."


Kroos, con semblante serio, analizando esta información respondio algo escéptico. "Entonces mi madre amenazo a todos los dioses...?"


Mientras atravezaban unas ruinas viejas, Skirk respondo, aunque seria igual de intrigada. "Diria que si, si solo fueran los seres divinos, pero incluso entre los altos circulos jerarquicos del abismo, nadie se atreve a hablar de más en lo que respecta la desaparicion de tu madre, sus motivos y en un todo, la amenaza de fortalezer sus negativas hacia ti."


Kroos, frustrado exclama. "Entonces todos desconfían de mí o me ven como una amenaza, entonces cual es el punto de este viaje si no puedo encontrar nada, casi todos amenazados por mi madre, arrastrado a este poso abismal y posiblemente destinado a ser un arma de guerra..."


Skirk golpea a Kroos en la cabeza, sacandolo de sus pensamiento. "Si ya dejaste de ahogarte en tu miseria existencial, sera mejor que te calles y me sigas, no me hagas arrepentirme de haberte salvado la vida, aun no estamos seguros, asique muevete..." 


Kroos solo sonrio ante la amarga actitud de Skirk que variaba entre amablemente fria e indiferentemente seria, al final Kroos solo se quedo en silencion siguiendo a Skirk, aunque su viaje empezo como algo para buscar respuesta rapidamente se dio cuenta de que el misterio era más profundo y oscuro de lo que anticipo, ahora solo se resignaria a hacer lo que Skirk le pedia a falta de más opciones. 

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