Capítulo 4: El reino de los lobos
Al caer la tarde, Kroos se dirigió hacia la Taberna del Amanecer, el lugar dirigido por Diluc, no solo para agradecerle por haberle salvado la vida, sino también para pedirle que los acompañen en la misión que Aether había mencionado. Mientras caminaba por las calles empedradas de Mondstadt, la brisa fresca de la noche lo ayudaba a calmar sus nervios. Diluc no era alguien fácil de impresionar, y Kroos quería estar seguro de que su agradecimiento fuera sincero y que su invitación a la misión fuera recibida de buena manera.
Al llegar a la taberna, la puerta de madera crujió ligeramente al abrirla. El interior estaba iluminado por la cálida luz de las velas, y un grupo de personas ya se encontraba disfrutando de sus bebidas, conversando animadamente en las mesas cercanas. Kroos vio a Diluc detrás de la barra, sirviendo una jarra de vino para uno de sus clientes habituales. Su actitud tranquila y serena lo hacía destacar entre la multitud.
Kroos avanzó hasta la barra y se sento, donde Diluc lo notó de inmediato. "Kroos", dijo Diluc con una inclinación de cabeza, su voz tan calmada como siempre. "Parece que te has recuperado rápido."
Kroos nervioso, tocando ligeramente las vendas en su hombro. "Gracias a ti. Llegaste justo a tiempo ayer. Si no hubieras estado allí, las cosas podrían haber sido mucho peores".
Diluc ascendió, su mirada fija en Kroos. "Solo hice lo que cualquiera haría. Es importante no subestimar a los enemigos, especialmente a los Mitachurls. Su fuerza puede ser letal si no estás preparado".
"Lo sé", admitió Kroos, en tono más de derrota y pena. "Fui imprudente. Me lancé sin pensar en las consecuencias, y eso casi me cuesta caro. Por eso quería venir a agradecerte en persona."
Diluc dejó la jarra que sostenía y se apoyó en la barra, cruzando los brazos. "Agradecido o no, la próxima vez deberías ser más cuidadoso. No siempre habrá alguien allí para salvarte".
Kroos asintio, aceptando las palabras de Diluc con humildad. "Lo tendré en cuenta. Aprendí mi lección."
"¿Hay algo más que quieras?" preguntó Diluc, sin rodeos.
Kroos, tomando un respiro profundo, decidió hablar sobre la misión. "En realidad, sí. Aether y Paimon me hablaron de una misión para investigar unos ataques cerca de Mondstadt. Parece que hay un grupo de monstruos causando problemas, y nos vamos a encargar de ello esta noche. Queríamos saber si podrías unirte a nosotros. Tu habilidad sería invaluable, y... bueno, después de lo que sucedió ayer, me sentiría mucho más seguro si estuvieras con nosotros."
Diluc lo miró en silencio durante unos segundos, como si estuviera evaluando la propuesta. Kroos sabía que Diluc no era alguien a quien se dejara convencer fácilmente, pero tenía la esperanza de que aceptara. La presencia del caballero oscuro de Mondstadt les daría una ventaja crucial en la misión.
Finalmente, Diluc habló. "Parece que esta misión no es una simple patrulla." Sus ojos parecían captar algo más profundo, como si supiera que el peligro podría ser mayor de lo que Aether había insinuado. "Si los informes son ciertos, la situación podría volverse seria. Mondstadt no puede permitirse más problemas, especialmente ahora".
Kroos se inclinó ligeramente hacia adelante, tratando de no parecer demasiado ansioso. "Entonces... ¿vendrás con nosotros?"
Diluc exhaló lentamente antes de responder. "Estaré allí. Pero no porque me lo hayas pedido. Si hay una amenaza para Mondstadt, tengo la responsabilidad de intervenir. Asegúrate de estar preparado esta vez, Kroos".
El alivio inundó a Kroos. "Lo estaré. Y gracias de nuevo, por todo."
Diluc avanzando una vez más, tomando su jarra y volviendo a sus deberes tras la barra. "Nos veremos esta noche."
Satisfecho con la respuesta, Kroos decidió no molestarlo más. Mientras se alejaba de la barra y salía de la taberna, una sensación de determinación lo envolvía. Sabía que con Diluc a su lado, Aether, Paimon, Jean y él tendrían muchas más probabilidades de éxito en la misión. Sin embargo, mientras caminaba hacia su casa, una ligera inquietud persistía en su mente. Algo en la forma en que Diluc había hablado de la misión sugerencia que podría saber más de lo que el creia inicialemente.
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Unas horas más tarde, el cielo se oscureció y la luna comenzó a brillar intensamente sobre Mondstadt. Kroos se preparó para la misión que lo guardaba, su corazón latía con anticipación y un leve nerviosismo.
Al llegar al punto de encuentro, la brisa fria trajo consigo el aroma de las flores nocturnas. Kroos vio a Aether y Paimon esperándolo cerca de la entrada de la ciudad, mientras que Jean se aseguraba de que todos estuvieran listos para partir. El Capitán de los Caballeros de Favonius frente a ella, Kaeya se despidio de ellos, pasando a al lado de Kroos, solo dedicandole una breve sonrisa para irse con sus caballeros.
"¡Kroos! Me alegro verte. ¿Te sientes listo para la misión?" preguntó Jean, su voz era cálida y amable.
"Sí, estoy listo".
En ese momento, Diluc llegó, caminando con su característica calma y determinación. Se acercó al grupo, cruzando su mirada con la de Kroos. Sin necesidad de palabras, ambos comprendieron que el desafío que enfrentaban esa noche.
"Es bueno ver que todos están listos. La situación podría ser más complicada de lo que parece", intervino Diluc, su tono grave atrajo la atención de todos. "Estamos tratando con monstruos que no solo son un peligro para la población, sino que también podrían tener vínculos con la Orden del Abismo".
"¿La Orden del Abismo?" preguntó Kroos, frunciendo el ceño. "He leido libros acerca de ellos, pero nunca he tenido encuentros mas claros de su existencia mas allá de los Hilichurls y Mitachurls".
Jean, que había estado escuchando con atención, se dio cuenta de que la ignorancia sobre el mundo que rodeaba a Kroos, era más profunda de lo que pensaba. "¿Lisa no te habia explicado lo que compone a la orden del abismo?" preguntó, su curiosidad impulsada por la intriga.
Diluc lo miró con seriedad. "La Orden del Abismo es una organización oscura que busca desestabilizar las naciones de Teyvat. Son responsables de muchos de los ataques de monstruos en las ciudades, incluidos los Hilichurls, Mitachurls, Maquinaria de la ruina y otros seres que buscan sembrar el caos. A menudo, utilizan estos ataques como distracción mientras ejecutan sus verdaderos planos."
Kroos sintió un escalofrío recorrer su espalda. La idea de que había fuerzas en juego que no solo amenazaban a Mondstadt, sino a todo Teyvat, le parecía abrumadora, pero algo le llamo la atencion. "¿Maquinaria de la ruina, que es eso?" preguntó, su voz apenas un susurro, pero antes de preguntar más alto, Diluc continuo.
"Hay muchas razones. Poder, venganza, desestabilización... Cada acción tiene sus motivos ocultos. Pero lo que importa es que debemos estar alerta y preparados para lo inesperado", explicó Diluc, manteniendo su mirada en el camino que llevaban.
Paimon intervino, tratando de aligerar el ambiente. "¡Eh! No se preocupen, somos un gran equipo. ¡Con Aether, Jean, Diluc y Kroos, nada podrá detenernos!"
Aether entusiasmando a Paimon, agradecido por su optimismo. "Tienes razón, Paimon. Pero debemos mantenernos enfocados. La misión es nuestra prioridad".
Jean asintiendo, organizando a todos. "De acuerdo. Vamos a revisar la ruta de camino al Reino de los lobos y asegurarémonos de que cada uno sepa su papel. Diluc, tú y Kroos van a estar al frente, mientras que Aether y yo cubrimos el flanco. Paimon, mantente alerta y ayúdanos a identificar cualquier amenaza".
Con el plan establecido, comenzaron su recorrido hacia el área donde se habían reportado los ataques. La luna iluminaba su camino mientras avanzaban, y la tensión aumentaba con cada paso que daban. Kroos sintió que cada sombra y susurro del viento contenía secretos del mundo que lo rodeaba.
Mientras caminaban, Diluc le comentó a Kroos. "Recuerda, no solo enfrentamos enemigos físicos. También debemos estar atentos a las manipulaciones mentales que la Orden del Abismo puede intentar hacer. A menudo buscan debilitar el espíritu de aquellos que luchan contra ellos".
Kroos asintio, consciente de que las luchas no eran solo de fuerza bruta, sino también de ingenio y resistencia emocional, aprendido a la fuerza en su ultima mision. "Lo tendré en cuenta. Quiero aprender todo lo que pueda sobre cómo luchar contra estos enemigos."
Diluc sonrie levemente, una rareza para él. "Esa es la actitud correcta. Estás aprendiendo rápidamente, y eso es bueno. Teyvat necesita guerreros fuertes y decididos".
A medida que avanzaban, la conversación entre ellos se volvió más ligera, con Aether y Paimon compartiendo historias de sus propias aventuras y logros. Sin embargo, Kroos no podía sacudirse la sensación de que algo grande se avecinaba, una sensación de que estaban a punto de enfrentarse a algo que pondría a prueba no solo sus habilidades, sino también sus corazones y convicciones.
Finalmente, llegaron al lugar señalado. Ante ellos se extendía un claro oscuro, donde los ecos de risas burlonas y gruñidos resonaban en la distancia en clara señal del abismo aqui. Kroos sintió que la tensión en el aire crecía, y supo que la verdadera prueba estaba a punto de comenzar.
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Tras una larga caminata, el grupo llegó al Reino de los lobos, un área vasta y salvaje, caracterizada por un paisaje montañoso cubierto de densos bosques, colinas y senderos. La luna iluminaba el horizonte, reflejando una luz plateada sobre la tierra. El ambiente, aunque hermoso, tenía una atmósfera inquietante que no podía ignorar.
"Estamos aquí", anunció Jean, su mirada fija en el paisaje frente a ellos. "Este es el territorio donde se han reportado actividades inusuales de Hilichurls y otras criaturas. Debemos proceder con cautela".
Aether asintiendo, sintio la tensión en el aire. "¿Tienes alguna información sobre las ubicaciones de los campamentos? Tal vez podamos planificar nuestra estrategia."
"He escuchado rumores de que hay varios campamentos en el área cercana, pero también hay informes sobre avistamientos de magos del abismo. Deberíamos estar preparados para lo peor", respondió Jean, su voz llena de preocupación.
Diluc se adelantó, mirando a Kroos con detenimiento, juzgandolo. "Dividámonos. Aether, Paimon y Jean pueden encargarse de limpiar los campamentos cercanos. Kroos y yo buscaremos a los posibles magos del abismo. Cuantos menos enemigos haya, más fácil será para todos".
Kroos sintió una mezcla de nerviosismo y emoción al escuchar la propuesta y la mirada seria de Diluc. "¿Estamos seguros de que es prudente separarnos?" preguntó, consciente de que la soledad podía ser peligrosa en este territorio.
"Es una decisión arriesgada, pero necesaria", respondió Jean. "Si nos dividimos, podremos cubrir más terreno y responder a cualquier amenaza que se presente. Nos reuniremos aquí en unas horas. Mantengan la comunicación a través de las señales de humo."
"Perfecto. No te preocupes, Kroos. Estaré contigo", afirmó Diluc, dándole una palmada en la espalda para seguir de largo. "Recuerda, mantente alerta y no subestimes a tus enemigos".
Después de ajustar sus equipos y prepararse para el combate, el grupo se despidió, cada uno asumiendo su papel en esta peligrosa misión. Kroos y Diluc se adentraron en el bosque, el silencio que los rodeaba era inquietante, interrumpido solo por el crujir de las hojas bajo sus pies.
"Mira a tu alrededor, Kroos", dijo Diluc mientras caminaban. "Este lugar es conocido por sus sombras. Debemos estar siempre alerta, no solo de los enemigos visibles, sino también de aquellos que acechan en la oscuridad."
Kroos asintio, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. "¿Cómo sabremos si hay un mago del abismo cerca?"
"Los magos del abismo tienen una presencia oscura y llamativa que no los hacen difíciles de detectar, pero sus símbolos son un buen indicador. Si ves algún símbolo del abismo en el suelo o en los árboles, es una señal de que están cerca, es una forma de identificar sus campamentos. Además, escucha. Si sientes un cambio en el aire, es probable que algo se acerque", explicó Diluc, manteniendo su voz baja pero firme.
Mientras avanzaban, Kroos observo cómo Diluc se movía con sutileza y confianza, como si cada paso estuviera bien pensado. "¿Se ha enfrentado a muchos de ellos?" preguntó Kroos, ansioso por aprender de su compañero.
"Sí, tuve encuentros con ellos. La mayoría de las veces, sus planes son astutos, ya que menudo intentan hacerte dudar de ti mismo. Pero no olvides, Kroos, no son invencibles. La clave es la cooperación y la determinación. Nunca te dejes llevar por sus palabras", respondió Diluc, sus ojos fijos en el camino.
Kroos reflexionó sobre esas palabras mientras continuaban su búsqueda. En su mente, había un eco de lo que había aprendido de Aether y Jean, de la lucha por la justicia y la protección de aquellos que no podían defenderse. Sentía que esa misión era su oportunidad de hacer una diferencia en este mundo desconocido.
Después de un tiempo, llegaron a un claro donde el suelo estaba marcado por extrañas runas del abismo. "Mira, esas son las señales que mencioné", indicó Diluc, señalando el suelo. "Aquí es donde probablemente encontraríamos a los magos."
Kroos frunció el ceño al observar las runas, sus símbolos extraños danzaban en su mente. "¿Qué significa esto? ¿Estás intentando invocar algo?"
"Puede ser", respondió Diluc, su voz ahora seria. "Debemos actuar rápidamente. Necesitamos encontrar a esos magos y detener cualquier incursión que estén planeando."
De repente, un leve susurro interrumpió el silencio, y una sombra oscura se movió entre los árboles. Diluc se tensó, preparándose para el combate. "Kroos, manténgase alerta. Algo se acerca."
Kroos sintió que su corazón se aceleraba. Observando a su alrededor, vio cómo la sombra se acercaba cada vez más, revelando una figura encapuchada que emanaba una energía oscura y ominosa. "¿Es un mago del abismo?" preguntó, su voz dudosa y curiosa.
"Lo es", confirmó Diluc, aferrando su espada con fuerza. "Prepárate para luchar. Recuerda lo que hemos hablado. Usa tu ingenio, y no te enfrentes a ellos solo con fuerza."
Antes de que Kroos pudiera responder, el mago del abismo levantó su mano, conjurando una ráfaga de energía electro que iluminó la noche. Sin dudar, Diluc se lanzó hacia adelante, su mandoble se cubrio en el fuego de su vision pyro, enfrentándose a la amenaza con rapidez.
Kroos observar con asombro cómo Diluc se movía con precisión y destreza, bloqueando los ataques y contraatacando con ferocidad. Se dio cuenta de que este era su momento de actuar. Con una determinación renovada, se unió a la lucha, enfrentándose al mago del abismo con todo lo que había aprendido hasta ahora.
La batalla se intensificó, cada golpe resonando en la oscuridad mientras Kroos y Diluc luchaban juntos, unidos en su objetivo de detener la amenaza del abismo. Mientras el caos se desataba a su alrededor.
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La intensa batalla contra el mago del abismo continuó, con Diluc y Kroos trabajando en perfecta armonía. Pero en un instante, el mago, con un giro astuto, levantó su bastón, invocando un rayo de energía electro que iluminó la oscuridad. "No os preocuparéis, mis pequeños invitados", gritó, su voz resonando con un eco siniestro. "No vine yo solo, humanos".
El aire se llenó de una energía palpable, y la tierra tembló cuando varios Hilichurls comenzaron a emerger de las sombras del bosque, desbordando el claro con su amenazante presenciante en números. Kroos sintió que su corazón se aceleraba. "¡Diluc!" gritó, tratando de mantenerse a su lado.
Pero el rayo de energía golpeó el suelo entre ellos, creando una explosion que los separó. "¡Kroos, mantén la calma!" Diluc se volvió, sus ojos fijos en el mago. "¡No te enfrentes solo a ellos! Encuentra una posición segura."
Kroos se quedó parado, sintiendo la presión de la situación, mientras la horda de Hilichurls los separaba rápidamente. Sin Diluc a su lado, se sintió desorientado en este territorio desconocido. Sin embargo, sabía que no podía rendirse. Con determinación, se giró hacia los Hilichurls que se acercaban, con sus auras enojados y llenos de malicia, Kroos extrañado de porque podia sentir eso lo cuestiono, solo para descartarlo y centrarse en la amenaza.
"¡No tengo miedo de ustedes!" Exclamó Kroos, su voz resonando con un eco de valor que él mismo no sabía que poseía. Se puso en posición, listo para enfrentarse a sus enemigos. Pero, a medida que los Hilichurls se abalanzaban hacia él, se dio cuenta de que debía confiar en todo lo que había aprendido en sus cortos días en Teyvat.
Los Hilichurls atacaron, sus garrotes levantándose y bajando con fuerza. Kroos esquivó el primer golpe, moviéndose con agilidad. "¡Es solo un golpe, Kroos!" se recordó a sí mismo, repitiendo las palabras de Diluc. Su velocidad, logró desviar un ataque y respondió con un corte de su espada que elimino al Hilichurl solo para que otro lo remplazara.
Mientras luchaba, se dio cuenta de que sus instintos lo guiaban. Cada movimiento se sentía más natural, como si una parte de él hubiera despertado en este momento de necesidad. Sin embargo, había algo inquietante en la manera en que los Hilichurls parecían ir por él en un frenesí. Eran como una marea oscura que le causaba repulsión, y sus números parecía no tener fin.
Al mismo tiempo, el mago del abismo observaba desde la distancia, con una sonrisa arrogante en su rostro. "¿Ves esto, heredero? Tus esfuerzos son en vano", murmuró para sí mismo. "No puedes cambiar tu destino, ni siquiera con tu sangre de Celestial."
Kroos sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar la voz del mago. "¿Qué quieres decir con eso?" preguntó sin entender eso, mientras seguía enfrentando a los Hilichurls.
"Oh, es simple. La leyenda dice que un día, el heredero de Celestia regresará, trayendo consigo la luz que ahuyentará a las sombras. ¿Eres tú, quizás, quizás no?" El mago dejó escapar una risa fría, como si conociera un secreto que Kroos aún no había descifrado.
Confundido y enojado, Kroos apretó los dientes mientras continuaba luchando. "No soy nadie de tu interes... solo soy yo, Kroos", dijo, golpeando a otro Hilichurl con fuerza. Pero a medida que hablaba, sentía que las palabras del mago resonaban en su mente. La idea de ser alguien especial, de tener un legado, lo atormentaba y lo inspiraba a la vez a partes iguales.
Mientras continuaba la pelea, Kroos se dio cuenta de que debía encontrar una manera de ganar tiempo hasta que Diluc pudiera reunirse con él. Con un rápido vistazo a su alrededor, vio un árbol grande y robusto. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia él, utilizando su entorno a su favor.
Con un salto ágil, se subió a una de las ramas más bajas. Desde allí, observa cómo los Hilichurls se agrupan, confundidos por su cambio de posición. "No tienen idea de con quién se están enfrentando", murmuró, tratando de inspirarse a sí mismo. Desde su posición elevada, pudo atacar desde arriba, derribando a uno de los Hilichurls con un golpe.
Aprovechando su ventaja, Kroos comenzó a lanzar una serie de ataques rápidos, utilizando la altura para evitar ser rodeado. Sin embargo, a medida que continuaba su lucha, la realidad de la situación se hizo más clara: había un mago del abismo que lo observaba, y la verdad sobre su origen, lo acosaba, aunque trataba de convencerse de que mentira, algo dentro de él dudaba.
Mientras la batalla continuaba, los Hilichurls comenzaron a perder la coordinación. "Esto es solo un juego", pensó Kroos, su confianza creciendo a medida que se enfrentaba a sus enemigos. Pero justo cuando parecía que podría ganar la ventaja, el mago del abismo alzó su mano una vez más, invocando un rayo electro que estalló contra el árbol donde se encontraba Kroos.
El impacto fue violento, y Kroos fue lanzado hacia atrás, aterrizando en el suelo con un golpe sordo. Aturdido, levantó la vista, apenas viendo la silueta del mago que se acercaba, su risa resonando en el aire. "Así que el heredero se atreve a luchar, pero solo ha despertado a la oscuridad dentro de él", dijo el mago, acercándose cada vez más.
Kroos se levantó con dificultad, su cuerpo dolorido pero su determinación aún intacta. "No soy un simple peón para tus juegos", declaró, aunque la voz le temblaba. Estaba dispuesto a pelear, sin importar lo que el mago dijera.
"¿Ah, pero no eres un peón? ¿Entonces qué eres?" el mago irritante, con un brillo siniestro en sus ojos. "Quizás, en lugar de ser el heredero de la luz, seas el mensajero de la oscuridad."
En ese momento, un destello ígneo interrumpió la conversación. Diluc finalmente había encontrado su camino hacia Kroos, atravesando la confusión de Hilichurls. "¡Kroos!" gritó, su espada brillante en la oscuridad. "¡Detén la charla y lucha!"
Con una energía renovada, Kroos se unió a Diluc, tomando su espada, ambos luchando codo a codo contra los Hilichurls y el mago del abismo. Mientras las sombras danzaban a su alrededor, Kroos sintió que su conexión con el mundo crecía, una luz interna comenzaba a brillar cada vez mas.
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