Capitulo 10: Abismo


Kroos, agotado tras la larga caminata de regreso desde las montañas hasta la ciudad de Liyue. Agradecía la calidez y comodidad de la casa de invitados en la que le habían permitido quedarse, pero aún así no podía dormir.


Las preguntas seguían martillando su mente, los ecos de las conversaciones con Zhongli y la Preservadora de las Nubes aún vibraban en su interior.


Sentía que estaba más cerca de las respuestas que tanto anhelaba, sin embargo la revelacion de que su madre habrian limitado cualquier fuente de informacion acerca de ella lo frustro.


Finalmente, frustrado por la falta de sueño, Kroos decidió salir al aire libre. La noche en Liyue era tranquila, iluminada por la suave luz de la luna y las linternas que adornaban las calles. El viento traía consigo el aroma fresco de las montañas, pero la mente de Kroos estaba lejos de estar calmada.


Caminó hacia un acantilado que ofrecía una vista imponente del puerto, las aguas reflejando los destellos dorados de la ciudad.


Fue en ese momento, mientras observaba el horizonte en silencio, que notó algo inusual. No muy lejos de donde se encontraba, distinguió una figura en movimiento entre las sombras. Instintivamente, el corazón de Kroos se aceleró.


La criatura tenía una presencia que le resultaba familiar, aunque distinta. Su aura no era tan corrupta como las de las criaturas del Abismo que había encontrado antes, pero aún desprendía un toque de oscuridad, como una brisa fría que intentaba ocultar su verdadero origen.


Sin pensarlo demasiado, Kroos decidió seguirlo. Su curiosidad le ganó al instinto de precaución. Mantuvo una distancia prudente, asegurándose de no ser visto. Sin embargo, después de unos minutos de caminar en silencio tras la figura, la criatura se detuvo abruptamente.


"¿Disfrutando del paisaje?" dijo la figura con una voz profunda y calculadora. Kroos sintió cómo su corazón daba un vuelco. Había sido descubierto.


El ser se dio la vuelta lentamente, revelando su rostro. Sus ojos brillaban con una inteligencia inquietante, y una ligera sonrisa se formaba en sus labios. Su apariencia era humanoide, pero su aura le delataba como alguien que pertenecía al Abismo, un emirsario del abismo pyro.


"¿Quién eres?" preguntó Kroos, sin dejar que la sorpresa lo dominara. No sentía la misma hostilidad que había percibido de otros seres del Abismo, pero tampoco bajó la guardia.


"Me llamo Enjou," respondió el hombre, inclinando ligeramente la cabeza como si fuera una presentación formal. "Podríamos decir que soy... emisario del abismo. O al menos lo fui en su momento."


Kroos frunció el ceño. La mención del emisario lo hizo aún más desconfiado, sin embargo le llamo la atencion esa ultima afirmación. "¿A que te refieres con que lo fuiste en su momento? Las criaturas del Abismo han intentado destruirlo todo, que te hace diferente."


Enjou sonrió ampliamente, como si la pregunta le divirtiera. "Ah, el Abismo es un lugar lleno de intrigas, chico. No todo es tan simple como parece desde el exterior. Lo que he hecho y lo que haré no tiene un solo propósito. En algún momento, nuestros caminos se volveran a cruzar, y aunque mis objetivos no estaran alineados con los tuyos en un tiempo, podría decirse que compartimos ciertos... intereses."


Kroos sintió que había más detrás de esas palabras, pero antes de que pudiera decir algo, Enjou continuó: "Sin embargo, me interesa más saber quién eres tú realmente. No todos los días me encuentro con alguien que lleva consigo una energía tan peculiar. No es exactamente de Teyvat... ni tampoco del Abismo."


El corazón de Kroos latió con fuerza. Aquella criatura del Abismo no solo lo había notado, sino que también percibía lo que lo hacía diferente. "¿Qué es lo que quieres decir con eso?" preguntó, tratando de mantener la calma.


Enjou inclinó la cabeza, observándolo con ojos que parecían observarlo con curiosidad. "Tú no eres un simple mortal, ¿verdad? He oído los rumores, pequeñas voces en los rincones oscuros del mundo que susurran sobre un heredero de Celestia. Me pregunto... ¿podrías ser tú esa persona?"


El aire se sintió más denso de repente, como si el mismo entorno estuviera conteniendo el aliento. Kroos sintió un escalofrío recorrer su espalda. Parecia ser que su llegada no paso desapercibida solo para los que residen en Teyvat, si no tambien para los que residen en lo profundo de este mundo.


"¿Por qué te importa?" replicó Kroos, sintiéndose cada vez más incómodo con la conversación. No estaba dispuesto a revelar más de lo necesario.


Enjou soltó una risa suave, casi burlona. "No te preocupes, chico. No estoy aquí para cazarte ni para hacerte daño. De hecho, podrías decir que estamos en un territorio neutral en este momento. Lo que hago, lo que busco... es algo mucho más complejo que simplemente servir a la Orden del Abismo. De hecho," continuó, bajando la voz un poco, "mis propios intereses a veces van en contra de lo que ellos desean."


Kroos lo miró con recelo. ¿Podría confiar en este emisario? La respuesta era incierta, pero había algo en Enjou que lo hacía parecer diferente a otros emisarios del Abismo que había enfrentado. Su aura, aunque manchada por la oscuridad, no estaba completamente corrupta.


"Tal vez nuestros caminos se crucen de nuevo," dijo Enjou, dándose la vuelta para alejarse. "O tal vez no. Pero si alguna vez quieres respuestas sobre tu verdadera naturaleza... no olvides que el Abismo sabe más de lo que crees."


Antes de que Kroos pudiera reaccionar, Enjou desapareció, saliendo rapidamente por un portal del abismo, la rapidez y nerviosismo del emisario lo dejo confundido. El aire alrededor se frío y se volvio pesada, ese momento lo que le advirtio que aun no estaba solo en ese lugar, apesar de la partida de Enjou.




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Volteando a un lado, un portal del abismo se abrio, de la apertura surgieron dos figuras. El primero era otro emisario del Abismo, pero, a diferencia de Enjou, su aura era completamente oscura, cargada de una corrupción palpable. Kroos sintió cómo su cuerpo reaccionaba mal a la presencia del ser; su energía abismal era tan densa que parecía tratar de hundirlo en una sombra asfixiante. Apenas podía respirar ante esa abrumadora sensación.


Pero fue la segunda figura la que realmente le quitó el aliento.


De detrás del emisario emergió una mujer, caminando con una elegancia y un poder incuestionables. Su aura, aunque también conectada al Abismo, no estaba completamente corrompida. Era más profunda, más compleja.


Kroos inmediatamente supo quién era, incluso sin haberla visto antes, su apariencia lo hizo reconocerla de inmediato, era Lumine, la Princesa del Abismo y hermana de Aether. Su presencia dominaba el espacio, y su mirada penetrante se posó en él, analizando cada detalle, a diferencia de Aether, ella se sentia más indiferente que la contrario a la amabilidad de su hermano.


Kroos no pudo evitar maldecir mentalmente a Enjou. "Así que por esto se fue tan rápido...". pensó con frustración. Había dejado a Kroos en una situación mucho más peligrosa de la que había anticipado, él no estaba aqui porque si, estaba huyendo y Kroos solo se volvio un medio para ganar tiempo.


El emisario abismal que había llegado primero, ahora posicionado frente a Kroos, lo observaba con una mezcla de desprecio y curiosidad oscura. "Tú no eres el que estábamos buscando," dijo con voz profunda, cargada de hostilidad. "¿Dónde está Enjou?"


Kroos mantuvo la calma, aunque la tensión en su cuerpo aumentaba con cada segundo. Podía sentir cómo la energía corrupta del emisario intentaba envolverlo, pero luchó por mantener el control. "No lo sé," respondió, su voz firme. "Se fue antes de que ustedes llegaran."


El emisario frunció el ceño, visiblemente irritado. Dio un paso adelante, pero antes de que pudiera hacer nada más, Lumine levantó una mano, deteniéndolo con un simple gesto. Su mirada aún seguía fija en Kroos.


"¿Quién eres?" preguntó Lumine, su tono suave pero cargado de autoridad. No había en su voz la misma hostilidad que en la del emisario, pero Kroos podía sentir que estaba siendo evaluado. Algo en ella parecía desconcertada por su presencia, pero también cautelosa.


Kroos tomó una respiración profunda. Estaba de pie frente a la líder del Abismo, alguien de quien solo había oído vagos rumores. Y ahora que la tenía tan cerca, podía sentir la misma energía que había percibido de Aether, pero esta estaba envuelta en sombras, como si el brillo que una vez hubo en ella hubiera sido sustituido por oscuridad.


"Mi nombre es Kroos," respondió finalmente, con la misma firmeza que había mostrado antes. "No soy parte del Abismo, solo soy un viajero. y al que buscas se ha ido, solo soy una victima de las circunstancias."


Los ojos de Lumine se estrecharon ligeramente ante esas palabras. "¿Qué eres exactamente?" preguntó, esta vez con un interés más marcado.


Kroos sabía que no podía revelar demasiado. La situación ya era lo suficientemente peligrosa, y no tenía la intención de darle más información de la necesaria. Sin embargo, algo en su intuición le decía que Lumine ya sabía más de lo que dejaba ver.


"Soy... alguien que busca respuestas," dijo Kroos, eligiendo sus palabras con cuidado. "Sobre mi propio origen y volver a mi hogar, eso es todo lo que te dire."


Lumine no dijo nada por unos momentos, su mirada era una mezcla de comprensión y sospecha. Parecía estar debatiéndose internamente sobre cómo proceder. Finalmente, dio un paso hacia adelante, acercándose a Kroos. La luz de la luna iluminaba su rostro, revelando una expresión más seria de lo que él esperaba.


"El Abismo tiene muchas respuestas," dijo ella, su tono más bajo, casi como si estuviera ofreciéndole un consejo. "Pero no todas las respuestas son para todos."


Kroos mantuvo su mirada fija en Lumine, intentando leer más allá de sus palabras. ¿Era esto una advertencia o una invitación? La forma en que ella hablaba, aunque cautelosa, no parecía estar intentando asustarlo. De hecho, había una parte de su tono que parecía... comprensiva, casi como si viera algo en él que resonara con su propia experiencia.


"Su majestad" intervino el emisario, claramente impaciente. "Perdemos tiempo aquí. Enjou debe ser encontrado."


Lumine no apartó la mirada de Kroos, pero asintió ligeramente. "Lo sé. Pero este encuentro no ha sido una coincidencia."


Con eso, se giró hacia su emisario y el portal que aún se mantenía abierto detrás de ellos. Kroos sintió cómo su cuerpo finalmente relajaba la tensión acumulada, aunque sabía que esto no estaba ni cerca de terminar.


"El abismo puede ofrecerte lo que buscas" dijo Lumine, con un tono más suave. "Si de verdad buscas respuestas, ten cuidado de dónde las obtienes. Este mundo no siempre ofrece lo que parece."


Kroos se quedó mirando el lugar donde el portal donde ellos se dirigian, sus pensamientos girando en un torbellino. Había estado a punto de enfrentarse a la Princesa del Abismo, y sin embargo, algo en ella no se correspondía del todo con lo que él había imaginado. ¿Por qué le había advertido de esa manera? ¿Qué había visto en él para ofrecerle esas palabras?


Kroos respondio con una mirada seria. "Tentadora oferta, sin embargo me inclino a negar tu oferta, seguire y usare mis propios medios." El sabia que confiar en el abismo no era una opcion ya que al acepctar entraria en una trampa sin posibilidad de escape.




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Sintiendo el peso del encuentro con Lumine, se giró para marcharse rápidamente, con el único deseo de dejar atrás el oscuro portal que había traído consigo tanta tensión. Su mente seguía revuelta, sus pensamientos intentando darle sentido a lo que acababa de pasar. Sin embargo, una sensación de alarma comenzó a invadirlo, como si algo estuviera por suceder.


Antes de que pudiera dar otro paso hacia su salida, una presencia intensa lo detuvo en seco. El aire a su alrededor cambió una vez más, y lo que antes era simplemente un portal que se cerraba ahora se sintió como una barrera invisible que lo envolvía. Un frío le recorrió la espalda, haciéndole saber que algo había cambiado en el ambiente. Kroos volteó lentamente, temiendo lo peor.


Lumine estaba allí, de pie a unos metros, con la mirada fija en él, pero esta vez sus ojos eran diferentes. Ya no eran simplemente curiosos o analíticos. Ahora estaban cargados de una certeza gélida y peligrosa. Algo en ella había cambiado, como si finalmente hubiese conectado las piezas del rompecabezas que necesitaba, que hasta entonces, no habían encajado del todo.


"Kroos..." murmuró Lumine, su voz baja y tensa. "Ahora lo entiendo, gracias por tu amable respuesta a mi propuesta..."


La sorpresa de Kroos fue inmediata. La calma con la que Lumine lo había tratado momentos antes se desvaneció, reemplazada por una tensión casi palpable. Kroos dio un paso hacia atrás instintivamente, tratando de mantener la distancia entre ellos. La mirada en los ojos de Lumine ahora era diferente, como si ella hubiera descubierto algo que lo cambiaba todo.


"¿Qué entiendes?" preguntó Kroos con cautela, aunque una parte de él ya sabía la respuesta. Lo que temía desde hacía un tiempo finalmente estaba sucediendo.


Lumine dio un paso hacia él, y la tensión en el ambiente se intensificó. "Hace tiempo... uno de mis magos del Abismo me advirtió sobre algo," dijo ella lentamente, sus palabras cayendo como un juicio inminente. "El heredero de Celestia... que había regresado."


El corazón de Kroos dio un vuelco en su pecho. Sabía que esa mención significaba problemas. Lumine, la Princesa del Abismo, conectaba los puntos, y eso lo colocaba directamente en el centro de una tormenta que no estaba preparado para enfrentar en ese momento.


"No es posible que sea una coincidencia" continuó Lumine, acercándose aún más. "Tu aura, tu conexión con las energías divinas y abismales, y ahora que lo pienso... tus preguntas. Siempre estuviste buscando respuestas sobre ti mismo, ¿no es así? Porque tú no perteneces solo a este mundo, Kroos."


Kroos intentó mantenerse sereno, pero la presión de la situación lo superaba. Sabía que negar o mentir no iba a cambiar nada. Lumine ya había descubierto lo que era. "No sé lo que piensas," respondió, intentando ganar tiempo. "Solo busco entender lo que me está pasando."


"Entender, ¿eh?" Lumine lo miró con frialdad, pero había una chispa de algo más en sus ojos: determinación. "Eres el heredero de Celestia. El hijo de la diosa primigenia, ¿no es así? Eso te convierte en una amenaza para todo lo que estoy construyendo, tenia la esperanza de poder llevarte a mi lado, tu respuesta era lo unico que necesitaba."


Kroos sintió que su corazón se detenía por un segundo. Sabía que había peligro, pero ahora era innegable. Sus nervios lo traicionaron por un momento, retrocediendo un paso más mientras su mente trabajaba febrilmente para encontrar una salida. No quería enfrentarse a Lumine, no de esa manera, y menos cuando todavía estaba buscando entender su propio papel en todo esto.


Lumine dio un último paso hacia él, acercándose lo suficiente como para que Kroos sintiera la intensidad de su aura. "El regreso del heredero de Celestia podría cambiarlo todo... y no permitiré que te interpongas en nuestros planes."


Su tono no solo era hostil, tambien definitivo. Kroos sabía que cualquier intento de razonar con ella sería en vano. Lumine no era solo la Princesa del Abismo; era alguien que había hecho su elección, y él, como heredero de Celestia, representaba todo aquello contra lo que ella estaba luchando. Su mera existencia era una amenaza.


En un rápido movimiento, Kroos intentó dar un paso más hacia lejos de ella que aún estaba detrás de él, con la esperanza de escapar antes de que todo se descontrolara. Pero Lumine, viendo su intención, levantó una mano, y una ráfaga de energía abismal bloqueó su camino. El portal parpadeó y se cerró solo para crear una barrera en un abrir y cerrar de ojos, dejando a Kroos sin salida.


"Esto no tiene que terminar en un enfrentamiento," dijo Kroos, tratando de mantener la calma, aunque por dentro sabía que su situación era crítica. "No soy una amenaza para ti, Lumine."


"Eso no lo decides tú," replicó ella con dureza, su voz resonando con el eco de las fuerzas abismales. "Tú eres una amenaza simplemente por existir."


Kroos apretó los puños, sintiendo cómo la energía en su interior comenzaba a agitarse. Su cuerpo reaccionaba a la tensión de la situación, y la luz dorada que solía mantenerse tranquila y oculta ahora empezaba a manifestarse de manera más evidente, como si respondiera al peligro inminente.


Lumine lo observó, sus ojos centelleando al ver la luz manifestándose en él. "Ahí está," murmuró, como si confirmara sus sospechas. "La divinidad en ti no se puede ocultar. Tarde o temprano, esa luz te pondrá en el centro de todo."


Kroos sabía que no podía quedarse allí mucho más tiempo. Las preguntas aún giraban en su cabeza, pero en ese momento lo primordial era escapar. Con un rápido movimiento, en su deseperacion de manera inconsiente, Kroos, canalizó su energía interior y lanzó una ráfaga de luz hacia el lugar donde ella había estado, intentando forzar una ruta de escape. La luz dorada atravesó el aire, cortando la oscuridad que había dejado el Abismo.


Lumine no hizo ningún movimiento para detenerlo. Solo lo observó, su expresión fría y calculadora. "Corre, si lo deseas," dijo, su voz calmada pero cargada de amenaza. "Pero no podrás huir de lo que eres, Kroos. Y cuando llegue el momento, tendrás que elegir de qué lado estarás."


La luz dorada finalmente rompió el bloqueo, y un nuevo portal se abrió frente a Kroos. Sin mirar atrás, se lanzó a un lado esquivandolo, sintiendo cómo la energía lo envolvía y lo arrastraba lejos de ese peligroso encuentro.


Kroos trato de huir, improvisando cada movimiento para escapar de Lumine y el emisario del Abismo. La noche en Liyue, que solía ser tranquila y serena, ahora se sentía como un campo de batalla, su paz rota por la tensión de su persecución. Estaba tan cerca de regresar a la seguridad de la ciudad, de perder a sus cazadores entre las callejuelas y muros que conocía... pero antes de poder alcanzar los límites de Liyue, algo cambió.


Delante de él, el aire se desgarró con una fuerza oscura y terrible. Un portal del Abismo apareció de la nada, cortando su paso como una trampa mortal. Kroos apenas tuvo tiempo de reaccionar, sintiendo cómo una energía densa y corrupta se arremolinaba a su alrededor. Intentó detenerse, pero era demasiado tarde. El tirón del portal lo envolvió con una fuerza imposible de resistir, como si una mano invisible lo hubiera atrapado por completo.


El corazón de Kroos latía desbocado mientras corría, la adrenalina impulsándolo a seguir adelante, tratar de huir incluso si fuera a rastras.


"No..." fue todo lo que pudo decir antes de que el mundo a su alrededor se desmoronara.


El portal lo devoró, y todo se desvaneció en la oscuridad.




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Del otro lado, Lumine observaba con una expresión impasible cómo el portal engullía a Kroos. A su lado, el emisario del Abismo, cuya presencia abismal era pesada y corrupta, esbozó una sonrisa maliciosa.


"¿Debería ir tras él?" preguntó el emisario, su voz goteando con una mezcla de anticipación y crueldad. "Podría cazarlo fácilmente ahora. No tiene escapatoria en el abismo."


Lumine, sin embargo, levantó una mano, deteniéndolo en seco. "No es necesario," dijo, su tono frío y calculador. "Déjalo."


El emisario la miró, desconcertado. "Pero... es el heredero de Celestia. ¿No sería mejor asegurarnos de que no salga de allí?"


Lumine miró al horizonte, sus ojos llenos de una determinación implacable. "El Abismo interferirá con sus poderes. Ese lugar consume la luz... y lo que es peor, lo hará enfrentar lo que realmente es. No necesitamos cazarlo. Las criaturas del Abismo se encargarán de él."


El emisario se detuvo un momento, asimilando las palabras de su princesa, y luego asintió lentamente. "Como desees," dijo, retrocediendo. "Es muy probable que no salga de allí con vida."


Lumine no respondió. Sabía que el Abismo tenía su propia forma de quebrar la voluntad de aquellos que caían en él. Y aunque Kroos pudiera sobrevivir, las respuestas que encontraría allí solo lo harían dudar más de sí mismo. En el Abismo, incluso los seres divinos estaban condenados a enfrentarse a sus peores temores.




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Kroos cayó a través del portal, su cuerpo sacudido por las fuerzas que lo rodeaban. No podía ver nada a su alrededor, solo oscuridad absoluta, una sensación de vacío que parecía alargarse eternamente. Intentó usar sus habilidades, su energía dorada, pero cada vez que intentaba concentrarse, algo lo bloqueaba, como si el Abismo estuviera absorbiendo su poder. Era como intentar encender una llama en medio de una tormenta.


Finalmente, el portal lo escupió con violencia, y Kroos se estrelló contra el suelo frío y duro de un lugar desconocido. El impacto le quitó el aire, y por un momento, todo fue confusión.


Se levantó lentamente, su cuerpo adolorido por la caída. A su alrededor, lo único que podía ver era una vasta extensión de roca negra y formas distorsionadas, casi como sombras vivientes. El aire era pesado, lleno de una energía corrupta y sofocante que lo hacía sentir como si estuviera bajo una presión constante. Las criaturas del Abismo, si estaban cerca, permanecían en las sombras, pero Kroos podía sentir su presencia, acechándolo desde los rincones oscuros.


"¿Dónde... estoy?" murmuró, su voz resonando en el vacío. No había respuesta, solo el eco de su propia desesperación.


El Abismo. Eso era lo que había sentido en el portal, esa energía opresiva que ahora lo rodeaba por completo. Estaba en un lugar que no comprendía, un reino donde las reglas del mundo exterior no se aplicaban. Y, como Lumine había predicho, su poder se sentía debilitado, incapaz de manifestarse plenamente.


Kroos cerró los ojos un momento, tratando de centrarse, de encontrar una salida, pero cada intento de concentrarse en su energía terminaba en un vacío. El Abismo parecía estar devorando cada destello de luz que intentaba convocar. Y peor aún, algo más lo inquietaba profundamente: una sensación de desorientación, como si su propio sentido de identidad estuviera comenzando a desmoronarse.


"No... tengo que salir de aquí," pensó con urgencia. Pero las palabras sonaban huecas en el vasto vacío.


Mientras se levantaba, escuchó un sonido en la distancia, un gruñido bajo y profundo que resonaba por las rocas oscuras. Su corazón se aceleró. Sabía lo que eso significaba: no estaba solo.


Los ojos de Kroos buscaron alguna salida, pero el paisaje era monótono y opresivo, y las criaturas abismales que habitaban este lugar podían estar en cualquier parte. No podía quedarse allí esperando. Si quería sobrevivir, tendría que moverse, encontrar alguna manera de escapar de este lugar infernal.


Cada paso que daba lo acercaba más a una verdad incómoda: si no lograba salir de este lugar con vida, el Abismo no solo destruiría su cuerpo... sino también su voluntad.


Kroos sabía que estaba en una carrera contra el tiempo, pero en el Abismo, el tiempo mismo parecía desvanecerse en la oscuridad.


La lucha acababa de comenzar.

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