Único

–Yo soy su mejor amigo, tengo más posibilidades de ser su Alfa.–Decía un empeñado Pedri, quería hacerle entender al otro que sus probabilidades eran mayores.

–Te recuerdo, canario de cuarta que yo también soy uno de sus mejores amigos.–Contraataco Ferran, no le iba a dejar el camino fácil, pueden ser amigos sí, pero ese omega se robo su corazón.

La razón de toda esta discusión era que ambos Alfas habían caído a los pies de un compañero de su club, un amigo más el omega que los tenía así era nada más y nada menos que Pablo Gavira.

Ferran había pensado que era buena idea decirle sobre sus sentimientos a su amigo Pedri, no pensó que el canario tendría los mismos sentimientos hacia el omega. Así que esa era la situación, ambos estaban discutiendo porqué deberían ser el Alfa del omega.

–Yo lo conocí primero.

–Por favor, Pedri ¿Es enserió lo que estás diciendo? No seas tan infantil, además es Gavi quien tiene la última palabra.

Eso hizo que el canario se callara, Ferran tenía razón, el único que podía tomar esa decisión era el sevillano.

–Bien, tienes razón... Hagamos un trato.–Dijo Pedri, puede que Ferran tenga razón, pero eso no va a evitar que luche por ser el escogido.

–¿Qué trato?

–Vamos a cortejarlo, al final del mes le pediremos su respuesta.

–Bien, acepto con una condición.

–¿Cuál?

–No haremos nada para perjudicar al otro, no intervendremos en nada que tenga que ver en las decisiones que Gavi tome con el otro.

–Acepto.

Ambos estrecharon las manos, hoy empezaba la competencia más importante de sus vidas.

Conseguir el corazón del omega que aman.

Gavi esta emocionado, hoy cumplía tres meses de haber conocido, o mejor dicho a ver descubierto quien era su destinado, y desde entonces el Alfa ha estado llenando su departamento de regalos según lo que indicaba el cortejo.

Hoy finalmente iba a darle una respuesta, que era más que obvia, pero el Alfa quiso hacerlo a la antigua, porque según él, Gavi merecía eso.

Pudo sentir que su móvil estaba vibrando, soltó una sonrisa al ver quien era.

Eso hizo que se apurarse, ¿Qué sería? No lo sabe, pero esta seguro de que le encantará porque Sergio se encargo de aprender cada detalle que a él le gustaba.

Amaba a ese Alfa, no le importa la diferencia de edad, ni los comentarios que sabe que habrán cuando lo suyo se haga público.

No le importa, lucho mucho para que el Alfa se diera cuenta de que él era el indicado, de que Gavi era feliz de tenerlo de destinado.

Tres meses antes.

Hoy era un día importante, era el día en dónde se disputaria el encuentro que podría darle el pase al Barcelona a los cuartos de final, para la Champions.

Se enfrentaban al PSG, había mucho nerviosismo, más para los jóvenes quienes sentían la presión de todo un club sobre sus hombros.

Los entendía, muchas personas olvidaban que solo eran unos niños de 16 y 17 años. Si bien para Gavi no era la primera vez que se enfrentaba a un encuentro de Champions, era la primera vez que llegaban tan lejos.

Pudo ver a Fermín y Lamin ir de aquí y allá, faltaba unos minutos para que el juego empezará, Lamin se frotaba la cara constantemente y Fermín las manos.

Le causaba gracia porque en una época el también estaba así, iba ha acercarse para decirles unas palabras, pero la presencia de alguien lo hizo parar.

–Hola.–La voz del Alfa llego a sus oídos de forma tranquila, era de esperarse el hombre tenía experiencia de años, no iba a estar nervioso.

–Hey...–Iba a seguir, pero la forma en que el Alfa en frente hizo una mueca extraña lo detuvo.

–¿Ser...?–

–Disculpa me están llamando.–Ramos salio del lugar de forma rápida, Gavi no entendía qué demonios había pasado. Miró a sus alrededores buscando a alguien que pudiera explicarle lo que había pasado.

–Raro... ¿Será que huelo mal? Parecía que olió la putrefacción personificada.–Se dijo a sí mismo, oliendose de forma disimulada.

–Mmmh, no, no soy yo...

–Hola gostoso.–La voz de otro Alfa lo saco de sus pensamientos, podía ver como el Alfa le daba una sonrisa "seductora" que más bien parecía una mueca mal torcida, quiso reírse.

–Hola Ney, ¿Cómo estás?

Lejos de ahí, Ramos podía ver como el Alfa brasileño coqueteaba con el omega. Quería ir y apartarlo de su lado, aprisionarlo en sus brazos y gruñirle al otro.

–Joder... ¿Tenía que ser el cachorro? ¿En serio?–Se recriminaba, tan solo oler el aroma de menta y dulces de Gavi hizo que su lobo levantara su cabeza.

Tuvo que salir huyendo como cobarde si no quería saltarle encima al omega ahí mismo. Esta seria un larga noche.

El encuentro iba por el minuto veinticuatro del primer tiempo, cuando el marcador se abría con un gol de Pedri, el Canario hizo su mítica celebración y Gavi no dudó en saltar a sus brazos. Eso no le gustó para nada a cierto Alfa español.

Ramos estaba a nada de explotar, y bien que podía hacerlo con los tobillos de cierto canario, pero decidió que no era prudente además de que el omega y el no eran... Nada.

Eso lo perturbó todo el primer tiempo, estuvo pensando y sobrepensado en la diferencia de edades, lo que van a decir las personas, incluso en los mismos sentimientos de Gavi.

¿Quién le asegura que el omega lo quiera o incluso lo acepte como Alfa? Seamos sinceros, ya no era tan joven, estaba entrando a sus últimos años de carrera ¿Qué podría verle Gavi?

Fue tanto su desconcentración que en un choque involuntario, derribo al omega que iba hacia Kylian para quitarle el balón. Fue un accidente, uno que terminó con el omega debajo de él, con el rostro rojo por haber corrido tanto, su respiración era agitada y sus cabellos estaban desordenados.

Era un puta imagen que iba a matarlo, Gavi lo miro con su habitual ceño fruncido, Ramos dejo de pensar y se dejó llevar soltando su aroma.

Whisky y canela golpearon los sentidos de Gavi, abrió sus ojos de forma rápida y antes de poder siquiera decir algo, el Alfa se levantó dándole una mirada avergonzada.

Lo entendió, la forma de apartarse en los corredores, no fue porque oliera mal, fue porque el Alfa percibió su lazo a través de su aroma.

El encuentro terminó con la victoria del Barça y su pase a cuartos asegurado. Gavi estaba feliz, podía verse en su rostro que realmente moría de felicidad, la cuestión era que esa felicidad no se debía enteramente a la victoria, sino más bien al hecho de que había descubierto quién era su Alfa.

Alfa que observaba con una mirada de absoluta admiración al más joven, estaba feliz de saber que el destino lo había emparejado con alguien como Gavi, sin importar que no iba a tener nada con el omega. Estaba feliz de haber conocido a su destinado.

Pudo ver como Pedri y Ferran revoloteaban al rededor de Gavi, le molesta claro, pero ellos eran buenos Alfas, eran de la misma edad que el omega... Podían darle una relación sin tantos problemas.

En especial Pedri, él era el Alfa perfecto... Era el mejor amigo de Gavi, podía hacerlo feliz.

Dio media vuelta para irse a los vestuarios, podía decir todo eso, pero verlo ya era mucho.

–¿Vamos a ir a celebrar no?–Pregunto Pedri pasado su brazo por el hombro de Gavi, quién sin prestarle atención asentía con la cabeza, estaba buscando a cierto Alfa con la mirada.

–Yo invito.–Dijo Ferran quien de forma disimulada también abrazaba al omega quitando al otro Alfa.

–Esta bien chicos, pero debemos decirle a Lewy, o nos matará más tarde.

El Alfa polaco era el responsable no registrado de Gavi y en algunas ocasiones de Ferran, tanto dentro y fuera de Barcelona, y más si era en otro país. El Alfa estaba pendiente de que los cachorros no cometieran ninguna estupidez.

Eran aproximadamente las diez de la noche, Robert los había llevado a un club de París, costó convencer al Alfa, pero lo lograron usando los ojitos de cachorro pateado en la lluvia de Gavi.

Robert estaba sentado en una de las mesas mientras que Pedri y Ferran iban por las bebidas, esa fue su oportunidad para hablar con el cachorro.

–Gavi ¿Paso algo hoy?

–¿Mmh? ¿Por qué preguntas?

Robert alzó una cena, no compartían sangre, pero ese cachorro era suyo. Lo conocía lo suficiente como para saber que algo había pasado.

Gavi soltó un suspiro, de todas formas necesitaba el consejo de alguien.

–Encontré a mi destinado...

–¡¿Qué?! ¿Cómo? ¿Cuándo? Maldición ¿Dónde?–Bien, eso no se lo esperaba.

–Lo encontró hoy... E-En el encuentro contra el PSG.

–¿Es un jugador del PSG?–¿Quién era el desgraciado que quería robarse a su cachorro?

–Es Sergio...–Dijo en un susurro, puede que Robert sea alguien tranquilo y cariñoso, pero ahora parecía que iba a matar a cualquiera que lo provocará.

–¿Ramos? ¿Sergio Ramos?–Robert vio como su cachorro asentía con la cabeza, y se llevó las manos a la cara.

–¿Estás seguro?

–Sí, y él también lo sabe, pero...

–¿Pero? ¿Hizo algo?

–Creo que no le gustó... Se fue sin decirme nada, yo... Yo realmente estaba feliz de que él sea mi Alfa.

–Oh, cachorro ven aquí.–Robert abrió sus brazos para que el más pequeño lo abrazara.

–¿Has pensado que Sergio pude estar pensando que tú tampoco gustas de que él sea tu Alfa? Es un Alfa mayor Gavi, puede estar pensando que no es suficiente para ti.–Realmente esperaba que sea eso, o de lo contrario Sergio tendrá muchos problemas.

–Pero ni siquiera medio tiempo de hablarle.

Robert soltó un suspiro... Espera no arrepentirse más tarde.

–Entonces ve por él, ve y dile que no te importa nada y que lo elijes como Alfa.

Gavi saco su cabeza del pecho de Robert, lo observó con ojitos felices.

–Gracias Lewy.

Y salió, salió corriendo como loco, no se detuvo en pensar que ni siquiera sabía dónde vivía el Alfa, por lo que iba a volver a la mesa para decirle a Robert que lo ayudara.

Iba a dar media vuelta para volver, pero choco con un pecho firme, y pudo volver a jactarse del exquisito aroma de Whisky y canela.

–Lo siento, yo no... ¿G-Gavi?– Ramos maldecía a su suerte, solo quería salir a tomar para olvidar un poco y ¡Tass! La vida le restriega en la cara al omega.

–Sergio...

–Lo siento yo deb...–

–No, tú de aquí no te vas hasta escucharme.–Dijo Gavi y de forma rápida tomo al Alfa del brazo y se lo llevo al baño, había mucho ruido ahí.

–Gavi espera, ¿Qué haces?

–No, ¿Qué haces tú? ¿Por qué huyes de mí? ¿Tanto te molesta que sea yo tu destinado?

La pregunta desconcertó a Sergio, pensaba que era al revés.

Miro la puerta del baño, no era el mejor lugar para hablar de esto. Abrió uno de los cubículos he hizo que el omega entrará.

–¿Qué me molesta que seas mi omega? Sí.

La respuesta hizo que el pecho de Gavi doliera, tenía una pequeña esperanza, pero al parecer no servía para nada.

El Alfa se acercó de forma peligrosa, pudo notar con claridad la diferencia de altura cuando Sergio agacho su rostro para quedar cerca de su oído.

–Me fastidia que seas mi omega y que no pueda acercarme, que tenga que ver como otros te tocan, como te abrazan y yo no pueda hacer nada.

–S-Sergio...

–Odio tener miedo del que dirían, de como esto puede perjudicar tu carrera... Pero odio más que pienses que no eres suficiente para mí, cuando eres todo lo que quiero.

Ramos no espero más, que pase lo que tenía que pasar se dijo.

Beso de forma dulce y a la vez feroz al omega, era algo que quería hacer desde que lo tuvo debajo de él en la cancha.

Presente.

Gavi bajo las escaleras de forma rápida, sonrió al ver como Sergio lo estaba esperando recostado en la puerta del coche. Salto al los brazos de su Alfa y se tomó su tiempo para disfrutar de su delicioso aroma.

–También te extrañe.–Dijo Sergio al separarse del omega.

–Es lo menos que espero, no puedo ser el único... Alfa.–Gavi sabía lo que causaba eso en Sergio.

–Será mejor que subas al auto precioso, o de lo contrario no saldremos de aquí.–Susurro Sergio, cada día era más difícil controlarse, ese omega sería su perdición.

Una vez dentro del auto Sergio le tapo los ojos con una venda, Gavi estaba sumamente emocionado y el Alfa solo esperaba que le gustará la sorpresa.

Media hora después habían llegado a su destino.

Sergio ayudo a su omega para que no cayera al bajarse, lo gio hasta estar en el lugar preciso.

–¿Estás listo?

–Síp.

Le quito la venda, y Gavi chillo el lugar era hermoso, estaban en un lugar lleno de flores, con una especie de tienda que tenía muchos cojines.

Volteó a ver a su Alfa, quien le observaba expectante.

–¿Tú hiciste todo esto?

–Sí, ¿Te gusta?

–Me encanta.

–Ven.–Dijo Sergio para llevarlo adentro de la tienda, hizo que se sentara en uno de los cojines.

–Yo... Bueno.–Estaba nervioso, las palabras no le salían, Gavi solo quería reír, su Alfa aún se ponía nervioso cuando se trataba de esto.

–Quiero ser tu Alfa.

–Creí que ya lo eras.–Respondió riendo un poco.

–M-Me refiero a que quiero que seamos una pareja formal, ya nada de secretos... Quiero ser tu Alfa y que todos se enteren.

Gavi había esperado tanto ese momento, se acercó gateando hacia su Alfa, quién de forma nerviosa trago seco.

–Entonces marcame...–Dijo estando de frente y sentado a horcajadas sobre el Alfa.

Ferran y Pedri estaban con dos ramos en la puerta del departamento de Gavi, hoy era el día, hoy iban a confesar sus sentimientos.

Ferran fue el primero en tocar el timbre.

–Pase lo que pase... Seguiremos siendo amigos ¿Verdad?–Pregunto el canario, puede que sean rivales ahora, pero seguía queriendo al otro.

–Por supuesto Pepi.

Pudieron escuchar unos pasos y ambos se pusieron firmes, listos para ofrecer las rosas que tenían en las manos.

Claro eso hasta que se abrió la puerta y pudieron ver como un desaliñado y muy rasguñado Sergio les miraba con cara de pocos amigos.

–Les doy cinco segundos para que desaparezcan de la puerta de mi omega.

Ni tiempo le dio de contar cuando ambos amigos salieron del lugar.

Cerro la puerta y volvió al cuarto donde le esperaba su sexy omega, quien lucía orgullosamente su marca.

–¿Quién era?–Pregunto Gavi a su Alfa quien se tumbo a su lado tomándolo de la cintura para acercarlo.

–Nadie importante.

–¿Tú sabias de esto?–Pregunto un agitado Ferran, nunca en su puta vida había corrido como ahora

–Por supuesto que no... Supongo que por eso tenia menos tiempo.

–Ahhh, bueno que se la va ha hacer... ¿Vamos por unas croquetas? Son tus favoritas ¿No? Yo invito.

–¿Tratas de conquistarme Torres?

–¿Por qué no?

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