Genevieve era un bebé cuando su madre murió, su padre era un hombre al que le aterraba la soledad, así que desposó a una bella mujer y confió en que sería una buena compañera, así como una buena madrastra.

Desafortunadamente se había equivocado y no tuvo tiempo de remediar su error, ya que murió cuando Genevieve tenía diez años.

Al principio, la niña era cuidada por la servidumbre, pero mientras más crecía más preguntas tenía y las preguntas eran desgastantes: "¿Cómo murió mi padre? ¿Por qué no puedo entrar a esa habitación? ¿Por qué debo esconderme en las fiestas? ¿Por qué ya no me visita el Duque?", y luego de un tiempo su madrastra las dejó de tolerar. Gracias a esto, la única opción que quedó fue aprisionarla.

Cinco largos años de prisión, sin comidas decentes o luz de sol, fue lo que se ganó por tratar de averiguarlo todo, hasta que un día encontró la forma de escapar.

Cualquiera habría esperado que su madrastra se resignara y también que se sintiera afortunada de tener una carga menos sobre la espalda, pero en lugar de pasarlo por alto, contrató a Hunter para darle caza. Hunter, necesitado de dinero, corrió tras Genevieve a lo largo del bosque y consiguió alcanzarla, pues sus piernas eran ágiles, pero al mirarla a los ojos no consiguió atravesarla y en lugar de eso, huyó con ella.

Luego de días de caminata y noches de desvelo, encontraron la casa donde Al y sus seis hermanos vivían. La casa era grande y estaba vacía cuando llegaron, así que luego de forcejear un poco con la puerta, entraron. Había camas que se antojaban cómodas y no pudieron evitar cobrar el tiempo que habían estado despiertos, alertas a cualquier persecución. Pero no fue una siesta larga, sino que solo duró hasta que los habitantes del lugar aparecieron. Los hermanos de Al, a diferencia de él, eran grandes y fuertes. Entre los seis atacaron a Hunter y Genevieve, atándolos en manos y piernas, obligándolos a confesar. Hunter dejó que la joven hablara y que con sus encantos de chica dulce convenciera a los hermanos, pero ellos se negaron a ayudar.

Así que los liberaron y los dejaron a su suerte en el bosque. Ambos eran ingeniosos y sabían que podrían sobrevivir con las habilidades del otro. Genevieve era bien administrada y luego de que Hunter le diera un cuchillo, descubrió que también era buena lanzando y despellejando. Hunter era diestro cazando, corriendo y construyendo. Solo fue cuestión de tiempo hasta que consiguieron un refugio decente y comida. Pero no se sentía seguro y comprobaron su teoría cuando apareció Graciel, un apuesto joven que simpatizó con Genevieve.

En primer instante solo era un príncipe amante del bosque que con el paso de los días comenzó a visitar a la joven diariamente, conversaban y él solía llevarle comida bien preparada del reino mientras juraba guardar su secreto. Pero no era cierto. En Royaume, se ofrecía una recompensa de cien lingotes de oro y la mano de la reina a quien entregara a su hijastra prófuga. Y Graciel la entregó, luego de ganarse su confianza y pedirle encontrarse en un punto diferente solo para emboscarla.

Afortunadamente Hunter también tenía una buena intuición y prohibió a Genevieve asistir al encuentro, salvándola de lo que habría sido su muerte prematura. No resultó lo mismo para todos los demás habitantes del bosque, ya que toda casa y refugio fue destrozado, salvándose solo aquellos capaces de encontrar un mejor escondite. Aquella noche se encontraron muchos cuerpos sin vida y en Royaume se asumió que alguno pertenecería a la joven princesa, cosa que permitió a la reina dormir tranquila con un nuevo, apuesto y joven esposo.

Pero se habían equivocado, pues Al había sobrevivido con su agilidad al trepar y Genevieve había sido puesta a salvo por Hunter. Y nada era más fuerte que tres sobrevivientes del mal, mismos que se resguardaron y esperaron por el momento adecuado para vengar los daños.

Claro, hasta que Al y Hunter se retractaron.

¿Cómo podían simplemente elegir estar sentados? ¿Acaso no quería Hunter vengar a su esposa? ¿Ya no sentía la misma rabia que cuando se enteró de que la habían asesinado por regatear en un mercado? ¿Y qué sucedía con Al? No solo habían destruido su casa, sino que también habían asesinado a seis de sus hermanos. Seis era un alto número de vidas perdidas.

Pero Genevieve no se daría por vencida, no pondría la otra mejilla. Había permitido, por ignorancia, que esa mujer tomara a su padre, su casa, su libertad y que en dos ocasiones casi le tomara la vida. Y Graciel. Solo de pensarlo le dolía el estómago. Ese supuesto príncipe la había utilizado y había arriesgado a Hunter de por medio. Ambos merecían pagar por lo que habían hecho.

Y para beneficio de Genevieve la lista se había resumido a uno, pues justo por la mañana se había cumplido un día de que la reina, la mujer que solía ser su madrastra y quien le arruinó la vida, había muerto.

Ahora solo quedaba asesinar a Graciel.