31 parte dos

Los dos pende... Es decir, los dos muchachos que le quitaban la poca paciencia y parte del sueño a Cara. Se encontraban sentados en las escaleras del templo de acuario, tenían que hablar seriamente sobre su convivencia, no es divertido recibir notificaciones de esos dos en medio de la madrugada, no es que la chica necesitara dormir, pero realmente le gustaba.

—Bien. -hablo primero Cara a los dos santos que estaban sentados en los peldaños de las escaleras.- Empecemos con esto ¿Quien empieza? -dirigió una mirada un tanto impaciente a los presentes.

—Bueno... -Hablo el actual santo de lobo- ¡Simplemente no podemos! -exclamó sin mucha calma. ¿De verdad tenía que intentar mejorar la convivencia con quien le había quitado a una de las personas más importantes de su vida? Por favor debía ser una pésima broma.

—Mira, tampoco es fácil para mi después de todo lo que ocurrió en el pasado, de verdad no lo es -le hablo el santo de acuario. Y dale con el pasado.

—¡Lo pasado, pisado! -hablo la chica- ¡Este el presente! Claro que las heridas quedan, pero se curan con el tiempo ¿O no?. Las peleas también. -continuó, no es que fuera poco empatica. Es que las cosas deben solucionarse. Más no es fácil, las marcas emocionales son más profundas de lo que aparentan. Un niño había perdido a quien consideró su hermano mayor, el asesino acabó con la vida de quien amaba y para evitar el dolor de su pecado encerró sus emociones en lo más profundo del alma, pero como consecuencia, las emociones encarnaron en pesadillas, las que lo atormentaron hasta su muerte e incluso volver a la vida, repitiendo una y otra vez como había acabado con la existencia de quien amaba. No es fácil olvidar de la noche a la mañana.

Cara les dio la espalda, estaba dispuesta a marcharse, más no por resignación. Quizás puedan hablar con más comodidad si ella se retiraba, después de todo ella era completamente ajena a la situación.

—Si se van de aquí y aún no llegan a nada. Los mato. -habló para luego esfumarse. La verdad también va a aprovechar para recuperar el sueño perdido. No porque lo necesitara, sólo lo quería.
Y quitando eso, llegó la incomodidad. Si es que antes era un ambiente agradable, porque si no lo era pues nunca se fue.

—Bueno... -Tokisada fue quien tomó la primera palabra.- Esto debí decirlo hace tiempo... Lo siento. Lo siento. -habló con la mirada gacha. Por fin lo dijo, por fin liberaba el arrepentimiento por sus acciones.- Realmente nunca quise hacerlo, jamás -continuaba ante la atenta mirada del joven.- ... sólo seguía órdenes -mencionó con la voz cargada de pena. No era el único que había matado por ello y claramente terminó arrepintiéndose por eso, no era el único. También había otro guerrero, uno que muchos conocenos y aún recordamos.- No sé si me crees, pero yo nunca pensé en hacerle daño... Incluso en ese momento, sólo estaba haciéndome el fuerte, sólo oculté lo que sentía... Hasta que volvimos, hasta que él volvió. La verdad no tengo derecho a pedir perdón y tú tampoco deberías Perdóname. -terminó levantando la cabeza.

—Claramente no debería ni tenerte al lado.- le respondió mirándolo a los ojos, la verdad no debería ni verlo, ni oírlo, ni enterarse de que seguía con vida.- Él pudo perdonarte, pero no sé si por él, yo debería hacer lo mismo.- continuaba. en si cuestionaba a su "Hermano", respetaba sus decisiones, pero aún dudaba... ¿Como perdonar a quien te quitó la vida?, ¿Quien te separó de las personas te quieren?, ¿De quienes aún te esperaban?.

—Tampoco tienes que hacerlo, de todas formas no lo merezco. Como hombre, aceptaré tu odio... Sólo por él, mantengamos algo de paz. ¿Podemos coexistir, verdad? Aunque me odies. -dijo extendido su mano, tampoco espera que sea estrechada.
El menor soltó un suspiro, mientras estrechaba su mano, de cierta forma fue una gran sorpresa.

—Sólo para evitar el alboroto. Mantengamos la paz entre nosotros dos. -dijo mientras colocando algo de fuerza en el apretón.- ... Aparte ninguno quiere morir todavía -habló haciendo referencia a la ausente. Vamos que ya se necesitaba una broma para la tensión. No pudieron evitar que se escapara una pequeña risa. Dejaron el contacto de lado al escuchar una voz conocida y querida por ambos. Era Yoshitomi.

¿Podían tolerase por la persona que querían verdad?, ¿Podían dejar en segundo plano el pasado para evitar amarguras y una muerte casi segura?
Claro que sí.


¡Hola chicos y chicas, he regresado! >:D... Ey... ¡Espera, espera, guarda esa arena!... ¡Y las piedras... Y los tomates!. Miren me arrepiento de no haber actualizado, me arrepiento de haber dejado esto "abandonado" pero de verdad estoy más bloqueada que sus galerías para evitar que vean su yaoi. No le pienso echar la culpa a nadie, porqué la responsable soy yo, y como dije, me arrepiento. No se si decir que seré más activa o intentaré con nuevos proyectos, unos más originales como el fic que publique y no nombrare porque no pienso que les importe mucho ahora. Como siempre, mis más sinceras disculpas... De verdad.

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