De a tres es mejor

Nota:

Oasis es el Instagram de China.

Me van a querer matar por demorar tanto en subir estos capítulos.

¡Espero que les guste!

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El nuevo día había comenzado pero el trío seguía en la cama, sus cuerpos desnudos, sus pieles en contacto, sus piernas entrelazadas, y sus sudores unidos.

Wang Yibo despertó y sintió el calor de otro cuerpo recostado sobre él, al abrir los ojos lo observó; Xiao Zhan dormía boca abajo, cuidadosamente pasó la mano por la mejilla de él, dándole una delicada caricia, subió luego la mano con igual serenidad para acariciar su negro y espeso cabello, hundió sus dedos ahí, suspirando por la sensación que a su tacto provocaba la seda de las hebras.

John, que estaba a un lado de Xiao Zhan, también durmiendo boca abajo, tenía una pierna sobre las de los otros dos. ¡Tan posesivo! Recorrió con su mirada la piel expuesta de su Dios; le miró las piernas y la prominencia de sus glúteos, también su cintura alucinante. Subió la mirada lentamente y con gula por la espalda, lo tocó ahí con su índice. Le fue imposible reprimirse, delineó esa piel hasta que llegó a los hombros, y al cuello, ese lugar que tanto había marcado con mordidas.

Cuando terminó de alegrarse la vista miró más arriba, presintiendo con lo que se encontraría, con la mirada fija de su hermano que lo observaba en silencio. John le sonrió, y Yibo respondió moviendo su boca, devolviéndole la sonrisa, una de complicidad. Fue entonces que John retornó la mirada a la piel de Xiao Zhan, y sin pensar en querer contenerse, lo sostuvo con firmeza de la cintura a la vez que se movía para pasar una pierna entre las de él y recostar parte de su cuerpo en ese hombre que le encantaba, y que comenzó a despertar, y a moverse bajo el peso del gemelo que lo estaba frotando.

La fatiga propia del extenuante ejercicio de la pasada noche, sumado a la pereza de no querer salir de la cama, hacían que fuera mucho más difícil apartarse de esa sensación de confortabilidad entre los tres. Lejos de sentirse molesto, Xiao Zhan comenzó a frotarse, moviéndose para acercarse al cuerpo del que lo presionaba. Abrió los ojos, y lo primero que vio fue el pecho de Yibo sobre el que se recostaba, lo siguiente que sintió fue un cosquilleo en la nuca, John ya estaba sobre él, besándolo e inhalando su aroma, ahora estaba cerca de su oído, queriéndolo excitar ahí dónde sabía que le hacía erizar la piel y lo aflojaba en todas partes. ¡Era tan fácil encender ese cuerpo!

Xiao Zhan, sin siquiera mirar la hora que era, y sabiendo que ese día no tenía programado ningún trabajo como fotógrafo, se entregó otra vez al capricho insaciable de los gemelos Wang.

—¡Zhan Ge, buenos días! —dijo John con una suave voz y sonrió para luego darle un beso en la mejilla.

―Buenos días ―dijo él, cerrando los ojos y sonrió con pereza, cuando los abrió miró a los ojos que lo estaban mirando―. Hola ―dijo mirando a Yibo y posó su mano sobre el pecho de él.

―Xiao Zhan, ¿dormiste bien? ―preguntó.

Xiao Zhan asintió y la respuesta de Wang Yibo fue regalarle una sonrisa que deslumbró al hombre sobre él.

—Yibo... —dijo Xiao Zhan con una voz baja, ronca, y se movió sobre él, queriéndolo ver mejor.

Yibo no dijo nada más y lo abrazó.

Permanecieron en silencio los tres, al menos hasta que John comenzó a murmurar sus deseos, porque cuando tuvo a la vista la hermosa espalda de Xiao Zhan, la espalda y toda la parte de atrás, deseó hundirse otra vez. Fantaseaba sobre eso mientras los otros dos se centraban demasiado el uno en el otro.

Yibo acarició el rostro de Xiao Zhan con una mano mientras la otra viajaba a un lugar más bajo, donde sus penes estaban casi tocándose, él los unió. Cuando Xiao Zhan sintió ese roce le sostuvo el antebrazo.

―¿Después de todo lo que hicimos anoche? ―dijo Yibo, sorprendido ante el sonrojo de Xiao Zhan, que no le respondió sino que apartó la mano, y lo miró a los ojos mientras dejaba que Yibo los masturbara juntos.

Hizo que las dos carnes se frotaran, con su palma envolvía desde la base hasta casi la punta. Bombeando hacía que ambos miembros comenzaran a hincharse, la sangre los llenaba, parándolos y calentándolos, eso, junto a los jadeos de Xiao Zhan lo prendían mucho más, correrse no le iba a costar demasiado.

Tras Xiao Zhan, John hacía lo mismo con su propio pene, jadeando sobre la espalda de Xiao Zhan. Sin preguntar ni dudar abrió un condón, se lo puso y se mordió el labio mientras deslizaba la mano por esa suave piel de la espalda. Lento. Después le pasó la lengua, mojándole la espalda, se detuvo por momentos para chupar y hasta morder como un felino, como un león hambriento. Finalmente, movió la cadera hacia adelante buscando un mayor contacto sobre el trasero del hombre que adoraba tanto. Apoyó su pene erecto sobre las nalgas ante él, provocando que Xiao Zhan no pudiera retener un jadeo por la doble estimulación. Miró atrás y vio esos ojos vidriosos y entrecerrados, John se mordía el labio y lo miraba a él, a su Dios. Xiao Zhan le suplicaba con la mirada. ¡Le pedía un beso! John accedió con todo gusto, lo besó y se frotó con su trasero, que se movía con ritmo mientras gemía dentro de ese beso.

Por delante, Wang Yibo aumentó el movimiento de su mano, y John también, abrió las nalgas de Xiao Zhan y entró poco a poco, su pene se metía en esa piel que lo abrazaba, aceptándolo todo.

Xiao Zhan se separó del beso en busca de aire, su propio pene tocando el de Yibo estaba tan duro y las manos de Yibo lo apretaban tan bien que pensó que se volvería loco de tanto goce, de tanta energía inflamada recorriendo sus fibras y venas.

Los gemelos se movían en la cama colaborando en darle placer al hombre entre ellos. Las sensaciones fueron en incremento, se divertían y satisfacían con afecto y pasión. El calor compartido era febril. El trío se excitaba por los sonidos del otro; porque es un hecho que escuchar los jadeos y gemidos de un amante ayudan a alcanzar el orgasmo, son vocalizaciones de gozo que van directo a la sangre.

John embistió, liberando un gruñido ronco ante la presión que las paredes de Xiao Zhan le daban. Su interior lo apretaba y exprimía, haciendo que su mente alucinara y su cuerpo se derritiera del delirio del inminente orgasmo. El líquido lechoso cubrió el glande de Xiao Zhan justo cuando John comenzó a temblar y a gruñir con mayor constancia, imposibilitado en ser más delicado o calmo, John se lo enterró tanto como pudo, y su respiración se cortó casi perdiendo la consciencia por el éxtasis. Sus espasmos se volvieron más lentos, y dijo: —Zhan Ge, me encantas... la forma... en que me recibes... me encanta —dio una última embestida, golpeando profundo y provocando un gemido en John más alto que los anteriores, y con eso Xiao Zhan se corrió en la mano de Yibo.

John lo aferró de la cadera, marcándole la piel con sus dedos y lo penetró algunas veces más mientras dejaba salir todo el semen, unos últimos movimientos de su pelvis hicieron que Xiao Zhan se frotara con Yibo otro poco, y con esto Yibo llegó a su límite cuando vio el rostro orgásmico de Xiao Zhan, y cedió, corriéndose en su propia mano.

John sonrió saliendo del interior de Xiao Zhan y se recostó a su lado, mirando al techo sin creer que eso fuera real. ―¡Zhan Ge... eres el mejor! ―parecía un sueño para él, ya quería demasiado a ese hombre, le dio un beso en la espalda y se apartó para levantarse de la cama.

Aprovechando esto, Yibo movió a Xiao Zhan y lo acostó sobre él, se quedaron así, solo mirándose sin saber por qué, ninguno preguntó y ninguno habló. La conexión que sentían era difícil de describir.

Desde la puerta de la habitación, y sin ponerse ninguna prenda de ropa, estaba John, mirándolos: —Iré a bañarme... —dijo, esperando que alguien lo acompañara.

Pero lo que obtuvo fue una simple respuesta de Xiao Zhan, que le respondió sin mirarlo: —De acuerdo. Usa lo que necesites.

***

Un cuarto de hora más tarde, John regresó a la habitación. Luego de salir de la ducha se había puesto la bata de baño azul de Xiao Zhan, solo la había cerrado a la altura de la cintura con un nudo flojo, su cabello seguía mojado, sacudió la cabeza dispersando las gotas que caían sobre su rostro, y se acercó a la cama mientras miraba su celular. Al levantar la vista y verlos juntos dijo: —¡¿Siguen ahí?! —Sonrió, sus ojos brillando de entusiasmo— ¡¿Zhan Ge, quieres ir a una fiesta hoy?! Es exclusiva, muy pocos tienen acceso a un evento así...

—¿Una fiesta? ―Xiao Zhan le prestó atención y lo miró, se detuvo un momento en la piel expuesta del pecho de John.

—Sí... Ahora mírame a los ojos, Zhan Ge —Él alzó la vista y fue sorprendido, porque John le sacó una foto así tal como estaba, desnudo y acostado sobre Yibo—. Compartir —dijo John mientras tocaba la pantalla de su celular, miró a Yibo anunciándole su propósito con esa publicación —Listo, ahora todos lo saben.

—¿Qué es lo que hiciste? —dijo Yibo, moviendo a Xiao Zhan a un lado y buscó su pantalón en el suelo.

Xiao Zhan se levantó y se envolvió una sábana en la cintura, se acercó a John y de un tirón le sacó el celular de la mano.

—No es nada —John se rio.

—¿Oasis? —Xiao Zhan vio el ícono de la aplicación que había usado y entró al perfil de John, ahí estaba él, vio la foto posteada y las palabras que acompañaban esa publicación: —"Nuestro Zhan Ge (corazón rojo)." —leyó.

Xiao Zhan miró con detalle la foto, para su suerte solo mostraba su rostro y el de Yibo bajo él, no se exponía su cuerpo desnudo a los seguidores de John, pero claramente se adivinaba que los hombres estaban compartiendo una cama, que ya no tenía ni sábanas, le regresó el celular y corrió al baño, trancando la puerta tras de sí.

Enseguida, John lo siguió: —Zhan Ge, ¿te puedo hacer compañía?

—No —dijo mientras abría la ducha y comenzaba a bañarse y lavarse.

—¡John! —Yibo llamó a su hermano mientras terminaba de ponerse el pantalón— ¡Ven aquí!

—Ahh... Yibo... estoy ocupado —John entró a la habitación y fue sostenido por los hombros con fuerza, Yibo lo tiró sobre la cama sin ningún cuidado, esa caída provocó que el nudo de la bata se desatara. No pudo protestar, porque Yibo se inclinó sobre él, acorralándolo. Divertido, John se entusiasmó y le sonrió, abrió la boca para hablar—. Mmhh —No pudo decir nada, porque su hermano se la tapó con la mano, y luego se sentó sobre él. John le volvió a sonreír, incluso con la boca tapada, le tocó los brazos, queriéndose zafar.

—No lo persigas tanto, debes darle su espacio ―Fue la advertencia.

John quería responder pero su boca estaba tapada, lo golpeó en los brazos para que lo dejara hablar, lo golpeó tantas veces hasta que ganó por molesto, entonces Yibo resopló y accedió a oírlo.

—Está bien, Yibo. Le daré su espacio... —dijo, justo cuando el timbre de la casa sonó. Al oír eso Yibo se tensó sin saber qué hacer— ¡Muévete, es la comida que pedí!

Los gemelos dejaron la cama. John aplaudió mientras se encaminaba a la puerta de entrada. Distraído, había olvidado que su bata seguía abierta, lo notó a tiempo gracias a que se vio reflejado en un espejo, así que despreocupadamente, antes de abrir se ajustó el cinturón.

En tanto, Yibo se terminó de vestir y se acercó al baño, golpeó la puerta con los nudillos, dos leves toques esperando por la respuesta de Xiao Zhan.

Esperó.

—Xiao... —No terminó de hablar cuando fue atraído por los brazos del hombre al que buscaba.

Xiao Zhan tenía una toalla alrededor de su cintura y el pelo mojado goteando hacia adelante por su rostro, las fragancias del jabón y el champú lo impregnaban, se colgó del cuello de Yibo y lo empujó contra la puerta para hacer dos cosas en una, cerrarla y apretar a Yibo contra sí. John, que justo iba a avisarles que la comida había llegado, vio eso y se volvió mudo sin necesidad de que nadie le tapara la boca. Sostenía un plato en cada mano, se quedó mirando esa puerta cerrándose y el vapor que se había escapado hacia el techo.

«¿Yibo le decía que no lo persiguiera y él hacía eso? ¡Se le había ido a ofrecer a Xiao Zhan en tanto él no veía! ¡Hipócrita!»

—¡Yibooo! ¡Zhan Ge! —gritó, posando los platos en la mesa y caminó con pasos decididos hasta el baño, cuando llegó se oyeron golpeteos en la puerta, eran pesados, y se acompañaban con gemidos y gruñidos. Él supo de qué se trataba y gritó de nuevo— ¡Están siendo egoístas! —Los golpes continuaron un poco más y luego se oyó uno más pesado junto a un gemido de alivio de los dos dentro, y finalmente, la puerta fue abierta desde el interior, dándole a John motivos para sonreír.

Xiao Zhan estaba frente a él sin nada de ropa, tenía el rostro rebosante de colorido y belleza, miró a John, a la abertura de la bata en el pecho.

—Zhan Ge, pedí comida y... ustedes...

—Tengo hambre... —dijo, mirando ese pecho y estirando su mano hasta el nudo del cinturón en la bata, empujó la puerta, cerrándola y se arrodilló ante John.

El vapor del agua caliente se esparcía desde la ducha donde Yibo estaba bañándose, mientras a un lado, Xiao Zhan desataba la bata y la abría, quitándosela.

—Zhan Ge... ¿Qué quieres comer? —John le sostuvo la cabeza acariciándole el ondulado cabello mojado.

Xiao Zhan elevó la vista y la bajó, viendo lo que tenía delante de sus ojos, de su rostro, a aquello que estaba bajo la bata que había abierto.

—Esto —dijo y cerró la boca en la punta del pene.

Eso hizo que las piernas de John se aflojaran y dio un paso atrás. Xiao Zhan no pudo seguir chupándolo, insatisfecho por habérsele negado eso que se quería comer, se puso de pie para acercarse.

Yibo, que los miraba interactuar, no pudo evitar reír cuando vio la tonta reacción de su hermano.

—¡Cállate! —John lo miró, molesto.

—Ven —Xiao Zhan lo sostuvo de los hombros y lo llevó a la bañera para que se sentara en el borde, volvió a arrodillarse y sostenerle el pene, lo tocó con su mano, masturbándolo hasta que estuvo duro, y cerró los ojos mientras ponía la boca ahí y lamía la punta. John jadeó y también cerró los ojos.

Con la lengua, Xiao Zhan podía sentir la suavidad de la piel, la sensación era buena pero no era suficiente, así que succionó, movió su lengua, chupando y haciendo sonidos lascivos al mover su boca de arriba a abajo. John empezó a moverse, y Xiao Zhan abrió la boca un poco más para comer ese pene evasivo que había querido huir de él. 

Xiao Zhan, como si tomara un helado lamió y chupó, oyendo los gemidos de John en consecuencia a lo que le hacía. Su boca se cerraba con una presión que enviaba ondas placenteras por su cuerpo, desde su garganta hasta su entrepierna, abrió más la boca, lo que tenía entre su lengua y paladar era blando, y también duro.

—Qué bien lo chupas... Síí —Eran los murmullos que decía John— Sí, sigue así, Xiao. Zhan Ge... Mmhh eres tan bueno en esto.

Xiao Zhan movió la cabeza hacia atrás y enseguida se lo volvió a meter, lo hizo hasta que casi tocó su campanilla. Después se lo sacó de la boca, lo rodeó con la mano y miró hacia arriba, John tenía los ojos semicerrados mientras seguía gimiendo y diciendo palabras halagadoras por lo que Xiao Zhan le hacía. Él regresó su atención al pene y lo lamió por los lados, primero un lado y después el otro, y volvió a comérselo entero, con su lengua presionó y con su paladar succionó el palpitante miembro que ya había liberado parte del líquido. Los movimientos de las caderas de John le decían que le faltaba poco, también se lo decían las incoherencias que decía.

—Zhan Ge, sigue así... por... favor... sigue...

Xiao Zhan no sabía que podía ser tan bueno en eso, era algo que nunca había hecho pero que siempre había querido probar, y para su sorpresa, lo estaba excitando demasiado.

En tanto, Yibo se sentó en el borde de la bañera junto a John, y cuando Xiao Zhan lo vio cerró la mano alrededor del pene de él mientras seguía chupando el otro. John gruñó, ya la sensación en su miembro era delirante, abrió los ojos y lo sostuvo del cabello, alejando a Xiao Zhan, pero acercándolo enseguida mientras se corría sobre su rostro.

—Zhan Ge —gimió. Estaba satisfecho y se hizo hacia atrás, deslizándose dentro de la bañera donde al agua caliente no había dejado de caer.

Quedando Yibo ante él, le limpió el semen con la mano, y mientras ambos se miraban a los ojos, Xiao Zhan se acercó a él, se besaron siendo envueltos por el vaho del baño caliente. Cuando sus bocas se separaron Xiao Zhan pensaba que faltaba algo, porque su boca quería más, se arrodilló de nuevo. Este pene tenía una diferencia con el anterior, y es que era más grande, lo degustó igual y cuando logró que Yibo se corriera, fue gentilmente ayudado a ponerse de pie, porque para ese entonces sus rodillas se habían puesto rojas y estaba adolorido. 

Yibo lo ayudó a entrar a la bañera, para así bañarse otra vez, porque de a tres... es mejor.

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¡Gracias por leer!

#Jo

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