CAPÍTULO 9

Capítulo dedicado a @RosarioAP <3

"Para mi Alex es una persona muy seria, muy temperamental que es muy el y le gusta vivir en su mundo, si pude llegar hacer muy chocante y pero creo que esa es su manera de ser y ser con todos es su manera no solo de le si no de esquivar todo tipo de comentarios de todas las persona.

No me gusta tanto como trata a Jennie por el ella no le a echo nada malo ( o no a dicho nada de eso) lo único malo de ella es que esta enamorada de él pero en eso nadie manda me gustara que fuera un poco más amable con ella no solo por el echo de que ella es bueno si no por qué no se merece el mal trato de su parte.

Y su tipo de trato asía Niels es muy frio y puede llegar hacer muy duro con el en mi opinión creo que hace eso para no tener enfrentar sus sentimientos hacia al pero lo que el siente es muy grande y sale a relusir sobre todo.

Entre mis teorías creo que Lana precie te que Alex es Gay y hasta creo que pude llegar a sentir que Alex le gusta Niels. Y por último me dolió mucho lo de Meli pero se que es parte de la historia pero no lo soporto. Bueno esa es mi opinión 😊 te amo escribes hermoso de verdad muy hermoso❣️🥺"

La verdad.


Thomas.


—Tenemos que organizar un almuerzo, hay muchas cosas de las que tenemos que hablar —Venus sugiere, masticando su tostada.

— ¿Sin Taylor y Miley? —ladeo la cabeza. Siempre que nos reunimos estamos todos. Nunca puede faltar nadie, es una ley.

Aprovechando que mi hermana mayor vino, estamos desayunando más temprano que de costumbre para poder compartir con ella. Bueno, mi mamá, Venus y yo. Alex se encuentra vistiendo a Freya porque Venus le pidió el favor.

— ¿Te pasa algo? —la voz de Venus me saca de mis pensamientos. Intento rebobinar todo lo que dijo antes de perderme en mis pensamientos, pero no lo logro. Últimamente estoy más distraído que de costumbre, es mi manera de no pensar en lo que me está pasando —. Estás más callado, Thom, ¿en serio estás bien? —sus ojos azules se vuelven más dulces, como su voz. Venus siempre ha sido muy cariñosa con nosotros, ella nunca perdió esa ternura con sus hermanos.

—Estoy bien —sonrío, mintiendo. Obviamente no estoy bien, pero no le puedo decir nada a ella y mucho menos con mi mamá al frente. Sería delatar a Melanie y sería crear un conflicto en la familia.

Venus entrecierra sus ojos, desconfiada, pero no dice nada más. Ella siempre ha sido muy abierta y sabe que le diré lo que me pasa en el momento indicado. Realmente mi hermano más cercano es David, ella siempre ha sido más confidente de Alex.

Por eso tal vez ellos tienen personalidades parecidas. Venus y Alex son los más distantes y ¿fríos? Son de los que intimidan con su duro carácter. En cambio David y yo somos más sensibles y amistosos, justo lo que me motiva siempre a decirle lo que pasa por mi mente.

—Ya está, pero no le pude poner esto —Alex entra al comedor con Minive en brazos. La bebé está abrazada como un koala a mi hermano y Alex tiene un lazo en la mano. Supongo que eso fue lo que no le pudo poner —. Está demasiado inquieta y no quería hacerla llorar.

Yo solo lo observo fijamente. Hay algo raro en él y no sé qué es, ¿por qué tiene tantas ojeras? ¿Por qué su cabello está tan desordenado? ¿No durmió bien o qué? Hay algo extraño, lo conozco como a la palma de mi mano.

—No te preocupes, quedó perfecta —Venus sonríe, encantada, pero hace un puchero cuando su bebé ignora su abrazo. Mi sobrina se aferra al cuello de Alex y le hace pucheritos cuando él se inclina, intentando dársela a mi hermana —. ¿Qué le hiciste? Ahora no te quiere soltar —Alex solo sonríe, egocéntrico.

—Desayuna rápido, cariño, tienen que llegar temprano al instituto —mi mamá lo motiva a sentarse y mi hermano asiente, sin ganas de desobedecerla.

Freya come sentada en las piernas de mi gemelo y este la ignora concentrado en sus pensamientos. No se anima ni siquiera al comer, así que eso me hace sospechar el triple.

— ¿Los llevo? Pasaré por la casa de Lau antes de ir a la firma —Venus se levanta siguiéndonos y frunzo el sueño cuando Alex responde sí.

—No, no podemos, Jake nos lleva...

—Que te lleve a ti —mi hermano le lanza una mirada al chofer y este se remueve incómodo.

—Señor, pensé que pasaríamos buscando al joven Niels... —el hombre decide callar al notar la ignorada de mi hermano. A Alex no parece importarle, solo continúa caminando hacia el auto de Venus con Freya en brazos.

— ¿Niels? —retomo la conversación. ¿El hijo del entrenador? ¿Por qué quedaron en buscarlo?

—Sí, ayer el señor Alex me pidió que lo llevara a su casa y luego acordamos llevarlo al instituto hoy. No entiendo por qué cambió de idea... —ambos miramos a Alex, quien ya está sentando a Minive en el portabebés.

— ¿Quién es Niels? —Venus hace acto de presencia. Su cara me confunde aún más, ¿por qué tiene esa sonrisa de loca?

—Es el hijo del entrenador, juega fútbol con Alex y...

— ¿Pueden buscarse una vida? Vamos a llegar tarde si no dejan de meterse en lo que no les incumbe —la voz de mi gemelo me hace callar. Su mirada de odio se encuentra con la mía y todo hace que mi estómago se revuelva. ¿Por qué tiene que ser tan mierda? Definitivamente lo único que tenemos en común es la apariencia.

— ¡Alex! —Venus le lanza una mirada asesina — ¡Discúlpate con el señor Jake! ¡¿No te da vergüenza o qué?! —mi hermano solo pone los ojos en blanco.

—Lo siento, metiche —todos jadeamos cuando sonríe, metiéndose en el auto.

— ¡Lo siento mucho! Le prometo que hablaré con él... —Venus suspira, avergonzada. Se ve muy apenada y la entiendo, vivo pasando vergüenzas por ese estúpido que se hace llamar hermano.

Le debería dar las gracias a su suerte de que mamá esté dentro de la casa.

—No se preocupe, sé lidiar con estas situaciones. No es la primera vez que me toca un joven así... Le prometo que entiendo a la perfección —él solo sonríe, como si de verdad no pasara nada.

Después de intercambiar algunas palabras más, todos nos despedimos entrando a nuestros respectivos autos. En mi caso a la limusina, Venus es quien lleva a Alex prometiendo una y otra vez que tendrá una conversación con él al respecto.

Mi viaje es silencioso y agobiante. El clima está helado y hay un tiempo de lluvia espantoso. Se nota que la tormenta caerá en cualquier momento y no es para menos, llevamos semanas con lluvias interminables y parece ser solo el comienzo del diluvio.

Me pregunto qué pasará con Alex y ese chico. ¿Será que lo dejó plantado a propósito? Conociendo a mi gemelo, no lo dudo. A veces puede llegar a ser muy cruel. Me da pena por Niels, no sé qué es lo que estará pagando y sinceramente no me gustaría estar en sus zapatos.

Está en mi sangre ser rencoroso, pero Alex inhala odio y exhala rencor hasta por los poros.

—Adiós, Jake, nos vemos luego —me despido del chofer y espero paciente a que Venus se estacione a nuestro lado.

El llanto de una bebé me hace saber que Freya tiene su concierto en pleno apogeo. Está histérica por tener que separarse de su tío favorito y de paso, por estar atrapada en el fastidioso portabebés con detalles de superhéroes.

—Adiós, preciosa —meto mi cabeza por la ventana, dejando varios besos en su carita.

Me despido de Venus y entro al instituto, ignorando por completo a Alex. Si él me trata mal yo lo trataré de la misma forma, ya me casé de siempre estar aguantando su actitud de mierda.

Observo mi teléfono, esperando un mensaje. No sé qué espero realmente, desde la vez que nos encontramos en esa pequeña habitación no nos hemos vuelto a hablar a solas y mucho menos en esos términos. Extraño a Melanie, ¿para qué voy a mentir? La extraño demasiado. Desde hace un mes no hablo con nadie de eso —ni siquiera con Maykel, quien ha intentado por un y mil medios de apoyarme —, y siento que me estoy hundiendo en la mierda.

Ya no soporto tanto misterio ni tanta falsedad. Puede parecer muy real para todos, pero yo la conozco mejor que a mí mismo y sé que algo le pasa. Esto ella no lo haría jamás, algo muy grave está de por medio.

Mi primera clase es extremadamente lenta y aburrida. El profesor Tarantino habla sin parar sobre cosas que no me interesan y sin poder evitarlo solo hago garabatos en mi libreta.

Me considero un chico demasiado expresivo. Soy muy expresivo, sensible y todo lo que jode a una persona cuando tiene el corazón roto. Por esa razón apenas pienso en lo que estoy viviendo las ganas de llorar me dominan por completo. Intento distraerme con la tarea, con otras cosas, pero siempre vuelvo ahí y me avergüenza ser observado por mis compañeros de clase.

Algunos me miran preocupados, otros con curiosidad y las chicas —la mayoría —, intentan acercarse usando como excusa mi comportamiento. Soy popular, entre Alex y yo soy el más sociable y realmente me llevo bien con la mayoría de los estudiantes. Por esa razón no le caigo mal a ninguno ni tengo problemas con nadie. Por esa razón todos se sorprenden de que el misterioso, impulsivo y conflictivo Alex Crild sea mi gemelo. Somos extremadamente diferentes cuando de personalidades se trata.

—Ten, Thomas, conseguí esto para ti —una de mis compañeras me pasa un una merengada de fresa y sonrío. Todas las chicas me están rodeando y sinceramente me siento como un niño. Todas tienen la intención de consolarme y hacerme sentir mejor.

— ¿Quieres ir a la cafetería? —una de ellas me pregunta, tomando uno de mis brazos.

—Podemos ir a otro lugar más solitario...

—Estoy bien, chicas —suspiro, cansado. Agradezco mucho la intención de todas pero no sirvo para esto, no sirvo para fingir sentimientos o caras —. Iré a la cafetería y estaré bien, solo me siento un poco mal. Gracias por todo.

Ellas suspiran, desilusionadas, pero me dejan ir después de un abrazo de las más atrevidas.

Camino por el pasillo dándole sorbos a mi merengada de fresa y sintiéndome ridículo por no poder disimular. ¿Qué es lo que me está pasando? Antes podía hacerlo, antes podía fingir que todo estaba bien y antes se me hacía fácil ocultar lo que sentía. Por Melanie, claro está. Pero antes no tenía el corazón roto ni mucho menos me sentía como un pez contracorriente.

Lo que realmente me pasa es que no sé si me estoy aferrando a lo correcto. Una gran parte de mí está segura de que todo es una farsa, de que Melanie está fingiendo y de que algo más está pasando. Pero la otra parte, la negativa y la que me tiene tan mal, insiste en que deje de ser tan estúpido y acepte que me engañaron, que me cambiaron por otro, que soy un imbécil.

¿Por qué a Alex se le hace tan fácil estar sin mí? Me duele porque en este momento no necesito a ningún amigo, yo lo necesito a él y eso parece importarle una mierda. En serio intento que me importe tanto como a él, pero no lo logro. Supongo que de los dos, yo soy el más dependiente al otro. Es una porquería.

Lo extraño, pero si él no hace un mínimo intento para entrar en mi vida, yo tampoco viviré en la sombra de la de él.

— ¿Dónde conseguiste merengada de fresa? —Félix abre su boca y me observa con emoción.

—Me la consiguieron las chicas.

Me siento en la mesa del grupo y enseguida mi mirada busca la suya, pero no está. Mi ceño se frunce al instante y la duda me invade. Qué extraño, Melanie siempre está y ahora solo está Jennie. ¿Faltó otra vez? ¿Qué fue lo que pasó?

— ¿Y Meli? —le pregunto a Jenn. Todos los chicos la miran esperando respuesta, por suerte nadie sospecha, al fin y al cabo, estamos en la misma familia.

—William vino... Están almorzando juntos —su comentario solo hace que todo empeore.

Respiro hondo, intentando controlarme, pero no lo logro. Lentamente mi mano comienza a temblar alrededor del vaso, todo se me nubla y la rabia me invade por completo.

Yo la conozco, algo está pasando. Ella no es así, ella nunca haría algo así, ella... Yo la conozco.

—Thomas, ¿estás bien? —la mano de Maykel se detiene sobre mi hombro.

Sé que él está intentando ser un buen amigo y un apoyo, pero en este momento todo lo percibo como lástima y yo odio la lástima.

—Estoy bien —me levanto de golpe, quitando su mano y alejándome de la mesa.

Comienzo a caminar en grandes zancadas hasta la salida, esquivando a las personas y disimulando mis ganas de matar a alguien.

Está fingiendo. Tiene que estar fingiendo. Yo la conozco, ella nunca haría esto. Me quiere tanto como yo a ella... Lo de nosotros no fue fingido. Lo de ella no fue fingido. Lo ocultó pero era por nuestro bien... Confío en ella...

—Thomas... —veo todo nubloso y tardo varios segundos en identificar a la persona que choqué. Cuando logro recuperar la cordura, noto que se trata de Niels, que trae el cabello y la ropa mojada y que parece haber caminado mucho tiempo bajo la lluvia.

¿Apenas está llegando? Claro, seguramente fue porque Alex lo hizo esperar en vano.

—Thomas, ¿estás bien? —su voz vuelve con más fuerza. El ruido viene y va, me cuesta concentrarme y enfoco todo con mucha dificultad.

Los casilleros rojos me marean más. El piso de mármol se ve más brillante. El pasillo más eterno. Las pocas personas una multitud. El chico frente a mí... Sinceramente creo que es la única persona que se está preocupando por mi estado.

¿Por qué no puedo dejar de temblar? Me falta el aire.

—Thomas, ¿qué tienes? —Niels vuelve a preguntar. Siento algo frío detenerse sobre mis hombros y noto que son sus manos. Me está sujetando, ¿por qué me está sujetando? —. ¿Busco a Alex? ¿Quieres que llame a alguien?

Niego y respiro descontroladamente. Yo no quiero que nadie me vea así, solo quiero esconderme.

—Meli...—balbuceo, perdido. Necesito salir de aquí, pero no quiero que Jake me vea así. No quiero que nadie me vea así, no quiero que me hagan preguntas ni que me pidan explicaciones.

—Llamaré a tu hermano, ¿vale? —la voz de Niels vuelve con más fuerza. Balbuceo que no y lo empujo ligeramente. No quiero que le avise, ¿para qué? Yo a Alex no le importo un carajo. Lo único que haría sería burlarse. Alex ya no es el mismo de antes.

Comienzo a caminar, ignorando los llamados de Niels e ignorando la voz en mi cabeza. Ya ni siquiera busco un lugar, yo solo busco una salida que me haga encontrar el aire que se me está escapando.

Observo todo, sin ver nada. Intento esconderme de la mirada de Jake y cuando lo consigo, me pierdo en la subida de las escaleras que no están repletas de personas ruidosas.

Ya no me importa perder clases, no me importa una suspensión ni un llamado de atención. No me importa lo que los demás piensen de mí ni lo que ella en este momento esté sintiendo.


Thomas, 10:45 am.

Ven por mí.


Maya, 10:48 am.

¿Qué pasó?


Thomas, 10:53 am.

Te necesito.

Por favor, no me dejes solo.


Maya, 10:59 pm.

Voy para allá, pero estoy en Malibú así que llegaré tarde.

Estás en el instituto, ¿no? No te muevas de ahí, espérame.

Todo estará bien, te quiero.


Guardo mi teléfono y camino con mucha dificultad hacia la puerta roja. Solo ahí estaré bien y creo que será el mejor lugar para esconderme hasta que llegue Maya.

...

El sonido de un teléfono es todo lo que me saca de mi estado de ensoñación. Me despierto por la vibración en mi bolsillo y tardo varios minutos en recordar por qué estoy dormido debajo de un escritorio.

Habitación de la puerta roja. Meli almorzando con otro chico. Infidelidad.

¿Qué mierda es esto? ¿Desde cuándo mi vida se convirtió en una película adolescente? Ya no quiero sentir nada de esto.

El teléfono comienza a vibrar de nuevo y lo tomo notando que es Maya. Son las cuatro de la tarde, ¿cuánto tardé durmiendo? ¿Cómo fue que me dormí debajo del escritorio? Supongo que fue por el ataque de pánico. Fue el lugar más cerrado que encontré.

— ¿Dónde estás? Llevo veinte minutos llamándote —la voz de mi medio hermana termina con el silencio.

Maya no es mi hermana, tampoco mi familia de sangre, pero es una hija para mi hermano mayor y sinceramente yo no la veo como mi sobrina. La considero y la veo así, como una hermana. No puedo creer que al principio me gustara, me da jaqueca de solo recordarlo.

—Me quedé dormido, lo siento —comienzo a bajar las escaleras del lugar.

Los recuerdos del cómo subí llegan de golpe, causándome vergüenza. Tuve que sujetarme de las paredes porque sentía que todo se movía. Fue espantoso y mucho más aterrador que en mis pesadillas.

—Estoy afuera, ¿estás mejor? Cuando me enviaste los mensajes parecías estar muy mal... —su voz se vuelve un susurro, como si temiera decir algo inapropiado.

—Te cuento cuando nos veamos —cuelgo y bajo el teléfono una vez que visualizo la puerta de salida.

Ya no hay nadie en los pasillos, todos se fueron hace horas y supongo que Maya tardó más debido al tráfico y a la tremenda resaca que se nota que tiene. Desde lejos se notan sus ojeras y el hecho de que se vino sin tomar siquiera una ducha. Igual se ve linda.

Fiesta. Seguramente amaneció en alguna fiesta y por la cara que trae creo que no la contacté en un buen momento. No se ve molesta, se ve irritada, cansada y como con ganas de dormir tres décadas.

Me siento como un tonto por haberla molestado.

—Siento haberte hecho venir, yo... —ella niega, como si no fuera yo el causante de su mal rato. Ladeo la cabeza y frunzo el ceño. ¿Qué pasó?

— ¿Dónde está Melanie? —su pregunta me sorprende mucho. Primero, porque Maya pocas veces pregunta por Mel. Segundo, porque escuchar su nombre solo revuelve mi estómago. Tercero, porque algo me dice que esa pregunta no es más que un tapadero a lo que realmente quiere saber.

—No lo sé, no la vi en todo el día —no titubeo. No me hace falta decirle mentiras porque es la completa verdad.

Solo pensar en ella me provoca dolor de cabeza.

—Su amiga... Jennie, varias chicas se metieron con ella —cubro mi cabeza con el casco que me pasa y la sigo. ¿Jennie? ¿Quién carajos se metería con Jennie? Ella es como un algodón de azúcar viviente —. La vi hace rato, parecía... No lo sé, me preocupa, Thomas. Deberías hablar con ella.

Asiento, sin realmente interesarme en el tema. Claro que también me preocupa Jenn, pero ahora mismo mi mente no está enfocada en ella. En realidad no pienso en nada, solo me concentro en rodear la cintura de Maya y esperar que el recorrido termine lo más rápido posible. Ya quiero acostarme en mi cama.

Por supuesto que lo último no pasa porque al apenas llegar, el silencio del camino es invadido por la risa escandalosa de Minive, Alisa y Adrien. La más chiquita está concentrada en un juego musical sobre el suelo y los más grandes están jugando con el gato de mi mamá. En realidad solo están observándolo; todos los bebés le temen a Fred porque dicen que está embrujado, —historia que inventó mi mamá para que no lo fastidiaran—.

—Pero si es mi gemelo favorito —Lauren me abraza con fuerza y yo suspiro, correspondiéndola con el mismo gusto —. Tenía semanas sin verte, Alex —su sonrisa me hace saber que solo es broma, aún así le saco el dedo del medio.

— ¿Qué hacen aquí? —busco a David con la mirada pero me rindo cuando no lo veo por ningún lado. Supongo que aún está en la empresa.

—Dave y yo tendremos una cita —los ojos de mi cuñada brillan —. Dejaremos a los bebés aquí porque Maya pasará la noche con Alex —termina de aclarar y yo asiento, buscando a mi gemelo con la mirada. ¿Dónde está Alex?

— ¿Y él donde está? —frunzo el ceño. Estaba tan concentrado en no pensar, que no me fijé si Jake aún estaba en el instituto. ¿Ya habrá llegado? ¿Estará entrenando? ¿Por qué me preocupo si a él siempre le vale mierda mi ubicación?

—No lo sé, pensamos que Maya lo traería pero no, supongo que esta vez vendrá con el chofer —se encoje de hombros y se gira, comenzando a hablar con mi hermana.

Abrazo a todos los bebés, uno por uno, y luego subo a mi habitación encerrándome con cuidado. Abajo se escuchan las risas de las chicas y todo eso solo me deprime más. Mi mamá aún no ha llegado, se encuentra supervisando una de sus tiendas. Afuera el tiempo no es nada bonito, ya comenzó a caer una leve llovizna y se nota que la tormenta azotará hoy. Lo dijeron en el noticiero.

Intento dormirme, pero no lo logro. El peso a mi lado me hace saber que Venus tiene ganas de conocer el por qué de mi comportamiento.

—No te quiero molestar, bebé —su comentario es todo lo que me hace romper en llanto.

Comienzo a llorar con la cara escondida en la almohada y al segundo siento su cara apoyarse en mi espalda. Me está abrazando delicadamente y eso solo me provoca mucho más sentimentalismo. ¿Por qué no puedo ser como Alex? Estoy seguro que todo sería más fácil si pudiera esconder mis sentimientos. Aunque dudo que él tenga sentimientos.

— ¿No quieres hablar de eso? —pregunta, dudosa. Niego y poco a poco me calmo, sin dejar de llorar completamente.

El silencio nos invade y solo puedo disfrutar su compañía porque no hace ni espera nada. Simplemente acaricia mi cabello y deja besitos pequeños como si yo no me diera cuenta.

— ¿Qué harías si Sthepen te engañara? —pregunto de golpe. No observo su expresión, solo siento su cuerpo tensarse un momento, para luego relajarse lentamente.

—Divorcio rotundo. No me aguantaría una canallada como esa jamás —le creo —. ¿Por qué lo preguntas?

— ¿Qué harías si él te engañara, pero tú quisieras darle una oportunidad? —ignoro su pregunta, nervioso. Ella no responde, solo se queda pensativa y tarda al menos media hora en procesar la información.

—Creo que él y yo ya vivimos suficiente mierda durante nuestro noviazgo. Si él llegara a engañarme de esa manera, no lo podría perdonar nunca. Créelo, nadie que te falle de esa forma merece estar un segundo más en tu vida.

Sin saberlo, todo lo que dice solo me provoca más ganas de llorar. Sé que tiene razón, pero ¿cómo hago para seguir su consejo si no me creo el engaño de Melanie? Estoy como un idiota pensando que en cualquier momento ella me dirá que todo es un malentendido, que la están obligando o algo... Pero no hace nada. No me envía ni una mínima señal, parece estar encantada con el que es su actual novio.

— ¿Hay alguien...? —duda en seguir —... Thomas, ¿hay alguien que te haya engañado?

Mi silencio lo dice todo. Ella me vuelve a abrazar, pero esta vez se acuesta a mi lado dándome por completo la cara. Su rostro es de absoluta preocupación y lo odio. Odio que sienta lástima por mí. Odio que todos me vean como al "pobre Thomas". Odio haber sido pisoteado de esa manera.

—No te merecía —sus dedos secan algunas lágrimas que escapan —. Eres un chico increíble y ella no te merecía. Tú eres todo lo que una chica desearía tener en su vida.

—Cambiemos de tema, ¿sí? —suspiro, resignado. No puedo seguir hablando de esto porque eso me haría abrirme por completo y no me podría callar nada. Si Venus se entera, sé que tarde o temprano la familia se terminaría enterando. Mi hermana sabe guardar secretos, es la mejor, pero molesta es la chica más impulsiva del mundo y sé que no podría callarse en cuanto viera a Meli. Seguramente si no fuera la hermana menor de Miley, menor de edad y parte de la familia, la agarraría por los cabellos.

—Vale, ¿de qué quieres hablar? —su mirada me demuestra que le afecta mi poca confianza —. Vale, eh... El viernes llegan Miley y Taylor de su luna de miel y haremos la cena oficial. Estarán todos y es mejor así porque Melanie presentará oficialmente a su novio, este... No sé cómo se llama... —ella sigue hablando, pero no logro captar nada de lo que dice.

Lo presentará ante toda la familia. No solo le bastó con presentarlo ante su mamá sino que ahora también lo hará con los demás.

Ya lo entiendo. Nunca fue su miedo a ser enviada a un internado, tampoco el de ser desterrada ni mucho menos el temor de ser regañada por toda su familia. Ella nunca quiso presentarme oficialmente porque no me quería de verdad. Conmigo hizo todo lo que quería experimentar y con él hace todo lo que siempre deseó hacer.

Yo pensé que conocía a Melanie, pero me acabo de dar cuenta de que estaba equivocado. Nunca fui el novio de mi mejor amiga, fui el chico que utilizaron fácilmente por su tonta personalidad ingenua.

Aunque duela y cueste aceptarlo, tengo que dejar la estupidez de lado. Nunca conocí a Melanie Russell; solo me enamoré de una idealización que tuve de ella.

...

¡Lo logréeeeeeeeeeee! Siento la demora, chicas, es que tuve un bloqueo escritor que me hizo sufrir desde la última actualización. 

¿Les gustó el capítulo? ¿Qué opinan de Thomas?

¡Antes de que digan algo más! Quiero aclarar algunos puntos:

1. No me interesa que la historia sea aburrida para ti. Ahórrate el comentario, si no te gusta, no la leas.

2. No dejaré de escribir a Thomas porque te interese más Alex. Mis dos bebés son importantes y sus dos versiones son necesarias.

3. Los amo, gracias por tanto apoyo🥺❤

Con mucho amor y un beso en la boca.

—Nepasavoir. 












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