CAPÍTULO 45 (PARTE 4)

FINAL DEL MARATÓN. 

Ocho de la mañana, estuve toda la madrugada en esto. Por favor, comenten mucho:( 

PARTE 4

Explosión.

Thomas.


E B M O D E L


Gael, 19:30 pm.

Ganaron, todo listo.


Félix, 19:30 pm.

Ya me encargué del cine, ustedes ocúpense de las personas.


Maykel, 19:30 pm.

Josh, avísale a la directora que algo pasa en el cine 1, si tenemos suerte podremos retenerla ahí antes de que lleguen las personas.


Josh, 19:31 pm.

Ok.

Listo.


Maykel, 19:31 pm.

??

¿Qué le dijiste?


Josh, 19:31 pm.

Que unos alumnos habían ido a dañar las instalaciones.


Maykel, 19:31 pm.

Déjame besar tu cerebro.


Josh, 19:31 pm.

No.

—Chicos, vayamos al cine 1, al parecer la directora hizo un vídeo agradecimiento al equipo de fútbol —mis hermanos parecen confundidos cuando pronuncio esas palabras.

— ¿Desde cuándo la directora es tan dedicada con esas cosas? —Dania se levanta con ayuda de Daniel.

Últimamente la noto más cansada que antes, supongo que es el estrés de la cocina. Ella es chef.

—Me pregunto lo mismo, ni siquiera les entregó las medallas a los chicos —Lauren parece indignada por el hecho.

Bajo por toda la grada anunciando lo mismo al resto de las personas y poco a poco todos comienzan a caminar hacia el cine 1 en el que se encuentran Gael y Jennie teniendo una pelea.

Así que esa era la distracción de Josh.

— ¡Niña fea!

— ¡Gordinflón!

— ¡Al menos haciendo ejercicio a mí se me va a quitar! ¡Tú vas a ser fea el resto de tu vida!

No, no los puedo tomar en serio si todo lo dicen muriendo de risa.

Por suerte es suficiciente para que la directora se encuentre exasperada justo frente al espacio de la pantalla. Justo donde debía estar.

— ¡Silencio! —la mujer grita completamente molesta con la situación.

— ¡Jennifer Anastacia! —la madre de Jennie camina hasta ella, sujetándola de la mano —. Nos vamos a la casa, jovencita.

Sé que lo dice en voz baja, pero aún así logro escuchar: "¿qué clase de comportamiento es ese? Te inculqué que el físico de las personas jamás se debe criticar".

Ambos padres de Jennie refugian a su hija cuando un sonido inapropiado invade los amplificadores del lugar.

Todo el mundo se gira hacia la pantalla cuando esta se ilumina y una expresión de absoluto horror invade la cara de los representantes al ver a dos alumnos teniendo sexo sobre uno de los pupitres.

David pone una mano sobre mis ojos intentando proteger mi inocencia, pero yo lo esquivo. No quiero seguir fingiendo más. Esto es lo que debimos hacer desde el primer momento.

"—Hablemos de nosotros.

Su mirada se encuentra con la mía y sonrío un poco cuando entrecierra sus ojos, pensativa. Siempre que está tramando algo, hace ese gesto.

—Hablemos de nuestro futuro. ¿Cómo nos vemos en un año?

—Me veo enfrentando a nuestra familia, presentándote como mi novia y dejando claro lo que pretendemos hacer —deslizo mis dedos por sus lindos mechones rubios —. Me veo viviendo contigo. Yo yendo a mis clases de actuación y quizá trabajando en algún proyecto y te veo yendo a la universidad todos los días. Nos veo quedándonos en casa viendo películas porque a ambos nos da flojera salir a socializar —reímos y ella se acerca más observándome con ojos brillantes —. Nos veo cenando con nuestras familias, saliendo a pasear de vez en cuando... Nos veo felices. Juntos y felices. ¿Tú qué ves?

—Nos veo adoptando a un gato.

Sonrío porque eso es algo que está en nuestra lista desde que decidimos vivir juntos.

—Y te veo a ti sobre mí siempre... — prosigue —¡No de esa forma, pervertido!

Me empuja cuando alzo una ceja curioso.

— ¡Hablo de que siempre que estamos leyendo, apoyas tu cabeza en mi abdomen y es...! No lo sé, a mí me gusta que lo hagas, es relajante.

Se levanta y la sigo con la mirada cuando se acuesta boca arriba en su cama.

—Y me veo con las manos amarradas al espaldar de la cama, no sé, desde que leímos ese libro mi única fantasía es que me hagas...

—Vale, lo entendí —río recibiendo el golpe de un peluche y me acuesto sobre ella atrapándola con mis dos brazos a los lados de su cuerpo —. Podemos ir practicando para eso".

Las lágrimas comienzan a salir de mí cuando veo el vídeo sexual en la gran pantalla.

Félix hizo un gran trabajo cubriendo nuestras caras y voces, pero aún así veo lo que hicimos y la verdad es... que todo este infierno inició por ese momento.

Todo lo que pasó fue ocasionado por ese encuentro.

"—Ya quiero que todos lo sepan porque en serio odio tener que ocultarte.

—Falta menos que antes".

Ahora todos lo saben... porque es obvio que mis hermanos y mi madre me reconocerían hasta disfrazado de un vegetal.

Melanie y yo huímos por tanto tiempo que ahora me parece patética la forma en la que terminaron las cosas. Ella no merecía sentir miedo por ese vídeo y yo no merecía tener miedo de buscar ayuda.

Nosotros nunca hicimos nada malo...

Nosotros fuimos las únicas víctimas.

Por eso acuso a la directora frente a todos los padres y alumos. Por eso arruino su reputación tal y como ella amenazó la de Meli y por eso disfruto ver su rostro de verguenza. No siento culpa y tampoco lástima.

¿Ella no quería todo el poder? Nosotros le dimos el papel principal.

Esa sastisfacción y sed de venganza se ven irrumpidas por la sorpresa de ver a los Russell.

¿Qué hacen ellos aquí?

¿Qué está pasando?

Estoy tan centrado en ellos, que por un largo rato no noto la calidez de la mano de Alex. Por alguna razón me siento mejor al tenerlo a mi lado y por esa misma razón no lo suelto. No quiero que me deje solo.

—Elizabeth Obregon, queda usted detenida por manejo indebido de su autoridad; también se le acusa hostigamiento, acoso y extorsión hacia una menor de edad—la directora no hace nada mientras el policia la esposa —. Tiene derecho a guardar silencio y a negarse a responder preguntas. También se le dará permiso para contactar a un abogado que esté presente durante el interrogatorio o más adelante.

Admito que me sorprende la acusación porque no sé cómo los Russell se entaron, pero de alguna manera eso choca con nuestro plan porque ellos parecen tener pruebas sólidas, pero nosotros falsificamos más para hacer creer que la directora traficaba contenido sexual de sus alumnos.

Por alguna razón que no entiendo, la directora coopera a la hora de ser esposada. También se comporta calmada cuando se la llevan detenida y no se atreve a mirar a nadie a la cara cuando todos anuncian que quieren presentar una denuncia.

—Thomas, tenemos que hablar contigo —el padre de Melanie se detiene frente a mí con una expresión seria.

Respiro hondo y asiento, entendiendo la situación.

No sé cómo se enteraron ellos, pero de alguna manera me siento mejor con eso. No habría podido mentirles a ellos. No habría podido mirarlos a la cara.

Suelto la mano de Alex mirándolo fijamente a los ojos y por alguna razón sus ojos se humedecen, logrando que a los míos les pase lo mismo.

Camino junto a la señora Phoebe y el señor Russell hasta uno de los salones vacíos. No sé por qué espero que me griten o me golpeen. La realidad es que solo espero que digan cuánto me odian. Lo merezco por no haber ayudado antes a su hija.

Por eso me sorprendo cuando lo primero que sale de la boca de Phoene es:

— ¿Cómo te sientes? —con una mirada repleta de preocupación.

Sin poder evitarlo comienzo a llorar por todo.

Por Melanie, por nuestra relación, por lo que pasó, por lo que no pude evitar, por la verguenza, por la rabia, por el dolor...

—Lo siento mucho... —las palabras salen con la mayor sinceridad de mí —. Lo siento mucho, señora Phoebe... lo siento mucho...

Cubro mi cara cuando ella me abraza y me desahogo contra su pecho cuando me susurra que no es mi culpa.

—Todo estará bien, ¿okey? —toma mi cara entre sus manos y me aparta un poco —. Haremos justicia. Lo que ella hizo con Melanie y contigo no quedará impune.

—Yo hice algo peor que eso, señora Phoebe...

Por su expresión sé que no entendió nada sobre la situación en el cine. Por eso me limito a explicarles todo el plan.

Ellos parecen horrorizados, eso me averguenza, pero aún así no me disculpo.

Lo que sí me hace sentir culpable es el hecho de haber desfraudado la confianza que el señor Russell depositó en mí.

También me afecta el hecho de que no quiero que ellos perciban una imagen negativa de mí porque no soy malo, solo le pagué con la misma moneda. Le di lo que quería y le demostré que todo en exceso es malo, incluso si eso es creer que las otras personas se van a quedar de brazos cruzados.

—Pero eso es un delito... —eso es lo único que dice, cubriendo su boca.

—No, si no lo saben —estrujo mis ojos y levanto la mirada —. Félix creó una carpeta entera llena de archicos y vídeos relacionados. Esos vídeos jamás salieron ni saldrán a la luz, solo les hicimos creer que la directora nos chantajeaba y pretendía publicarlos si no hacíamos lo que pedía.

—Lo que ella hizo con Melanie —el señor Russell habla por primera vez —. ¿Y qué tiene que ver el tráfico?

—Se le dará por lo mínimo seis años de prisión. Por amenaza seguramente seis meses, por acoso seis meses y por extorsión cinco o cuatro años.

—Once años...

—Mínimo —asiento.

Ellos cubren su cara y analizan la situación. Yo hago lo mismo, sintiéndome de pronto extraño por todo lo que puede pasar si se llega a descubrir que las pruebas son falsas.

—Hijo, sé que en este momento te debes sentir muy dolido y furioso, pero esto...

Por alguna razón, de pronto todo lo que veo es el granito blanco del suelo.

Escucho los gritos de Phoebe, eso me hace reaccionar y girarme hacia la persona que me golpeó: es William, y parece más furioso que nunca.

— ¡¿QUÉ MIERDA HICISTE CON MI MAMÁ?! ¡HIJO DE PERRA!

Me cubro con mis brazos cuando me patea con fuerza y cierro los ojos asimilando el dolor. Sé que con la rabia que tiene no podré detenerlo, por eso solo espero a que se desahogue.

Tomo la pata de una de las mesas y la arrastro intentando ponerme de pie; recalco intentando, porque los golpes de William son tan fuertes que por un momento siento que sus patadas en mi estómago reventarán alguno de mis órganos.

Observo con vista borrosa cómo es que el señor Russell lo sujeta, pero no es hasta que casi pierdo la consciencia cuando veo a mi gemelo aparecer a su lado con una expresión de profundo odio.

Anteriormente dije que con la rabia que tenía William yo no podría detenerlo... lo bueno es que Alex sí.

— ¡Dios mío! —la señora Phoebe me ayuda a levantarme mientras ambos observamos a Alex estampar la cara de William contra uno de los pupitres.

Aunque por un momento siento que la escena es demasiado violenta, no puedo evitar sentir satisfacción al ver la cara de William cubierta de sangre.

—Busquen ayuda, lo va a matar —el señor Russell habla, pero no hace nada para impedir el acto.

La señora Phoebe retrocede y camina torpemente hacia la salida, yo me coloco a un lado del papá de Melanie.

—Alex —suspiro cuando noto que William está insconciente —. Ya déjalo.

Mi hermano estampa su cara una vez más antes de dejarlo caer con el rostro desfigurado.

Ni el señor Russell ni yo comentamos nada a la hora de salir, simplemente nos detenemos frente a nuestra familia y fingimos que es completamente normal que Alex tenga las manos manchadas de sangre y yo la nariz rota.

— ¿Están bien? —Niels llega hasta nosotros seguido de nuestros hermanos.

Alex y yo solo asentimos y nos lanzamos una mirada cómplice antes de ser consolados por todos.

Estamos afuera del instituto, hay policias en todos lados y a la directora ya se la llevaron a la comisaría.

Nuestros amigos se encuentran hablando con sus padres y aunque el frío está intenso —es de noche —, la calidez de la mano de Alex me hace sentir más tranquilo.

Ni siquiera necesitamos palabras para saber que estamos para el otro, solo necesitamos eso.

Pero aún así en medio de la bulla, los gritos, el desorden y el llanto, me giro hacia él y le digo:

—Bien hecho.

Él solo sonríe, como si se tratara de un perrito que acaba de ser felicitado por su dueño. Solo le falta mover la cola.

—Thomas, acompáñanos a la comisaría —los padres de Melanie llegan hasta mí, alertando a mi mamá y a mis hermanos —. Ustedes no saben nada, ¿cierto?

Todos niegan, posando su mirada sobre mí.

—Tú decides, o asumes la responsabilidad o nos dices quiénes forman parte de esto.

Por un minuto dejo de respirar y solo observo a mi alrededor.

Pasto verte, cielo oscuro, calles iluminadas por faroles y sirenas de policía. Estudiantes hablando con sus padres, representantes preocupados, caos, a mis amigos, a mis hermanos, a mi mamá... A los Russell.

No quiero que nadie más salga perjudicado por mi culpa, no es justo.

No fui yo el de la idea, pero la llevaron a cabo por mí. No puedo ser tan cínico e involucrarlos en esto también.

—Solo fui yo —doy un paso adelante, mareándome por el estrés.

Intento soltar la mano de Alex, pero él me lo impide y también da un paso al frente, mirándome con firmeza.

—También fui yo.

¿Qué está haciendo?

Mis hermanos, mi madre y los Russell nos observan con sorpresa, pero sus caras cambian a una peor cuando Maya, Niels, Gael, Félix y Maykel dejan claro que tuvieron roles en la situación.

Nuestros padres se unen para intentar dialogar con la situación y entre nosotros,— mis amigos y yo—, nos lanzamos una mirada cómplice de "si uno cae, caemos todos".

Lo único que nos sorprende es ver a Jennie unirse al grupo y gritar:

—YO TAMBIÉN —procediendo a mirar retadoramente a sus padres.

El señor Williams cubre su boca y respira profundamente para asimilar la situación. Lo único que hace su esposa es abanicarse con la mano.

— ¿Qué fue lo que hicieron? —David intenta aligerar el ambiente, hablando pausadamente.

—No podemos comentarlo acá, ¿qué tal si vamos a un lugar más privado? —el señor Russell aporta la idea y el resto parece complacido.

Todos, menos el padre de Jennie.

—No vamos a ir un lugar más privado, vamos a ir a mi bufete —habla el señor con una autoridad que aterra —. Si mi hija está metida en esta situación no pretendo quedarme de brazos cruzados. Necesito saber toda la verdad y les advierto que reconozco las mentiras apenas las dicen.

Claro... el papá de Jennie es uno de los mejores abogados de Los Ángeles. Si hay alguien que podría conciliar la situación, definitivamente es él.

—Lo único que necesito, es que respondan dos preguntas que me dirán si debo o no apelar este caso. ¿Cuál es la verdad? ¿Qué es lo que hicieron?

Sus ojos penetrantes se encuentran con los míos, por eso y porque su expresión me aterra, retrocedo dos pasos.

¿Qué fue lo que hicimos?

...

¿Qué les pareció el maratón? 

Con mucho amor y un beso en la boca

—Nepasavoir.
















Puto el que lo lea. 

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