CAPÍTULO 45 (PARTE 2)

Disculpen la tardanza, los amo<3

Explosión.

(PARTE 2)

Alex.

— ¿Seguro que esto funcionará? —me detengo antes de entrar al auditorio. A mi lado, Niels suspira.

—Sí, terroncito, va a funcionar —acomoda mi corbata —. Recuerda decir todo lo que ensayamos, ¿de acuerdo? Él debe ser consciente de lo orgulloso que estás.

Aún no me acostumbro a que me diga terroncito.

—La verdad es que es más probable que me golpee con el ramo —me remuevo y tomo sus manos —. ¿Y si mejor nos vamos a otro lugar? Podemos aprovechar que la casa está sola para...

Niels se separa un poco y niega.

—Alex, es mi mejor amigo...

— ¡Y también es mi gemelo y me odia! No creo que desee que yo esté aquí. ¿Sabes qué? Mejor me voy...

Intento girarme, pero su mano y la mano de alguien más me lo impide. La otra mano es la de David, para ser más específico. Al parecer estaba escuchando la discusión con mi novio.

¿Habrá escuchado todo?

—No irás a ningún lado. Es el momento de Thomas y debemos apoyarlo. ¿Cómo crees que se sentirá si nota que no estuviste en su presentación? Nuestro hermano es el protagonista y trabajó mucho por ello. Todos debemos estar ahí.

Intento replicar, pero al encontrarme con su mirada determinada, decido morder mi lengua. Ahí está el David papá.

Niels sonríe disimuladamente y yo ruedo los ojos, caminando hasta el lugar asignado. Sé que ama cuando logra salirse con la suya.

Mi mamá nos pasa algunos snacks y yo no puedo evitar suspirar cuando Minive se encarama en mis piernas sin dudarlo. Eso de que es mi sobrina favorita se lo tomó muy en serio, al parecer ella lo sabe y no duda en buscarme cuando no quiere estar bajo la supervisión de sus padres. Aunque no voy a negar: la condenada tiene el poder de manipularme.

— ¿Feliz? —la miro feo cuando se acomoda entre mis piernas. Ella no me responde, solo me sonríe.

—Serás un buen papá —Niels nos mira con una sonrisa.

— ¿Cuándo me darás hijos? —alzo una ceja y sonrío cuando se sonroja.

—Existe la adopción...

Dejo de sonreír cuando su cara cambia. Una expresión molesta sustituye su sonrisa y no puedo evitar girarme cuando noto que toda su furia tiene que ver con algo detrás de mí. Y lo entiendo de inmediato: a mi lado está sentado Aiden Harvey.

—Hola —el mayor me sonríe una vez que me encuentro con su mirada —. ¿Me pasas las papitas? Son mis favoritas.

— ¿No habían otros asientos? —lo miro mal.

—Ninguno al lado de ti —se encoge de hombros —. Desde aquí puedo ver perfectamente a mi hermana —aclara.

—Hay asientos con mejor vista, la verdad.

—Sí, pero ninguno en el que pueda hablar contigo —me sonríe y observa a la bebé en mi regazo —. Cada día me sorprendes más.

—Solo no molestes, ¿sí? —suspiro —. Es un momento familiar, no quiero pasar un mal rato.

—Tranquilo, excelencia, solo vine a apoyar a mi hermana.

Niego y me termino de girar, apoyando mi espalda en el asiento.

Niels se atraganta de chocolate para disimular su mal humor y yo sonrío cuando Minive se pone de pie y toma mi cara entre sus manos. Para ella no hay cosa más entretenida que apachurrarme la cara.

—Faltan cinco minutos para que comience, ¿todos tienen las cámaras listas? —Lauren le pregunta al grupo y todos asentimos.

Como era de esperarse, toda la familia vino. Desde mi madre y mis hermanos hasta sus esposos e hijos. Creo que eso es lo que más me gusta de mi familia: que siempre nos apoyamos los unos a los otros.

No dudo cuando digo que aunque Thomas tuviera el papel de un sapo, le mostraríamos el mismo apoyo. Para nosotros es muy importante que alguno logre algo.

El telón se abre y me centro en la conversación de dos campesinos. Al parecer están hablando de un mago o algo así que es muy importante y poderoso. Al principio deduzco que están hablando de Thomas, pero descarto la idea cuando mencionan el nombre de ese mago. No puede ser Thomas porque en la obra él se llama Marco.

—Ale... —Minive se remueve y yo suspiro, dejándola en el suelo.

Niels se inclina cuando la bebé se apoya en sus piernas y yo sonrío porque aunque parezca mentira, él no está acostumbrado a socializar con bebés.

— ¿Tienes bebidas? Olvidé comprarlas antes de entrar —Aiden se acerca y pregunta en mi oído.

— ¿Me ves cara de que compré bebidas para ti? —me giro en su dirección.

—Te veo cara de que...—sonríe sin terminar la frase.

Ruedo los ojos y me acomodo en mi asiento. A mi lado, Niels está respondiéndole una pregunta a Minive.

Inhalo hondo cuando por fin Thomas aparece y no puedo evitar sonreír al verlo vestido de campesino. No luce mal, solo se me hace raro y diferente verlo así.

Lo mejor de la situación es que no me siento con la obligación de fingir que me gusta lo que hace porque no lo debo fingir: me gusta. Para mi sorpresa mi hermano se destaca en su papel y solo por eso soy capaz de relajarme: porque durante toda la obra no tengo ojos para nadie más que para él.

Por primera vez en mucho tiempo, Thomas se vuelve mi centro de atención.

Por primera vez en mucho tiempo, deseo volver a ser el mejor amigo de mi hermano.

...

Por eso me duele cuando en vez de responderme un simple "gracias", lo veo con más ganas de pegarme con el ramo.

Al final tenía razón: él no desea recibir ni los buenos días de mi parte.

—Estoy seguro de que le gustó —la voz de Niels me saca de mis pensamientos.

Creo que fue debido a la verguenza, pero justo después de ser rechazado por mi hermano huí del grupo de personas y me adelanté a la salida.

—Sabes que no, estoy seguro de que viste la cara que puso —suspiro y trago saliva —. Soy un imbécil por creer que verme lo alegraría.

— ¿Quién dice que no? —Niels toma mi mano y me jala antes de que pueda apartarme —. Seguramente solo actuó así porque no está acostumbrado a que seas expresivo.

—Estás siendo muy inocente —agacho la mirada y la centro en sus labios —. Me quiero ir de aquí.

—No, sabes que tu familia irá a celebrar el éxito de la obra —me recuerda —. Después de comer te prometo que pasaremos toda la tarde juntos.

Esa idea me anima un poco.

— ¿Solo la tarde? —lo abrazo aprovechando que no hay nadie conocido.

—Si mi papá me da permiso, la noche también —él acaricia mi espalda y se separa un poco —. Me cae mal ese tipo.

—Lo sé —sonrío.

No sé si es enfermo de mi parte que me guste verlo celoso. Los celos hacia Jennie no significaban nada para nuestra relación porque simplemente eran argumentos estúpidos a la hora de discutir. En cambio, lo celos hacia Aiden son reales y muy bien justificados, lo que me hace gracia ya que en verdad su expresión cambia cuando hablamos de él.

—Sé que no tienes la culpa de que te busque, pero realmente me molesta que actúe como si yo no existiera —Niels sigue quejándose, sin notar mi burla —. De verdad me cae mal, es un malintencionado.

—Uh, eso sí fue ofensivo —sonrío más.

Niels al igual que Thomas es muy malo insultando. La diferencia es que Niels explota cuando está muy molesto, Thomas a pesar de todo siempre mantiene su elegancia.

—No te burles, Alex, esto es serio —se intenta separar, cruzándose de brazos —. Me cae mal él y su su estúpida sonrisa de... ¡No te rías! —se remueve entre mis brazos aún más molesto.

—No te pongas así —río y lo sigo cuando se adentra de nuevo al instituto.

Los demás aún no han salido porque los chicos del teatro volvieron a los camerinos a cambiarse.

— ¿Dónde estaban? —Daniel nos pregunta a Niels y a mí, pero antes de poder responderle, las voces de los chicos del club invaden el silencio.

Thomas es felicitado por el resto y no puedo evitar mirar con sorpresa a Niels cuando literalmente aparta a Aiden y abraza a mi gemelo con inocencia fingida.

De verdad lo odia.

No sé de qué hablan, pero a los segundos Thomas comienza a corretear a mi novio y los demás no hacen más que reír por la escena.

...

Durante toda mi adolescencia mis hermanos han tenido que soportar mi comportamiento violento, grosero, inmaduro, chocante y todo lo que un mal adolescente puede hacer, pero jamás en mis diecisiete me tuvieron que reprender por un romance. Nunca.

Y la razón por lo que lo están haciendo es la foto que subí anteayer en el cumpleaños de Niels.

— ¿Se trata de Jennifer Williams? ¿Sus padres saben sobre esto? —Taylor pone el teléfono muy cerca de mi cara.

La verdad es que no sé por qué hacen tanto drama. Sí sabía que iban a comentarlo, pero no me esperé que me hicieran un interrogatorio en la oficina de David.

Si yo les hiciera un interrogatorio cada vez que ellos cogen no saldríamos de aquí, ¿con qué moral me están regañando?

—Te estás buscando un buen puño, mocoso —Daniel me mira feo.

Creo que pensé en voz alta.

—No se trata de lo que hiciste, Alex, se trata de lo que ocasionaste —David me entrega varios informes que no entiendo —. La prensa se contactó con los padres de Jennifer, ellos pagaron una alta suma de dinero para que los rumores no fueran a parar en revistas de farándula.

— ¿Y? —mi indiferencia parece irritarlos el triple.

— ¡Nosotros somos figuras públicas, Alex! ¡Tú eres una figura pública! —Taylor se exaspera.

— ¿Y? —pregunto de nuevo.

Su mirada mortal se clava en mí.

— ¡No puedes estar publicando ese tipo de fotos, Alex! ¡Eres un adolescente!

— ¡Tú publicaste una foto de Miley en una bañera! —me excuso.

Rápidamente Daniel y David impiden que Taylor me salte encima.

Cuánta agresividad.

—Alex, Taylor es mayor de edad y está acostumbrado a lidiar con la opinión pública, pero tú... Eres un niño, aún estamos en la obligación de protegerte y cuidar tu intimidad —David intenta dialogar.

Lo que no entiendo es a qué quieren llegar, ¿les molesta la foto o el que haya hecho pública mi relación?

—Debes entender que eres una celebridad, tu intimidad es algo de lo que tus fans no se pueden enterar.

—No es mi culpa tenerlos como hermanos —me cruzo de brazos.

—Tampoco es nuestra culpa que tengas el cerebro del tamaño de un maní —Daniel me lanza un lapicero.

Por suerte lo esquivo.

— ¿Qué quieren que haga? —pregunto completamente irritado con la conversación.

—Tienes dos opciones: o das una declaración falsa sobre la foto o hablas con los padres de Jennie para oficializar tu relación.

Ambas opciones me parecen ridículas.

—No.

Los tres levantan las cejas al mismo tiempo.

— ¿No? —preguntan al mismo tiempo.

—No —vuelvo a responder.

Observo el estudio de David sin prisa y suelto un suspiro. La decoración de mandera es mi favorita. Una gran ventana deja entrar mucha iluminación natural y gracias a la cortina blanca hay algo de color pastel en medio de tanto marrón.

También hay dos grandes estantes de libros a los lados y por supuesto que un gran escritorio perteneciente a la cabeza de la familia. Daniel y Taylor se encuentran a los lados de David y solo por ese detalle tienen el porte de tres reyes hablándole a un súbdito. La diferencia es que yo no soy un súbdito y a mí nadie me va a estar dando órdenes.

— ¿Disculpa? ¿Por qué no? —Taylor es quien decide romper el silencio.

—Porque yo no tengo ninguna relación con Jennie y tampoco voy a estar mintiéndole al mundo —lo miro fijamente a los ojos —. Te lo dije desde un principio: no soy una celebridad prediseñada. Yo también soy humano.

—Eres un niño, Alex...

— ¡No soy ningún niño! —golpeo el escritorio —. ¡Ya voy a cumplir dieciocho y estoy seguro de que ustedes cogieron mucho antes de cumplir dieciséis!

Ellos no dicen nada, solo se limitan a escucharme.

—No voy a negar nada, esa foto no la saqué de ningún lado, esa foto la tomó mi novio ¿y saben qué? No me averguenza. Ahí lo tienen —les lanzo mi teléfono —. Hagan todas las declaraciones que deseen, pero que les quede claro que no pretendo ocultarme. Yo cago, yo cojo, yo cometo errores y soy un maldito inmaduro, pero un falso jamás.

Salgo del estudio antes de que digan algo y cierro la puerta con fuerza.

Al llegar a mi habitación, lo único que hago es arrojarme sobre el cuerpo de Niels. Él está acostado en mi cama.

— ¿Pasó algo malo? —pregunta preocupado.

Suspiro y niego contra su pecho.

—No, solo le acabo de decir a mis hermanos que soy gay.

...

¿Qué creen que digan los hermanos Crild? 

Con mucho amor y un beso en la boca

—Nepasavoir.




















Puto el que lo lea.

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