CAPÍTULO 42
Chicos, ya que estamos en la recta final de la historia, comenzaré a dedicar los capítulos a las personas que en serio se tomen el tiempo de comentar o mostrarle interés al libro.
Capítulo dedicado a Paercy porque es una de las cuentas (en instagram) que más me han motivado a seguir escribiendo <3
Alcoholes y besos.
Alex.
Normalmente cuando duermo solo, suelo levantarme de mal humor. No puedo evitarlo, de verdad me estresa tener que dejar de dormir y me estresa aún despertarme por una pesadilla.
La razón por la que digo eso, es porque desde que duermo con Niels lo único que me motiva a despertarme es poder verlo a él. Cuando lo veo a él, todo el mal humor se disipa y no puedo evitar sonreír por el simple hecho de tenerlo. ¿Lo peor de todo? Que no puedo ponerme de mejor humor porque al abrir los ojos Niels no está a mi lado. Estoy solo.
Me levanto de golpe y observo hacia todos los lugares de la habitación. Lo primero que hago es correr hacia el baño, pero al ver el vapor y la humedad deduzco que ya estuvo aquí desde hace rato.
Cepillo mis dientes antes de bajar a comer y paso una mano por mi cabello, preguntándome si también bajó al maldito loro.
Tengo unas profundas ojeras y no, no se trata por haber amanecido viendo películas con Niels, sino porque el maldito loro saltaba cada cinco minutos a la cama, así que tuvimos que cubrirnos con la sábana para poder ver las películas en paz y tuvimos que aguantar que Loki caminara sobre nosotros como si fuésemos pasarela. Lo odio.
Niels estuvo toda la madrugada riéndose, yo pasé toda la madrugada maldiciendo. Jamás pensé que un loro sería tan irritante.
Bajo las escaleras descalzo y sin camisa, sabiendo perfectamente que solo están Niels y Thomas. Por eso me sorprendo cuando escucho una conversación masculina que incluye otra voz que no es la de ellos dos.
—No, casi no lo he visto dormir. Es lo que menos hacemos cuando estamos juntos.
Niels habla con molestia y no entiendo por qué, hasta que me encuentro con la cara de Aiden Harvey. ¿Qué hace aquí? ¿Qué hace hablando con Niels?
— ¿Qué haces aquí? —pregunto con fastidio.
Odio que me visiten sin avisarme.
Aiden y Niels paran de hablar y se giran con expresiones muy diferentes. Mientras Aiden me observa con una gran sonrisa, la mirada de Niels parece querer penetrar mi mente.
Eso último me hace tragar saliva.
—Vine a entregarte tu ropa —Aiden alza mi pantalón y camisa —. Te dije que vendría —el brillo divertido cruza por sus ojos.
Él no me dijo nada.
—... Y también conocí a tu amigo, es bastante agradable —señala a Niels.
Este último le quita mi ropa en un solo movimiento.
—Si, lo mismo digo —dice entre dientes, caminando hasta mí —. Iré a cambiarme.
Me lanza la ropa y pasa por mi lado.
Carajos.
Lo sigo sin dudarlo y tomo su mano intentando detenerlo, pero él no me presta atención.
Cierro la puerta de mi habitación detrás de él y pongo una mano en su hombro, intentando que me vea a la cara. ¿Qué fue lo que le dijo Aiden? No puede ser, no podemos volver a pelear.
—Alex, suéltame —habla con voz seria, lo que me pone todavía más nervioso —. Suéltame, me tengo que ir.
— ¿Qué pasó? ¿Por qué estás molesto?
—No estoy molesto —me mira con odio.
Sí está molesto.
—No te creo —lo sujeto por ambos brazos —. Recuerda lo que dijimos ayer. No te puedes ir así, hablemos.
Él parece dudarlo por largos segundos, pero después de un rato, asiente y respira hondo, pidiéndome que lo suelte.
—Dormiste con él.
A pesar de que lo dice con voz calmada, toda su cara delata su molestia. Sus labios forman una línea recta y sus brazos están cruzados.
—No dormí con él, solo me quedé dormido en su departamento —aclaro.
— ¿Por qué dormiste en su departamento?
—Estábamos viendo Transformers —ruedo los ojos —. Ese día había discutido contigo y cada vez que estoy de mal humor me da sueño. Después de comerme las palomitas, me dormí.
Mi respuesta le hace entrecerrar los ojos.
— ¿Qué hacías en su departamento?
—Porque primero fuimos a una cafetería y me cayó un chocolate caliente —recuerdo a su mamá, por lo que decido sacarlo a flote para tener más pruebas —. Fue tu mamá la que me tiró el chocolate encima, fue un accidente.
— ¿Mi mamá? —la molestia pasa a segundo plano.
—Sí, estaba reunida con un hombre y una mujer —me encojo de hombros —. Es muy hermosa, se parece a ti.
Él se relaja un poco, pero parece igual de pensativo.
— ¿Por qué saliste con él? —continúa con las preguntas.
—Fue el catorce, fue justo después de discutir contigo —me paso una mano por el cabello —. No quería quedarme solo, él me escuchó.
—Él gusta de ti —se pone a la defensiva.
— ¿Por qué dices eso?
Realmente, ¿cómo lo supo?
—Porque soy tu novio y sé cuando una persona gusta de ti —dice con seguridad —. No me agrada ese chico.
—Es solo un amigo. Es el hijo del amigo de mi mamá.
—No me agrada —niega y da un paso hacia atrás.
Maldito Aiden, por un momento me llegó a caer bien.
Durante un rato lo veo caminar de un lado a otro arreglando sus cosas para irse, pero luego decido intervenir porque entonces estaríamos un día más sin hablarnos y no pienso repetir lo del catorce. No más, es demasiado drama para mí.
—Le dejaré de hablar si tú quieres —lo sigo como perrito faldero —. Niels, solo dime qué hacer.
Él se detiene y se gira hacia mí, soltando un gran suspiro.
—No se trata de eso, Alex, tú puedes tener a los amigos que quieras —señala la puerta —. Pero amigos, no personas que yo sé que están esperando que termines conmigo para tener una relación contigo.
— ¡Así me siento yo con Anna!
— ¡Yo soy gay!
— ¡¿Y?!
— ¡Tú nunca entiendes nada! —grita y camina lejos de mí.
Inhalo y exhalo, intentando encontrar un poco de paciencia. Eso es lo que necesito para no obligarlo a entender lo que siento. ¿Por qué es tan difícil para él ponerse en mi lugar? No sé quién de los dos es más complicado.
—Ese chico también lo es, ¿verdad? —vuelve a hablar, refiriéndose a Aiden.
—Es bisexual —me cruzo de brazos.
— ¡¿Ves?! ¡Y se nota que gusta de ti!
— ¡¿Y qué tiene?!
— ¡Que no está en el closet!
— ¡¿Y?!
— ¡QUÉ TÚ QUIERES A ALGUIEN ASÍ!
Su cara se transforma enseguida, pasa de la molestia a la preocupación.
— ¡Parece un maldito Ken, se nota que no tiene problemas con su orientación y gusta de ti! —traga saliva y aparta la mirada —...Él es todo lo que yo no soy. Él tiene todo lo que yo no puedo darte. Es perfecto.
¿Qué mierda hace Niels Baasch comparándose con Aiden Harvey?
—Sé lo que estás pensando, pero entiéndeme a mí —estruja sus ojos —. Yo solo te hago sentir inseguridad y él parece la maldita seguridad personificada.
—Niels, no...
—Solo déjalo, ¿sí? Tengo que irme a mi casa.
Me pasa por un lado e intenta abrir la puerta, pero no lo logra. Apoyo una mano en esta y él se gira de golpe, quedando en medio de la puerta y yo.
No me puedo creer que después de todos estos meses aún tenga la maldita idea de que puedo encontrar a alguien mejor que él. ¿De verdad no le he demostrado todo lo que siento por él? Y digo demostrado porque nunca he sido un chico de palabras, pero he intentado actuar de la mejor manera para que él no tenga inseguridades de ese tipo.
¡Mierda! ¿Cómo puede pensar algo así? Ojalá pudiera navegar un día en mi mente. Se sorprendería de lo obsesionado que estoy con cada centímetro de su persona.
¿De verdad tengo que hacer esto? No lo puedo creer.
— ¿Qué cosa? —pregunta, dándome a entender que pensé en voz alta.
—Niels, pasé tres años de mi vida intentando superarte o enamorarme de otra persona para poder olvidarte y no lo logré. Intenté por todos los medios de no sentir nada pero algo siempre me hacía volver a ti. No era nada físico porque nunca llegamos a tocarnos de esa manera, era algo más... algo de adentro. Siempre volví a ti porque más allá de un roce, solo con una mirada tú me hacías sentir miles de emociones diferentes. Lo intenté, juro que intenté parar eso, pero no lo logré y gracias a eso es que ahora puedo disfrutar de todas esas sensaciones contigo a mi lado.
» Créeme, ni Jennie, ni Aiden, ni nadie, pueden provocar las reacciones que tú tienes sobre mí porque estoy jodidamente enamorado de ti. Hasta lo que me estresa de ti me encanta y no lo cagaré por alguien más. No permitiré que tus inseguridades arruinen lo mejor que me ha pasado en mi puta vida, te demostraré que no valen la pena. Pero no quiero que pienses jamás que dañaría esto por otra persona... Tú eres el único ser que no me irrita cuando me despierta y eso es jodido... Tan jodido como estoy yo por ti.
» Es ilógico que no sepas que me tienes en tus manos, Niels. Solo tú puedes decidir si quieres soltarme o no.
Él no responde nada por largos minutos. Yo tampoco lo hago. La verdad es que no sé de dónde salió todo eso, pero siento que un arcoíris salió de mi boca. Quiero vomitar.
—Bueno... —aclaro mi garganta al ver que no habla —. ¿Dónde está Loki? ¿Ya lo mataste...?
—Cierra la boca —me interrumpe y sonríe—. ¿Puedes repetir lo que dijiste?
—No.
Él no deja de sonreír, simplemente me abraza y me empuja hacia la cama, acostándose sobre mí.
—Te quiero —murmura sin dejar de sonreír.
—Lo sé.
—Te quiero mucho —vuelve a murmurar.
—Te dije que ya lo sé.
—Te amo.
Me quedo paralizado y creo que él lo nota, porque no dice nada más. Creo que ninguno se lo esperaba.
Me ama.
Realmente... ¿Quién no me amaría? Lo entiendo, hasta yo me amo.
— ¡Alex!
No puedo evitar reír cuando noto que me escuchó, así que lo único que hago es girarme y besarlo, poniendo ambas piernas a los lados de su cuerpo.
— ¿Me amas? —pregunto sin terminar de creérmelo.
Él asiente.
— ¿Me amas? —vuelvo a preguntar.
—Sí.
— ¿Mucho?
—Mucho.
— ¿De verdad me amas? —frunzo el ceño.
Él suspira y hunde sus dedos en mi cabello.
—Sí, das un sexo increíble.
—Ve a rezar —entrecierro mis ojos —. Eres un pervertido. Yo te estoy hablando bonito y tú solo piensas en eso.
—Pero....
—Nada, guarro —cubro su boca —. Debería darte vergüenza.
—Idiota —habla contra mi mano.
—Amas a este idiota.
Él rueda los ojos, provocando que yo sonría.
Me ama.
Quito mi mano de sus labios y observo estos. Tenía mucho tiempo sin detallarlo tan de cerca.
Observo el lunar sobre su labio superior y dejo un beso en este. Dejo otro beso en sus labios y hundo mis dedos en su cabello, dejando muchos besos más por toda su cara.
Niels cierra los ojos y disfruta de mi muestra de afecto. Yo disfruto verlo disfrutar.
— ¿Sabes una cosa? —pregunto al dejar de morder su labio inferior.
— ¿Qué? —abre los ojos lentamente.
—Yo también pienso que das un sexo increíble.
Él rueda los ojos, pero aún así se ríe y permite que vuelva a besarlo.
...
SEMANAS DESPUÉS.
El segundo partido es más fácil de lo esperado.
La mayoría de los estudiantes gritan y aplauden como locos en las gradas, yo solo busco a una persona en particular cuando logro hacer el tercer gol.
Grito y corro intentando drenar la emoción y enseguida todos los jugadores me saltan encima, llorando y alzándome para poder demostrar la victoria.
3 – 1
— ¡ALEX, ALEX, ALEX!
Los animadores festejan y corren al lado de los jugadores, yo busco a una persona en particular a través de la multitud.
Me bajo como puedo y logro tomar su mano antes de que otro grupo me arrastre lejos de él.
Maldigo y me aparto como puedo de las personas que creen que deseo ser abrazado. ¿Quién carajos les dijo que quería que me abrazaran? ¿Quiénes son? Malditas garrapatas.
Ah, es mi familia.
— ¡Felicidades, niño malo! —Lauren me abraza con fuerza y deja varios besos por mi cara —. Estoy muy orgullosa de ti, lo hiciste genial.
—Sabía que lo harías fantástico —Miley también me abraza, solo que no se excede y no dura más de tres segundos.
—Ese es mi chico amargado —Dania me abraza con fuerza y deja un beso en mi frente.
—Oigan, ¿y Niels? —Maya se gira hacia nosotros.
— ¿Quién es Niels? —Taylor frunce el ceño.
—Mi no... —callo y aclaro mi garganta —. Mi nuevo amigo, el arquero del equipo.
—Mi novio —Maya se señala y todos hacen una mueca —. ¿Qué?
Nadie dice nada, solo continúan halagándome y buscando al novio de Maya que nadie parece creer que es su novio.
Todos saben que es mentira.
— ¡Ahí está!
Alguien grita, al tiempo que siento una mano deslizarse por mi cintura.
Me giro de inmediato y sonrío al encontrarme con su mirada brillante. Él también estuvo increíble en el juego, no permitió que recibiéramos un gol de más y solo lo lograron en la mitad del primer tiempo porque seis jugadores del otro equipo subieron a la arquería y lo intentaron cinco veces. Niels paró todas, menos la última. Eran seis contra él solo.
—Lo hiciste genial —sonrío y lo atraigo hacia mí —. Eres el mejor.
—Te iba a decir lo mismo —él también sonríe, correspondiendo mi abrazo.
Tardamos un largo rato en separarnos, aprovechando que a nadie le parece raro que nos felicitemos. Él es el primero en despegarse ya que le avisan que el entrenador lo está llamando, yo aprovecho para acercarme un poco más y rozar mis labios con los suyos.
—Ay, disculpa —bromeo y me alejo asqueado.
Niels ríe y rueda los ojos.
Los chicos también lo felicitan a él y cuando Maya por fin deja de abrazarlo, Niels nos invita a mí, a Thomas y a ella a caminar hasta donde está el entrenador con su familia. Al parecer quiere presentarnos.
Trago saliva y camino más lento al notar que están Niall y su madre. No me intimida el primero, pero sí mi suegra porque no sabía que estaba aquí y me da miedo decir algo tonto y caerle mal en nuestra segundo encuentro.
—Mamá, ellos son Maya, Thomas y Alex, mis amigos —la voz de Niels cambia en fracción de segundos. Pasa de estar emocionado y relajado, a estar más serio y calmado.
Es como si fuera un robot.
Aunque intento no hacerlo, no puedo evitar observar con el mismo odio a Niall. Él nos mira como si no se lo pudiera creer a Thomas y a mí.
—Maya también es mí... novia —baja la voz cuando pronuncia la última palabra.
La señora Baasch sonríe amablemente y me da la mano como si nunca nos hubiéramos conocido, yo actúo igual, intentando no dejarla mal.
—Un placer —sonrío y permito que se presente a los otros dos.
Thomas me mira con un gran signo de interrogación en la frente.
¿Por qué todos me miran así cuando soy amable? ¿Tan raro es?
—Mucho gusto, Niall Baasch —mi cuñado me da la mano y me sonríe con toda la hipocresía del mundo.
Yo me tenso al notar que también piensa presentarse ante Thomas.
—Puedo ser una mierda, pero un falso jamás —le devuelvo la sonrisa —. No te atrevas a mirarme, maldito animal.
—Alex... —Maya intenta calmarme, pero yo niego.
—Alex nada, este desgraciado casi mata a Thomas — aprieto con más fuerza su mano —. Habías estado muy escondido, hijo de... —observo a la señora Baasch y niego —...fruta.
Aprovecho que solo estoy hablando para nosotros, el ruido externo no permite que me escuchen mis suegros.
Todos sueltan un grito cuando le lanzo un puño a Niall, tirándolo al suelo. Él intenta levantarse rápidamente, pero yo pongo mi tenis sobre su pecho y lo pateo con fuerza, volviéndolo a tirar al suelo.
— ¡Alex! —no sé quién grita, pero tampoco me importa.
Jamás le perdonaré cómo dejó a Thomas inconsciente y tampoco olvidaré cómo él y sus amiguitos golpearon a Niels hasta dejarlo privado en el suelo. De solo pensarlo me vuelve a hervir la sangre. Nunca le perdonaré lo mal que trató a su propio hermano solo por decirle que era gay. Jamás le perdonaré cómo dejó de protegerlo y se volvió un victimario más en el abuso intrafamiliar.
—Te dije que me las ibas a pagar, desgraciado —apoyo con más fuerza mi pie.
— ¡ALEX!
Suspiro cuando me separan antes de que logre hacerle algo peor.
Daniel y Taylor no dejan de arrastrarme hasta que estoy a una distancia segura de Niall. O bueno, hasta que él está a una distancia segura de mí.
— ¿Qué? Solo estábamos jugando. —Sonrío perversamente.
Los chicos no dejan de arrastrarme, al parecer no me creen y la imagen que dejo de Niall es muy dudosa. Él se levanta y sacude su ropa sin dejar de mirarme con una sonrisa tensa.
El entrenador y la señora Baasch parecen confundidos, pero deciden creerle a Niall cuando él niega y sonríe más relajado, aclarándoles que ya nos conocíamos y fue un juego.
—Ya, ¡ya! —grito cuando noto que no me quieren soltar —. Ya estoy bien.
—No te creo —Daniel no deja de sujetarme, solo aprieta más su agarre —. ¿Qué carajos pasa contigo? Te dejamos cinco minutos y ya haces un desastre.
—Él se lo buscó.
— ¡Solo te dio la mano! —Taylor me zarandea —. Eres un maldito loco, Alex, te llevaré con un psicólogo.
—Un psiquiatra mejor —Daniel asegura su agarre —. No sé qué pasa contigo.
—Se lo merecía.
—Vamos a ver si mi mamá opina lo mismo —Taylor me da un zape y observa con el ceño fruncido en otra dirección.
Si supieran que fue él quien golpeó a Thomas, no dudarían en dejarlo peor.
Niels se queda con su familia durante un buen rato. Desde mi lugar analizo su comportamiento frente a su hermano y entrecierro los ojos cuando Niall se le acerca y le dice algo que lo hace agachar la mirada. No sé qué es, pero cuando Niels vuelve a alzar la cara, tiene los ojos llenos de lágrimas.
Lo voy a matar.
—Alex, mirándolo así no harás que desaparezca —David pone una mano en mi hombro —. ¿No te cae bien ese chico? Pensé que era el hermano de Niels.
—Por eso me cae mal.
—Ah.
Por un buen rato ninguno de los dos vuelve a decir nada. Al parecer Venus le comunicó lo que dije a todos porque han intentando entablar una conversación conmigo más de una vez. Obviamente no tienen éxito, pero es divertido ver cómo se matan intentando saber qué es lo que ocurre.
—Señor, tenemos pensado ir a la casa de Kazumi a festejar la victoria, ¿usted vendrá?
Brown (uno de los jugadores) se me acerca con paso dudoso. Yo simplemente entrecierro mis ojos y observo en dirección a Niels.
—Ya vuelvo.
Los chicos se ponen alerta cuando vuelvo a caminar hacia la familia Baasch, yo solo sonrío encantador cuando la mirada de mi suegra se encuentra con la mía. Ella tiene la misma cara de tragedia de Niels, son muy tiernos.
— ¿Quieres volver a jugar? —el entrenador se cruza de brazos, interponiéndose en mi camino.
—No, señor, el juego ya acabó —sonrío —. Quería pedirle permiso para llevar a Niels a una fiesta.
La duda y el rotundo NO viajan por sus ojos, por eso me apresuro a añadir:
—Irá Maya, fue ella la que me pidió que lo invitara —me encojo de hombros.
Enseguida su expresión cambia y con una sonrisa le pide a su hijo menor que venga hacia nosotros. Niels lo hace más nervioso que de costumbre, parece estar esperando un regaño.
—Te quería invitar a la fiesta de Kazumi, irán todos los del equipo —le tiendo mi mano —. Maya quiere que vayas.
Maya y yo.
—Él irá —el entrenador lo empuja hacia mí.
No está acostumbrado a pedir consentimiento, él trata a su hijo como una marioneta.
—Si no quieres solo dime —susurro para que solo él pueda escucharme —, inventaré una excusa o algo...
— ¿Estás loco? Sácame de aquí.
Sonrío y asiento, despidiéndome del entrenador y la mamá de mi novio.
Niall aprieta sus puños e intenta que el entrenador cambie de opinión, pero solo logra que lo manden a callar. Es más satisfactorio de lo esperado.
Maya, Thomas y el resto del grupo (nuestros amigos), se unen poco tiempo después. Todos ingresamos a la camioneta de la mayor y ponemos música para animar el ambiente de camino a la casa.
Gael y Félix se pelean por elegir la próxima canción y yo enciendo un cigarrillo para poder disipar el estrés de la pelea. Me habría encantado patearle la cara aunque sea una vez.
La mano de Niels se detiene sobre mi pierna, pero finjo no notarlo, solo boto el humo por la ventana y le doy otra calada, mentalizándome para no estar de mal humor durante la fiesta. Es la primera fiesta a la que vamos juntos como novios y no quiero que por mi amargura pasemos un mal rato.
— ¿Alguien sabe si Mili irá? —Maykel (quien está de copiloto) se gira hacia nosotros.
—No lo creo, aunque puede que vaya con su nuevo amigo —contesta Maya, quien está muy entretenida maquillándose.
Maykel hace una mueca y se acomoda en su sitio. Parece molesto por algo.
La mano de Niels sube y baja por mi pierna mientras habla con Thomas. Él se encuentra al otro lado, lo que me sorprende porque desde lo que ocurrió hace cuatro días no esperaba que tuviera ganas de salir más.
Le doy una última calada al cigarrillo y meto un chicle de menta a mi boca para disipar el sabor. Aunque normalmente me lo fumaría hasta terminar, no quiero que Niels se sienta incómodo al besarme. Él solo lo hizo aquella vez en la fiesta de Gael, pero en general, no fuma.
— ¿Dónde está Jennie? —pregunta Maya cuando los demás bajan del auto.
—Su chofer la trajo, no quiso venir sentada en las piernas de Félix —Gael ríe.
—Ella se lo perdió —el mencionado rueda los ojos.
Niels toma mi mano al bajar y entrelaza nuestros meñiques para no perderme en medio de tantas personas. Los chicos están alrededor de nosotros, lo que logra que no seamos tan evidentes y pasemos desapercibidos.
El lugar está a punto de explotar. El humo sale de cada rincón de la casa y luces blancas y verdes reinan el espacio oscuro. La música está demasiado alta y la mayoría de los chicos que están saltando son del instituto. Kazumi sí que sabe hacer fiestas.
— ¡LLEGÓ EL CAPITÁN!
Alguien anuncia desde un micrófono, logrando que todos griten y comiences a aplaudir en mi dirección.
— ¡ALEX, ALEX, ALEX!
No puedo evitar sonreír por las porras. Incluso mis amigos se unen al festejo y comienzan a gritar al unísono, logrando que Niels y yo nos separemos.
—Dejen la intensidad y pongan música.
No me hace falta gritar, enseguida todos ríen y le vuelven a subir el volumen al máximo.
Un remix de Summer Days de Martin Garrix invade cada espacio del lugar y yo tomo la mano de Niels, guiándolo hacia la mesa de bebidas. Nadie parece notar nuestra presencia.
— ¿Qué quieres probar? —señalo el montón de botellas y él se lo piensa un rato.
—Ya probé vodka y whisky, pero no he probado la cerveza —señala los famosos vasos rojos.
Sonrío y le sirvo un vaso, pasándole también el limón y la sal como me enseñó Simón.
Él hace una mueca al saborear la bebida y por su cara deduzco que no le gustó.
— ¿Algo más?
Él asiente y yo vuelvo a reír. Es demasiado tierno.
Le sirvo un shot de tequila, uno de ron, otro de ginebra y por último solo gaseosa. Él me mira con duda, pero aún así los bebe uno por uno y su cara realmente no puede demostrar mejor lo que siente al respecto.
El tequila lo hace ahogarse, el ron le sube por la nariz, la ginebra lo hace querer vomitar y la gaseosa se vuelve su bebida favorita. No se atreve a probar nada más.
— ¿Podemos ir al baño? —me pide con voz ronca. Toda su cara y orejas están rojas.
Tomo su mano y lo guío al baño principal para que nadie piense mal. Si subimos al de arriba pensarán que vamos a una de las habitaciones y prefiero evitarme mal entendidos.
Niels se apoya en una de las paredes y yo pongo mis manos a los lados de su cara, evaluando si está muy afectado o solo quiere refrescarse un rato. Sé muy bien que no es bueno mezclar bebidas, por eso le serví un shot de cada una. No quiero que se vuelva mierda.
— ¿Estás bien? —acaricio su mejilla y su boca.
—Sí, solo está haciendo mucho calor —cierra los ojos y apoya su frente en mi hombro —. ¿Me besas?
¿Será que está borracho?
Mierda, ya lo emborraché.
—Lo siento, ¿quieres que nos vayamos? —tomo su cara entre mis manos para poder separarlo —. Lo siento, no sabía que sería tan fuerte para ti.
— ¿De qué hablas? —Niels frunce el ceño.
—Ya estás borracho, ¿verdad?
Su confusión es evidente.
— ¿Por qué? ¿Parezco borracho? —me mira alarmado —. No puedo llegar borracho a mi casa, mi papá me mataría.
—No... No pareces borracho, solo... —miro a los lados y me vuelvo a concentrar en él —. Me acabas de pedir un beso.
— ¿Y?
—Es raro —trago saliva.
— ¿Por qué raro? Eres mi novio.
—Nosotros no nos besamos en público —suelto su cara y agacho la mirada —. Sé que es tonto, pero... no es algo que hacemos normalmente. Alguien nos puede ver.
—Alex... —Niels toma mis manos y me jala para acercarme más —. Mucho de lo que hemos vivido me ha obligado a darme cuenta de que no deseo seguir escondiéndome de los demás... Tarde o temprano mi papá se enterará, no puedo dejar de compartir estos momentos contigo solo para que él no sospeche de nosotros.
—Te puede pasar algo...
—Créeme que ya estoy acostumbrado a que me pasen cosas malas —sonríe de lado y pone una mano en mi mejilla —. No dejaré que esos malos momentos opaquen los buenos recuerdos que puedo tener contigo —deja un pequeño beso —. Eres la única razón por la que no permití que las amenazas de Niall me cambiaran y... Te prometo que no dejaré que sus golpes afecten mi cerebro.
» Me importas demasiado como para no darte lo que te mereces.
—No sabes cuánto te amo —lo interrumpo, sin saber cómo pude vivir tanto tiempo sin estar con él.
Sus ojos se llenan de lágrimas enseguida.
—Sí sé —parpadea repetidas veces —. Yo te amo de la misma forma.
Vuelvo a unir nuestros labios y hundo mi lengua en su interior, explorando cada detalle.
Agradezco que el baño quede en un pasillo alejado de la sala, porque aprovecho el momento para bajar por su cuello y hace una lamida que lo hace aclarar su garganta.
— ¡Baño libre! —alguien grita a nuestro lado.
Niels y yo nos giramos lentamente, encontrándonos con una chica pelirroja que si no me equivoco estuvo un tiempo con Félix. No parece muy interesada en nosotros, solo sigue su camino y canta la canción que suena de fondo.
Espero a Niels fuera del baño y cuando por fin sale, no dudo en tomarlo de la mano, invitándolo a bailar Wild Thoughts de DJ Khaled.
Él ríe nervioso, pero aún así se mueve a mi ritmo, intentando seguir el balanceo de mi cuerpo.
Pongo una mano en su cuello y otra en su cintura, acercándolo más a mí. Él roza nuestros labios y me empuja un poco cuando intento besarlo. Lo intento de nuevo, pero él se ríe y se vuelve a alejar, dándome una vuelta al ritmo de la música.
— ¿Quieres jugar? —señalo el final del pasillo.
— ¿Jugar a qué? —sus ojos brillan con curiosidad.
Lo arrastro en medio de las personas y le indico un lugar en el círculo de adolescentes. Él lo hace entre dudoso y emocionado.
Varios chicos se terminan de acomodar y no puedo evitar rodar los ojos cuando Gaby se sienta justo frente a mí para tener más oportunidades. Niels la ignora y continúa detallando nuestro alrededor, al parecer nunca había jugado algo así.
No puedo evitar sonreír al ver a Maya sentada en uno de los costados. Para mi sorpresa, Jennie está justo a mi lado, lo que me sorprende porque ella no es del tipo de personas que juegan esto.
—Beso o reto.
La primera víctima es una chica, quien elige "beso" y le toca besar al chico que está a su lado. Alguien vuelve a girar la botella.
Le toca a Gabriela.
— ¿Beso o reto?
Gaby sonríe y me observa a mí.
—Reto.
Por suerte, la misma chica del reto anterior la obliga a tomarse media botella de whisky, librándome de un momento desagradable.
Gabriela gira la botella logrando que señale a un chico llamado Jess que está al otro costado de Maya.
—Reto —él se encoje de hombros.
Le toca morder un limón completo.
Por ser la última víctima le toca girar la botella y no sé si es suerte o el destino, pero la botella nos queda señalando a Niels y a mí.
— ¿Reto o beso? —le pregunta a Niels, ya que a él lo apunta la boca.
—Reto —el arquero se intimida un poco por las miradas.
Todos murmuran y observan a Jess esperando que decida, yo puedo notar como un destello maligno cruza por sus ojos.
—Te reto que beses al capitán.
Absolutamente todos los estudiantes dejan de hablar, todos se giran en mi dirección y me observan a la espera de una reacción. Yo me aguanto una sonrisa.
Niels se pone del color de su nombre, pero aún así gatea hacia mí y se inclina cuando quedamos a centímetros uno del otro.
— ¿Tiene que ser un beso largo? —le pregunta al otro chico, girando su cara.
—Obvio.
El arquero se vuelve a girar hacia mí y traga saliva, poniendo una mano en mi mejilla.
—Imagina que no es un juego —habla solo para mí.
No digo nada, solo trago grueso y cierro los ojos cuando su boca choca con la mía.
Jadeo cuando su lengua acaricia mi labio inferior y él aprovecha el momento para introducirse por completo en mi boca, saboreando cada espacio de ella.
—Me habría gustado probar este vodka —susurra contra mis labios, sin dejar de besarme —. ¿De qué es?
—Menta —respondo entre besos.
Pongo una mano en su cintura cuando se inclina hacia mí y lo aprieto con fuerza cuando se tambalea por la posición incómoda.
El beso termina poco a poco y sonrío contra su boca cuando muerde mi labio inferior. Él no suele hacer eso (siempre lo hago yo), pero sin duda le sale genial.
Ninguno de nuestros compañeros dicen nada, simplemente observan a Niels esperando que vuelva a girar la botella y me detallan a mí esperando que explote. Todos creen que estoy muriendo de la rabia, lo que no saben que es que estoy muriendo de ganas por cogérmelo.
La botella gira y se detiene en dirección a Jennie y para mi sorpresa, Maya, quien se pone nerviosa enseguida.
— ¿Beso o reto?
Jennie se queda en blanco cuando Niels le hace la pregunta. Parece estar a punto de explotar y sus mejillas no pueden estar más rojas, lo que me parece tierno pero también gracioso.
—Reto... Beso... Uhm... —balbucea y juega con sus dedos —. ¿Reto?
— ¿Reto o beso? —alguien pregunta con impaciencia.
—Beso.
Maya se queda paralizada cuando nota que todos esperan que se acerque. Ya que la botella las señaló a ambas, es obvio que son ellas las que deben besarse, así que mi mejor amiga se encuentra más sorprendida que nunca por la elección de la princesa.
Jennie aclara su garganta y al ver que Maya no piensa ir hacia donde está, ella misma gatea hasta su sitio y se inclina lo suficiente para darle un beso, pero Maya aparta la cara.
—Dijeron beso, pero no especificaron dónde, ¿verdad? —la mayor nos mira a todos con una ceja alzada —. No dejaré que ella se arrepienta de esto después.
Todos sueltan un bufido cuando le da un beso en la mejilla.
Qué aburrida, yo esperaba las tijeras.
...
Este capítulo es muy importante! Por ahí viene un extra, no se duerman.
Con mucho amor y un beso en la boca
—Nepasavoir.
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