CAPÍTULO 27

Capítulo dedicado a @smoothybrown <3

"Loamooooo, maduro mucho desde los otros libros, tanto el como Alex han cambiado y me encanta ver la perspectivas de los dos, siento que está mucho mejor que si solo fuera la perspectiva de una, amo que su relación con Alex vaya yendo mejor y me gusta mucho como el va cambiando incluso dentro de su propio libro"

La cena.


Thomas.


— ¡Mierda! —Alex suelta la olla antes de quemarse y comienza a sacudir el trapo sobre el fuego que está quemando su comida.

Estamos intentando hacer el "asado" para la cena del amigo de mi mamá, pero me acabo de dar cuenta que nuestros dones gastronómicos no están muy dotados que digamos. Yo estuve a punto de quemarme las cejas y Alex está a punto de arruinar la estufa de mamá. En pocas palabras: esto es un desastre.

—Tal vez el asado quemado sepa rico —intento aligerar el ambiente, pero su mirada molesta me indica que no le da nada de risa. Alex odia hacer las cosas mal, es muy perfeccionista y competitivo.

—Lo haré de nuevo.

Suspiro e inhalo paciencia para continuar con el resto. Llevamos toda la maldita tarde en eso: preparar la comida para la cena. Mi madre salió a trabajar para no ser partícipe de nuestra cagada y aquí estamos, sufriendo por no saber hacer un maldito asado y un simple postre. He tirado tres tartas a la basura porque quedan horribles y saben peor. Quiero llorar porque nunca pensé que cocinar me estresaría tanto.

—Ahora no, Fred —Alex esquiva al gato de mi mamá y yo lo observo, sin saber qué es lo que quiere decir mi hermano gatuno.

— ¿Qué tienes? —lo observo curioso y me agacho, tocando su pelaje sin brillo. Desde que enfermó dejó de poseer un aspecto saludable, ahora en verdad parece un gato viejo y lo es. Lleva con nosotros más de ocho años.

—Y te va a responder —Alex rueda los ojos y yo lo ignoro, acariciando el pelaje del amargado animal.

—Creo que se siente mal, ¿tienes hambre? —le vuelvo a preguntar y el maúlla, estirando su cuerpo y soltando un ronroneo que pide cariñitos. Es raro, con la única que actúa así es con mamá —. Te daré comida —acaricio su pelaje amarillo y él me sigue como un rayo cuando busco la bolsa encima del refrigerador.

Alex continúa con su platillo fracasado y yo intento hacer un postre decente. Cambié la tarta por gelatina y definitivamente fue la mejor decisión que pude tomar. Ver a Alex sufrir por un asado es extremadamente entretenido.

— ¡Maldita sea! —lo escucho gritar cuando su guante de cocina prende en llamas.

Pongo la gelatina en pequeñas tazas de cristal y las acomodo en el congelador. Son tazas muy lindas y con una buena cantidad para cada invitado. No sé cuántas personas serán, pero hice como para un batallón por si mis hermanos traen a sus hijos. Tengo demasiados sobrinos y una familia muy grande.

—Alex, creo que deberías hacer otra cosa... —intento acercarme, pero su postura agresiva me hace dudar un poco —. Escucha, tendrás tiempo para practicar este platillo después, puede que...

—Niels vendrá —gruñe y me quedo en silencio —. Quería hacer esto por él, es su comida favorita.

Trago saliva y me paso una mano por el cabello. Durante toda mi vida siempre lo apoyé y aconsejé en cualquier ámbito de su vida, en todo, menos en lo romántico. No esperaba que esto me emocionara y sorprendiera tanto porque:

1. Es la primera vez que me habla sobre su vida sentimental.

2. Está siendo completamente sincero conmigo.

3. Acaba de aceptar abiertamente su relación con el arquero.

Estoy feliz. Tal vez suene patético, pero significa mucho para mí verlo así por alguien más. No me importa si es un chico, estoy feliz por mi hermano y me enorgullece verlo intentar mejorar por el chico que le gusta. Sin duda Niels debe ser una persona genial y por eso Alex está tan embobado por él. Me agrada ese chico, aunque estoy muy claro de que si le hace algo a mi hermano, lo mataré.

—Él entenderá, Alex —termino de acercarme y pongo una mano en su hombro —. No siempre podrás complacer a las demás personas, relájate.

—Yo no quiero complacer a nadie, solo quiero que él se sienta cómodo —quita mi mano y se gira hacia mí —. Me importan una mierda las demás personas, si estoy haciendo esto es por él.

—Bueno, entonces estoy seguro de que se sentirá de todo menos cómodo comiendo eso —señalo el desastre en la cocina —. Si de verdad quieres que esté bien, entonces haz las cosas bien. Deja de comportarte como un troglodita y pídeme ayuda. Estoy seguro de que pudiste haber salvado esos tres asados si tan solo me hubieras pedido una opinión.

No puedo evitar sonreír cuando frunce el ceño, como si estuviera pensando en el insulto que leí en la madrugada. Estuve buscando excusas todo el día para utilizarla y el momento llegó. Como actor, tengo que ampliar mi vocabulario e idiomas, por lo que estoy leyendo novelas en otros idiomas y con palabras que alimenten mi repertorio. Es genial insultar a Alex viéndome como todo un intelectual.

—Ya no quiero hacer esto —bota lo que quedó de la comida y se gira hacia mí, exhalando con fuerza —. ¿Se verá muy mal si pedimos pizzas? —me río sin poder evitarlo y segundos después él me sigue.

Esta cena fue un error.

—Mi mamá nos matará cuando llegue y vea la cocina así —observo la cocina manchada de aceite y comida quemada —. Podemos preparar una lasaña, ¿recuerdas que ayudamos a mamá a hacerla?

—Déjame ver si tenemos lo necesario —él asiente y comienza a buscar en el refrigerador los ingredientes —. ¡Sí hay!

—Bien, limpia tu desastre y luego me llamas. Iré a arreglar el comedor.

Pongo música mientras le paso un paño a la mesa. Escucho a Alex cantar la melodía de Billie Jean y comienzo a bailar al ritmo de Michael Jackson. Ambos bailamos haciendo nuestras respectivas tareas y observo los lugares en donde están las cámaras de seguridad. Sé que quedará una grabación de esto pero no me importa, sé que mis hermanos jamás subirían un vídeo de nosotros sin camisa, David es muy sobreprotector con nuestra integridad.

Alex me mira raro cuando uso el control remoto como micrófono y luego sigue con lo suyo, usando el cepillo de barrer como una guitarra. Sé que si sus seguidoras lo vieran con un pantalón de pijama de Ben 10, estallarían las redes. El mío es de Hora de Aventura, soy más normal.

— ¿Seguro que es así? —ambos nos observamos con duda cuando terminamos de hacer nuestro intento de lasaña. Ya le agregamos todo, solo falta meterla al horno y esperar lo mejor. O lo peor.

—Ten fe, hermano —trago saliva y sincronizo la hora para que no se queme.

Aún seguimos escuchando música, pero esta vez Killing Me Softly suena por los amplificadores, logrando que movamos de un lado al otro la cabeza, disfrutando la melodía. Esa canción siempre nos recuerda a Kendall.

— ¿Te gustó estar en la junta? —pregunto una vez que la canción termina —. David me dijo que lo hice bien.

—No estuvo mal —se encoje de hombros, con una expresión de indiferencia.

—David dijo que mi respuesta sorprendió a toda la junta —intento sacarle más información, él solo rueda los ojos.

—Solo dije lo que me pareció ideal. Tenía que parecerme a ti, por eso actué como un sabelotodo.

— ¿Y te gustó? —insisto, con la mirada fija en su perfil.

—Ajá.

Decido dejarlo así y observo mis manos. Ahí está de nuevo, así comenzó nuestro distanciamiento. Yo intentando buscarle conversación y él esquivándome. Supongo que fue mucho sacrificio de su parte convivir conmigo todo este tiempo.

—De verdad eres dramático —la voz de Alex me saca de mis pensamientos y levanto la mirada, encontrándome con sus ojos burlones —. Sí me gustó, Thomas, fue interesante.

—Vale.

Me concentro en mi teléfono y él hace lo mismo, hablando supongo que con Maya o Niels.

Mi mirada viaja por mi galería y suspiro mirando las fotos viejas de Meli y yo. Nunca las subimos a ninguna red social, solo las tomábamos para recordar nuestros momentos y no extrañarnos tanto. Hay una de la última vez que fui a su casa. Ella con mi camisa, sentada encima de mí y yo con un pantalón. En ese momento se sentó en mis piernas y tomó la foto a través del espejo. La imagen me encantó y no dudé en pedírsela, siendo ignorante al hecho de que esa sería la última de nosotros dos juntos.

Es tonto decir que la extraño cuando aún hablamos y nos vemos, pero de verdad la extraño. No es lo mismo hablar y ver a una persona todos los días y de un momento a otro, tener que esconderte para dirigirle la mirada. Es fuerte, porque aunque antes nos ocultábamos para que nadie se diera cuenta de nuestra relación, ahora nos ocultamos para que no se den cuenta de que seguimos hablando. Es triste, porque aunque la extraño de una manera romántica (obviamente), también extraño poder hablar con ella cuando me suceden cosas así. Luego de que Alex se alejó, Meli me apoyó bastante con mis bajones emocionales y estuvo siempre para mí cada vez que lloraba por Alex. Suena estúpido pero sí, lloré por él porque una parte de mí sintió como si él la estuviera arrancando poco a poco.

Thomas, 5:58 pm.

Hola

¿Vendrás a la cena?


Melanie, 5:59 pm.

No iré, lo siento.

Suspiro y cierro el chat. Eso es todo lo que podemos decirnos. La directora siempre revisa su celular y no nos conviene que encuentre un chat afectuoso. Obligatoriamente tenemos que tratarnos así y definitivamente me duele no poder desahogarme con ella. Extraño a Melanie, extraño a mi mejor amiga.

Extraño a mi novia.

El sonido del horno llama mi atención y no dudo en levantarme, apagando la cocina y abriendo la puerta que bota humo. Pero humo blanco, no negro. Humo que tiene un olor que no es a quemado. Huele bien. Hicimos algo bueno.

— ¡Sí! —Alex y yo nos abrazamos y comenzamos a saltar, separándonos al segundo para sacar la lasaña del horno.

Debido a que Alex quemó uno de los guantes de cocina, debemos usar paños para equilibrar la bandeja y sacar la lasaña. Es grande, se ve deliciosa y debe saber aún más deliciosa. En conclusión: nos quedó fantástica.

—No te la comas —golpeo su mano cuando intenta pincharla con un tenedor. Alex come demasiado y de todo, no entiendo cómo no se ha intoxicado por comer comida caducada.

—Se ve rica —él suspira y yo también inhalo el olor de nuestra creación. Dios, de verdad huele muy bien —. ¿Qué tal si pedimos pizza y nos comemos esto?

—No, Alex.

Cubro la lasaña para que se enfríe y no se ensucie y luego subo a mi habitación para arreglarme y prepararme. Absolutamente nadie nos vino a ayudar, mi mamá fue muy específica al decir que lo haríamos todo nosotros solos. Ninguno de nuestros hermanos nos tendieron la mano, ella menos. Se fue desde muy temprano dejándonos una nota que decía "no destruyan mi casa, los amo".

El champú se desliza por mi cabello y yo paso mis dedos por él, disfrutando el agua de la ducha. Deslizo mis manos por mi cuerpo y pienso en Meli y en todo lo que haríamos si esta amenaza no existiera. En este momento, ambos estaríamos planeando cómo le diríamos a nuestras familias sobre nuestros planes de pareja. Estaríamos comenzando a buscar trabajo o algunas referencias y también estaríamos planeando el lugar en donde compraríamos nuestro departamento.

Estuviéramos haciendo tantas cosas... Pero un vídeo lo arruinó todo. Un vídeo y las amenazas de una mujer loca.

Melanie, 7:22 pm.

Llámame en tres minutos.

El mensaje me confunde, pero aún así, espero esos tres minutos y no dudo en marcarle, poniendo una toalla alrededor de mi cintura.

Observo mi imagen en el espejo y paso una mano por mi cabello húmedo, botando algunas gotitas de agua y estremeciéndome por el frío del agua.

— ¿Qué pasó? —preguntamos al mismo tiempo, yo solo sonrío por su tono preocupado.

—Problemas personales, ya sabes —me siento en la cama y pongo el altavoz, acostándome para estar más cómodo.

— ¿Con Alex?

—Sí, pero todo se resolvió —frunzo el ceño —. Hasta nos abrazamos...

— ¿Qué? —su risa me hace sonreír —. No lo puedo creer, fin del mundo.

—Estoy igual...

—Me alegro mucho, amor. Te dije que con el tiempo todo se solucionaría entre ustedes —inicio una vídeo-llamada sin poder evitarlo y al segundo ella la responde, sonriéndome y recorriendo mi cara —. Estás guapo.

—Tú también estás preciosa —recorro su cara. Tiene un moño flojo y se nota que está en pijama —. Te extraño mucho.

—Y yo a ti —un rastro de tristeza recorre sus ojos y rápidamente lo disimula con una sonrisa —. Falta poco para volvernos a ver, te prometo que no me separaré ni un segundo de ti.

—Te amo —ella sonríe y cubre su cara, ocultando su sonrojo.

—Te amo más, mucho más —me responde y apoya su mentón en su mano, con la mirada fija en sus sábanas —. Estoy embarazada.

— ¿Qué? —dejo de sonreír y pierdo el color, logrando que ella explote en carcajadas y se prive a mitad de la risa —. ¿Meli...? —le pregunto cuando deja de emitir sonido, solo una fuga de aire que hace que su cara se torne de color rojo por la falta de oxígeno en sus pulmones —. ¿Estás bien?

—Me duele... la pancita —logra decir, más roja que nunca. Ruedo los ojos y espero a que su ataque de risa termine, tomándole varias capturas porque aún roja como un camarón, logra verse hermosa y amo verla sonreír. Últimamente lo hace poco y sin duda es significativo guardar estos momentos. Ella merece sonreír así siempre.

—No te digo que tomes agua porque me da miedo que te ahogues —acomodo la cámara y le sonrío un poco —. Alex y yo hicimos lasaña, estoy seguro de que te hubiera encantado.

—Guárdame —ella se encoje de hombros y se acerca más —. Yo intenté hacer marquesa de chocolate y mi mamá me prohibió la entrada a la cocina —río y ella me mira feo —. Lo que cuenta es la intensión, además, jamás había cocinado en mi vida.

—Eres una niña mimada —me burlo y ella me saca la lengua —. ¿Cómo estás tú?

—Prefiero hablar de eso en persona —su voz se rompe un poco —. Ya quiero verte, es horrible estar aquí.

— ¿En tu casa?

—Con William. Siempre quiere invitarme a salir, solo quiero salir de aquí —gruñe y se acuesta, poniendo el teléfono a un lado —. Él acosaba a Maya, la tocaba sin su consentimiento y quiere hacer lo mismo conmigo. No sé qué haría si él intentara ir más allá, Thomas...

— ¿Crees que te podría forzar? —frunzo el ceño.

—No sé si su perversidad llegue a tanto, pero me da miedo, Thom —cubre su cuerpo con una sábana y respira hondo —. Sabes que nunca me obligaría a mí misma a hacer algo así, pero me da miedo que al negarme, él se moleste y me acuse con la directora.

—A mí me vale mierda que te acuse. Te llega a tocar y lo mato.

—El plan...

—A la mierda con el plan. Si el precio de todo esto es que ese vídeo salga a la luz, pues tendremos que afrontar las consecuencias. Tú no estarás con ese maldito y yo tampoco dejaré que él se propase. Sé que te sabes cuidar sola, pero eres mi novia y nos prometimos protegernos en cualquier situación.

—Y de cualquier persona —agrega y yo asiento, suspirando con fuerza —. Confía en mí, Thom.

—Yo confío en ti, pero no en ese troglodita —ella pasa una mano por su cara y asiente, entendiendo mi punto.

—Te prometo que no dejaré que él se propase, sabes que tengo las habilidades para detenerlo —sonríe y hago una mueca. Es verdad, Melanie sabe defensa personal desde pequeña y sabe defenderse perfectamente bien. Odia la violencia, pero en situaciones necesarias es la mejor usando los puños —. Gracias por preocuparte, amor, pero te prometo que manejaré la situación lo mejor posible.

—No me tienes que agradecer por preocuparme, no es un favor —trago saliva —. Hablamos mejor en persona, se te están cerrando los ojos.

— ¿Lo notaste? Rayos —ríe y me lanza un beso —. Te amo, Thomas Crild.

—Te amo más, preciosa. Descansa.

Tenemos una larga discusión por ver quién cuelga primero, pero al decidirnos, ambos colgamos al mismo tiempo, lanzándonos una última mirada de complicidad.

Es extraño que duerma tan temprano pero sí, Melanie Russell se duerme a las ocho y se despierta a las siete. Desde pequeña tuvo un horario fijo y ahora de grande no es muy diferente. Las únicas veces que descontroló su horario, era cuando hablaba conmigo hasta altas horas de la madrugada. Las primeras semanas en las que nos conocimos más a fondo y llegamos a la conclusión de que estábamos más que enamorados el uno por el otro.

Las primeras noches ella se escondía debajo de la cama para que su mamá no oyera las risas que se le escapaban durante nuestra conversación. Luego logró acostumbrarse a ahogar los sonidos contra su almohada y ya después no le prestaba tanta atención, solo se preocupaba porque las risas no faltaran entre nosotros.

La primera vez que estuvimos juntos, fue cuando vino a hacer una tarea de literatura y me pidió ayuda. Obviamente acepté, pero lo que nunca me esperé fue verla quitarse la camisa del instituto y mucho menos esperé verla con un sostén blanco que se ajustaba perfectamente a sus senos. Ella no se mostró nerviosa durante el inicio, solo le pasó seguro a la puerta y se quedó ahí de pie, preguntándome si había hecho algo mal. Yo solo hice lo demás.

No inicié mi vida sexual con Melanie. Mi primera vez fue con una chica llamada Nath que simplemente me vio como un premio. Se lo contó a todas sus amigas y a los pocos días todos en el instituto sabía que ella y yo habíamos estado juntos. Eso creó una mala reputación de mí, como el "mujeriego", yo solo me sentí usado. Esa chica de verdad me gustaba y yo solo fui un premio. El chico lindo. La típica historia pero al revés.

Melanie tardó mucho tiempo en creer mis palabras. Desde un inicio me gustó y desde un principio estuve detrás de ella, pero tardé mucho en siquiera llamar su atención. Ella era muy desconfiada y cerrada con las personas, pero una vez que me aceptó como "amigo", no dejé de enseñarle cada faceta de mí. Lo primero que hice fue limpiar mi imagen ante sus ojos. Le demostré que no era ningún mujeriego y le confesé que solo había tenido dos experiencias sexuales, (Nath y otra chica llamada Kira). Luego, me encargué de probarle todos mis conocimientos, para que viera que no era solo una "cara bonita". Y por último ella misma se tomó el tiempo de conocerme y descubrir por sí misma que no solo estaba interesado en el sexo.

Ella me ayudó a recuperar la confianza y la seguridad en mí mismo, en lo que era. Ambos nos ayudamos mutuamente y en el camino, descubrimos que éramos exactamente lo que no pensamos encontrar en otra persona. Yo, confianza. Ella, libertad.

—Estoy seguro de que a nadie le interesa verte en pelotas. ¡Muévete! —la voz de Alex me saca de mis pensamientos y le saco el dedo del medio, aún acostado en mi cama.

Me levanto con más flojera de lo usual y busco qué me voy a poner en tres segundos. Una camisa manga larga color azul, unos pantalones negros y unas botas negras. Me echo perfume y me pongo mis anillos y cadena, bajando con una actitud cansada.

No ha llegado nadie.

—Si no vienen, por mí mejor —Alex habla con la boca llena de gelatina y yo hago una mueca, preguntándome cómo es que a Niels puede soportar a un ser tan muerto de hambre. Parece un pozo sin fondo.

Aunque es lógico, Alex hace demasiado ejercicio y necesita de alguna manera recuperar la energía. Desde que dejamos el instituto, todas las mañanas sale a trotar y luego va al gimnasio para no perder el nivel. Yo solo troto y hago ejercicios rutinarios.

—Tengo mucha hambre —se queja y apoya su cabeza en el mesón, intentando controlarse para no comerse la lasaña que en verdad está emanando un olor delicioso.

— ¿Niels vendrá? —pregunto y él suspira, observando su teléfono.

—Creo que no, no me ha llamado ni enviado un mensaje —sus ojos demuestran preocupación —. Debió haber salido del trabajo hace dos horas, debería haberme avisado.

—Tal vez le surgió un inconveniente —me encojo de hombros y lo veo observar con tristeza el suelo —. Estoy seguro de que tiene una buena explicación. No creo que alguien se pierda una lasaña por gusto.

—Tal vez no vino porque le dije que no haría el asado —relame sus labios y se pasa una mano por el cabello —. Debí hacer ese asado.

—Estoy muy seguro que no fue por eso... —intento seguir, pero el timbre suena y acto seguido, un montón de risas femeninas.

Miley, Taylor, Lauren, David, Dania y Daniel entran, hablando y riendo sin parar sobre un tema de conversación que tiene que ver con Taylor. Ninguno trajo a sus bebés, lo que me hace saber que o los dejaron con una niñera, o Venus y Sthepen los están cuidando.

— ¡Hola! ¿Y Lena? ¿Y mi suegrito? —Lauren me observa cuidosa y yo me remuevo, sin ganas de recordar la bochornosa escena que mis celos me obligaron a hacer.

— ¿Qué suegrito? Mi mamá me aclaró que solo era un amigo —Daniel se cruza de brazos, observándome con seriedad a mí —. Linda broma, enano.

—No lo culpen, yo hubiera reaccionado igual —Taylor me protege, poniendo un brazo encima de mis hombros —. Estoy contigo, hermano. Mi mamá no debería estar saliendo con ningún amiguito.

— ¿Disculpa? —Miley se cruza de brazos y Taylor deja de sonreír —. Lena puede estar con quien quiera, cuando quiera y como quiera. Ustedes solo son sus hijos, no sus padres. No tienen ningún derecho de decidir en la vida sentimental de Lena.

Mi hermano no se atreve a replicarle, solo se la queda mirando como si estuviera encantado con su regaño. ¿Qué le pasa? Está más sumiso que un perro.

—Gracias por tus palabras, Miley —la voz de mi mamá nos hace saltar y todos nos giramos, encontrándonos con su sonrisa y con su acompañante —. Me da gusto que hayan llegado, quería presentarles a Nathan Harvey —todos enfocamos la mirada en el hombre y por su expresión, deduzco que está bastante intimidado por la mirada de los hermanos Crild —. Y estos son sus hijos, Sabrina y Aiden Harvey —abro mucho los ojos cuando mi compañera del club de teatro entra en mi campo de visión. Mi gemelo se remueve a mi lado al ver al chico y yo solo frunzo el ceño, sorprendiéndome por lo pequeño e impredecible que es el mundo.

...

Chachachan...

Chicooos, quería preguntarles si les gustaría unirse a un grupo en instagram en donde estaré yo interactuando con ustedes:3 

Si son pocos, pues se llamará Areté Crild #1, pero sin son varios, habrá #2, #3 y #4 >>> Escríbanme y los agregaré. 

¿Qué les parece la relación entre Melanie y Thomas? Esta pregunta me importa mucho, respondan:( 

Con mucho amor y un beso en la boca. 

—Nepasavoir. 






















Puto el que lo lea.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top