CAPÍTULO 22
Capítulo dedicado a @AnSL09 <3
Y yo ame leer toda su interacción💜 me encantó todo el capítulo, aunque me dio mucha rabia que golpearan a mi bebé Thomas, pero de resto amé tener a todos los crild en un capítulo 🥰 y siendo tan ellos, con respecto a Alex obviamente estaba preocupando por Thomas solo se hace el difícil 😅 pero son perfectos juntos, solo vivo para esperar que vuelvan a ser los mismos gemelos de antes ❤️
El intercambio.
Alex.
— ¿En serio esto es necesario? —pregunto cuando Thomas entra a mi habitación. Hago una mueca y observo mi teléfono que solo tiene el 50% del contenido que tenía antes.
Eliminé tumblr, (aunque no lo usaba), y mi conversación con Niels. Obvio hice una copia de seguridad y la guardé, pero a los ojos de Thomas, se verá inexistente. Mi conversación con Maya también desapareció, solo espero que no me envíe un mensaje llamándome Enclosetado.
—Es la tradición, lo sabes —él me pasa su teléfono y suspiro cuando hace una señal para que salga.
No sé cómo le haremos. Aunque se nota que se esforzó intentando desaparecer el moretón, yo lo conozco perfectamente y puedo notar la pequeña hinchazón de su mejilla. Casi no está lastimado, solo tiene el labio inferior roto, una mancha oscura en el puente de la nariz y un moretón en la mandíbula. Lo cubrió todo con maquillaje, pero yo aún logro diferenciarnos.
—Te ves horrible —repito y él vuelve a poner los ojos en blanco.
—Lo peor de la situación es que soy idéntico a ti —sonríe, haciendo una mueca porque al segundo lo invade el dolor.
Sinceramente no sé cómo haremos para mantener la farsa hoy.
—Ya vete, tienes que cambiarte antes de que se nos haga más tarde —señala la puerta y yo gruño caminando hasta ella.
Por supuesto que debemos vestirnos con la ropa del otro y usar todo lo que usa el otro. Es quince de diciembre, el día en el que iniciaron nuestras bromas y el día en que todo el mundo teme de los gemelos Crild. Realmente no recuerdo cuántos años llevamos haciendo esto, pero sin duda es algo que con el tiempo se volvió una tradición y algo sagrado para nosotros. Incluso para mí, que ya estoy fastidiado. Este día es muy importante.
Aunque una parte de mí sabe que también lo hago por Thomas. Por supuesto que es por él, no podría desilusionarlo de esta manera después de lo que hizo por Niels ayer. No todo se debe a eso, —de hecho, estaba pensando en cómo preguntarle si haríamos el intercambio cuando Niels me llamó y notificó el accidente—, Thomas me puede caer mal y parecerme patético la mayor parte del tiempo, pero es mi gemelo y al menos una vez al año me da por hacerlo feliz. Ni siquiera nuestro cumpleaños es tan importante como este día. Es quince, este día renovamos nuestro título como los gemelos problemáticos.
Me echo su perfume y busco sus anillos que parecen estar regados por toda la peinadora. Lo que me gusta de Thomas es que tiene un estilo bastante parecido al mío. No es igual, — yo suelo vestirme con ropa negra u oscura la mayor parte del tiempo—, pero tampoco me disgusta llevar lo que tiene en su closet.
El instituto Artois es muy exigente con el uniforme, es muy estricto y no se permite un cambio intachable en las normas de etiqueta que tiene; excepto el último día. El último día los estudiantes tienen permiso de llevar la ropa que deseen y esa es la oportunidad perfecta para que Thomas y yo podamos confundirlos a todos.
El color blanco no me disgusta, pero en ropa me hace sentir muy extraño y más cuando me miro al espejo. Fuerzo una mueca llamada sonrisa y suspiro, sin saber cómo voy a mantener esta apariencia todo el día.
Cierro la puerta al mismo tiempo que él. Observo su atuendo de arriba abajo y asiento, de acuerdo con su imagen. Camisa negra, pantalones del mismo color, zapatos blancos, mis anillos, mi cadenita de plata y una imitación de mi mirada de odio. ¿Así me veo siempre? Soy hermoso.
—Péinate más, recuerda que yo siempre ando más peinado que tú —él se acerca y me peina con sus dedos, yo solo me remuevo incómodo —. Bien, ¿estás listo?
—Si no dejas de sonreír me encierro en mi cuarto —choco su hombro y comienzo a bajar con rapidez las escaleras. Este día se me hará eterno.
— ¡Recuerda las reglas! —me grita y comienza a bajar conmigo, chocándome al mismo tiempo y disimulando una mueca de dolor.
Por suerte nuestros hermanos ya se fueron. Ayer llegó toda la familia porque como era de esperarse, el hecho de que hayan golpeado a Thomas es un evento catastrófico en la vida de todos. A mí ya ni me prestan atención, la única que se preocupa es mi mamá, los demás solo me dan palmadas en la espalda.
Y lo admito, yo reaccioné igual. Thomas es el gemelo mayor, pero siempre lo he visto más fácil de lastimar y el hecho de que lo hayan atacado en grupo aumenta bastante mi rabia interna. Me da lástima por Niels, pero no me importa que Niall sea su hermano. Donde llegue a ver a ese maldito, lo mato.
—Buenos días, bebés —mi mamá nos sonríe, esperando que nos sentemos en la mesa —. ¿Cómo sigues, cariño? —me pregunta con dulzura —. Fui esta mañana a tu habitación y ya estabas mejor...
Tomo un sorbo de café y respiro hondo. ¿Qué haría Thomas en esta situación? Dios, solo es una pregunta. Pero es mamá y Thomas es muy cursi. ¿Qué hago? Ya me estoy arrepintiendo.
—Bien, mami... —le lanzo una mirada de muerte a Thomas cuando se atraganta con su café —... Aún me duele un poco aquí —pongo una mano en mi mejilla.
—Él no tiene nada, es más llorón que Dania —mi gemelo pone los ojos en blanco mi mamá nos mira el uno al otro, como si estuviera pensando en algo.
—Hoy es quince, ¿verdad? —suspira y pone una mano en su cara, Thomas y yo reímos.
El desayuno termina cuando ella nos pide —en realidad ordena —, que no quiere un escándalo en las redes sociales. Lo dice porque el año pasado Thomas y yo actuamos tan bien, que nuestros hermanos por venganza comenzaron una oleada de hashtags que hicieron que todo el fandom Crild y muchas otras personas se unieran a la investigación de quién era quién. Terminaron descubriéndonos cuando retaron a Thomas a cantar mediante un en vivo en instagram y no lo hizo tan bien como yo.
—Buenos días, Jake —intento que mi sonrisa no se vea forzada y eso parece convencer al chofer, porque me saluda un tanto extrañado.
Thomas —o mejor dicho, Alex —, no saluda, solo entra a la limusina poniéndose sus audífonos y manteniendo la mirada fija en mi teléfono que ahora es suyo.
Me remuevo incómodo y navego en su teléfono sin ver en realidad. No me llama la atención su vida y tampoco lo que hace con ella, pero sí me extraña ver algunas fotos de Melanie en su galería. No juntos, solo sale ella, lo que me parece raro pero no nada del otro mundo. Yo tengo una que otra foto de Maya —sin contar todas las que tengo de Niels —, pero esas las archivé y las eliminé antes de darle el teléfono.
Hago una mueca y veo por encima todos sus contactos. No tiene ningún mensaje con Meli, lo que me hace saber que borró la conversación. Navego en su instagram y entro a su twitter, publicando "tengo mucha suerte de tener un gemelo tan perfecto" y recibiendo miles de respuestas por ello.
— ¿Es en serio? —Thomas me mira mal y yo río esperando que responda. Sonrisa que se borra al leer lo que publica.
Alex Crild: "Es muy difícil admitir esto, pero siento que debo confesarlo: me orino en la cama desde que tengo cuatro años. Gracias a Thomas por todo lo que ha hecho por mí. Él es la persona que más me ha ayudado a aceptarme y eso lo hace el mejor hermano mayor".
—Maldito —susurro e ignoro las miles de respuestas que obtiene su tweet. Apenas acabe este día, lo asesinaré.
Thomas Crild: "No es nada, Alex. Recuerda que te debo una por salvarme de todas las veces que me he cagado en un salón de clases. Sufro de pánico escénico".
Río por todas las respuestas y siento la mirada de Jake clavarse en el retrovisor. El pobre debe estar más confundido que nuestros seguidores.
La llegada al instituto logra cautivar la mirada de todos nuestros maravillosos compañeros. Le sonrío a los que pasan por mi lado y devuelvo los saludos sintiéndome como el ser más falso de la historia.
Thomas a mi lado solo los mira con odio y ninguno se atreve a cercarse. Incluso nuestros amigos mantienen la distancia. Todos caminan hacia mí pero saludan de lejos a "Alex". Yo tengo que fingir que mi interesa lo que sea que me está contando Félix.
— ¿Cómo sigues? Me contaron que te dieron una paliza —Maykel pasa su brazo por mis hombros y al segundo me invaden las ganas de apartarlo con un golpe, pero logro aguantarme.
—Estoy mejor, gracias —mi cara se acalambra por la sonrisa y me alejo del lugar antes de que siga haciendo preguntas.
¿Dónde está Niels? Quiero verlo antes de comenzar a hacer toda esta mierda. Necesito fuerzas y realmente siento que le voy a salir con una patada al primero que intente acercarse más de dos centímetros. No sé cómo lo hace Thomas, pero cada año que pasa siento que se me hace más difícil ser como él.
Varios papeles y libros caen al suelo, justo delante de mí. Observo a la profesora de literatura recoger sus cosas y miro a los lados notando que nadie piensa ayudarla. Por supuesto que sé lo que haría Thomas.
—Oh, gracias, Thomas —la profesora se levanta con mi ayuda y yo termino de recoger las últimas cosas que están en el suelo —. Sobre el trabajo que presentaste, ¡felicitaciones! Sacaste un diez con calificación independiente —me entrega un trabajo de Thomas y yo le agradezco marchándome de ahí.
Camino hasta la que se supone es la clase de química y fuerzo una sonrisa cuando todos me saludan al entrar.
Alex, 07:23 am.
Alex, yo sé que tú no entras a las clases, pero ¿qué carajos te cuesta tener el maldito horario? ¿A dónde tengo que ir?
Thomas, 07:24 am.
Ese es el punto. No vayas a ningún lado.
Alex, 07:24 am.
¿Es en serio?
Alex, no seas maldito
No estoy jugando
ALEX
Thomas, 07:37 am.
Shh, estoy en mi clase de historia.
Alex, 07:37 am.
MENTIROSO
ME TOCABA QUÍMICA
Thomas, 07:42 am.
Dilo sin llorar.
Continuo caminando por los pasillos y observo con odio a la persona que se estrella conmigo; Melanie. Por un segundo estoy tentado a preguntarle si tiene los ojos en el culo, pero recuerdo mi personaje y me trago las palabras.
—Thomas... —ella me observa fijamente y yo frunzo el ceño sin saber qué decir, ¿por qué me está mirando así? —. ¿Cómo estás? —intento retroceder, pero me ordeno a mí mismo mantener la postura cuando pone sus manos en mi pecho.
—Bien—detengo mi respiración cuando me abraza con fuerza, apoyando su cara en mi pecho.
—Te extraño.
Ignoro la mirada de los estudiantes y espero impaciente a que me suelte. No tengo ánimos de decirle nada hiriente. Si fuera por mí ya la hubiera mandado a comer mierda, pero Thomas jamás haría eso. Meli es su mejor amiga y la quiere. Estoy seguro de que Melanie y él son como Maya y yo.
Siento como se remueve por mi falta de tacto y respiro hondo correspondiendo su abrazo. Ella me abraza con más fuerza y yo acaricio su cabello con toda la ternura que puedo. Y la palabra ternura no está en mi vocabulario, mucho menos la delicadeza.
—Nunca cambias, ¿no? —ella me sonríe y apoya su mejilla en mi hombro, yo solo la miro sin entender —. Espero que algún día me perdones.
— ¿Perdonarte qué? —aclaro mi garganta cuando se me acerca más de la cuenta, poniéndose de puntitas.
Estamos en el medio del pasillo, ¿qué intenta?
— ¿Qué haces? —intento retroceder, pero ella cruza sus brazos en mi cuello acercando nuestras caras.
Si Niels ve esto, me mata.
— ¿Qué haces? —pregunto de nuevo, girando mi cara hacia un lado. Por alguna razón a ella parece divertirle el momento, porque ríe y me observa sin decir nada.
—Es que tienes un sucio aquí —aprieto mis puños con fuerza y vuelvo a respirar cuando aleja un papelito blanco de mi cara. Debe ser parte del confeti que está preparando el comité estudiantil como despedida —. Listo, te ves bonito como siempre, Alex... Digo, Thomas —se ríe y se aleja de mí, caminando con mucha elegancia hacia su salón.
No entiendo... ¿Ella ya sabía que era Alex? Qué imbécil. Por supuesto que lo sabía, solo aprovechó el momento para abrazarme.
Aparte de falsa, astuta. Debo reconocerlo.
Continúo mi camino hacia el salón de química y hago una mueca al notar que me toca sentarme con Jennie. Espero que también le de vergüenza hablar con Thomas o esto será un infierno para mí.
Me siento sin muchos ánimos, aprovechando que la profesora no ha llegado y que la mayoría de los estudiantes están enfocados en otra cosa. Jennie alza la mirada y me observa durante largos segundos, apartándola de golpe cuando yo me giro hacia ella.
—Hola.
—Hola, Thom —sonríe sin muchos ánimos y se concentra en lo suyo, (un libro ridículo de romance).
Me concentro en mi teléfono y busco el chat de Niels notando que obviamente no está. Thomas no trata mucho a Niels y por supuesto que no tiene su número agregado. Por suerte me lo sé de memoria, así que no dudo en escribirle, con la esperanza de que podamos hablar un poco antes de comenzar la clase.
Niels, 08:02 am.
¿Quién es?
Thomas, 08:02 am.
Pues yo idiota, ¿quién más?
Niels, 08:04 am.
Me vuelves a decir idiota y te dejo de responder.
Idiota.
Thomas, 08:05 am.
Pero sí sabes quién soy, ¿no?
Niels, 08:05 am.
No conozco a una persona más ofensiva que tú.
¿Dónde estás?
Thomas, 08:06 am.
En mi clase.
¿Qué harás más tarde?
Te quiero ver.
Niels, 08:07 am.
Qué raro, no te veo en ninguna parte del salón.
Te pedí que no faltaras más a clases, Alex
¿Al menos viniste?
Thomas, 08:07 am.
Sí vine, solo que estoy en otra clase.
Te estoy cumpliendo, no he faltado a ninguna clase esta semana.
Él deja de responder y eso me hace comenzar a impacientarme. Odio que tarden en responder porque no tengo paciencia y mi mente crea mil y un escenarios que no me gusta visualizar. Soy muy ansioso y a la mínima escena indeseada comienzo a sentir molestia real.
— ¿Te pasa algo? —Jennie me observa con duda y yo niego, manteniendo mi mirada en el teléfono —. ¿Cómo está Alex? No me dio tiempo de verlo esta mañana...
Noto como sus mejillas se sonrojan y pongo los ojos en blanco.
Me preocupa que ella no acepte que nunca me gustará. ¿Qué es lo que se necesita para dejar de gustarle a alguien? ¿Lastimarla? No quiero hacerle daño, tal vez no lo demuestre pero le tengo aprecio a Jennie y no quiero herirla. No quiero, en verdad no lo deseo, pero si es necesario para que deje a un lado sus ilusiones, tendré que hacerlo tarde o temprano.
—Debe estar en su clase —sonrío, sintiendo de nuevo el calambre en mis mejillas. Esta mierda no es lo mío.
— ¿Crees que le guste el regalo que le dejé en su casillero? Mi mamá me ayudó a acomodar el lazo...
— ¿Qué regalo? —frunzo el ceño y hago memoria.
Af, obvio no recuerdo nada. Esta mañana ni siquiera fui a mi casillero.
—El que me ayudaste a elegir hace días... —me observa extrañada —. Me dijiste que lo dejara en el casillero de los vestidores... ¿No lo recuerdas?
¿El casillero de los vestidores? Mierda... Si Niels lo ve, va a pensar algo que no es.
— ¿Qué regalo, Jennie? —pregunto molesto y ella se encoje, asegurándose de que nadie esté viendo en nuestra dirección.
—El s-suerte de su banda favorita... Tú me dijiste que...
—No, yo no te dije nada —intento controlar mi rabia, pero no lo logro —. ¿Sabes? Deberías comenzar a aceptar que él nunca saldrá contigo. Esos regalos innecesarios solo te hacen quedar como una tonta, ¿lo sabías? No mereces estar detrás de una persona que no te corresponde, Jennie. Deja de arrastrarte por los demás, quiérete un poco.
Me levanto bruscamente y salgo del salón justo cuando la profesora llega. Obviamente ignoro sus llamados y camino furioso hasta los vestidores, deteniéndome enseguida al ver a Thomas y a Niels conversar en una de las bancas.
A Alex y a Niels, mejor dicho. Él no parece notar la diferencia o simplemente le da igual. Eso hace que un sentimiento nada placentero domine mi estómago.
Abro la boca dispuesto a sabotearlos, pero al segundo solo la cierro y me alejo del lugar sin un punto en específico al cual ir.
Si Niels no me reconoció, ¿qué puedo esperar de él? ¿Solo le gusto por mi apariencia y ya? Algo así me dijo cuando estuvimos juntos, "me sorprende lo perfecto que eres físicamente". ¿Entonces solo eso le interesa?
Esta mierda ya no me gusta. Quiero que este día se termine porque ya no lo soporto. No soporto estar lejos de él, no soporto tener que fingir sonrisas, no soporto que los demás se me acerquen como si fuera un imán para ellos. No me gusta estar en el cuerpo de Thomas. Odio su vida. Odio que sea tan malditamente perfecto.
Y extraño a Niels.
— ¡Hey! Thomas, quería pedirte tu opinión sobre la cartelera del último día —mi mañana se vuelve mucho peor cuando Anna se detiene frente a mí, sonriéndome como si le divirtiera mi cara de sufrimiento.
—Claro... —respiro hondo y la sigo, intentando controlar mis ganas de ahorcarla.
Aún no se me olvida lo que le hizo a Niels y mi odio por ella no ha disminuido. En su mente, sigue creyendo que mi arquero y ella tienen algo y se equivoca. Él es mío.
— ¿Y? ¿Qué te parece? —sonríe señalando la gran cartelera y yo observo todo fingiendo que me interesa.
Hay una imagen de todos los estudiantes —al menos los más destacados—. Está el equipo de animadoras, los miembros del club de teatro, (en el cual aparece Thomas), los chicos del periódico escolar, (Melanie, Jennie y Maykel), el club de robótica (en el cual está Josh), club de computación y tecnología (Félix) y el equipo de fútbol, en donde estamos Niels y yo. Por supuesto que ninguno de los dos sale sonriendo, de hecho, para ese momento ambos aún no teníamos nada y nos encontrábamos lo más lejos posible el uno del otro. Yo en el medio de todos y él en una de las esquinas, aparatado como siempre.
—... ¿Thomas? ¿Qué te parece? —la voz de Anna me saca de mis pensamientos y vuelvo a la realidad despegando mi mirada del rostro de Niels. Casi no tiene fotos, pero es tan fotogénico que sale bien en cualquier ángulo.
—Me gusta —asiento y me giro hacia ella, encontrándome con su mirada emocionada —. Por fin sirves para algo.
— ¿Qué...?
—Es broma —sonrío, palmeando su hombro. Ella ríe extrañada y se va a buscar a otras personas para pedirles una opinión.
Me alejo de ahí escondiendo mis manos en mis bolsillos y casi quiero llorar cuando otra persona toca mi hombro esperando mi saludo. Me giro con mi mirada de odio más punzante y dejo mi drama de lado al encontrarme con la mirada de David.
— ¿Cómo sigues? —me pregunta, buscando con la mirada los supuestos golpes que debería tener. Hice lo que pude con el maquillaje de mi mami, pero ya no sé si sigue tal cual lo dejé esta mañana.
—Mejor, aunque duele sonreír —excuso mi manera de actuar, para que no sospeche.
—Bien, vámonos. Lamento no haberte buscado esta mañana, pero tenía que llevar a los bebés al pediatra y Ren estaba grabando unas canciones —por alguna razón camina y espera a que lo siga. No sé a dónde vamos, pero una parte de mí se alegra de que me aleje de este lugar lo antes posible. Prefiero ir con él a aguantarme un segundo más la existencia de otras personas —. ¿Dónde está Alex? Pensé que te cuidaría.
—Yo me sé cuidar solo —me encojo de hombros y me despido de Jake, quien se encuentra más serio que de costumbre bajo la mirada atenta de mi hermano.
—Entra, debemos ir a la empresa antes de que comience la junta directiva —me invita a pasar a su auto y lo hago sin chistar ni un solo segundo. Solo dudo un poco al ver la figura lejana de Niels. Está con Thomas y parece buscar algo con la mirada —. ¿Thomas? —David insiste y, aunque estoy tentado a correr en dirección contraria, le hago caso y subo al auto, viendo la figura del arquero desaparecer a la distancia.
...
—Buenos días, señores Crild —la recepcionista de la empresa saluda y yo sonrío, intentando actuar lo mejor posible frente a David —. Me alegra verte de nuevo, Thomas —me sonríe encantada y hago una mueca.
Thomas ha venido cientos de veces a la empresa porque como era de esperarse, David y Daniel ya lo están entrenando para que sea el sucesor una vez que se gradúe de la universidad. Mi hermano ya se está preparando para sumir el puesto y aunque es el dueño legítimo por correspondencia, nuestros hermanos no permiten que de eso por hecho. Comenzó como pasante hace cinco meses y cada tres semanas hace una visita para refrescar su memoria sobre todo lo que se requiere para ser presidente.
Sí, suena tedioso y lo es. Pero supongo que es lo que a Thomas le gusta.
—Ven, por aquí —David pone una mano en mi hombro y me invita a caminar, bajo la atenta mirada de muchas personas.
Frunzo el ceño cuando varias mujeres lo observan como si fuera algo asombroso y aparto la mirada cuando me miran de la misma forma. No me gusta la atención, pero debo aceptarlo porque él es el jefe y yo su sucesor. Es el destino de Thomas y es una realidad para David.
—Lo que haremos hoy será simple —mi hermano comienza a explicarme, aprovechando que estamos solos en el ascensor —. Yo entraré a la junta y tú te encargarás de tomar apuntes de todo lo que digan los accionistas y jefes de departamentos —asiento y lo sigo cuando sale del ascensor con una seguridad sorprendente —. Deberás responder cada una de sus preguntas con las anotaciones que yo te dé y quiero que me des tu opinión al respecto sobre todo lo que se diga al finalizar. ¿Preguntas?
—No, señor —él asiente y saluda a todo el personal una vez que estamos afuera. Mi hermano es muy serio, autoritario y un poco formal, pero es una persona muy educada y amable y jamás entraría o se iría de un lugar sin despedirse con gentileza.
— ¡Thomas! Cada día estás más grande —Sonia, (la secretara de mi hermano Daniel), me abraza y revuelve mi cabello. Supongo que Thomas le dio la confianza de hacer eso pero yo no. La conozco, me agrada y todo lo demás, pero odio el contacto físico.
—Está un poco indispuesto, por eso su cara —Daniel le sonríe amigable y observa su reloj, entrecerrando sus ojos hacia mí —. ¿Verdad, Thomas? —pronuncia extraño el nombre, por lo que deduzco que ya recordó la fecha.
—Sí, me siento un poco mal —le sonrío a Sonia y ella imita mi gesto, caminando hasta su escritorio.
Daniel me observa durante largos segundos y yo le devuelvo la mirada retadoramente. Ambos nos quedamos así hasta que David nos ordena entrar a la sala de juntas, empujándonos uno al otro para entrar primero.
Después de Venus, Daniel es el hermano al que más confianza le tengo. Él era el que nos llevaba a Thomas y a mí todos los viernes al parque a jugar futbol. La pasábamos muy bien y de paso, compartía con nosotros más que el resto. Si Taylor supiera esto me mataría, pero realmente después de Venus, Daniel es mi favorito.
—Buenos días, lamento la tardanza —David comienza a hablar una vez que todos nos sentamos, yo solo observo su figura autoritaria en la cabecera de la gran mesa —. Quisimos hacer la junta del último año con el propósito de cerrar con broche de oro uno de los mejores proyectos que hemos tenido en los últimos tres años. Como ya sabrán, luego de la exitosa campaña que obtuvimos gracias a nuestra antigua relacionista pública, Miley Russell, se nos dificultó un poco mantener el ritmo acelerado que habíamos estado manteniendo. Muchos pensaron que caeríamos por todo el capital, tiempo y personal que invertimos pero al contrario de lo que los malos pronósticos hicieron pensar, las ganancias que obtuvimos dieron rienda suelta a la mejor temporada de las empresas Crild.
»Señores y señoras, es de mi agrado informarles que gracias a todos ustedes obtuvimos una ganancia de seiscientos mil millones de dólares en siete meses. Sin contar lo que nuestros puntos de ventas aún están sumando y lo que los nuevos accionistas planean invertir para la próxima colección. Esto es un trabajo de todos nosotros, por eso quiero darles las felicitaciones a todos por su maravilloso e intachable trabajo.
Anoto las cifras y busco con la mirada a todo aquel que habla sobre las ganancias y pérdidas de sus departamentos. Muchos dan informes nuevos sobre lo ocurrido con la última colección y yo me quemo los dedos tecleando sin parar en la laptop. David habla sobre invertir en nuevos locales y Daniel habla sobre reducir costos nacionales para ampliar la comercialización en otros países. Muchos aprueban y desaprueban las opiniones, yo solo siento que tendré un colapso con tanta información.
—Thomas, ¿qué opinas al respecto? —David me habla, pero yo solo me concentro en escribir lo que dijo la encargada de puntos de ventas —. Thomas...
—No, no me parece —respondo frustrado, ganándome la mirada curiosa por parte de toda la junta —. Debemos invertir en la producción nacional porque aquí ya tenemos la fuente confiable de clientes. Estoy de acuerdo con Daniel, también debemos ampliarnos internacionalmente, pero no vale la pena perder clientes leales cuando en América tenemos nuestra mayor fuente de ingresos que son los compradores de valor de la empresa. Si vamos a invertir en algo, que sea en los dos, pero si debemos decidirnos por alguno, elijo los puntos de ventas nacionales. Es más factible y a la larga es lo que nos mantendrá seguros si hay algún descenso preocupante en las ganancias.
Todos se quedan callados con mi respuesta, incluso yo. No sé en qué momento se me ocurrió eso, pero en mi mente tiene lógica. El 95% de los clientes están conformados por los seguidores que han obtenido mis hermanos en estos años. El 73% de los seguidores son de aquí, de América. De nada sirve perder a nuestros compradores leales y de valor si estaremos apostando por gente desconocida que solo vendrá a nosotros por moda.
—Bien, él ya lo respondió todo —David sonríe y yo me remuevo en mi lugar. No sé por qué, pero de alguna manera me gustó haber tomado el control.
Nunca me había sentido de esta manera fuera de un campo de fútbol.
—Gran punto de vista, Thomas —Daniel vuelve a pronunciar el nombre de una manera extraña y yo le lanzo una mala mirada.
— ¿Y qué nos asegura que aquí no tendremos perdidas? En los últimos meses hemos tenido mejor receptividad en Europa y algunas partes de Asia, puede que incluso superemos las ganancias semanales que estamos obteniendo en América. Aquí siempre nos mantenemos con el mismo porcentaje en ventas y clientes —uno de los accionista se inclina en mi dirección y trago saliva intentando formular una respuesta decente.
—Por eso recalqué que ambas ideas son factibles. Nunca reprobé la idea de mi hermano Daniel, pero si somos serios y realistas, es más seguro continuar invirtiendo aquí y no en otros continentes en donde la competencia es muy desfavorable. Si vamos a invertir, considero que las dos ideas son las mejores, pero entonces tendríamos que duplicar los puntos de ventas en los lugares en donde tenemos mejores ingresos —leo las notas que me dejó David —. Aquí dice que en Palm Beach, Beverly Hills, Nueva York, Whashington, Dallas... Y todos los que siguen. Sería bueno duplicar nuestros puntos de ventas en estos lugares y aumentar la publicidad en el resto del país. Algo así como una explosión comercial al momento de lanzar toda la colección en los demás continentes.
— ¿Explosión comercial? —uno de los accionistas se ríe —. Tu hermano tiene una visión muy infantil sobre este tema, David.
—Yo pienso que es inteligente —mi hermano me guiña un ojo —. Sin duda es un Crild.
—Apoyo a Thomas, esa idea de la explosión me gusta —Daniel aprovecha el momento para revolver mi cabello, yo solo disimulo mi mirada de odio.
La junta termina luego de un brindis y algunas felicitaciones. Yo solo agradezco no tener que levantarme a abrazarlos ni nada. Esto de ser jefe me gusta más de lo que esperaba. Sin duda me encanta tener el control.
—Haré un par de llamadas antes de irnos. Hay wifi en mi oficina, también está mi laptop y algunas hojas y creyones —David revuelve mi cabello y yo lo observo como si tuviera tres ojos. Sigue pensando que tengo siete años.
Camino sin ánimos hasta su oficina y me encierro en esta respirando el aire puro que la embarga. También huele al perfume de mi hermano mayor y a algunos productos de limpieza. Me gusta, es reconfortante y relajante tener un gran y solitario espacio únicamente para mí.
Amo tener la atención del público en un campus, pero fuera de él odio a las personas y sin duda un lugar así no me molestaría para nada. Un puesto así... Un trabajo así. No estoy diciendo que quiero esto, pero... Tampoco se siente tan mal. Pensé que sería agobiante, pero no. Thomas tiene suerte, él será un gran jefe sin duda.
Niels, 12:34 pm.
¿Dónde estás?
Mierda, Niels. ¡Mierda! Sabía que se me estaba olvidando algo y no me equivoqué. Me va a matar, lo sé. Debe estar pensando lo peor y realmente no lo juzgo. No nos vimos en ningún momento del día... O bueno, yo a él no.
Thomas, 12: 44 pm.
En la empresa de mis hermanos, David me vino a buscar.
Quiero salir contigo.
Niels, 12:45 pm.
¿Salir a dónde?
No me dijiste que te irías.
Thomas, 12:45 pm.
Yo tampoco lo sabía, me vinieron a buscar.
Salir a algún lugar, ¿no podemos?
Niels, 12:45 pm.
¿Una cita?
Me remuevo incómodo y aclaro mi garganta cuando mi cara comienza a arder. ¿Por qué reacciono así? Me siento como un idiota.
Thomas, 12:46 pm.
Sí.
Niels, 12:47 pm.
Va:)
Thomas, 12:47 pm.
¿Paso por ti?
Niels, 12:47 pm.
Le preguntaré a Jake si puede llevarme, ¿qué dices?
Thomas, 12:47 pm.
Dile que es una orden.
Dejo mi teléfono a un lado y me paseo por la oficina admirando con lujo de detalle todo. Las paredes son de color negro y no hay ventanas. David sufre de vértigo, es obvio que no hay ventanas. Todo está muy bien ordenado y hay una gran pantalla invadiendo todo el espacio de una pared: un televisor. Mis dedos viajan por toda la superficie del escritorio y suelto un suspiro cuando me siento en la gran silla de presidencia. ¿Yo qué haría en un lugar así?
Pensar en esta rutina diaria hace que me abrume. No me gusta la monotonía ni nada de eso, así que sé que este no es un trabajo para mí. Pero sí me gusta liderar, me gusta mantener el orden y hacer cosas nuevas. Esto es nuevo para mí y sin duda este espacio me transmite todo lo que no puedo sentir en un campo de futbol: tranquilidad. Cuando estoy jugando, tengo que pensar rápido y moverme aún más rápido, pero aquí... Solo tengo que hacer una cosa a la vez. Responder una pregunta a la vez. Decidir algo a la vez.
Si no tuviera el sueño de ser un futbolista, estar aquí podría ser una opción considerable. No digo que es lo que quiero, pero tampoco me molestaría tener un futuro parecido.
—Todo listo, ¿quieres ir a comer algo? —David entra a la oficina y me observa con el ceño fruncido al ver que estoy sentado en su silla —. Primero que todo, gánate ese puesto.
—Lo hice bien para ser mi primera junta, ¿no crees? —inclino mi cuerpo hacia atrás y apoyo mis pies en el escritorio. Él aprieta sus labios con desaprobación.
—Quita tus zapatos de mi escritorio —empuja mis pies, sentándose en una esquina del mismo —. Sí, lo hiciste bien. Estoy orgulloso de ti, Thomas —mi sonrisa se borra al instante —. ¿Todo bien?
¿Me diría lo mismo si supiera que soy Alex? No lo sé, pero eso me afecta.
Seguramente nadie piensa que yo puedo liderar la empresa. Para eso está Thomas que es un excelente líder y tiene las mejores notas, yo soy todo lo contrario a mi gemelo.
—Sí. Vendrá un amigo por mí, así que mejor te dejo —me levanto en un movimiento, evadiendo su mirada escéptica —. Gracias por todo, nos vemos luego.
Camino hasta la puerta y me detengo cuando él vuelve a hablar, usando ese tono de padre que conozco muy bien.
—Cuídate mucho y pórtate bien, Thomas —vuelve a utilizar el nombre de mi hermano —. Y dile a Alex que deje de orinarse en la cama.
Finjo una sonrisa y salgo de la oficina con una mirada asesina. Mis hermanos me harán bullying el resto de mi vida por eso, sobretodo Daniel.
Espero impaciente en el ascensor y finjo una pequeña sonrisa cuando una chica se me queda viendo embobada. Eso haría Thomas para transmitirle seguridad, luego le preguntaría qué tal su día y después le seguiría la conversación. Yo no, yo solo tengo fuerzas para disimular que no sé que me está tomando una foto.
Salgo del ascensor apenas las puertas se abren y busco con la mirada al chico que ya debería estar llegando. No lo veo por ningún lado, así que decido sentarme en recepción, ignorando la mirada del resto de las personas. Todos me están viendo raro porque soy el hermano menor de los jefes y quieren agradarme o demostrarme los buenos que son con su trabajo. Sobre todo las recepcionistas, ellas sonríen más de lo normal e incluso se hablan entre ellas como si fueran las mejores amigas.
Me cruzo de brazos esperando impaciente y dejo de hacerlo porque eso es algo que haría Alex, pero no Thomas. Me enderezo y finjo concentrarme en mi teléfono, deteniendo mi actuación al notar la figura femenina que se sienta a mi derecha.
— ¿Qué hay? —me habla como si me conociera y frunzo el ceño sin tener la menor idea de su existencia —. No sabía que venías por aquí.
—Es mi empresa —respondo seco. Técnicamente es la empresa de mis hermanos, pero el orden de los factores no altera el producto.
—Oh, ya veo —ella sonríe y se acomoda mejor para verme —. Mi hermano está haciendo unas pasantías aquí, vine a buscarlo para ir a almorzar —me explica como si me importara su vida.
—Me alegro —fuerzo una sonrisa y le devuelvo mi atención al teléfono.
—Thomas, tú... Estás raro —me vuelve a hablar y ahí comprendo que conoce a mi gemelo pero no a mí.
— ¿Te puedo confesar algo? —ella frunce el ceño y asiente, acercándose a mí —. Es que no recuerdo tu nombre y no quiero ser descortés. Tengo muy mala memoria...
—Sabrina —sus ojos verdes se conectan con los míos —. Estamos juntos en la clase de teatro... ¿En serio estás bien?
—Ay, verdad —bufo y sonrío —. Es que siempre me olvido de los nombres, lamento esto —ella me devuelve la sonrisa y abre su boca dispuesta a responderme, pero se levanta caminando en otra dirección.
—Lo siento por hacerte esperar, preciosa —la voz de un chico interrumpe nuestra conversación y lo observo a él sin nada más interesante que hacer —. ¿Con quién hablabas?
—Es Thomas, vamos juntos al instituto —ella se acerca a presentarnos y yo le devuelvo la mirada sin saber por qué me detalla tanto.
—Mucho gusto, soy Aiden —me extiende su mano y se la estrecho rápidamente.
Son idénticos. Sabrina tiene el cabello negro y los ojos verdes y él también, con la diferencia de que es mucho más alto que ella. Son atractivos, no lo negaré, y también parecen tener buen gusto al vestir.
—Ale... Thomas—me corrijo y fuerzo una sonrisa.
—Crild, ¿no? —él también sonríe y yo asiento, removiéndome cuando tarda más de la cuenta en soltar mi mano —. Es un gusto conocer a uno de ustedes.
—Me alegra saber eso —le mantengo la mirada y por alguna razón él sonríe más, como si le divirtiera mi conflicto interno.
No lo negaré, es atractivo. Pero estoy con Niels y no hay ser en la tierra que me guste más que él. Niels es mucho más lindo y no cagaré lo que tenemos por alguien que parece ver todo como un reto. No me llama la atención y tampoco es mi intención llamar la suya. Solo tengo ojos para alguien especial.
— ¡Bueno! Vamos, ¿no? —Sabrina jala a su hermano y por fin este aparta su mirada de mí —. Adiós, Thomas.
—Adiós.
No le devuelvo la mirada al chico, pero sí siento la suya sobre mí y eso me impulsa a dirigirme a otro lugar con paso rápido.
Entro a uno de los baños intentando refrescarme un poco y observo mi imagen notando que en serio me parezco a Thomas. Y lo sé, somos gemelos y es normal que nos parezcamos, pero con su ropa, su forma de peinar y sus accesorios, en serio estoy idéntico a él. Estoy tan acostumbrado al negro, que la camisa blanca me hace sentir extraño; no mal, pero sí extraño. Es más difícil ser yo estando en el cuerpo de otra persona. Y suena tonto, lo sé. Pero cada vez que hacemos esto, noto lo mucho que crece Thomas como persona y yo sigo igual o peor. Él se vuelve un mejor ser humano y yo todo lo contrario. Él avanza y yo retrocedo. Él evoluciona y en mí solo incrementa el odio por la sociedad.
Me gustaría tener una pizca de madurez que él ha ganado este año.
Salgo del baño buscando al arquero con la mirada y casi salto de emoción cuando lo veo a un lado de recepción. Debe estar preparándose para preguntarle a una de las recepcionistas por mí y me causa mucha risa eso. Para él hablar con un desconocido es como correr en unas olimpiadas.
—Buenas tardes... —escucho sus balbuceos y sonrío acercándome lo más silencioso posible a su cuerpo —. ¿Podría indicarme donde puedo encontrar a Alex Crild? Soy... Un amigo.
La recepcionista observa en mi dirección sin saber qué decir y yo me detengo detrás del arquero esperando que siga hablando. Desde aquí puedo escuchar el bombardeo acelerado de su corazón; está aterrado.
— ¿Tiene alguna cita? —la mujer aclara su garganta y lo mira con seriedad, Niels solo ve hacia abajo y niega.
—Yo... ¿No lo puede llamar? Yo... No sé cómo pedir una cita —mi respiración choca con su nuca, lo que lo hace girarse con rapidez y apartarse de golpe.
— ¿Qué haces aquí?
—Hola, Thomas, ¿sabes dónde está Alex? —dejo de sonreír y lo miro como si hubiera insultado a mi mamá.
¿En serio no me reconoce?
—No, no sé —doy un paso hacia atrás y cruzo mis brazos, logrando que él sonría por ello —. Búscalo, debe estar por ahí.
—No, ya no importa —se encoje de hombros y yo frunzo más el ceño —. Me agrada más estar contigo.
Creo que escuché mal.
— ¿Disculpa? —retrocedo como animal herido y pongo mis manos a mis lados.
—Sí, es que Alex es un poco temperamental —se encoje de hombros —. Contigo es más fácil hablar. No me intimidas, tu hermano sí.
— ¡Pues quédate con él! —lo empujo y lucho con mi rabia intentando controlarme —...Digo... Si no te agrada es mejor que te alejes de él —me paso una mano por el cabello y le doy la espalda.
Soy Thomas, no Alex
Soy Thomas, no Alex
Soy Thomas, no Alex
— ¿Te molestaste? Dije que te prefería a ti antes que a tu hermano —su mano se detiene sobre mi hombro y lucho con todas mis fuerzas para no apartarlo.
—Pues yo prefiero estar solo —murmuro jugando con los anillos que tengo en mis dedos.
— ¿Le puedes avisar a Alex que estoy aquí? Es que teníamos pensado salir...
— ¡Avísale tú! —me giro y lo vuelvo a empujar, ignorando la mirada de los empleados —. A mí no me hables más.
— ¿Por qué no? Quiero salir contigo —él me intenta tocar y yo retrocedo —. Thomas, ¿por qué estás tan molesto?
—Porque me da la gana —me encojo de hombros —. Quédate solo. Me encargaré de decirle a Alex todo lo que me dijiste para que no te vuelva a hablar por el resto de su vida.
Lo miro con odio cuando, en vez de retractarse, él sonríe como si le divirtiera mi actitud. ¿De qué se ríe? Yo estoy que lo mato.
—Eres como un niño malcriado —se ríe e intenta acercarse, yo solo retrocedo —. Aunque lo estás haciendo muy bien, no me has insultado ni una sola vez.
—No sé de qué hablas.
—Bien, entonces me iré... —suspira y retrocede un paso —. Es raro verte de blanco, pero igual te queda bien —observa todo mi atuendo —, creo que me gustas de cualquier manera.
Mi cuerpo tiembla con sus palabras, aún así reúno la fuerza que me queda y lo arrastro hasta uno de los baños con la intención de reclamarle.
Él me responde todos los besos con una sonrisa y yo lo miro con toda la molestia que queda en mi organismo. No sé que le divierte, pero en algún momento me las pagará.
— ¿Sabías que era yo? —pregunto sintiéndome como un idiota. Jugó conmigo a su antojo y le funcionó. Me hizo quedar como un idiota.
—Sería difícil no darme cuenta—ambos nos separamos cuando un empleado entra al baño.
Indago en su mirada. A mí no me engaña, lo vi hablando con Thomas y no parecía muy descontento en su presencia.
—Pero viste a Thomas...
—Hablé con él —asiente —. Hablamos de muchas cosas.
— ¿Y no me reconociste?
—Alex, son gemelos, no la misma persona —baja la voz para que el hombre no nos escuche —. Que se parezcan físicamente no los hace completamente iguales. Tú y él son muy diferentes, deja de pensar que te puedo confundir con tu hermano. Me gustas por tu personalidad, no por tu físico. Deja de pesar que solo eres la sombra de Thomas.
—Yo no pienso eso...
—Pues parece que sí.
Agacho la mirada cuando pone sus manos en mi cara .
—Hay una gran diferencia entre ustedes más allá de lo físico, Alex. Thomas es agradable y el amigo que cualquier persona desearía tener.
El empleado sale del baño y Niels aprovecha eso para acercarse.
—Y tú intimidas, generas miedo y nos alejas a todos, pero eres la persona más auténtica que he conocido en toda mi vida.
Me niego a levantar la mirada, pero él igual nota la influencia que tiene sobre mí porque por primera vez su color domina mi cara.
No digo nada, solo me giro y comienzo a caminar lejos de ahí, en dirección a la limusina en la que está esperando Jake.
— ¿Usted quién es? —observo al hombre junto a mi limusina y él extiende su mano esperando que se la estreche, obvio no lo hago —. ¿Dónde está mi chofer?
—Disculpe, señor, yo...
— ¿Dónde está Jake? —mejoro mi pregunta y por alguna razón él se lo piensa mejor, porque termina señalando hacia una de las entradas de la empresa, en donde están conversando David, Daniel y Jake. Y por alguna razón, los dos primeros más que el último.
Camino sin dudarlo hasta allá y mi paso disminuye al ver los rostros que tienen los tres hombres mayores. David y Daniel de seriedad absoluta, Jake una expresión de sumisión.
Abro mi boca dispuesto a preguntarles qué carajos están haciendo, pero me quedo paralizado al presenciar las palabras que utilizan mis hermanos mayores hacia mi guardaespaldas encubierto.
"Manejo indebido de la autoridad"
"Incumplimiento de las órdenes"
"Falta de ética al encubrir los abusos hacia nuestro hermano"
"Despedido"
...
Chicos, haré un live en instagram mañana a las 6:30 pm (hora de Venezuela).
Daré spoilers #GP, hablaré sobre futuros proyectos y responderé todas las preguntas que dejen (o haré el intento) ^^
¿Qué opinan del #15? Hablemos sobre Alex y Thomas.
En este capítulo di pie al desarrollo de nuestro bebé Alex. ¿No les pasa que se comparan tanto con el progreso de otras personas que olvidan reconocer sus propios logros? Mi pequeño vive eso y no saben lo mucho que me duele. Quisiera que viera todo lo que ha evolucionado:(
En fiiin
¡No se les olvide seguirme en instagram! Suelo hablar mucho por ahí con todo ser que me escribe.
Con mucho amor y un beso en la boca.
—Nepasavoir.
Puto el que lo lea.
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