CAPÍTULO 20
Miren el edit que hizo esta lectora *-* Está precioso.
Capítulo dedicado a Isi García 💖
PARTE 1.
La discusión.
Alex.
— ¡Thomas Crild! —los reflectores viajan hasta la silueta de mi hermano y yo lo observo fijamente cuando camina sin prisa hasta el escenario. Todos aplauden con fuerza y yo me cruzo de brazos, sin disimular el desagrado que siento ante tanta gente junta.
— ¡Felicidades, amigo! Sin duda muy merecido... —otra de las organizadoras habla, intentando entregarle sin éxito su corona. Nadie escucha lo que le dice lejos del micrófono, solo notamos que las cosas no marchan bien por la postura de mi gemelo.
—Lamento mucho no haberlo dicho antes, pero no deseo ser el rey —sus palabras me sorprenden mucho, lo admito —. Me gustaría cederle el puesto a alguien más, yo no quiero ser el rey de invierno. Lo siento.
Lo observo marcharse con una rapidez sorprendente, aún así, no lo sigo. Que haga lo que le dé la gana. Además, es la primera vez que me siento inclinado a apoyarlo. Estas tonterías me parecen una pérdida de tiempo.
Las chicas del comité hablan nerviosas entre ellas, luego sonríen hacia los estudiantes y se giran de nuevo en un intento de "intimidad". Parecen leer una y otra vez los nombres en los sobres, los demás estudiantes solo cuchichean sobre mi gemelo y yo no puedo evitar observar hacia el lugar que me he negado a ver en toda la noche. La esquina superior izquierda de la pista de baile, en donde está él.
Está con Anna y no sé a cuál de los dos detesto más. Los odio.
—Wow, esto nadie se lo esperaba, ¿verdad? —las chicas vuelven a hablar, riendo nerviosamente —. Debido a estos cambios de último minuto, no nos queda más que presentar al nuevo rey de invierno que fue el postulante más votado después de Thomas Crild —varios estudiantes aplauden y los tambores vuelven a resonar, haciéndome poner los ojos en blanco —. ¡Nos complace anunciar que el rey de invierno de este año es...!
— ¡Thomas! —alguien del público grita y yo frunzo el ceño.
— ¡No, idiota! ¿No ves que le cedió su título a alguien más? —le responden desde otro lugar y algunos ríen.
— ¡El rey de invierno del último año es...! —las chicas vuelven a hablar, ganándose la atención del público —. ¡Maykel Uddin!
Todos comienzan a aplaudir con fuerza, yo solo observo a mi amigo alzar los brazos y empujar al pasar a Mili. Ella solo lo mira con odio, yo no puedo evitar sonreír.
Los reflectores viajan hacia su silueta y algunos estudiantes no dudan en silbar, demostrando su apoyo. Maykel es extremadamente popular y no solo en el instituto; él es el tipo de personas que todos conocen en cualquier lugar del planeta.
—Primero que nada, quiero darle las gracias a mi mamá porque nunca dudó de mí —comienza a hablar luego de ponerse la corona, los demás solo ríen —. También quiero agradecerles a los estudiantes que votaron por mí, fue la mejor decisión que pudieron tomar en sus miserables vidas —bromea y luego busca con mucho esmero a una persona dentro del público —. Pero sobretodo, quiero agradecerle a Mili Valentine Wilson, quien me dijo que lo único que me ganaría sería una patada en el trasero. Te lo dedico a ti, preciosa, ahora puedes darle las patadas que desees a tu rey.
— ¡Te amo, Maykel! —Gael grita y usa su silbato para hacer más ruido. A su lado, Félix finge que desconoce su existencia.
La mejor amiga de Maya no dice nada, solo revolotea los ojos y finge indiferencia hacia las miraditas que le echa Maykel. No sé quién de los dos es más patético. Se nota que se gustan, ¿por qué no lo admiten y ya? Ridículos.
—Hey, feo —Un toque repentino me hace poner alerta, aún así me relajo cuando noto que se trata de Maya —. ¿Sabes a dónde se fue Thomas? Desapareció y me dejó botada —hace un puchero, apoyando su mentón en mi pecho —. Te proclamo como mi nuevo acompañante.
—Bien, gracias por librarme de Jennie —la busco con la mirada. Desde hace rato desapareció y tampoco es como si me importara mucho.
—No debiste invitarla si no querías venir con ella —Maya se separa de mí, observándome con seriedad —. Que no correspondas sus sentimientos no te hace indiferente a ellos. Si no te gusta, no la ilusiones. Es una niña enamorada al fin y al cabo.
—Ahora dilo sin llorar —pongo los ojos en blanco y miro a Maya con sorpresa cuando me golpea en el pecho —. ¿Te pica el...?
—A mí no me importa que tú seas el gay más homosexual del mundo, no tienes ningún derecho a burlarte de los sentimientos de una chica o de cualquier persona —sus ojos me transmiten severidad pura —. Si ella no te importa, díselo, pero no le hagas creer que el problema es ella cuando eres tú el que simplemente no la puede corresponder. No me interesa que estés enamorado de alguien más, a ella le hablas claro y sin tu maldito comportamiento pedante.
— ¿Desde cuándo te importa cómo trato a las personas? —intento calmar las cosas, porque al ritmo que va terminará gritándome.
—Desde que me di cuenta que ella no merece estar detrás de un tipo como tú —su comentario es más como un flaqueo que un insulto —. Es una buena persona y está sufriendo por tu culpa, yo no...
— ¿Disculpa? ¿Por qué por mi culpa? Yo no le he hecho nada... —aprovecho el bullicio de los estudiantes para tomarla del brazo y caminar a un lugar más solitario; no quiero que nadie escuche nuestra discusión.
— ¿No? Creo recordar que tienes a una animadora loca detrás de ti —su mirada se vuelve sombría —. Gabriela es la que le hace bullying, pero eres tan ciego y lento que no te has dado cuenta de nada. Sé que no es tu culpa, pero puedes evitar esa mierda.
—No tengo la obligación de proteger a nadie y...
—Si fuera Niels lo harías, ¿o no? —su pregunta me deja confundido.
—No tiene nada que ver, Niels es...
— ¿Hombre? Ya —ríe con sorna.
—No, Niels es mi... Mi... —las palabras se trancan en mi garganta. No sé cómo decirlo porque nunca le he dicho y es muy extraño —... Él no tiene nada que ver, punto.
—Vale, entonces mientras tú y él estén bien, los demás que se jodan, ¿no?
—Maya, ¿qué mierda te pasa? ¿Bebiste alcohol o qué? Si quieres pelear conmigo, no voy a hacerlo... —algo en su cara se me hace conocido. No solo en su cara, también en su expresión y postura. Un momento... —. ¿Te gusta Jennie? —mi pregunta parece sorprenderla.
— ¿Qué? ¡Claro que no! —confirmo mis sospechas cuando aparta la mirada —. Es una niña, Alex, jamás me gustaría una chica como ella. Es tan inocente, infantil y... Tímida. No es mi tipo.
—Como digas —no es mi intención ponerla incómoda. Maya nunca ha sido buena para hablar de sus sentimientos después de lo que ocurrió con Teffy —. No quiero discutir contigo, hablemos de esto otro día, ¿vale? —ella parece dudar, pero luego de unos segundos, suspira, asintiendo.
—Vale. Pero lo hablaremos.
—Ajá.
El ruido externo nos llega de golpe, como si hubiéramos estado metidos en nuestra burbuja personal. Ambos observamos a las chicas anunciar a la reina y luego de unos segundos vemos a Anna subir con una expresión nada alegre al escenario. Supongo que su idea era ganar junto a Niels; qué lástima.
—Pensé que iba a ganar Gaby, qué extraño —Maya frunce el ceño y yo hago una mueca. Ella se había postulado, pero tachó su nombre cuando se enteró de que yo no iba a competir. Su idea era ganar conmigo, qué lástima que no le funcionó.
—Como reina del baile de invierno, les quiero agradecer muchísimo por haber votado por mí —Anna sonríe, ganándose los aplausos de todos —. Este año ha sido muy difícil tanto académica como emocionalmente, por eso quiero una vez más, agradecerles por haberme dado este pequeño triunfo que siempre recordaré —tomo un sorbo de ponche y hago una mueca, ya se está comenzando a notar el alcohol —. Como muchos sabrán, la tradición es que el rey y la reina bailen el vals, pero quiero hacer una petición —muchos murmuran y varias ideas desagradables cruzan mi mente —. Quisiera que cambiáramos esa regla por esta noche y solo bailemos con quien queramos. Nuestra pareja o alguien más, en este caso, en mi caso, quisiera bailar con Niels Baasch —mis dedos alrededor del vaso ejercen fuerza, aún así, logro controlarme cuando los demás solo aplauden viéndola bajar las escaleras.
Maykel hace lo mismo, solo que se dirige con mucha determinación hacia Mili, a quien no le queda otra opción más que bailar junto a su rey.
—Alex, ¿puedes con esto? —Maya toma mi mano, pero yo la ignoro y comienzo a caminar hacia el centro de los estudiantes, en donde están ellos, en donde está él.
Debería sentirme molesto porque está bailando con alguien más, pero no. Eso no es lo que me molesta; lo que me enferma es saber que ella se aprovecha de él y su timidez. Y sabiendo que es intolerante a la atención, le haga eso. Niels se encuentra más sonrojado que nunca y sus pasos torpes lo dejan al descubierto. No sabe bailar y esto solo lo hace para complacer a sus padres. Se nota que no quiere estar aquí.
—Cálmate, ¿sí? —Maya pone sus manos en mi cara, yo solo siento mi cuerpo temblar —. No hagas esto peor, sabes cómo se sentiría él si iniciaras una escena.
—No puede estar peor que ahora —mis ojos pican de la rabia, Maya solo suspira, sabiendo que tengo razón —. Cuida de Jennie y déjame encargarme de esto, ¿sí?
— ¿Qué harás? —sus ojos recorren toda mi cara —. ¿Qué está pasando entre ustedes dos?
Maya no sabe nada. Le prometí a Niels que no le diría a nadie y yo nunca rompo mis promesas. Hasta el momento no había caído en cuenta de eso; mi mejor amiga no sabe absolutamente nada de lo que está pasando y creo que es hora de que lo sepa.
—Despertamos abrazados —mi comentario la sorprende por completo —. Nos besamos, estuvimos a punto de tener algo más y... Le gusto.
— ¿Algo más? —sus ojos se abren a más no poder —. ¿Espaditas?
—Sí... ¿Qué? ¡No! —la empujo, haciendo una mueca —. ¿Por qué eres tan rara? Yo nunca digo tijeras cuando me hablas de tus cosas, cállate...
—Pero lo piensas —su sonrisa me hace reír a mí también —. No te perdono que me lo hayas contado ahora, pero tus razones tendrás. Quiero más detalles después.
—Como digas —siento un malestar en el cuerpo cuando Anna cruza sus brazos en el cuello de Niels, acercándose más a su cara.
Doy las gracias de que Niels sea mucho más alto que ella, pero maldigo los tacones de quince centímetros y el hecho de que ella esté poco más abajo de la altura de él. Quedan muy cerca y ella lo quiere besar.
La canción se vuelve más melosa y romántica, lo que hace que ella apoye su cara en su pecho y él mantenga su agarre en su cintura. Su cara no transmite nada, pero sus ojos sí y más cuando se encuentra con los míos. No sé lo que dicen los suyos, pero los míos solo le transmiten odio.
Me siento demasiado celoso como para soportar un segundo más.
Camino sin dudarlo hasta el área en la que se encuentra el dj y saco mi billetera del bolsillo pasándole diez billetes de cien que acepta con los ojos muy abiertos. Luego de eso, no duda en poner la primera canción no-bailable-sexual-romántica que se encuentra en su reproductor. En este caso es Psycho de Russ. Todos los estudiantes gritan y comienzan a corearla enseguida, yo solo sonrío complacido.
Obviamente no dura mucho, los profesores se encargan de quitarla porque tiene palabras "inapropiadas", para una institución, pero lo bueno es que pone en marcha mi plan y termina por separar a Anna y a Niels. Este último desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
Camino por las áreas en donde la luz da menos justo porque sé que debe estar por aquí. Niels es el mejor escondiéndose y pasando desapercibido, por lo que me recuerdo que si no está aquí, debe encontrarse escondido en los baños en los vestidores. Cualquiera de las dos es una buena opción.
Dos figuras llaman mi atención al llegar al pasillo oscuro que lleva a los baños. Observo con más atención y finjo sorpresa al notar que son Mili y Maykel comiéndose hasta el alma. Supongo que luego fingirán odio y harán como que si eso nunca hubiera pasado. Yo me encargaré de recordárselos cuando deba sobornarlos con algún favor.
Busco mi teléfono y le envío el primer mensaje que no tarda en ver. No responde, eso me irrita mucho y me obliga a marcar a su número una y otra vez. Sé que está molesto conmigo y yo lo estoy igual con él, pero esta noche por supuesto que no permitiré que se vaya a su casa sin más. Primero pelearemos.
— ¿Qué? —su voz golpea con fuerza mi subconsciente. La sorpresa de que me haya contestado me hace quedar en silencio durante un largo rato, luego le contesto después de elegir las palabras.
— ¿Dónde estás?
— ¿Para qué quieres saber? —su pregunta me hace fruncir el ceño —. No es que te importe mucho, pensé que estabas muy entretenido con tu Jennie.
Está celoso.
—Sí lo estaba, pero me acordé de ti y me dieron ganas de hablarte —sonrío, porque en este momento debe estar aniquilándome con la mente —. ¿Dónde estás?
—Con Anna, nos iremos a casa en unos minutos —sé que miente, pero eso no impide que me moleste su jueguito. No me gusta cuando es él el que intenta ponerme celoso.
—Bien, jódete.
Cuelgo y me apoyo en una pared, viendo sin ver al montón de gente que no hace más que bailar y hablar de los demás. Me sirvo más ponche de frutas y me tomo todo de un trago, disfrutando el hecho de que tiene alcohol. Creo que ahora mismo me agrada el desconocido que tomó esa hermosa decisión. Es lo único bueno en toda la puta noche.
Me bebo tres vasos más y luego busco a Maya con la mirada, quien se encuentra bailando con nuestro grupo de amigos y Jennie. Esta última no se ve tan cómoda como intenta aparentar.
—No todo, eh —Gaby aparece a mi lado, observado divertida como es que me sirvo una jarra de ponche de frutas con alcohol.
—Déjame en paz.
La dejo ahí y me alejo con mi jarra bebiendo sin parar. Ni siquiera está tan buena, solo que yo quiero despejar mi mente y el alcohol es lo único que me puede ayudar. Bueno, no lo único, pero sí lo que está al alcance.
Paso en medio de las personas y siento algo oprimir mi pecho cuando Compass de The Neighbourhood invade cada espacio del lugar. Esa es nuestra canción y él no está. Ni siquiera se debe acordar y ni siquiera sé por qué asumo que es especial. Odio eso de mí, siempre termino relacionando a las personas que me importan con mis cosas favoritas.
Me tomo la mitad de la jarra y finjo escuchar a Maya cuando me dice algo que no entiendo. No dejo de caminar, solo doy pasos por los lugares que ella me indica y siento mi alma volver a mi cuerpo cuando lo veo a él sentado y muy escondido del resto. También está bebiendo.
—Eso es lo que te estaba diciendo, inútil, ya deja de llorar —Maya me empuja y yo comienzo a caminar hacia él.
Ahora sí me va a escuchar.
Mis pasos son decididos al momento de llegar a su lado, pero pierdo un poco de valentía cuando alza la mirada, dejándome saber que ya esperaba mi llegada y no le sorprende ni asusta un poco.
—Así que dejaste sola a tu Jennie —se levanta, quedando cara a cara y tocando mi cuerpo con el suyo.
—No está sola, la dejé con Maya —me encojo de hombros, fingiendo indiferencia —. ¿Y tú? Pensé que te irías con Anna.
—Ella quiso bailar un rato más, es su noche —imita mi gesto, sin vacilar ni un segundo.
—Hablando de eso, bailas horrible —no me molesto en ver su reacción, solo tomo otro trago de ponche —. Menos mal quitaron la música, estabas haciendo el ridículo.
—Imbécil—lo veo pasarme por un lado y una parte de mí cae en cuenta de que estoy volviendo a ser mierda. Siempre me pongo a la defensiva cuando me lastiman, por eso mi primer reflejo es hacer daño.
Lo sigo sin dudar, tropezando con varios estudiantes y sujetándolo de un brazo cuando intenta pasar por el medio de un grupo.
No quiero hacer esto de nuevo. No quiero que volvamos a pelear por mi culpa. ¿Por qué tengo que ser tan impulsivo? Intento controlarme pero no lo logro, mi lengua es más rápida que mis neuronas.
—Niels...
— ¡Hey! Vamos a una fiesta luego de esto, ¿quieres venir? —el cuerpo de Anna me obliga a soltarlo, yo lo observo a él esperando su respuesta.
— ¡Hey! Yo digo que no —Siento una mano sujetar la mía, al mismo tiempo que Maya habla en voz alta —. El entrenador ya se fue, pero me pidió que te dijera que no quiere que te quedes hasta muy tarde —habla con Niels, sonriéndole de una forma muy encantadora —. Oh, lamento dañarte los planes, Anna. Pero ya sabes cómo es su padre.
—Pero él me había dicho que lo dejaría... —Anna habla para sí, frunciendo el ceño y soltando el brazo de Niels —. Entonces te llevaré hasta tu casa, mi auto está afuera...
— ¡No! —el grito de Maya nos confunde a todos —. Digo... Bueno, ya pagué el taxi que el entrenador me dijo que pidiera, te está esperando allá fuera —se encoje de hombros, ignorando la mirada molesta de la animadora.
—Vale, entonces me voy —Niels parece aliviado y para nada descontento con la noticia —. Lamento no poder ir contigo —habla con Anna, ignorándome por completo a mí.
Odio que me ignoren y odio aún más que él lo haga con tanta perfección. Es como si de verdad no existiera y se siente raro. No me gusta ver su versión molesta cuando se trata de mí.
—No te preocupes... Entiendo —Anna le sonríe, tocando con delicadeza su mejilla e inclinándose para darle un beso.
—Sí, bueno, ya me están esperando... —él se aparta tímidamente y observa a Maya con una expresión afable —. Gracias... Por avisarme.
—No es nada, te acompaño —ambos comienza a caminar lejos de mí, yo solo proceso con desconcierto la escena.
¿Desde cuándo ellos dos se hablan?
Comienzo a seguirlos después de unos segundos y salgo del gimnasio disfrutando el silencio de la soledad. A algunos metros de mí Maya y Niels se intercambian unas palabras, ella más que él, lo noto por como el arquero asiente y niega ante sus preguntas.
Se siente raro ver a las dos personas más importantes para mí hablar. En realidad no son las dos únicas, pero el tres nunca cuenta y mucho menos en este momento. Desde hace mucho dejó de contar para mí.
El frío nos golpea con fuerza y yo frunzo el ceño al no ver a Jake por ningún lado. ¿A dónde se fue? ¿Para eso le pagan mis hermanos? Debe ser que llevó a Thomas, pero eso fue hace una hora o más, ¿es que se quedó dormido en algún lugar?
—Bueno, ahí está el taxi, adiós —Maya sonríe y nos mira divertida a Niels y a mí. Él se tensa cuando nota mi presencia a unos metros —. Oh, Alex, ¿le harías el favor de acompañarlo? No me gustaría que se fuera solo en un taxi —me mira a mí, logrando que me confunda mucho más.
— ¿Los dos? —Niels pregunta en un susurro, como si no lo convenciera la idea.
—Sí, los dos. ¿Pasa algo? —nos mira extrañada, como si no supiera lo que hay entre nosotros —. No me digan que no se hablan...
Veo a Niels y él me mira a mí, entre nosotros no hay nada más que tensión. Es obvio que no nos hablamos.
—Bueno, lo resuelven en el camino, le pagaré al taxista para que te lleve de una vez a la casa —suspira, sacando su teléfono —. Nos vemos, chicos, cuídense mucho y disfruten.
Ninguno de los dos entiende nada, pero noto como Niels se sonroja cuando ella lo abraza con fuerza y se acerca a mí abrazándome de la misma manera. ¿Ahora qué bicho le picó? Creo que el alcohol en serio le afectó.
—No la cagues, ¿sí? Te amo —sus palabras me dejan pensativo, pero solo me inclino permitiendo que bese mi mejilla y se aleje tarareando una canción.
Camino junto al arquero por toda la calle. Ambos tardamos al menos un minuto en decidir quién entra primero al taxi, pero una vez que lo decido, lo empujo con el hombro entrando de primero, más serio que nunca.
El taxista no dice nada y tampoco pide direcciones, lo que nos hace suponer que Maya las dijo. Es lógico, ella sabe donde vive Niels y sabe dónde vivo yo. Durante todo el camino nos mantenemos en silencio y muy serios. Una que otra vez siento su mirada sobre mí, pero finjo que no al igual que sé que el finge que no siente la mía.
La pequeña llovizna hace que el frío incremente más. Ninguno de los dos observa por las ventanas, solo miramos al frente y nos quedamos paralizados cuando el taxi se detiene frente a un lugar desconocido, un edificio.
Mi mandíbula se tensa, al igual que mi cuerpo y veo a Niels hacer una expresión de miedo. Seguramente está aterrado y yo también porque el taxista puede ser un vendedor de órganos y nos secuestró.
—Llegamos —el señor habla, observándonos por el retrovisor —. Esta fue la dirección que me dio la joven que solicitó el transporte, ¿hay algún problema? —nos mira sin entender y nosotros no dudamos en bajar, intentando no ser un blanco fácil ante una amenaza.
Miro las calles sin entender y mi mente hace clic al leer el nombre del edificio. Es el edificio de Maya, en donde acaba de comprar su primer departamento.
— ¿Qué haces? —Niels me pregunta, asustado. Yo solo camino hasta la entrada y espero a que me siga no muy seguro. Es obvio que piensa que todo esto es un error.
Alex, 11:22 pm.
Te voy a matar.
El saludo del recepcionista nos confunde mucho más, porque es como si nos hubiera estado esperando. Niels toma mi brazo cuando nos guía hasta el ascensor y me mira a mí esperando una explicación, yo solo niego.
— ¿A dónde vamos, Alex? Esto ya no es gracioso...
—Yo no me estoy riendo.
El ambiente vuelve a quedar en silencio y solo es interrumpido por la vibración de mi teléfono. El mensaje es de mi mejor amiga y responde todo lo que necesitaba saber. Esa desquiciada planeó todo esto.
Tortillera, 11:23 pm.
Suerte, bebito ⚔⚔⚔
...
¡ANTES DE QUE PASEN AL SIGUIENTE CAPÍTULO!
1. Voten.
2. Comenten, por favor :c
3. Eviten dejar comentarios como "ay, me saltaré esta parte porque no me gustan esas escenas". Si no les gustan, no las lean. Fin.
Con mucho amor y un beso en la boca.
—Nepasavoir.
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