CAPÍTULO 19
Vestido de Marilyn Monroe que usó Melanie, referencia en multimedia.
Capítulo dedicado a @LiskelSantana <3
"Necesitábamos esta parte, entenderla no solo juzgar, ella es un ser humano que es muy diferente a la imagen que intenta mostrar, y el hecho de que se preocupe por su familia y la de Thomas dice mucho; me dan ganas de agarrarla,meterla en mi bolsillo, sacarla de allí junto a Thomas y Jennie(la pobrecita nadie se acuerda de ella) para que no sufran más"
El baile.
Thomas.
Antes de conocer la verdadera faceta perversa de la directora, Meli y yo teníamos muchos planes, entre ellos; ir al famoso baile de invierno, juntos.
Lo hablamos miles de veces, planeamos miles de escenarios y compartimos nuestras ideas para los vestuarios. ¿Ahora? Justo ahora estamos ideando un plan que nos mantenga a salvo de la loca y su hijo. Algo que nos obliga a mantenernos distantes ante la vista pública, algo que nos separa de todas las cosas que alguna vez soñamos.
Aunque todo es parte de nuestro plan actual, no puedo evitar sentirme extraño por eso. Desilusionado, quizá. Esperaba que este día fuese diferente.
— ¿Y por qué quieres que vaya contigo? —observo a la ojiazul algo dudoso. Maya es muy inteligente y sé que no la convenceré con cualquier tontería. Absolutamente todos esperaban que invitara a Meli —. No me digas, Melanie te dejó botado por William —su cara se transforma en una de desagrado cuando pronuncia el nombre de él. Aunque lo intente ocultar, sé que aún tiene conflictos al recordar los constantes abusos del hijo de la directora.
—Sé que tal vez me odies por lo que te diré, pero por favor, no odies a Meli —ella se detiene un momento, mirándome fijamente —. Sé que debes pensar lo peor de ella, no te juzgo... Pero es complicado. Es más complicado de lo que me gustaría admitir —intento sonar lo menos raro posible, pero solo la veo ladear la cabeza y seguir con su recorrido.
—No la odio, Thomas. Meli también es... Era, mi amiga. Tenemos mucho de qué hablar, pero confío en que no sea tan tonta como para enamorarse de él —observo la gran sala y suspiro, notando que es una gran inversión la que hizo aquí —. ¿Cómo está Alex? ¿Él y ella se siguen hablando?
—La odia, me odia y odia a la mitad de la humanidad —mi murmuro la hace sonreír.
—Típico de Alex.
Observo la gran isla de mármol y suspiro detallando la cocina. Toda la decoración va de negro a gris, son pocos los detalles en blanco. Es un departamento pequeño, pero muy sofisticado y grita por todos lados "cómprame". O bueno, así dice Maya, la joven adulta que acaba de comprar su primer departamento más cerca de la universidad.
—Me encanta, ¿qué opinas? —sonríe, extendiendo sus brazos y señalando el gran espejo que cubre toda la pared de su habitación. Está frente a la cama, (la cual es de color negro con sábanas negras y blancas), y sin duda luce imponente.
—Está increíble —asiento, sonriendo de la misma manera por lo orgulloso que me siento de ella.
Bueno, sé que Lauren y David contribuyeron bastante con los gastos, pero todo fue gracias al trabajo de Maya como asistente de dirección de cine y los frascos de las malas palabras. La mejor decisión de David fue hacerla millonaria quitándole un dólar por cada grosería que dijera.
—Tiene dos baños, eso es lo que más me gusta —un gran suspiro sale de su boca cuando se acuesta en la cama con un salto —. Está amueblada, tiene un televisor pantalla plana en la sala y otro en la habitación, tiene bañera en el baño personal, los electrodomésticos están recién comprados... Es perfecto.
— ¿Puedo vivir contigo? —ella ríe, observándome divertida cuando me acuesto a su lado.
—Va, solo tendrás que cocinar porque heredé el don gastronómico de Nas... —observo el espejo que está sobre el techo. Tiene las mismas medidas que la cama, por lo que me veo por completo al igual que veo a Maya. Es una vista muy adictiva —. No me había fijado en eso —ella suelta una risita, sacando su teléfono y tomándonos una foto espontánea —. Se la mandaré a Alex.
— ¿Por qué no lo invitaste a él? —frunzo un poco el ceño. Si bien no me molesta que me haya invitado, (realmente no tenía nada que hacer), me parece extraño que me haya invitado a mí y no a su mejor amigo y alma gemela. Maya solo se encoje de hombros.
—Tiene sesión de fotos en el Areté, sabes que Taylor está como loco dirigiendo el primer desfile y esa mierda... —deja de hablar y sonríe por un mensaje. Está más pendiente de su teléfono que de nuestra conversación —. Me contestó que te bajara, que ibas a llenar la cama de pulgas.
—Idiota —ruedo los ojos, consciente de que seguramente hizo ese comentario más serio que con humor.
Me quedo un buen rato acostado en la cama. Es tan suave y tan cómoda que no tardo mucho en quedarme dormido. Solo me despierto cuando la mano de Maya choca con mi cara y no solo eso; ahora hay un montón de fotos mías rondando por internet.
—Te odio —Maya solo ríe, mientras yo intento quitar la tinta del marcador de mi cara.
— ¿A qué hora es el dichoso baile? —nuestras miradas se encuentran en el espejo, yo solo noto como inclina su cabeza hacia atrás.
—Mañana a las siete, pero obviamente llegaremos una hora tarde —me giro hacia ella, apoyándome en el lavamanos —. Entiendo que no quieras ir, sé que tienes muchos problemas con el imbécil de William, pero te prometo que no te dejaré sola. Si quieres nos vamos temprano, solo quiero aparecer un rato por allá.
—No me molesta ir, sabes que también quiero ver a los chicos —observo su sonrisa y siento sus manos detenerse sobre mis hombros —. Además, no te voy dejar solo. Que le den al maldito de William, él no arruinará nuestra noche.
—Ni la directora —agrego, y no puedo evitar sonreír por su respuesta.
—Ni siquiera esa perra.
Paso mis dedos por los tirantes y observo mi look completo en el espejo. Moda de los años cincuenta, creo que hice una buena elección.
Tengo una camisa manga larga color blanco y los ligueros color café, el lazo en mi cuello, mi pantalón y mi boina del mismo color me dan el toque necesario para la ocasión. Parezco un chico de 1950 de bajos recursos, pero me gusta. Me recuerda mucho al protagonista de Diario de una Pasión, una de las películas que Melanie más odia pero que amaba ver conmigo.
Termino de aplicarme loción y meto las manos en mis bolsillos, sintiéndome complacido con mi imagen. Ojalá fuera Meli mi acompañante, pero tampoco me siento mal por ir con Maya. Como dije al principio, la veo como a una hermana y el hecho de que haga un esfuerzo para ir conmigo, me hace saber que en serio es una de las personas más leales de este mundo. No entiendo cómo Teffy la pudo dejar, esa chica no sabe de lo que se perdió.
Salgo de la habitación justo al mismo tiempo que Alex, deteniéndome varios segundos para detallar su atuendo. A diferencia de mí, tiene una camisa blanca simple, una chaqueta de cuero color negra y unos pantalones y botas del mismo color. Se ve bien, parece más de los años setenta que de los cincuenta, pero luce bien.
Ambos bajamos las escaleras, uno al lado del otro y ninguno puede aguantar la sonrisa cuando al llegar al último escalón el flash de la cámara de mi mamá interrumpe nuestra vista. Era obvio que nos iba a tomar una foto, somos sus "bebés" y este es nuestro primer baile del último año.
—Se ven guapísimos, mis niños —nos llena de besos, abrazándonos al mismo tiempo y logrando sin darse cuenta que él y yo tengamos nuestro primer contacto físico del mes —. A ver, dense un abrazo, les quiero tomar otra foto —me remuevo un poco incómodo y observo con duda a Alex, él parece querer estar en todos los lugares menos aquí.
Trago grueso y me acerco con duda a él, notando sin mucha dificultad lo tenso que se encuentra por la cercanía. Es obvio que no me quiere tener cerca y mucho menos me quiere abrazar.
—Más cerca —mi mamá mueve su mano y veo a Alex poner los ojos en blanco. No dice nada porque sabe que con mi mamá no puede ser grosero —. Un poco más...
Respiro hondo y termino de pasar mi brazo por sus hombros, sintiendo su mano detenerse en mi hombro izquierdo. La tensión entre nosotros es demasiada, aún así intento regular mi respiración y no parecer un rarito a su lado. Sé que a él le vale mierda, pero a mí no. Siempre fui el más sensible y no sé si era por ser el gemelo mayor, pero siempre tuve el deseo de protegerlo y actuar como su mejor amigo. Lo era, lo éramos. Ahora nada es igual y aunque a él la importa un carajo, a mí no. Esta mierda me duele.
— ¡Sonrían!
El segundo flash nos invade y no dudamos en separarnos como si el otro tuviera una enfermedad contagiosa.
Lo miro por el rabillo del ojo repetidas veces, intento comprobar que no se sacuda y me siento un poco aliviado cuando no hace una expresión asqueada ni nada. Solo se queda igual de serio que siempre, como si no significara nada para él.
—Oh, pero ninguno de los dos sonrió —mi mamá frunce el ceño, observando con tristeza la foto —. ¿Están bien? No se ven contentos —nos mira el uno al otro, a la espera de que le demos una explicación razonable.
Ella sabe que actualmente no estamos pasando por nuestra mejor situación personal. Aún así, tiene la esperanza de que recuperemos nuestra vieja confianza y dejemos a un lado nuestra absurda enemistad. Es complicado, porque ante los ojos de una madre no existe una razón lógica para que sus hijos se odien y más si estos son gemelos, pero nada tiene sentido cuando se trata de nosotros. Sobre todo de Alex, nada tiene sentido cuando se trata de él.
—Eh... ¿Vamos a la casa de David o qué? —le pregunto una vez que salimos de la casa. Lo veo apretar la mandíbula y caminar sin ganas, supongo que le fastidia tener que ir a buscar a Jennie.
—Sí, primero a la de David y luego a la de ella, viven cerca —pasa una mano por su cabello y mira al frente. ¿Por qué se encuentra tan serio? Entiendo que los bailes no son lo suyo, pero si le gusta Jenn debería estar aunque sea un poco emocionado. Esto parece más una tortura que otra cosa, no entiendo para nada su comportamiento.
—Como digas.
Jake nos abre la puerta, lanzándonos una mirada divertida por nuestra vestimenta, pero sin hacer un solo comentario al respecto.
El camino es silencioso, lo bueno es que la música nos da la libertad de no iniciar una conversación incómoda y ambos nos sentimos relajados con ella. Desde que le dimos la libertad de instalarle amplificadores a la limusina, Jake no para de poner canciones de One Direction y Taylor Swift.
Una vez llegado a la casa de David, decido bajarme a buscar a Maya como si fuera una verdadera cita. Lo que es cómico teniendo en cuenta que hace unos años me moría por salir con ella y ahora es... Maya. Maya Crild.
— ¿Y? ¿Qué te parece? —ella sonríe, apoyándose en el marco.
Tiene un vestido rojo de cuadros. Es ajustado en el torso y al llegar a la cintura, cae en un corte fino de campana hasta más debajo de la rodilla. Se ve preciosa, parece que investigó mucho sobre la moda de los años cincuenta y conociendo a su mejor amiga, no dudo en que fue ella quien se lo hizo. Está espectacular.
—Te ves perfecta —asiento y ella ríe antes de dejar un beso en mi mejilla.
Ambos nos giramos y posamos para las mil quinientas fotos que nos toma Lauren. Ella se ve encantada con el atuendo de su hermanita y con el mío, aunque se ve bastante extrañada por el mal humor insoportable de Alex.
—Suerte, chicos y ¡Maya! —la menor se detiene al escuchar el llamado de su hermana mayor —. Intenta no volver a echar alcohol en el ponche de frutas —Maya se encoje de hombros y entra a la limusina, comenzando a fastidiar a mi obstinado gemelo.
El camino a la casa de Jennie es más entretenido que antes. Maya, sentada en las piernas de Alex, no deja de besar su cara provocando quejas y bufidos que la hacen reír sin parar. Yo solo me concentro en mi teléfono y observo el montón de notificaciones en mis redes sociales. Desde la sesión que hice para el Areté, (la academia de modelaje de Taylor), no han dejado de llegarme seguidores a montones. Muchos comentarios (para no decir la mayoría), son de chicas, y no todos son muy decentes. No son fotos sexuales ni nada de eso, son fotos con ropa juvenil.
Taylor tuvo la idea de hacer una sesión para cada miembro de la familia y luego una pasarela en el desfile. David solo aceptó la sesión, (su personalidad tímida no se presta para esas cosas), y los demás estamos intentando convencerlo para que lo haga aunque sea con un solo cambio.
annettejohnson: Si no fue con sus hermanos, con este será 😩💘
angelslike: Nuevo crush desbloqueado 😳
crildismine: Mi esposo 🌹🌹🌹
r.for.rose: En serio tiene 17 años?! 🤯🤯🤯
clairomdza: me mojé
sectaylor: Si no fue con Taylor, con este será. #LegalicenAThomas.
teamcrild: #LegalicenAThomas #SiNoEsContigoEsConAlex 🌹
daniajones_ : ¿Cómo que legalicen a Thomas? No es gracioso. Respeten.
daniel_crild: Es un niño, por favor eviten comentarios fuera de lugar. #NoSeanComoYo.
Suspiro y bloqueo el teléfono. De eso hablo cuando digo que nos tratan como niños. Yo puedo lidiar solo con la intensidad del internet, pero no me dejan de proteger. Valoro que lo hagan, en serio, pero es agobiante que no nos permitan experimentar todo esto a solas. Llegará un punto en el que ya no nos podrán defender y se arrepentirán de no habernos dejado tomar experiencia por nuestra cuenta.
El auto se detiene frente a la mansión de Jennifer Anastasia Williams. Ella es la hija de Eleonor Keller Williams e Izan Anderson Williams, una de las actrices más famosas del país y uno de los abogados más prestigiosos del Estado. Creo que por esa razón muchos chicos dudaron alguna vez en acercarse a Jennie; su madre es un encanto, pero su padre da miedo.
— ¿A quién buscamos? —Maya observa a Alex, quien mantiene un rostro inexpresivo.
—A Jennie —respondo una vez que mi gemelo baja. No se ve muy contento y lo demuestra con cada paso que da hacia la casa.
—Interesante —la ojiazul sonríe, recostándose en el asiento.
Pasan varios minutos cuando aparecen las siluetas de Jennie y Alex. Por la cara de ella, sé que se encuentra a punto de desmayarse, mi hermano no hace más que caminar a su lado, más serio que nunca.
—Buenas noches —escucho el balbuceo de la más pequeña, Maya, Jake y yo le respondemos enseguida, ella solo se concentra en Maya —. Hola.
—Hola —la cara de Jennie se pone aún más roja cuando le toca sentarse en el medio de Alex y Maya. Es obvio, Maya va a mi lado y Jennie va al lado de Alex.
El viaje en auto se vuelve un poco bastante tenso. Ni siquiera la música de Jake logra disimular el silencio incómodo, por lo que todos fingimos estar concentrados en nuestros teléfonos. Todos, menos Jennie, ella se encuentra mirando por la ventana.
david_crild: Agradezco el apoyo recibido hacia Thomas y por supuesto que también hacia las fotos promocionales para el primer desfile del Areté Crild, pero dejando a un lado la emoción, pido respeto hacia mis hermanos pequeños. Alex y Thomas son menores de edad, no están en posición de recibir ese tipo de comentarios lascivos y les agradecería mucho que pararan el acoso masivo hacia ellos. De nuevo, agradezco el apoyo, pero pido respeto hacia ellos y su intimidad.
Releo el aviso que acaba de publicar David y suspiro. Bueno, es mejor eso a que sigan llegándome mensajes de un montón de personas desconocidas diciéndome lo que les gustaría que les hiciera o lo que a ellas les gustaría hacerme. Es incómodo y para nada agradable.
La limusina se detiene frente al instituto y por supuesto soy el primero en bajar. Le tiendo mi mano a Maya, quien la toma con una sonrisa y baja observando a su alrededor. Alex y Jennie bajan también, solo que separados y como si no supieran qué decirse para eliminar el silencio incómodo.
— ¿Vamos? —le pregunto a Maya, en un intento de indicarle a mi gemelo qué es lo que debería decir.
—Vamos —Maya ríe, enlazando su mano en mi brazo.
— ¿Vamos? —escucho la pregunta de Alex, (la cual suena como una orden), pero no evita que yo sonría.
Crazy de Gnarls Barkley es la canción que suena por los amplificadores de todo el gimnasio. El lugar está decorado con grandes serpentinas doradas y azules (las cuales están colgadas del techo). Hay una gran pista de baile con piso de cuadros blancos y negros y los colores vintage me hacen caer en cuenta de que el comité en serio se esforzó por seguir la temática de los años cincuenta. Todos los estudiantes se encuentran vestidos para la ocasión, incluso los profesores, algunos llevan trajes de cuadros y vestidos hasta más arriba del tobillo. Está increíble.
— ¿Ese no es Gael? —Maya señala a nuestro amigo, quien se encuentra bailando en el medio de los estudiantes con un silbato en la boca.
—Payaso —Alex murmura y observa con indiferencia a Jennie —. ¿Qué quieres hacer?
—Yo... —ella responde algo que no escucho. La música aumenta de volumen y la mano de Maya me arrastra hasta la zona de bebidas.
Ambos nos servimos un vaso de ponche de frutas y hablamos sobre lo horrible que es la época de exámenes. Ella se siente más presionada que de costumbre por estar estudiando y trabajando a la vez, pero a la vez dice que le encanta porque está tomando mucha más experiencia en el área que le interesa. Maya está estudiando comunicación audiovisual para llegar a cinematografía. Quiere ser directora de cine, es su sueño desde que la conozco.
— ¿Cómo te trata tu jefe? —ella se encoje de hombros.
—Es malhumorado y quiere que todos adivinemos lo que quiere, pero sabe lo que hace —toma un sorbo de ponche —. David lo odia, una vez lo escuchó gritarme y...
—Lo imagino —sonrío.
—Bueno, ya sabrás. Lauren no lo sabe, no me dejaría quedarme si se entera que me está tratando así. No me trata mal, pero a veces paga sus molestias con la más pendeja y adivina quién es... —suspira —. Les está costando dejarme ir.
— ¿A ellos? —Maya asiente —. Es entendible, eres su niña.
—Ya no soy una niña —pone los ojos en blanco —. Espero que viviendo sola, dejen de verme así. Ya es hora de que me dejen valerme por mí misma.
—Como digas, niña.
Ella me golpea y yo solo río, sintiendo mi sonrisa congelarse al ver entrar a Melanie Russell.
Yo sabía que vendría con él, estaba en los planes y me estuve preparando mentalmente para ello, pero eso no hace que sea más fácil o incluso menos doloroso. La punzada me hace dar los primeros pasos en su dirección, luego paro y me entretengo detallando su vestimenta. Está preciosa.
Marilyn Monroe, ése es su disfraz. Tiene el famoso vestido blanco, junto a unos tacones simples del mismo color y un peinado inspirado en ella. Está preciosa, por supuesto, lo único que daña su imagen es estar tomada del brazo de él. Ni siquiera le hace justicia, él solo hace que ella brille menos.
— ¿La irás a saludar o qué? —Maya se detiene a mi lado, mirándome con el ceño fruncido —. Si no fuera porque se comportan como hermanos, diría que te gusta. ¿Te gusta? —sus ojos me interrogan con descaro.
— ¿Qué? ¡No! Es Meli —finjo desagrado —. Solo que no me agrada él y tampoco quiero que se te acerque. Prefiero estar de lejos...
—Thomas, a mí me vale mierda William —su cara demuestra seriedad —. Ese imbécil no me provoca miedo, solo asco. Jamás me intimidó, solo me causaba repulsión. No pienses por un segundo que me siento intimidada o algo así, por mí que se muera cagando.
—Esa es la frase de Alex —ella sonríe y se encoje de hombros.
—Vamos, saluda a tu hermanita —sé que lo dice con sarcasmo, pero ignoro el tono y comienzo a caminar hacia Meli.
Pasamos en medio de los estudiantes, en busca del vestido blanco que lleva mi novia. Es mi novia, aunque les arda a la directora y a William. Él podrá estar a su lado, pero sabe que es por obligación y no por voluntad propia. Cuando todo esto salga a la luz, haremos pública nuestra relación también. Pase lo que pase, no permitiremos que alguien externo arruine lo que tenemos.
Observo la figura de la directora a la distancia. Es a ella a la que están buscando. Noto por la postura de Melanie que se encuentra bastante tensa, al igual que el agarre de William que no es para nada delicado, parece que la está arrastrando en vez de caminar a su lado.
—Maldita bruja —escucho el susurro de Maya. A ella jamás le agradó la directora y a ninguno de nosotros tampoco. Todavía aplaudo a Lauren por la arrastrada que le dio aquella vez.
Melanie y William fingen conversar con ella. Ambos sonríen y asienten cuando ella les habla animadamente, yo solo sonrío cuando su mirada se encuentra con la mía.
—Dame fuerzas para no partirle la cara —Maya aprieta mi mano, yo solo respiro hondo.
—Eso te iba a pedir yo a ti.
Ambos nos detenemos detrás de la parejita y yo me aprovecho de eso para rozar mi aliento en el cuello de Meli. Ella solo se endereza y finge no estremecerse por el tacto.
—Hola, Meli —la saludo en voz alta, sonriendo aún más cuando William me mira por encima del hombro —. Estás preciosa, ¿ya probaste el ponche de frutas? Está delicioso como tú.
— ¿Disculpa? —William se gira por completo, encontrándose con la mirada retadora de Maya.
—Dijo que el ponche de frutas está tan delicioso como ella, ¿acaso es mentira? —la ojiazul sonríe, viéndolo fijamente —. ¿Qué? ¿Acaso piensas que tu novia no es deliciosa?
—Él no debe pensar nada, esos comentarios están muy fuera de lugar —la directora habla, arreglando su vestido y aclarando su garganta —. Como les decía, espero que pasen una linda velada. Estaré aquí por si necesitan algo y Melanie... —se dirige a la rubia, cuando ella da un paso hacia atrás —... Ya sabes lo que debes hacer. No te conviene salirte de la línea. Disfruta la noche.
Claro que lo hará.
La rubia se gira por fin, dejándome apreciar su linda carita y sus hermosos labios rojos. Está preciosa y no fue un chiste o un comentario sarcástico. Se ve deliciosa.
—Te pareces a Noah de Diario de... —mi beso sobre su mejilla la hace callar. Dejo un par de ellos por toda su cara y me separo observándola fijamente a los ojos. Me encanta el delineado que tiene, además, huele demasiado bien. Me encanta su perfume y como está vestida —. Te ves genial —me halaga, intentando retroceder para no levantar sospechas, (lo que es difícil ya que la directora se encuentra viéndonos fijamente).
—Tú te ves perfecta —pongo uno de sus mechones platinados detrás de su oreja —. Lo único malo es tu novio —sus ojos se impregnan de tristeza, aún así veo una pequeña sonrisa.
—Me fue a buscar y... —respira hondo, negando lentamente —. Tiene pensado ir a un lugar antes de llevarme a mi casa —me mandíbula se tensa, al igual que mi cuerpo —... y no quiero ir con él, Thomas, tengo miedo.
No digo nada, solo observo con el odio más profundo a William, intentando aniquilarlo con la mirada. Nunca pensé en detestar tanto a alguien como lo detesto a él. Entiendo a la perfección a mi gemelo.
— ¿Qué quieres hacer, hermosa? ¿Quieres bailar? —William se acerca a nosotros, intentando disimular su expresión molesta.
Me pregunto qué le habrá dicho Maya.
—Quiero beber algo —Melanie me observa fijamente y luego se aparta, sonriéndole a él —. Iré a comprobar que el ponche de frutas no esté más delicioso que yo.
No sé quién de los dos sonríe más, solo sé que William la sigue con una expresión no muy alegre. Supongo que no le está gustando para nada los comentarios entre su nobia y yo. Y nobia con B, porque esa palabra es un error, como ellos.
Maya y yo no dudamos en ir a la pista de baile a hacer lo que se hace en ella. Le doy vueltas a la pelinegra y me muevo junto a ella al ritmo de Elvis Presley y Nina Simone. No dejo de vigilar a William y a Meli, pero me relajo con el hecho de que ella se salva sola, bailando junto a Jennie. Alex se encuentra muy serio al lado de la mesa de bebidas.
— ¿Ya probaste los aperitivos? Están riquísimos —Mili comienza a hablar con Maya, yo solo observo su vestido negro con detenimiento —. Los de pan son los que más me gustan.
—Iré a traer unos —me excuso, justo al segundo que Meli se acerca junto a Jennie a nosotros —. ¿Me acompañas? —le tiendo mi mano, ella solo observa con nerviosismo a su alrededor —. Vamos, solo iremos a buscar algo de comer.
La jalo de un modo que se vea forzado, ella solo finge retroceder y caminar incómoda. Luego de unos segundos, sonríe ampliamente y entrelaza nuestros dedos sin disimular ni un poco.
— ¿Y William? —Tomo algunos aperitivos y llevo algunos a su boca, ella solo come un par de fresas.
—Creo que debe estar molestísimo porque lo dejé tirado —ríe y me observa con ojos brillantes —. ¿Soy muy mala por desear que un auto lo atropelle? Lo detesto, no puedo creer que la directora sea aún más desagradable que él —bufa, tocando su cabello con elegancia y frustración.
— ¿Cuál es su propósito? Digo, entiendo que te quiera junto a su hijo porque eres perfecta, pero... ¿Por qué? ¿Es solo eso? Me parece una idea muy infantil... —la miro fijamente, a la espera de una explicación razonable.
—Imagen. La reputación de William quedó manchada cuando David puso la orden de restricción en su contra por lo de Maya. William tiene una mancha en su expediente y la directora quiere que la imagen que proyectemos borre todo eso. Su idea era que yo resolviera el conflicto entre la familia Crild y su hijo, pero solo lo agravó. Supongo que su plan se vio afectado, pero ahora no sé qué tiene en mente. El plan inicial de ella era que yo convirtiera a su hijo en un ángel ante los ojos de los demás, pero como no se pudo, ahora solo quiere que aparentemos un romance y... —noto como su cuerpo se estremece —. No lo sé, Thomas, cuando salimos el otro día estuve a punto de decir todo lo que estaba pasando. Me quiere tocar en cada oportunidad que tiene y si no es por mi mamá y su llamada, él hubiera aprovechado el tiempo para propasarse.
—Lo quiero matar —me acerco a ella, tomando su cara entre mis manos —. Te juro que estoy intentando calmarme, pero siento que en cualquier momento lo mataré a golpes —apoyo mi frente en la suya, cerrando los ojos —. Solo pídeme que lo haga, porque estoy a nada de mandar el plan al carajo...
—No quiero que nadie vea el vídeo, Thomas... —sus manos se detienen sobre las mías —. Me moriría de vergüenza y culpa, de solo imaginarme la cara de mi mamá... No podría soportarlo. Primero me muero.
Las voces y la música disminuyen al mismo tiempo, lo que provoca que nos separemos de golpe. Melanie observa todo el lugar confundida y yo igual, dándome cuenta que la atención no está dirigida a nosotros sino a las chicas que organizaron el baile de invierno. Al parecer ya anunciarán al rey y a la reina de invierno.
Observo a los estudiantes postulados, todos pasan al frente y como era de esperarse, las chicas son las más emocionadas. Melanie y yo reímos cuando Maykel se tropieza accidentalmente con Mili, tirándola al suelo. Todos ríen y los observan discutir acaloradamente, para luego ignorarse como si detestaran su existencia.
—Estamos muy emocionadas por anunciar a los nuevos rey y reina del baile de invierno. Como muchos sabrán, estos nos serán nuestros únicos reyes del último año, pero sí los únicos congelados. Sin más nada que agregar, nos sentimos muy emocionadas de presentar a nuestro guapísimo rey elegido por ustedes, este es... —el resonar de un tambor crea la "tensión", que se busca en el momento. Las organizadoras emiten un sonido de sorpresa y sueltan una risita mirándonos a todos con emoción, yo solo las observo a la espera de una respuesta —... ¡Wow! ¡Nos complace anunciar que el rey de invierno es...!
— ¡Ya digan! —alguien grita, los demás solo ríen.
— ¡Thomas Crild! —los aplausos resuenan por todo el lugar y observo con tristeza a Melanie cuando se aleja con pasos rápidos de mí. Es obvio, cuando los reflectores me buscan, lo mismo hacen las miradas y lo que menos nos conviene es que nos vean juntos.
Comienzo a caminar hacia el escenario no muy animado. Todos palmean mi espalda y aplauden, yo solo suspiro y subo las escaleras intentando elegir las palabras que quiero decir.
— ¡Felicidades, amigo! Sin duda muy merecido... —Bella, (quien es una de las organizadoras del baile), me observa extrañada cuando me niego a ponerme la corona —. ¿Pasa algo? —me mira preocupada, bajando la voz.
—Sí, lamento mucho no haberlo dicho antes, pero no deseo ser el rey —algunos estudiantes sueltan un jadeo de sorpresa —. Me gustaría cederle el puesto a alguien más, yo no quiero ser el rey de invierno. Lo siento.
No me molesto en escuchar sus palabras, solo bajo del escenario e ignoro las voces, caminando decididamente hasta la chica del vestido blanco. Ella ni siquiera me nota, sé que por su prisa se dirige al baño y es perfecto, porque nadie la está viendo a ella y a mí no me importa lo que digan los demás de mí. Que William y la directora se vayan a la mierda, ella y yo merecemos estar esta noche juntos.
— ¡Ay! ¡¿Qué...?! —ignoro sus quejidos y comienzo a caminar con prisa hacia la salida. Ella me sigue lo más rápido que sus tacones se lo permiten, no dice nada, solo camina con prisa, sin ponerse a pensar en las consecuencia de nuestros actos.
Afuera el aire frío nos golpea con fuerza, aún así, no dejamos de caminar, solo respiramos hondo y visualizamos la limusina que se encuentra bien estacionada. Adentro puedo ver a Jake utilizando el volante como si fuera una batería; debe estar escuchando música.
Lo compruebo cuando, al tocar con golpecitos el cristal, este retumba contra mis dedos. Tienes la música a todo volumen y eso me hace sonreír porque es gracioso. Es rara la confianza que hemos estado depositando en él, pero es lindo que ya se sienta en completa confianza con nosotros.
—Thomas, ¿pasó algo? —él baja el cristal y pausa la música enseguida, fingiendo que nadie vio su espectáculo personal —. ¿Dónde está Alex? ¿Alguno se siente mal? ¿Nos vamos?
—Sí, pero nosotros nada más —señalo a Meli y él nos observa confundido —. Se siente mal y me ofrecí a llevarla a su casa, ¿podemos irnos ya? —él asiente enseguida, bajándose para abrir la puerta y asegurar nuestro alrededor.
Melanie es la primera en entrar, no dice nada, solo se acomoda y finge que el jueguito entre sus dedos es lo más interesante que hay. Yo observo a Jake caminar apresurado hasta su puesto y no dudo en inclinarme cuando el auto comienza a moverse en retroceso.
—Jake, Meli se siente mal y creo que llorará —el hombre me observa por el retrovisor un poco preocupado —... Subiré la ventanilla de seguridad porque ella odia que la vean así, ¿vale? Si quieres pon música a todo volumen, creo que me contará los problemas que tiene en su casa —pongo mi cara más inocente y eso parece convencerlo, porque no duda en asentir, poniendo su música y subiendo él mismo la ventanilla entre el área del chofer y los asientos traseros.
Wildest Dreams de Taylor Swift es la canción que suena por los amplificadores cuando toco por fin los labios de Melanie.
Ella repetidas veces me murmura que las cámaras nos grabaron saliendo juntos, pero luego de unos minutos, pierde la razón y comienza a seguirme los besos, deslizando sus manos por mi pecho.
No la beso en un término sexual, pero sí muy desesperado porque teníamos demasiado tiempo sin hacerlo y juro que extrañaba la sensación. La extrañaba a ella completa. Esta mierda está acabando conmigo.
Mis labios bajan por su cuello, dejando pequeños besos en su piel y grandes besos por encima de su vestido. Sus suspiros me hacen saber que lo está disfrutando, al igual que yo disfruto mordisquear por encima de su vestido su perfecto abdomen y más abajo.
—Thomas... —su voz se vuelve un susurro, pero no respondo, solo sigo bajando, besando una de sus piernas e inclinando esta para subir más —. Ah... Thomas... —Ella intenta parar, pero sus jadeos no se lo permiten. Se encuentra nerviosa porque nunca habíamos hecho algo así. Nunca había tenido la oportunidad de tocarla de esta manera.
Sus ojos se encuentran con los míos y su boca suelta varios jadeos cuando bajo sus bragas y su pequeño short del color del vestido. No se queja y tampoco pone objeción, solo tiembla porque a pesar de estar asustada, sé que quiere hacerlo porque sabe que yo no haría nada en contra de su voluntad.
Agradezco que la música no permita que sus gemidos sean escuchados por alguien más que por mí. Solo yo la observo arquearse y sujetarse de los asientos y mi cabello, solo yo la veo temblar al llegar y solo yo soy consciente de cómo al terminar, se sienta sobre mí devolviéndome todo lo que yo ocasioné en su cuerpo. Y sí, confirmo que es completamente deliciosa.
Las calles pasan con rapidez a nuestros lados, pero ninguno se concentra en ellas. Solo vivimos nuestro pequeño momento que no pasará de una noche. Tendrá consecuencias, lo sé. Pero todo vale la pena cuando se trata de pasar un momento más así, juntos.
...
Si este capítulo no tiene más de 200 comentarios, me romperán el corazón </3
Espero que les haya gustado💖 Este fue uno de mis capítulos favoritos de #Thanie, pronto conocerán más detalles de algunas cosas que se dijeron aquí.
¿Qué opinan de William y la directora? Nunca hemos hablado directamente de ellos.
Por cierto, les di interacción #Matho #Thoya #Yamas... Olvídenlo, soy muy mala para los ships. En fin, les di interacción Maya x Thomas, quién diría que en algún momento muchas desearon que estuvieran juntos.
Con mucho amor y un beso en la boca.
—Nepasavoir.
Puto el que lo lea.
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