CAPÍTULO 18
Capítulo dedicado a @CarlsPz <3
La invitación.
Alex.
Siento varios toques en mi brazo derecho, aún así, me muevo fastidiado e intento seguir durmiendo.
Abrazo con más fuerza la almohada y hundo mi cara en ella, aspirando el perfume del jabón de baño y loción masculina. No pasa nada durante varios segundos, minutos u horas, lo que sí sé es que me siento tan cómodo que, durante todo ese tiempo, siento que estoy en el propio paraíso.
Un brazo me rodea con la misma confianza, yo solo acerco mi rostro, hundiéndolo en un hueco bastante tibio, ¿un cuello? No lo sé, lo que sé es que es muy suave y huele demasiado bien. La otra persona no dice nada, solo me abraza de la misma forma, acariciando mi cara con su mejilla.
De nuevo, siento toques en mi brazo derecho. Gruño y rodeo el cuerpo de la otra persona con mi pierna. ¿Por qué intentan despertarme? Qué fastidio. Odio a la gente.
—Alex, se les hará tarde para ir al instituto —distingo una voz femenina, aún así, solo murmuro un muérete cuando una luz invade la oscuridad de la habitación —. Cariño, son las cinco, ¿a qué hora piensan ir al instituto?
Gimo un poco y me cubro más con la sábana. ¿Quién mierda es instituto? Odio esta vida.
— ¿Instituto? —una voz masculina invade el silencioso momento. Jadeo y no dudo en protestar cuando se separan de mí como si quemara, ¿qué...? —. Y-yo... Solo estábamos durmiendo, hacía mucho frío —balbucean y callan. Durante varios segundos en los que desconozco mi existencia, intento recordar con quién mierda fue que dormí, pero al hacerlo, no dudo en separarme como un rayo de él. Como si quemara.
— ¿Qué hora es? —mi voz sale fría y bastante seria, lo que causa una reacción extraña en la expresión de mi mamá. Mi mamá. Me vio durmiendo con Niels y no es eso el problema; nos vio abrazados.
—Son las cinco y media, cielo. Al parecer el despertador sonó y ustedes no lo escucharon —ella nos mira el uno al otro, yo solo finjo tener ganas de orinar para encerrarme en el baño.
Mierda, espero que no piense nada raro. ¿Y si me dice algo, qué le digo? No estábamos haciendo nada malo, pero yo odio el contacto físico y ella lo sabe. Con el único con el que dormía así era con mi padre, ella o Thomas. Y era porque mi gemelo y yo teníamos la grandiosa idea de ver películas de terror en la noche y luego Thomas no podía dormir solo. Tenía que acompañarlo y me tenía que aguantar su bobería toda la noche.
No me gusta el contacto físico, pero me vio súper abrazado a Niels. A Niels. Dormí abrazado a él y... Lo dejé. ¿Me dejé tocar así? Yo... Creo que en serio me gusta. En serio estoy enamorado.
El agua fría calma un poco mis nervios. Mientras paso el jabón por mi cuerpo, puedo escuchar a una voz susurrándome "estás jodido". Y lo estoy. Nunca supe si de verdad sentía amor porque yo nunca me había enamorado. Al principio pensé que era un capricho, luego un interés romántico, luego una obsesión y ahora esto. ¿Y si él no siente lo mismo? Anoche en teoría no me dijo nada. No siente miedo, está claro, ¿pero qué siente? ¿Solo le gusto y ya? Porque sé que él no me gusta, lo que yo siento va más allá de una simple atracción.
Cepillo mis dientes, mirando mi cara de idiota frente al espejo. ¿Qué me pasa? ¿En qué momento comencé a sentir todo esto? ¿Ahora cómo se lo voy a decir? Anoche fui un completo imbécil, después de que le dije que me gustaba él se giró y se durmió enseguida. ¿No le gustó mi respuesta? ¿Esperaba más? Sé que sí, pero hice lo que pude. No estoy acostumbrado a mostrar mis sentimientos y mucho menos a confesarlos. No es fácil para mí esto, hace un mes me parecía imposible siquiera despertar abrazado a él.
Salgo del baño con una toalla rodeando mi cintura. Niels se encuentra organizando toda la habitación, lo que me sorprende porque cuando dormía con Thomas estaba acostumbrado a que él dejara su desorden y ya. La cama está tendida y todas nuestras cosas se encuentran arregladas. Incluso su uniforme, está sobre su bolso listo para que lo use después de ducharse.
—Gracias —murmuro, sin saber cómo actuar realmente —. Hay agua caliente, yo... Te esperaré allá abajo.
Espero con impaciencia su respuesta, pero todo lo que hace es asentir y encerrarse en el cuarto de baño. ¿Ahora qué tiene?
Si no me sintiera tan confundido y asombrado por la confirmación de mis sentimientos, diría que lo odio. Pero no, a él no lo puedo odiar.
Me visto con una lentitud deprimente. Mi imagen en el espejo confirma como me siento por dentro; patético.
Me enamoré solo. Y no solo eso, me enamoré de la persona más complicada de entender en este puto mundo. Niels Baasch es un dilema y yo estoy atado a ese dilema. ¿Cómo actuaré de ahora en adelante? ¿Qué se supone que somos? ¿Cómo se supone que convivamos? ¿Y si se da cuenta de que lo que siento es más fuerte y me deja? Ya no sé qué pensar, me siento ridículamente asustado.
Bajo la escalera con pasos inaudibles. Por primera vez no me provoca demostrar carácter, estoy completamente cagado por lo que me dirá mi madre y las preguntas que hará. Porque es obvio que hará preguntas.
La casa está impregnada con un olor dulce y muy conocido. Panqueques, frutas, tostadas, jugo y leche. Todo está perfectamente acomodado, justo como hace siempre para sorprender a los invitados. Mi mamá es muy hospitalaria y cariñosa.
— ¿Y Niels? —su pregunta me hace ahogarme con el jugo de naranja. Yo sabía, ahí está la primera.
—Se está alistando —respondo más tenso que nunca. Intento no sonar brusco, pero no lo logro. Odio no poder disimular y tratar así de seco a mi mamá.
— ¿Qué tal pasaron la noche? ¿Pudieron hacer el trabajo? —siento su mirada fija en mí, al igual que un intenso calor por todo el cuerpo.
Recuerdo los besos de Niels sobre mi cuello y siento como mi mirada se nubla. Luego recuerdo sus roces en mi abdomen y encima de mi bóxer, todo eso me hace removerme y aclarar mi garganta varias veces.
—No, no logramos terminarlo —respondo, metiendo una tostada a mi boca —. Intentaremos terminarlo más tarde.
—Oh, ¿acaso no era para hoy? ¿Cómo harán? —sus preguntas solo me hacen ponerme de todos los colores. ¿Por qué tiene que ser tan atenta? Sería más fácil si no tuviera una memoria tan privilegiada.
—Terminaremos en la primera clase, Niels hará una parte y yo la otra, luego las juntaremos —intento sonar convincente, aunque mi mirada esquiva la hace dudar de la validez.
—Entiendo.
Durante varios minutos, ninguno dice nada. Solo nos dedicamos a comer y solo giro al ver a Thomas ya vestido y listo para desayunar. ¿Cuándo llegó? ¿Se habrá quedado toda la madrugada con Meli? Ahora me cae mal él también. Pedazo de traidor. Él y Meli son unos completos falsos.
— ¿Cómo está Melanie, cariño? ¿Qué es lo que tiene? —mi mamá le pregunta, ignorante al hecho de que ella es la novia del acosador de Maya. ¿Acaso a todos se les olvidó quién es William? Juro que si veo a David hablándole, no podré controlarme más.
—Anemia, la atendió su padrino —por las ojeras de Thomas, deduzco que no durmió nada bien. Qué triste, yo sí pude dormir y más cómodo que nunca.
— ¿Ya se encuentra mejor? —mi madre vuelve a preguntar y él asiente, más enfocado en sus pensamientos que en otra cosa.
¿Ahora en qué piensa? Espero que esté flotando en la culpa de haber traicionado a alguien de nuestra familia. Melanie también es parte de la familia, pero después de lo que hizo ya no tiene el respeto (al menos no de mi parte).
—Oh, Niels. Pasa, cariño —mi madre lo invita a sentarse, yo solo noto que está a un paso de desmayarse de lo rojo que está. Supongo que aún no supera el hecho de que ella nos haya visto dormir juntos —. ¿Cómo amaneces? ¿Dormiste bien?
Lo observo fijamente, esperando que hable o que diga algo coherente. Él solo se ahoga con el jugo de naranja.
—Sí, dormí bien, gracias —pongo los ojos en blanco cuando me esquiva la mirada.
Mi madre solo lo observa divertida y él finge no notarlo, solo se atraganta con algunos panqueques con miel y chocolate y evita verme a la cara durante el tiempo que dura el desayuno.
El viaje en limusina es más tenso todavía. Mi mal humor es notado por todos, incluso por Jake, quien observa repetidas veces el retrovisor, como si estuviera esperando una escena entre Niels y yo o lo que sea. ¿Qué espera? A veces siento que sabe más de lo que me gustaría que supiera.
Thomas viaja a mi izquierda, Niels a mi derecha y, como si no fuera suficiente, ambos parecen sumergidos en sus pensamientos. Los tres tenemos audífonos, pero el único que no se encuentra escuchando música soy yo. Ni siquiera tengo ganas de escuchar música, ya no sé qué me pasa.
Recuerdo una y otra vez la invitación que mi madre le hizo a Niels antes de salir. Lo invitó a cenar hoy, con nosotros. Aunque estuve a punto de decirle que no, él prometió pedirle permiso al entrenador. Sé que una parte de él sabe que el entrenador dirá que no, pero la otra aún se encuentra nerviosa porque si le dice que sí, pasaremos una noche más juntos.
—Adiós, Jake. Gracias por traernos —Niels se despide y baja, lanzándome una mirada de advertencia a mí.
—Gracias —murmuro entre dientes, logrando que el chofer disimule una sonrisa.
Desde hace días me está jodiendo con eso. Me dice que sea más amable y esa mierda y para no hacerlo molestar, lo hago. Lo que me fastidia es ver las burlas que me hace Jake. No entiendo por qué, pero una parte de mí siente que sabe de nosotros y está viviendo en su propia telenovela. Es perturbador.
Comenzamos a caminar hacia la entrada. Thomas y Niels a mis lados y todos los estudiantes viéndonos con sorpresa. Está claro: ¿por qué Niels vino con nosotros? Nunca lo habíamos traído, (llevado sí), pero jamás traído y nunca nos habían visto con él en público. Nunca nos habían visto en público a Niels y a mí, todos pensaban que nos odiábamos.
En el instituto suelen haber muchos rumores, entre ellos que Niels me odia porque su padre me eligió a mí y no a él como el capitán del equipo. Otros dicen que yo siempre lo golpeaba, que por eso siempre tenía moretones en la cara. Cada rumor era más ridículo que el otro y cuando hablo de eso con él, a veces simplemente reímos. Yo sería incapaz de ponerle una mano encima. Cuando lo regañaba y le llamaba la atención, lo empujaba y lo acorralaba, —hasta le gritaba—, pero jamás lo llegué a golpear. No me gusta, con él no.
Las entradas y todas las carteleras están decoradas con avisos en color azul y detalles dorados. Todos los estudiantes susurran ansiosos y no es para menos; los avisos del baile de invierno crean una emoción difícil de ignorar hasta para mí. Es nuestro primer y único baile de invierno como estudiantes del último año.
"El próximo viernes, 03 de Diciembre, tendremos el honor de celebrar el anual y bellísimo Baile de Invierno.
Tenemos la dicha de organizar esta festividad en el gimnasio del Instituto Artois, con ayuda de los padres, representantes y nuestro eficiente comité estudiantil.
Quedan abiertas las votaciones para nuestro legítimo rey y reina de invierno. ¡Felicidades, chicos! Disfruten esta aventura y lleven sus mejores galas.
Temática: Celebridades en 1950".
Algunas estudiantes cuchichean cuando me detengo frente al cartel. Mis ojos leen cada palabra escrita y mi mirada se clava en los nombres seleccionados para los postulados. Frunzo el ceño enseguida, ¿qué hago yo ahí? Thomas se encuentra dos nombres encima del mío y de último, Niels.
¿Qué hace Niels ahí?
— ¡Hey! No puedes hacer eso —una chica del comité estudiantil intenta detenerme, aún así abre su boca indignada cuando tacho mi nombre al igual que el nombre del arquero de mi equipo. Thomas me da igual, él que vaya a comer mierda.
—Los jugadores no entran —hablo claro y fuerte, esperando que todos me escuchen —. El próximo que vuelva a postular a alguien de mi equipo, se verá en serios problemas.
Estamos demasiados llenos como para ponernos a pensar en esas tonterías. Además, en esta mierda nadie se va a postular con Niels. No lo permito.
Siento una mano rozar la mía, reconozco el tacto frío al instante. Lo miro a él esperando que se queje o diga algo más, pero solo aparta su mano y comienza a caminar lejos de mí, confundiéndome por completo.
La primera clase es entretenida y bastante rápida de entender. Aunque algunas veces me provoca participar y partirle el pupitre en la cabeza a uno de mis compañeros cuando responde exactamente lo que yo quiero responder, logro controlarme y terminar la clase en paz con mis compañeros. Educación y convivencia, es una de las pocas materias que me gustan. El profesor es muy amigable y siempre intenta que todos nos sintamos a gusto en su área.
Al salir de clases, voy a la cafetería por dos jugos de naranja y dos almuerzos completos para Niels y para mí. Es de las pocas veces que compartimos juntos, un día él y un día yo. Siempre nos encontramos para almorzar juntos en los vestidores.
Esquivo las miradas de mis compañeros y saludo a los chicos cuando alzan sus manos en busca de mi presencia. Todos fruncen el ceño y me miran extraños cuando los ignoro. Tengo tiempo sin sentarme y compartir con ellos, pero no me importa. Solo hay una persona con la que deseo estar en este momento.
Entro a los vestidores igual de sigiloso que siempre. Cargo con las bandejas y vigilo que no haya nada siguiéndome antes de entrar por completo al silencioso espacio. Lo único que escucho es la página de un libro al ser pasada, lo que me indica que Niels ya está aquí. Siempre que viene aquí, pasa su tiempo leyendo.
—Hey —saludo, liberándome de una de las bandejas (la dejo en los asientos), e inclinando mi cara hacia él.
—Pensé que no ibas a venir —su cara es de completa seriedad, como si quisiera decirme algo importante o algo así. Lo noto también por su beso, no es igual de suave que siempre. Está tenso.
— ¿Qué te pasa? —intento sonar suave, lo que es difícil porque en mi vocabulario no existe esa palabra.
—Nada —él me mantiene la mirada, dándole un mordisco a la manzana de su bandeja.
Termino de comer con una rapidez sorprendente. Ya no sé si es que en serio como rápido o es por la costumbre de comer mientras hablo con Niels. Por esa razón siempre tardamos más, solemos hablar, es lo que importa. Ahora él no me ha dicho más de diez palabras.
Tomo mi jugo, intentando tragarme mi rabia y orgullo con eso. No lo logro, por supuesto, pero aún así me remuevo una y otra vez sin saber cómo iniciar una invitación. No estoy preparado para ello, ya me había resignado a ir solo a todos los bailes (al menos que fuera con Maya), y ahora que estoy con él no sé qué hacer.
Conociéndolo, no iremos en público. Y sabiendo como es el entrenador, tendré que alejarme de él cada vez que quiera tocarlo o decirle algo raro.
Odio esta mierda, ¿por qué estoy sudando tanto? Malditos nervios.
—Alex... —su voz interrumpe el silencio. Lo miro fijamente esperando que diga algo y ladeo la cabeza cuando se torna de color Niels nivel dios —. Yo quería... Quería...
Unos pasos detrás de nosotros interrumpen la conversación. Ambos nos giramos con rapidez, viendo a mis amigos y a una chica en particular observándonos fijamente.
— ¿Qué? —pregunto más serio que nunca. ¿Por qué mierda tienen que dañar todo? Niels no me había hablado en todo el día y cuando lo intentó, tuvieron que interrumpirlo.
—Te estábamos buscando, hay una personita que quiere preguntarte algo —Gael sonríe, empujando a Jennie hacia donde estoy. Hago una mueca y observo a Niels, quien se encuentra aún más serio que esta mañana.
—Me lo dices después, tengo que ir a clases —la esquivo, tomando mi jugo de naranja y desapareciendo del lugar.
...
Niels, ¿quieres ir al baile? [X]
Niels, ¿quieres ir al baile conmigo? [X]
Vamos al baile. [X]
¿Puedo ir a baile contigo? [X]
Tacho todas las opciones que están escritas en el papel y lo arrugo lanzándolo hacia algún lugar de las gradas. Paso mis manos por mi cabello y enciendo un cigarrillo viendo sin ver a la distancia.
No sé cómo hacer esto. El romance no fue hecho para mí. Sirvo para cagarla y hacer el ridículo, pero no para esto. No puedo. No me sale bien.
Unos pasos detrás de mí me ponen alerta. Acostumbrado a que siempre venga a fastidiarme, me giro dispuesto a mandarla a comer mierda, pero me sorprendo al verlo a él. Parece dispuesto a decirme algo que aún desconozco.
—Alex, quería decirte que... —su lengua se enreda y frunzo el ceño cuando comienza a balbucear en un idioma inventado por su timidez —... Quería preguntarte sí... Quería pedirte que...
— ¿Estás bien? —intento acercarme, sujetándolo antes de que retroceda y se aleje de mí.
— ¡El entrenador te quiere en el campo! —Responde por fin, alzando la voz y sonando más como una orden de sus nervios.
¿A este qué bicho le picó?
—Vale, voy detrás de ti —apago el cigarrillo, botando el humo en su dirección y pisando la colilla con la punta de mi tenis.
Ambos caminamos en medio de los jugadores, miles de negativas vienen a mí y miles de dudas dominan mi cuerpo.
Niels no va a aceptar.
Niels no va a querer ir conmigo.
¿Por qué querría ir con un chico? Este es un baile para mujeres y hombres, siempre ha sido así.
No sería capaz de entrar conmigo. Ni siquiera bailaríamos juntos, lo sé.
¿Entonces por qué no dejo de caminar hacia él?
—Niels... —mis nervios crecen cuando él se gira, chocando, sin querer, con mi cuerpo —. ¿Quieres ir al baile con...?
Voces femeninas interrumpen el momento. Intento decirle antes de que se hagan más fuertes, pero no lo logro. Varios jugadores nos separan y empujan a Niels hacia el centro del grupo. Anna es la que está al frente, se encuentra bailando con las animadoras y todas están cantando unas rimas inventadas exclusivamente para el arquero. Ella lo está invitando al baile mediante una canción.
— ¡N -I -E -L -S! COME DANCE WITH ME! —Las otras animadoras hacen volteretas y aplauden al ritmo, yo solo siento deseos de vomitar — COME WITH ME! COME, COME, WITH ME!
Pongo los ojos en blanco y me alejo de ahí con paso rápido. Empujo a los jugadores atravesados y aprieto mis puños en busca de una salida.
Maldita Anna, ojalá se muera cagando.
Cierro la puerta de mi casillero con fuerza y golpeo una y otra vez este intentando apaciguar la rabia. Los gritos allá afuera me indican que él dijo que sí, lo que me hace gritar a mí pero de ira y odio.
Paso mis manos por mi cabello y vuelvo a golpear el casillero haciéndole abolladuras visibles y bastante grandes. Mis ojos arden tanto que duelen y mi garganta no se queda atrás, aún así no me permito hacer más el ridículo y me siento en una de las esquinas, calmando mi respiración.
Mis nudillos gotean, veo la sangre bajar por mis manos pero no hago nada, solo me quedo en silencio esperando despertar de esta pesadilla. Es por el entrenador, lo sé. Él lo hace porque es lo que su padre quiere que haga y eso me hace hervir la sangre.
Cuando Niels me contó sobre su hermano, me dijo que el entrenador no sabía absolutamente nada de lo que estaba pasando. El entrenador no sabe que es su hijo mayor quien golpea a su hijo menor, no sabe que lo hace porque le da asco que sea gay y desconoce por completo que su hijo es homosexual. El entrenador quiere que Niels tenga una novia porque una vez escuchó a Niall llamarlo maricón y no le gustó para nada ese insulto. Por eso está buscando a toda costa que su hijo mantenga una relación con una chica de clase alta, linda, inteligente y popular. Él quiere demostrarles a todos que tiene a la familia perfecta.
Pero se equivoca. Niels es perfecto. Tal vez no le gusta Anna ni ninguna chica, pero es perfecto así. Le gusto yo y él me gusta a mí. No hay nada de malo. Así nacimos y no hay ningún error en nosotros. Somos perfectos el uno para el otro.
Unos pasos femeninos me ponen alerta. Observo por toda la habitación y gruño al encontrarme con la mirada tímida de Jennie. ¿Ahora qué quiere? Pedazo de fastidiosa.
— ¿Se te perdió algo? —mi tono de voz la hace dudar y, por un momento, la veo retroceder un paso.
—Yo... —noto como bota el aire, intentando controlar su miedo —. Y-yo...
— ¡Ya díselo! —alguien le susurra, pero logro escucharlo.
—Yo quería... —sus ojos se llenan de lágrimas, como siempre pasa cuando está bajo mucha presión.
— ¿Quieres ir al baile de invierno conmigo? —pregunto, cansado de esperar que formule más de tres palabras. Ella parpadea sorprendida, dejando escapar varias lágrimas y retrocediendo hasta chocar con una pared.
— ¿Qué...? ¿T-tu...? —suspiro, levantándome en un movimiento.
Camino decidido hasta ella y pongo mis manos en sus hombros, notando que es mucho más bajita de lo que recordaba. ¿Qué? Tenía mucho sin hablar con ella y además casi no nos vemos. Siempre está por su lado y yo por el mío, algo me dice que se esconde de mí. O de todos.
— ¿Quieres ir al baile de invierno conmigo? —vuelvo a preguntar, escuchando los pasos de los jugadores invadir los vestidores. Incluso las animadoras, según escuché los rumores, Gaby tenía pensado pedirme de manera pública que la acompañara al baile.
—Yo... —Jennie mira hacia un lado y luego se enfoca en mí, poniéndose de color rojo.
— ¿Sí o no? —mi voz no es muy cariñosa que digamos, al contrario, siento que parece más una amenaza que otra cosa.
—Sí...
Su respuesta es todo lo que necesito, porque luego de eso, me giro esquivando la mirada del arquero, las animadoras y el resto del equipo.
...
Preguntitas:
¿A qué personaje quieren golpear?
¿A qué personaje quieren abrazar?
Prepárense, porque los capítulos que vienen serán 👽🔥 (Creo que haré un maratón de ellos dos).
Emojis representativos de la historia:
Alex y Thomas: 🖤🤍
Thomas y Melanie: 🌹
Alex y Niels: 👽
Con mucho amor y un beso en la boca.
—Nepasavoir.
En serio, decidan, ¿Aliens, Nielex o Aniels?
Puto el que no responda.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top