CAPÍTULO 11

Capítulo dedicado a @MilenaMendoza01 <3

"Sinceramente amo como puede llegar a ser Alex, y también noté que siempre dice "que hubieran hecho mis hermanos" por de alguna manera los admira y respeta ve a una persona grande es ellos y es muy lindo.
Aveces puede ser muy terco y tonto pero no le quita lo bueno, es simplemente Alex Crild."

La actuación.


Thomas.


—Aquí no los quiero.

Eso es todo lo que dice David cuando Miley termina de contarle los planes.

Tengo cuatro hermanos mayores. En orden serían como: David, Daniel, Taylor y Venus, (la única chica). Todos están casados y tienen sus respectivos hogares en los que disfrutan a su perfecta familia feliz.

La casa más grande de todas es la de mi hermano David, (el hombre más sobreprotector del mundo).

La razón por la que todos estamos tensos, es simple. La mamá de Melanie quiere presentar al novio de su hija. Quiere organizar una cena con toda la familia, (incluyendo a los Crild), y su loca idea no trae consigo el saber que el hijo de la directora acosaba a Maya.

Maya, la hija adoptiva de mi hermano David, quien es sumamente importante para él, está mucho más relajada que el mencionado. Ella no parece estar tan tensa con el asunto, (según lo que ha dejado ver, le da igual), pero a David no y los cargos que presentó en su contra no dejan mucho a la imaginación.

Cuando Maya estaba en el instituto, Alex tuvo serios enfrentamientos con ese tipo. Todo fue peleas y acosos constantes hasta que David se encargó de poner una orden de restricción. Fue un escándalo gigante en el instituto y, debido a la cifra misteriosa que pagó la directora a la prensa, todo eso no salió de ahí. Por esa razón la directora detesta tanto a mi apellido, a mi gemelo y a mi hermano mayor. Para ella, los Crild somos la peor plaga de todas.

En fin, como mencioné antes, la casa de David es la más grande de todas y Miley le estaba pidiendo autorización para hacer la cena ahí. Obviamente fue rechazada.

Todos estamos en silencio.

—David... Entiendo el conflicto que hubo, yo tampoco estoy de acuerdo, pero... —Miley intenta continuar, pero él alza una mano pidiendo silencio.

—El problema no son ustedes, saben que por mí cenaríamos juntos todos los días —noto como pasa sus manos por su cuello. Siempre que hace eso significa que está estresado —. Pero simplemente no puedo fingir demencia. Ese chico acosó a mi hija, ese chico la tocó sin su consentimiento y la agredió a ella y a mi hermano. ¿Qué hizo esa mujer? Exacto, nada. No es por ti, Miley, tampoco por tu hermana. Aunque me decepcionó mucho, no es con ella con quien tengo problemas, es con él. No puedo fingir que nada pasó, no pondré a mi hija bajo esa situación. No los quiero en mi casa, ni a esa mujer ni a él. No los quiero, simplemente no puedo ser tan hipócrita.

Nadie dice nada cuando sale de la habitación. No nos miramos los unos a los otros, solo observamos al suelo meditando sus palabras.

Lo apoyo. Las razones son muy obvias y realmente solo estaba aquí para saludar a Miley y a Taylor, (llegaron hoy).

—Yo... —Maya intenta eliminar la tensión y hace un silencio, pensando sus palabras —... Hablaré con él, ¿sí? Siento todo esto, haré lo que pueda —deja de balbucear yéndose por el mismo camino del mayor.

Lauren se va detrás de ellos y todos los demás intercambiamos palabras sobre lo razonable que están siendo.

Mi vista viaja desde Miley a Taylor y no puedo evitar recorrerlos más de lo permitido. Es simple, hay muchas cosas sorprendentes:

1. Taylor es rubio.

2. Miley es pelinegra.

3. Ambos se hicieron un tatuaje.

—Estás loca —Miley sonríe cuando las palabras salen de mí.

—Pero me veo linda, ¿verdad? —asiento sin dudarlo. Por supuesto que se ve preciosa, pero es muy extraño verla así y seguirle diciendo rubia.

—Yo también me veo lindo, ¿verdad? —Taylor se sienta en el otro sofá y yo ruedo los ojos. No lo voy a admitir, pero sí, al idiota le queda bien todo lo que se pone.

Las risas de unos bebés eliminan el silencio de la sala. Observo por la puerta de cristal que da hacia el patio y no puedo evitar sonreír al ver a Alex jugar con los mellizos. Alisa y Adrien con flotadores, Alex supervisando su seguridad. Todos están en la piscina y en este momento no se nota mucho el mal humor que ha tenido mi hermano toda la semana.

Desde el miércoles, él se convirtió en un huracán arrasando con todo a su paso. No entiendo a qué viene su molestia, pero desde que llegó empapado y golpeado la otra vez, nadie ha sabido explicar su mal comportamiento.

En fin, es un contraste increíble con el Alex de ahora. Se encuentra riendo junto a los mellizos Crild y los bebés parecen disfrutar esta versión de su tío. No dudan en abrazarlo y chapotear el agua con sus manos y pies.

Maya vuelve a la sala y, por su expresión, sé que no viene a decir nada bueno.

La respuesta es predecible: No. Por parte de David y Lauren, en su casa no son bienvenidas esas personas y realmente no hay nada que juzgar. Lo esperaba de David y con Lauren apoyándolo, pues no hay otra opción. Se trata de Maya, ellos son extremadamente sobreprotectores con ella y por si fuera poco, Lauren no tiene buenos recuerdos con la directora. La última vez que se vieron, mi cuñada casi la arrastra por todos los pasillos del instituto.

—Bien, lo intentamos —Taylor pasa su brazo por encima de los hombros de Miley. La rubia pelinegra solo suspira y asiente, entendiendo la situación.

Es su hermana y ella quería que todos le demostráramos apoyo a su nueva relación, pero ella misma presenció uno de los enfrentamientos que William y Alex tuvieron. Ella misma presenció la ira de mi gemelo y la furia de Maya. Sé que quiere lo mejor para Meli, pero nadie aquí está dispuesto a minimizar las agresiones hacia dos de los nuestros y entre nosotros nos respetamos.

— ¡Alex! Nos vamos, ¿te quedarás aquí o te vienes con nosotros? —Miley le grita a mi gemelo y por la manera en la que señala la piscina, suponemos que se quedará.

— ¿Y las nenas? —le pregunto a los chicos una vez que entramos al audiR8. Es el auto de Taylor y por más que le he pedido que me lo regale, su respuesta siempre termina siendo no.

—Están con mi mamá, ella y Meli fueron las que nos recogieron en el aeropuerto —sé que Miley nota mi cambio de ánimo, por lo que agradezco que no pregunte ni comente nada al respecto.

Obviamente me afecta todo lo que tiene que ver con su hermana. La quiero a ella y sinceramente le tengo aprecio a la familia Russell, (a Sebas, a Phoenix, al papá de Meli), pero ella en específico siempre me provoca dolor de cabeza. Desde la otra noche que hablé con Venus, decidí no darme mala vida por nadie más. Ignorarla durante toda esta semana se volvió mi meta y la cumplí.

Melanie algunas veces pareció confundida, más cuando en vez de comer en el comedor con todos los chicos como siempre hago, decidí comer con las chicas de mi clase de francés. Estuvo durante todo el almuerzo observando en mi dirección, pareciendo frustrada por mi comportamiento. Yo solo me sentí más falso que nunca.

Lo más extraño que pasó fue que ayer, (viernes), después de ir al baño e intentar caminar hasta mi casillero, ella se me pegó a un lado intentando buscarme conversación. Lo que le dije tal vez vino del rencor y la molestia, pero hasta el día de hoy no me arrepiento. Fui brusco, pero justo y bastante diplomático.

—Ya llegamos, enano —Taylor me avisa y yo alzo la mirada notando que sí, ya llegamos a mi casa.

—Enano te vas a quedar tú, ya me faltan unos centímetros para superarte —él sonríe y ladea a cabeza.

Realmente sí, Taylor mide un metro noventa, yo ya voy por un metro ochenta y cinco y en un abrir de ojos lo superaré. Todos mis hermanos son altos, a excepción de Venus que parece un minion, (fue la única que sacó la estatura de mi mamá).

—Oye, ¿mamá está ahí? Tal vez podríamos hacer la cena aquí —su comentario me saca por completo de mis pensamientos.

¿Aquí? ¿En mi casa? ¿Melanie y ese maldito aquí de nuevo? Lo siento, pero no.

...

—Bueno, si Maya y Alex no tienen ningún problema, claro que pueden hacer la cena aquí —mi mandíbula cae al suelo, al igual que la mata seca que mi mamá arranca del jardín.

— ¡¿En serio?! ¡Muchas gracias, Lena! —Miley la abraza y ella sonríe correspondiéndola como puede. Sus guantes llenos de tierra no le permiten ser muy expresiva.

—No es nada, Melanie es una chica encantadora —suspira sacudiendo la arena de su ropa de jardinería.

—Lena, te prometo que evitaré cualquier tipo de conflictos. Yo no estoy de acuerdo con este... Chico, pero es mi hermanita y ella necesita todo mi apoyo —ruedo los ojos. Ahora sí le va a dar su apoyo —. Mira, él no me gusta para nada, pero por primera vez mi mamá la está apoyando en una decisión y yo no quiero intervenir en eso. Si a Melanie la hace feliz... Me tocará aceptarlo.

Comienzo a caminar lejos de ahí, de ellos.

Nunca en mi vida me había sentido tan hipócrita, lo juro. Nunca en mi vida nada me había parecido tan falso. Nunca había fingido un mejor papel que este.

Sí, ésta definitivamente es mi mejor prueba actoral. Si logro sobrevivir a esto, podré con todo. Si logro aguantar los celos, la decepción, las malas miradas y el sarcasmo durante la cena, seré el mejor en lo que hago.

Debo actuar.

...

— ¿Esto es necesario? —Alex grita desde el comedor, señalando las copas de cristal. Su cara demuestra lo muy emocionado que está con esto y hasta a mí me contagia. En este momento entiendo su odio por las personas.

— ¡Sí! —mi mamá responde desde la cocina, terminando de preparar su famoso asado.

Arreglamos la casa, está de punta en blanco y sin duda el comedor luce increíble. Hay sillas para todos, (a excepción de Lauren, David y Maya quienes decidieron no asistir), y sin duda nos botamos con la decoración. Al menos mi mamá, Miley y Taylor. Alex y yo solo colaboramos con lo necesario.

No me siento bien, sin duda solo quiero encerrarme en mi habitación a dormir, pero si no quiero levantar sospechas y crear drama innecesario, mi mejor arma será demostrar nada. Fingir demencia, comportarme como Alex. Claro, (un poco menos odioso), pero en fin, ser como se supone debería ser si Meli y yo nunca hubiéramos tenido nada. Como si nuestra relación nunca hubiera existido.

—Llegarán en una hora, ustedes dos vayan a arreglase, yo me encargo de esto —Taylor ordena y Alex y yo obedecemos, subiendo a nuestras habitaciones.

Como se supone es una cena "formal", después de tomar otra ducha decido vestirme acorde a la ocasión. Camisa manga larga color blanco, pantalones negros y zapatos del color de mi camisa. Busco mi reloj de oro y me lo pongo observando mi imagen. Todo esto me da asco.

Termino de peinarme y me echo perfume buscando con la mirada mi cadena y anillos sobre mi peinadora. Algo que Alex y yo tenemos en común es eso, a ambos siempre nos gusta vernos bien.

Cierro la puerta justo cuando mi gemelo hace lo mismo. Ambos nos lanzamos una mirada analítica y nos ignoramos bajando las escaleras. Está vestido casi igual que yo, solo que sus zapatos y camisa abotonada son de color negro.

Abajo todo luce y huele delicioso. Los invitados aún no llegan, todo eso me hace relajarme solo un poco. Miley y Taylor caminan de un lado a otro organizando todo y mi mamá parece encantada con los resultados de la comida. Ella realmente no sabe todo lo que pasó entre Alex y William, lo único de lo que parece estar enterada es que Alex defendió un par de veces a la mayor. Mi mamá no sabe que el novio de Meli golpeó varias veces a uno de sus bebés.

—Esa es Venus, le pedí que comprara botellas de repuesto —Taylor le abre la puerta a nuestra hermana y al segundo somos recibidos con los grititos y llanto de Minive. Seguramente el portabebés fue su tortura durante el viaje.

—Alex, te la regalo —la bebé deja de llorar cuando mi hermano la carga —. Compré estas en el supermercado, esa gente no merece exclusividad —se dirige a Taylor, entregándole las tres botellas de vino barato.

Ni Miley ni nadie dicen nada. Todos saben que es verdad y todos están al tanto del descontento familiar. Venus apoya a Meli, pero comparte el odio que le tienen Lauren y David a la familia Obregon.

Dania, Daniel y Dael llegan minutos después. Todos nos sentamos en la sala a hablar, (incluso Alex, quien parece estar muy entretenido con los balbuceos de Freya), es tanta la paz que por un momento se me olvida por qué estamos reunidos. Todo vuelve a mí cuando tocan el timbre.

La tensión surge de nuevo cuando seguidos de Phoebe (la mamá de Miley), entran Melanie, la directora y William.

—Buenas noches —la mujer sonríe, tan perversa como siempre.

—Eran buenas —Alex no se calla, más bien sonríe cuando mi mamá le lanza una mirada de advertencia.

—Buenas noches, bienvenidos —la hospitalidad de mi progenitora sale a flote.

No es muy extraño que sea tan encantadora. Lena Crild posee ese carisma y ternura que hace que absolutamente todos la amen. Es imposible odiar a mi mami, ella es como el prototipo de humana perfecta dispuesta a ayudar a todos.

— ¡Wow! Qué casa tan bonita —la directora vuelve a hablar, siguiéndole el hilo a mi madre.

Se siente raro. No es solo la razón por la que se encuentra aquí, sino que nunca me imaginé que ella estaría en mi casa. Siempre la he visto como una persona lejana y que en este momento esté conversando amigablemente con mi madre, me crea una sensación extraña.

— ¿Y las bebés? —Miley frunce el ceño. Se supone que las niñas estaban con su abuela, así que esperaba que las trajeran.

—Se quedaron dormidas después de jugar y comer, pensé que sería mejor dejarlas descansar, están con su niñera —Phoebe se explica rápido, relajando de inmediato a Miley y a Taylor.

Gianna y Grace estuvieron todo este tiempo con su abuela. Miley y Taylor al estar en su luna de miel, necesitaban un tiempo a solas y Phoebe no dudó en ofrecerse como voluntaria. Por esa razón ya está tan familiarizada con el cuidado de sus nietas, por esa razón tal vez Miley y Taylor se encuentran más calmados. Ellos saben que con su abuela a las niñas jamás les pasaría nada.

—Hola —finjo demencia al escuchar la voz de Melanie. Ya saludó a todos, quedé yo de último y por supuesto que ella no pudo ignorar mi existencia.

¿En serio tenía que hacerlo? Estaba mejor actuando como un ser invisible.

William se presenta con los demás, Taylor no le da la mano, solo asiente con la cabeza continuando su conversación con Daniel. Este último sí se presenta, aunque un poco serio al igual que Dania, ella solo finge una pequeña sonrisa que no le llega a los ojos.

—Thomas... ¿No me vas a saludar? —Melanie vuelve a hablar en voz baja.

Enfoco mi mirada en mi teléfono y finjo que es lo más interesante del mundo. Solo quiero que se vaya, solo quiero que me deje solo, ¿por qué no me puede dejar solo?

—No, porque él no es tan falso como tú. Deja de fastidiar —Alex pasa por el medio de ambos, alejándola de mí apropósito y fingiendo estar concentrado en la bebé.

¿Entendí mal o él me defendió?

¿Su hermandad solo funciona cuando tiene que ser odioso?

Vale. Sin duda este día está siendo muy raro.

—Thomas... —ignoro la voz de la rubia y sigo el mismo camino que tomó mi gemelo.

De algo tiene que servir tener un hermano tan pedante, es perfecto para evadir a las personas.

—Gracias por eso —espero paciente su respuesta, aún así recibo una reverenda ignorada.

De igual manera, sonrío.

...

—Bueno, William, ¿y qué carrera estás estudiando? —Miley observa atentamente a su cuñado, el imbécil toma un sorbo de vino antes de contestar.

—Arquitectura, pienso crear cosas grandiosas en un futuro —mi mirada viaja hasta donde detiene su mano: en la cara de Meli. Está tocando su mejilla mientras le sonríe como un idiota.

¿Lo peor? Ella también le sonríe.

—Espero que también te sirva para crearte una personalidad —Alex no se molesta en devolverle la mala mirada a la directora, solo se toma lo que queda de su vino.

— ¡Bueno! —mi mamá une sus manos, intentando calmar la tensión —. ¿Quién quiere postre? Hice pastel de manzana.

—Te acompaño —la directora camina detrás de ella.

Los demás continúan hablando con William. Una que otra vez él pone su mano en los hombros de Meli y toca más de la cuenta su cuerpo, eso parece molestar horriblemente a Miley. Desde mi asiento puedo oler sus celos de hermana mayor.

— ¿Cómo se conocieron ustedes dos? —Dania se anima a preguntar, en un intento de distraer a la rubia pelinegra.

—Nosotros...

—Melanie es la editora del periódico escolar —William habla, interrumpiendo bruscamente a Meli —. Yo lo era antes, yo le enseñé todo lo que sabe, ¿verdad, preciosa? —frunzo el ceño. Eso es mentira.

Si bien William editó durante dos años el periódico, Melanie llegó allí por sus propios méritos. Ella trabajó mucho por mejorar, se dedicó mucho a leer artículos de otros famosos autores para mejorar los suyos y se esforzó demasiado para que todos los estudiantes se sintieran a gusto con la información dada. Melanie es la mejor editora del periódico escolar, pero no es gracias a William. Ese mérito le queda muy grande a él.

—Sí —la respuesta de la menor solo me hace confundirme el triple. ¿Qué carajos? ¿Desde cuándo Melanie piensa así? ¿Pensó así todo este tiempo y no me di cuenta?

¿Qué mierda? Es como si Maya se acreditara todo el trabajo de Maykel.

Maya fue la fotógrafa oficial del periódico escolar por un año, (aparte del fútbol, eso la ayudó muchísimo a subir su promedio), ella le enseñó todo lo que sabía y él mejoró muchísimo más desde que quedó como el encargado. Una cosa no tiene que ver con la otra, ellos no le deben sus logros a nadie.

—Wow, eso es... Genial —Dania nota mi frustración, porque me observa por encima de su copa, sin decir nada.

—Nos tratamos durante todo ese tiempo, Melanie siempre fue muy linda, siempre me gustó —vuelve a tocar el cabello de la rubia, provocando un carraspeo por parte de la hermana mayor.

—Claro, por eso es que vivías acosando a Maya —Alex pone los ojos en blanco, William solo lo ignora.

—... Pero nunca coincidimos perfectamente hasta hace un mes, cuando la ayudé a escribir un artículo que se le estaba complicando mucho —Melanie se remueve cuando él vuelve a tocar su cabello, se nota que le incomoda ser vista en esa situación con su hermana y madre enfrente —. Fue el destino —la mirada de Meli se encuentra con la mía, justo cuando él deja un beso muy cerca de sus labios.

— ¡Vale, ya! —Miley se levanta de golpe, recibiendo miradas sorprendidas por parte de todos —... Ehm... —su cara se torna roja, al notar que se dejó dominar por la ira —... Quiero decir... Melanie, ¿te gustaría venir un momento conmigo? Tengo que preguntarte algo sobre las niñas.

La menor parece encantada, porque no duda en levantarse siguiéndola con una rapidez sorprendente.

Mi madre y la directora llegan con el postre. Por la expresión de la directora, creo que algo malo pasó en la cocina. Ambas están completamente serias, como si hubieran tenido una discusión allá adentro.

Oh, carajos, ¿y si mi mamá le comentó algo a la directora? ¿Y si la directora le dijo algo a mi mamá? Cualquier cosa, culparé a Alex.

—Comemos y nos vamos, hijo. Mañana tenemos muchas cosas importantes que hacer —William nota la tensión y seriedad de su mamá, aún así, asiente, como entendiendo la situación.

Miley y Melanie entran poco tiempo después, por los ojos vidriosos de la más pequeña, algo me dice que estuvo llorando o a punto de llorar. Miley simplemente tiene la mirada fija en William. Algo me dice que a ella tampoco le agrada el novio de su hermana.

—Bien, comamos postre —Daniel sonríe, intentando animar el pesado ambiente.

Lo único que se escucha son los cubiertos chocando contra los platos. Una que otra vez alguien comenta sobre lo delicioso que está, lejos de eso, siento que la incomodidad terminará matando a alguien de un infarto.

—Yo... —Meli se levanta y nos observa a todos, deteniendo su mirada en mí —. Voy al baño, ya vuelvo.

Pierdo a la rubia de vista cuando sale del comedor y vuelvo a centrar mi mirada en el que supone es su novio. Por alguna razón, él me está mirando raro a mí.

— ¿Se te perdió algo? —alzo una ceja.

—La inteligencia —Alex completa, ocasionando una mirada asesina por parte de la directora.

—Quisieran ustedes ser tan inteligentes como mi hijo —su comentario no solo me hace reír a mí, sino a todos.

—Claro, por supuesto —asiento —. Disculpe la ofensa, señora directora. Se me había olvidado que su hijo tuvo las mejores calificaciones del instituto.

—Compradas —tose Alex, provocando otro par de carcajadas silenciosas.

— ¡No se los permito! —la cara de la mujer se pone roja, pero no más que la de William.

—Mamá, tranquila, ellos solo están bromeando —su sonrisa falsa oculta sus profundos deseos de asesinarnos.

—Tiene razón, directora. Solo bromeamos —finjo inocencia y tomo un trago de vino.

—Ehm... ¿En dónde se encuentra David? Tenía informado que se presentarían todos los hermanos... —Phoebe por primera vez en la noche, habla.

Una de las razones por las cuales la mamá de Melanie aceptó la relación de su hija, fue por su ignorancia al desconocer el pasado de su yerno. Ella no sabe absolutamente nada de lo que hizo William, por esa razón su mirada de confusión al comportamiento entre Alex, él y yo. Desconoce por completo las razones de nuestro odio.

—Tenía otros compromisos pendientes con Maya y Lauren, los tres están en una inauguración —Miley responde en automático, como si ya hubiera tenido preparada esa excusa.

—Oh, ya veo —Phoebe parece complacida, aún así, observa con atención la expresión irritada de la directora y su hijo.

— ¿Dónde está Meli? —comenta Venus al entrar al comedor. Ella se encontraba durmiendo a la bebé, por esa razón no participó en las burlas familiares.

—Tienes razón, se está tardando mucho —Miley se levanta, pero se vuelve a sentar cuando yo anuncio que iré a buscarla.

En realidad no iré a buscarla, es una excusa para encerrarme en mi habitación por el resto de la noche.

—Melanie, todos estás preguntando por ti, apresúrate —informo a la puerta del baño.

Cama. Cama. Cama.

Todo lo que quiero es tocar mi maldita cama.

Me quito los anillos a medida que subo, al abrir la puerta, ya los tengo todos en mi mano izquierda y al alzar la mirada, ya mi reloj está afuera y mi camisa medio desabotonada.

— ¿Qué haces? —no sé quién se sorprende más, si la rubia o yo.

La observo con confusión porque:

1. Está acostada en mi cama.

2. Está abrazada a mi almohada.

3. Está llorando.

—Todos están preguntando por ti —frunzo el ceño. No sé qué me tiene más impactado, creo que todo.

Melanie definitivamente no es normal.

—Lo siento, estoy cansada —ella se levanta en un movimiento.

Espero pacientemente mientras se pone los tacones y me apoyo en una pared observando su cuerpo inclinado.

Tiene una falda negra, acompañada de un top blanco de mangas semi-transparentes y un floreado en la parte del escote. Sus tacones también son de color blanco, solo que con cintas complicadas que se cruzan por sus piernas hasta casi llegar a sus rodillas.

Se ve preciosa, no lo niego, aún así no lo hace menos doloroso. Verla solo hace que mi actuación empeore más.

—Siento esto... —ella señala su rostro y luego mi cama. Tiene un poco de rímel regado pero aún así luce bonita, siempre me ha gustado como se ve al maquillarse.

—No te preocupes, ¿es todo? Quiero estar solo —le pido, verdaderamente cansado.

No físicamente, físicamente me siento normal. Hablo de mental. Lo único que puede hacer que todo el lío emocional disminuya es una siesta. No soporto más ver a Melanie, en serio necesito estar solo.

—Thomas, yo... Lo siento —ella no se va, aún así siento un poco más de alivio —. Yo no quería esto, ni siquiera sé cómo empezó, solo fue algo que planearon sin consultarme y no pude hacer nada. En serio lo siento, no quería provocarte todo esto... —observo sus labios rojos moverse al pronunciar cada palabra y relamo los míos.

Ella en serio no sabe el efecto que tiene sobre mí.

—Ven un momento —pido, recibiendo una mirada de absoluta sorpresa al instante.

Espero paciente a que camine hasta mí y cuando ya la tengo a diez centímetros, subo mis manos a su cara limpiando rímel corrido.

Paso mis dedos pulgares por las zonas afectadas e ignoro su mirada centrándola en mi trabajo. Si la miro a los ojos no podré fingir más y no me puedo permitir eso. Ya no quiero seguir siendo utilizado de esa manera, no lo merezco.

—Listo —suspiro, sin despegar mis dedos de sus mejillas.

—Gracias, Thom —ella aprieta el suéter que tiene en su mano y me abraza sin pensarlo dos veces.

Me quedo estático asimilando el momento. No digo nada, solo asimilo que sus brazos están alrededor de mi torso, que su mejilla está apoyada en mi pecho y que su cuerpo está extremadamente cerca del mío.

Apoyo mis manos en su espalda y lentamente correspondo su abrazo. Mis labios rozan su coronilla y no pierdo tiempo para oler su cabello que luce tan bien como siempre. Mi abrazo toma más fuerza con el tiempo, sin llegar a ser agresivo. Solo se lo devuelvo con la misma necesidad y ambos nos quedamos inmóviles sin dejar de tocarnos un solo momento.

Mi abrazo termina por alzarla, ella no dice nada, solo jadea y se separa ligeramente observándome más cerca de lo permitido. Rozo su mejilla con mis labios y ella hace lo mismo, solo que cruzando sus brazos en mi cuello.

—Thomas... —su susurro solo termina de erizar mi piel.

Me separo un poco más y rozo nuestras narices apropósito. Lentamente apoyo mi frente con la suya y cierro los ojos procesando el momento. El toque. El encuentro.

¿Si la beso me arrepentiré? ¿No me arrepentiré más si no lo hago?

Recuerda lo que te hizo, Thomas, no te merece...

¿Entonces por qué es tan difícil dejarla ir? Yo no quiero dejarla ir, no quiero que se vaya.

No quiero que me deje y mucho menos por otro. William ni siquiera vale la pena... Y yo sé que ella me quiere a mí, lo sé.

Acerco mi cara lo suficiente para apoderarme de sus labios, pero algo parecido a la vergüenza y desilusión me invaden cuando ella se separa empujándome con una fuerza repentina.

—Vaya, vaya, si aquí estás... —La voz de William interrumpe el momento. Giro mi cara hacia la puerta, dándome cuenta que la dejé abierta y que desde hace no mucho él llegó hasta la entrada.

¿Vio lo que estábamos haciendo su novia y yo? ¿Por eso me separó Melanie? ¿Me vio a punto de besarla?

—Sí, Thomas me estaba contando lo que ocurrió allá abajo —Meli sonríe y camina hasta su novio como si nada hubiera pasado.

Siempre lo dije, ella es muy buena para ocultar y fingir sentimientos. Incluso es mejor que yo.

—Lamento eso, no quería que se llevaran mal entre ustedes —William pasa su brazo por la cintura de Meli, mientras ella continúa fingiendo que entre nosotros no ocurrió nada —. ¿Ya nos vamos? Thomas me dijo que me estaban buscando.

—Sí, justo vine por ti —él sonríe, cayendo por completo en la mentira y creyéndole a la cara más inocente del mundo —. ¿De qué más hablaron? Tardaron mucho.

—Thomas me estaba interrogando, ya ves que me trata como a una hermana pequeña —la mirada de Meli se encuentra con la mía —. Quería saber si me sentía cómoda en nuestra relación, que cómo me tratabas y así...

— ¿Y qué le dijiste? —al parecer el tema le interesa, porque no duda en apoyarse en el marco, esperando respuestas.

—Obvio le dije que sí, que me tratas bien y todo eso...

— ¿Qué más le preguntaste, Thomas? —la mirada del chico se detiene sobre mí. Al parecer le interesa escucharlas de mi parte.

—Le pregunté qué era lo que más le gustaba de ti —mi mirada se enfoca en Meli, quien ya no parece tan cómoda como antes —. Me respondió que le gustaba todo. Y me dijo que le gustaba aún más la manera en la que encajaban. Son el uno para el otro —las últimas palabras las digo con rencor y odio en su máximo esplendor.

No entiendo en qué momento me creí el papel de niña buena. Soy un imbécil.

— ¿En serio? —Al parecer William se cree el cuento por completo, porque sonríe más complacido que nunca —. A mí lo que más me gusta de ella es su belleza, sus labios y su cabello —sus manos viajan por el largo cabello de Melanie, enredando sus dedos en él —. Sobre todo su cabello.

Melanie no parece nada cómoda, aún así le sonríe y me observa esperando respuesta.

Yo lo único que quiero es llorar.

—Bueno, supongo que ya se tienen que ir, ¿no? —camino hasta la mesilla, metiendo mis manos en mis bolsillos y sacando los anillos y reloj de ellos —. Yo me iré a dormir, estoy muerto.

Por suerte Meli entiende la indirecta, porque enseguida jala a William hacia afuera poniendo como excusa no querer hacer esperar más a los demás.

Antes de cerrar la puerta, ella se gira una última vez. No sé qué me dice su mirada, si lo siento o auxilio. Lo que sí sé es que no le creo nada porque ya mi confianza en ella se desmoronó.

No le puedo creer a la chica que se le hace tan fácil mentir y sobre todo jugar tan fácil con los demás.

No lo merezco, no me merece.

Melanie jamás mereció un segundo en mi vida.

...

¡Holis! Siento la demora, como disculpas, hoy publicaré el otro capítulo de Alex.

¿QUÉ OPINAN DE MELANIE? 

Hay muchas lectoras que la detestan, pero me pregunto si se han puesto a analizar las razones de su comportamiento. En esta historia todos los personajes tienen un trasfondo.

En fin, espero que les haya gustado <3

Con mucho amor y un beso en la boca. 

—Nepasavoir. 

















Puto el que lo lea. 

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