capítulo uno.
En la habitación solamente se escuchaban los gemidos llenos de placer de una omega, el alfa de cabello gris aunque disfrutaba, sentía que no era del todo satisfactorio y eso le molestaba bastante. Un par de empujes más y la omega tuvo su orgasmo, unos cuantos más y el alfa también tuvo su orgasmo.
No había anudado a la omega, más que nada porque no deseaba crear un pequeño lazo con ella, no la conocía después de todo. Pero le pareció bastante frustrante que tras ese orgasmo, la omega cayera en la cama y quedara, prácticamente, rendida.
Nadie tenía su resistencia, por más omegas que haya conocido, nadie le había podido hacer frente en cuanto a resistencia. Después de unos cuantos orgasmos caían rendidos y el alfa, simplemente tenía que aceptar aquello aunque no le agradara.
Entendía que a él le costaba bastante llegar al orgasmo, mucho más cuando la o el omega no era demasiado estrechos. Cuando el alfa tenía su primer orgasmo, los omegas llevaban tal vez dos y caían rendidos.
—Otra vez —murmuró molesto notando su erección, no le tomó mucho tiempo recuperarla y es que su león interno pedía por una pareja para copular, alguien a quien anudar, alguien con quien crear un lazo.
Suspiró molesto y camino al baño, al menos en ese lugar podría desfogarse un poco con su mano, su mano apretaba más y podía ir tan rápido como se le diera la gana.
꒰ 💬 ꒱
—Bang Chan — lo llamó una hermosa mujer con el cabello rubio, entrando a la oficina sin siquiera llamar.
—Mamá, quisiera que entendieras que tienes que tocar la puerta antes de venir y también preguntarle a mi secretaria si estoy ocupado —reclamó levemente molesto, pero era su madre, no había mucho que pudiera hacer contra la leona.
—Olvida las formalidades, ayer nuevamente te fuiste a revolcar con una omega cualquiera —gruñó frustrada.
—Bueno lo siento, pero sabes cómo es un león albino — se excusó — Necesitaba copular al menos un poco.
—Lo sé, pero te dije que en la cena de esta noche te presentaría a quienes pensamos que podrían ser tus prometidos — explicó con calma — ¿Qué clase de imagen darías si se enteran de lo que has hecho?
—Mamá, no quiero tener un compromiso pactado por ustedes, ni mi León ni yo lo vamos a aceptar — declaró levemente molesto.
—Pero cariño, solo quiero que los conozcas, si no te gustan entonces les diré que no se pudo y ya, al menos dales una oportunidad ¿sí? —pidió con un puchero, a pesar de su edad, su madre era adorable.
—Bien — aceptó — ¿Qué son ahora? Espero no sean perros, porque sinceramente no me gusta cuando se ponen demasiado empalagosos — hizo una mueca.
—Son leones —declaró contenta — No son albinos, pero si son leones omega y ellos van a entenderte, en todo sentido.
—Eso espero, mamá — asintió — Ahora ¿me permites? Tengo una reunión importante y si quieres ese bolso Gucci que viste hace una semana, tu hijo tiene que trabajar.
—Sí cariño, ve tranquilo. Te espero en la cena —se despidió mientras salía de la oficina con ese caminar tan elegante, propio de una leona de buen estatus como su madre.
Bang Chan es un alfa de León Transvaal, o albino, una de las especies más raras que se podría encontrar en cambiaformas. Su madre le había dicho que alfas como él, nacían en las familias de Leones puros pero que era muy raro de todas maneras. Pero lo que le hacía especial no solo era el color de su cabello o de su pelaje, lo que lo hacía especial era su alto libido.
Durante mucho tiempo, cuando las especies no se mezclaban, era bastante normal que un león fuera polígamo, eso era bien visto de hecho. Sin embargo, después de que las cosas comenzaran a cambiar y que las especies se comenzaran a mezclar. Ya no era tan normal ver a leones polígamos, incluso su madre estaba enlazada con un gran tigre de bengala, dándole la espalda a las costumbres que decían que ella debía buscar a un macho león para formar parte de su harén.
Su madre creía que era debido a eso que él era un león albino, porque también entre los tigres de bengala existía ese extraño gen que de vez en cuando cambiaba los colores de sus pieles. Ahora juntando a dos grandes felinos albinos, resultaban en un muy alto libido y eso molestaba un poco a Chan, porque no podía tener una pareja estable, le causaba cierto conflicto no encontrar satisfacción sexual e incluso le costaba satisfacer su lado "romántico", aunque su hermano menor pensara que no lo tenía.
Simplemente Chan no pensaba estar hecho para una relación romántica, por eso su madre se había dado la tarea de buscar leones o leonas omegas para comprometerlo, de esa manera podría tener varias parejas y no sería tan mal visto porque, después de todo, son leones.
Pero eso tampoco funcionaba porque su león era tan arisco que espantaba a cualquier omega que su madre le buscara. En pocas palabras Chan no entendía a su propio león y solo le daba dolores de cabeza.
Cuando finalmente llegó la noche, se vistió de manera formal porque sabía que su madre odiaba que no vistiera adecuadamente cuando conocería nuevas personas. Si por el mismo Chan fuera, se vestiría de manera simple, como para andar en casa y dormir, eso le gustaba. Estar cómodo en casa, en su territorio.
Al llegar a la mansión de sus padres, simplemente suspiró con fuerza y salió del auto dándole sus llaves a uno de los trabajadores, más que nada para que llevara su auto al estacionamiento de siempre. Entró con tranquilidad en la casa, saludó al señor y la señora Shin, quienes trabajaban para la familia Bang desde que tenía memoria.
—Chan, cariño —saludó su madre con una gran sonrisa — Ven, te presentaremos a la familia Lee.
Chan entró con una sonrisa confiada, esa típica sonrisa que ponía cuando quería cerrar un trato, pero eso poco duro porque de inmediato sintió tres olores, olores que lo hicieron salivar y que incluso hicieron que sus colmillos picaran, deseosos por morder.
Olía como ese té que su abuela solía beber y que siempre le daba. Mandarinas, miel y canela, un delicioso olor que le hacía ronronear por dentro y eso le sorprendió porque su león jamás había hecho tal cosa, ni siquiera con su madre o abuela.
—Mucho gusto, soy Lee KyuBook y esta es mi omega Lee ChaeWon — se presentó el alfa de pantera, teniendo a una hermosa leona como pareja — Estos son mis hijos gemelos.
—Lee Felix — se presentó el de cabello rubio.
—Lee Rian —dijo el otro, de un singular cabello rosa o tal vez salmón.
—Soy Bang Chan, el hijo de Bang KangDae y Bang NaYeon —se presentó el alfa con una pequeña reverencia sin dejar de ver a los gemelos, eran tan parecidos entre sí pero el alfa presentía que solo en apariencia.
—Vaya es un placer al fin conocer al hijo de NaYeon —exclamó la señora Lee con una gran sonrisa. — Todavía recuerdo cuando nos conocimos, era algo similar a esto ¿recuerdas Yeon? Íbamos a conocer a nuestro prometido y estábamos tan nerviosas que tiramos todo el té en la alfombra.
—Ni me lo recuerdes Chae — la señora Bang hizo un puchero recordando — La madre de aquel alfa nos trató tan mal que terminamos siendo echadas a la calle.
—Pero gracias a eso conocimos a estos guapos alfas — murmuró la leona Lee mientras abrazaba a su esposo.
—Claro, jamás voy a olvidar la primera vez que las vimos — el señor Bang soltó un par de carcajadas— Todas despeinadas y con el maquillaje corrido.
—Además de mojadas, recuerdo que tenían mucho olor a té negro — añadió el señor Lee.
Los adultos se sumergieron en una plática de recuerdos pasados, habían sido muy buenos amigos en el pasado y se separaron solo porque tanto el señor Lee como el señor Bang tenían sus propios negocios y por ende, muchos viajes que los llevaron a casi perder comunicación.
De cualquier manera eso no le interesaba a Chan, ahora veía a ese par de gemelos, eran tan adorables que incluso creía que era ilegal que lo quisieran comprometer con seres tan lindos. Los escuchó murmurar y reír en voz baja, le causo curiosidad pero no podía llegar a entender que decían, solo al final como Rian decía "pregúntale tú Lixie" y Felix respondía a su vez "me da pena Riannie".
—¿Quieren preguntarme algo? — cuestionó con voz profunda pero con una sonrisa ladeada que hizo sonrojar al par de gemelos.
—¿Podemos llamarlo hyung? — cuestionó Felix de manera tímida.
—Por supuesto, ¿cuántos años tienen? —preguntó como si no fuera la gran cosa.
—Veintidós —respondieron ambos a la vez.
—Pero cumpliremos veintitrés en Septiembre —explicó Felix con una pequeña sonrisa — ¿Y usted hyung?
—Bueno yo, tengo veintiocho, voy a cumplir veintinueve el próximo año —explicó con más confianza al saber que solo era su apariencia lo que parecía ilegal.
—Mamá y papá dijeron que usted es un león transvaal —comentó Rian un poco nervioso.
—Lo soy —asintió con una sonrisa — ¿Ustedes son leones, no es así?
—Sí, hyung —asintieron ambos con pequeñas sonrisas, pero no especificaron que tipo.
—Son muy lindos ¿se los han dicho? — cuestionó restándole importancia al tipo de león que pudieran ser los pequeños.
—Hyung es guapo también —comentó Rian.
—Muy guapo —secundó Felix con una sonrisa coqueta.
—Señores, disculpen la intromisión pero la comida esta lista — la señora Shin se apareció e hizo una reverencia educada.
—Oh, gracias Nana, pueden ir a descansar entonces. Nosotros limpiaremos después — pidió la señora Bang con una sonrisa — ¿Se quedan a pasar la noche verdad? — preguntó a sus invitados — Hace mucho que no los veo y tengo tanto que platicar contigo Chae.
—No queremos molestar —comentó la señora Lee con una sonrisa— Pero si no les molesta, podemos incluso ayudar en la limpieza.
—Pero señores, nosotros estamos para limpiar — intentó evitarlo la señora Shin.
—Nana, sabes cómo son ellos, mejor ve a descansar — le pidió Chan con una sonrisa.
—Está bien — suspiró — Entonces si nos disculpan, nos retiraremos.
Los siete caminaron al comedor en donde ya estaba servida toda la comida e incluso había unas botellas de vino preparadas solo para servir. Los gemelos no pudieron evitar exclamar entusiasmados al ver tanta comida, porque usualmente en la familia Lee se servía tanta comida solo en celebraciones cuando había mucha gente.
—Escuché que a estos lindos niños no les gustan mucho los mariscos, así que me di la tarea de preparar un menú sin ellos — sonrió Yeon.
—Muchas gracias señora Bang — agradecieron ambos, contentos por el pequeño detalle.
—¿No les gustan los mariscos? — cuestionó Chan sorprendido.
—No, hyung —negó Rian.
—No nos gusta el olor, aunque podemos comer de vez en cuando —explicó Felix.
—Solo no son nuestros favoritos — añadió Rian.
—A mí me gusta pescar —comentó Chan. — Tengo un amigo chef, ambos hicimos sashimi de salmón, quedo bastante bien he de decir — sonrió mientras los veía a ambos comer de manera tranquila.
—Si hyung nos prepara mariscos... — comenzó Felix.
—Podríamos probarlos — asintió Rian con una sonrisa.
—Todos los años en mis vacaciones, salgo de viaje con unos amigos y con mi hermano menor — explicó — Podrían venir con nosotros si lo desean.
—¿Podemos? —cuestionaron ambos emocionados.
—Claro que sí, me gustaría que me conocieran más, si es que el compromiso se concreta creo que lo mejor es que nos conozcamos bien ¿no lo creen? — cuestionó con una sonrisa que encantó a los omegas.
—Por supuesto que sí, hyung — asintieron ambos con unas lindas sonrisas.
—Pero hyung, tenemos a nuestro mejor amigo —comenzó Rian con un puchero.
—Sí, no nos gustaría dejar a Riannie solito — explicó Felix, también con un puchero.
—Podrían traerlo también, no creo que a mis amigos les moleste — asintió Chan encantado.
—¡Qué bien! — exclamaron ambos entusiasmados.
Chan ni siquiera se dio cuenta de que su madre lo veía con una gran sonrisa, la señora Bang lo supo desde el principio, que los hijos gemelos de sus amigos serían perfectos para su hijo y no se equivocó, ahora solo esperaba que su hijo mostrara su faceta cariñosa antes que su faceta de alfa problemático y hormonal.
¿Quién diría que la señora Lee pensara lo mismo de sus pequeños?
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¡gracias por leer!
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