capítulo diez.
—Todo está preparado —comentó JiSung sentándose a su lado.
—Gracias — agradeció Chan — Lo hubiera hecho yo pero... — calló porque en ese momento Rian y Felix lo voltearon a ver para saludarlo.
—Lo sé, lo sé — asintió JiSung — Ellos te tienen bien vigilado, joder amo sus trajes de baño ¿Dónde los compraron?
—Cuando regresemos puedes salir de compras con ellos —comentó.
—Bien, eso haré, necesito comprar ropa nueva —sonrió relajándose por fin.
—¡Alfa! — llamaron los gemelos al mayor.
—¿Qué pasa, pequeños? ¿No estaban divirtiéndose con los chicos? — cuestionó con una sonrisa.
—Tenemos hambre —hicieron un puchero.
—Esta mañana no alcanzamos a desayunar bien —comentó Rian.
—Solo un poco de fruta pero hemos jugado mucho ya —explicó Felix.
—Claro, hubieran desayunado si tan solo hubieran dejado el sexo de lado —se burló JiSung.
—¡Hyung! —reclamaron los gemelos.
—No me miren así, ustedes aparentan ser dos terroncitos de azúcar, pero son tan o más pervertidos que yo y eso que soy el mayor —declaró seguro.
—Yo anoche escuche, claramente, ruidos cerca de la piscina y murmullos que decían algo como "más duro da..." —el alfa no pudo continuar porque fue callado por su amigo.
—¡Cállate! Eso es algo que no te incumbe, estúpido alfa —gruñó molesto y sin más se levantó para ir a la orilla para abrazar a su alfa.
—¿Quieren ir a buscar algo para comer? —cuestionó Chan con una sonrisa.
—¡Claro! —asintieron ambos.
Los tres caminaron directo hacia la mansión, en ese momento no había nadie más, principalmente porque los demás estaban en la playa disfrutando. Después de una breve ducha, Chan los llevo a otra parte de la mansión, este era una terraza que daba justamente a la playa en donde a lo lejos veían a sus amigos, aunque siquiera podían escucharlos.
Toda la comida estaba preparada y puesta en la mesa, había tres sillas nada más. Era obvio que había sido una sorpresa hecha por su alfa, pero ¿cuándo lo hizo? Los gemelos lo habían tenido vigilado porque habían sentido que Chan estaba preparando algo, en ningún momento lo vieron alejarse.
—JiSung me ayudo —aclaró observando como sus omegas se sentaban, tenían justo una sombrilla que les hacía sombra y la fresca brisa los refrescaba.
—Con razón, no te habíamos visto hacer algo de esto —comentó Felix emocionado y hambriento.
—¿Preparaste todo esto para nosotros? —cuestionó Rian.
—Por supuesto, lo mejor para mis omegas —sonrió Chan recordando la razón para todo aquello— De hecho me debo disculpar.
—¿Por qué? —preguntaron ambos.
—Porque todo este tiempo los he llamado mis omegas y ni siquiera les he pedido permiso de cortejarlos —explicó tomando un par de cajas a las cuales no les habían prestado atención— Sé que soy un alfa bastante lento, puede que algunas veces no entienda las indirectas. Pero entiendo que ustedes hayan esperado de mí algo y yo, por estúpido, no lo hice —suspiró abriendo las cajas y mostrándoselas— Ustedes son dos hermosos omegas, más de lo que merezco, pero me gustaría que me dieran la oportunidad de hacerlos felices. Fuera del matrimonio arreglado que propusieron nuestros padres, quiero que ustedes mismos me acepten como su alfa. Quiero que vayamos poco a poco, hasta que ustedes mismos se sientan seguros de dar el siguiente paso. Jamás pensé que diría esto, pero con tal de verlos felices, yo aceptaré un "no" por respuesta, también un "espera" y todas las respuestas que quieran darme. Pero al menos espero que me den una oportunidad— sonrió.
Felix y Rian simplemente observaron los pendientes, uno en cada cajita. Eran realmente hermosos porque eran los tipos de piercings que empezaban en el hélix, la parte superior de la oreja y caían hasta llegar al lóbulo, la parte inferior de la oreja. Tenían lo que parecía una pequeña cadena que los unía pero a lo largo de esta cadena parecía haber pequeños diamantes y eso no era todo, la parque que quedaba en el lóbulo, tenía una incrustación de aventurina negra, parecía una galaxia debido a los pequeños brillos.
Ambos abrieron sus bocas con gran sorpresa, no podían creer que aquel gran alfa hubiera comprado un precioso regalo y les haya dicho palabras tan bonitas. Sin duda lo sabían, que ese alfa era especial y por supuesto era su alfa.
—¡Por supuesto que sí! —exclamaron ambos levantándose de inmediato para correr hacia Chan.
—Queremos ser tus omegas, alfa — sonrió Felix.
—Tú ya eres nuestro alfa — asintió Rian.
Cada uno le dio un dulce beso en recompensa y Chan simplemente sintió que todo había valido la pena, había valido la pena el hablar con JiSung sobre su idea, valió la pena el haber escuchado las burlas de sus amigos ante su idea "cliché", todo había valido la pena con tal de ver esas hermosas sonrisas.
Felix ayudo a Rian a colocarse el pendiente en la oreja izquierda, y luego Rian hizo lo mismo con Felix pero colocándolo en la oreja derecha. Después de eso comenzaron a comer, entre halagos hacia los bonitos regalos y por supuesto añadiendo que cada que pudiera les daría regalos.
—Nos encantó que fueran aventurinas negras —comentó Felix con una gran sonrisa.
—Sabemos que no lo hiciste con esa intención, pero realmente acertaste con eso —asintió Rian.
—¿Por qué? —cuestionó Chan confuso.
—Nosotros somos Leones del cabo — soltó Rian un poco nervioso.
—¿Eso es malo? —musitó nuevamente Chan.
—No, no es eso —negó Rian.
—Desde siempre nos habían dicho que debíamos cuidar a quienes le decíamos lo que éramos —explicó Felix.
—Hyung puede decir que es un león albino y nadie le dirá nada, porque es un alfa —continuó Rian.
—Pero a nosotros por ser omegas, podrían hacernos... muchas cosas si se llegan a enterar —finalizó Felix.
—Ahora entiendo —asintió — ¿Por eso son tan aprehensivos cuando se trata de sus naturalezas?
—Si — asintieron ambos.
—Pero ahora ya no tenemos miedo — negó Rian.
—Porque nuestro alfa nos protegerá ¿no es así? —cuestionó Felix con una gran sonrisa.
—Por supuesto que sí — asintió alegre — Ustedes son lo más importante en mi vida.
—¿Y cuando tengamos cachorros? — cuestionó Felix curioso.
—Entonces ellos entraran en esa categoría también, los protegeré hasta con mi propia vida —declaró.
—Eres el mejor alfa — Rian sonrió de manera cariñosa.
—Ustedes son los mejores omegas.
Después de una amena charla entre los tres, decidieron levantarse para ir a dar una caminata por la playa, después de todo el sol ya estaba bajando. Ese día, estuvieron en su propia burbuja llena de amor. Porque ninguno de los tres podía negarlo más, además tampoco querían negarlo, estaban enamorándose cada vez más.
Porque los gemelos no imaginaron que Chan sería aquel alfa que habían deseado siempre, Chan tampoco había imaginado que estaría con dos hermosos omegas. Es que todo parecía irreal, parecía una hermosa historia que en cualquier momento se acabaría dejándolos solos y tristes.
Sin embargo allí estaban, juntos observando el atardecer. Aunque sería difícil para cualquiera, para Chan era natural besar los suaves labios de Rian y acariciar la cadera de Felix. Había ciertas cosas que cada uno prefería y Chan estaba aprendiendo a saberlo.
El simple hecho de que el alfa les prestara tanta atención como para saberlo, los enamoraba cada vez más.
Los días siguientes fueron más divertidos, entre todos pasaron tiempo juntos, relajándose y divirtiéndose. Los cuatro menores más que los mayores, pero de igual forma era sumamente divertido. Tanto que en cuanto llego el día de regresar a casa, ninguno quería hacerlo.
De hecho, los menores se mantuvieron con una mirada entristecida durante todo el camino de vuelta. Ya ni siquiera investigaron el yate, tampoco saltaron en la cama del jet, aunque si durmieron. Solamente se mantuvieron con un pronunciado puchero porque realmente no querían regresar a la ciudad, pero los mayores les hicieron entender que debían volver, si querían seguir manteniendo sus lujos, los mayores debían seguir trabajando.
Al llegar al aeropuerto, fueron recibidos por la señora Bang y la señora Lee quienes los veían con grandes sonrisas. Aunque eso cambio cuando la señora Lee recordó cierta situación.
—¡Les dije que me llamaran cuando llegaran a ese lugar! —reclamó molesta.
—Lo sentimos —se disculparon ambos de inmediato.
—Lo sentimos señora Lee, se nos fue el tiempo —explicó Chan— Cuando llegamos ya estaba anocheciendo y estábamos muy cansados.
—Claro, muuuuy cansados —se burló HyunJin detrás de ellos.
—Cierra la boca —gruñó Chan.
—Tienes suerte que me haya llamado a mí, sino la hubieran tenido al día siguiente justo en la puerta — bromeó la señora Bang molestando a su amiga.
—No iba a hacer eso —reprochó avergonzada, estaba preocupada pero confiaba en sus hijos y en Chan.
—Ajá, por eso me llamaste llorando — asintió la señora Bang.
—Oh cállate, recuerdo bien cuando Chan era recién nacido, estabas tan preocupada porque no lloraba y solo dormía que me llamaste miles de veces para preguntarme si era normal —esta vez fue el turno de la señora Lee de avergonzar a su amiga.
—¡Yah! —exclamó Chan avergonzado — ¿Podríamos hablar en otro lugar?
—Oh, claro —asintió la señora Lee— Quería que fuéramos por algo de comer ¿les gustaría?
—Nos gustaría, pero tengo que ir a hablar con mi padre sobre una nueva sucursal —se disculpo JiSung de manera apenada— Esos malditos inversionistas ¿puede creer que nos hablaron recién ayer? Por su culpa tengo que ir a trabajar antes de descansar como se debe.
—Tranquilo príncipe, por la noche te llevaré a comer algo que te guste ¿te parece? —dijo MinHo con una sonrisa ladeada.
—Si —asintió emocionado.
—Yo también debo ir a la oficina, quiero ver si hay algo nuevo que Chan deba revisar — bromeó MinHo.
—Está bien, pero deben venir a comer algún día, quiero conocerlos más — pidió la señora Lee con una sonrisa.
—Claro que sí —asintieron.
—¿Y ustedes? —cuestionó la señora Bang con una mirada aguda.
—Nosotros tenemos unos asuntos que atender, me temo que tenemos que posponer la comida —explicó HyunJin.
—Mamá, yo iré en otro momento a casa, no te preocupes — explicó SeungMin con una sonrisa nerviosa.
—Bien, pero para la próxima quiero que invites a tu pareja a cenar —pidió viendo de reojo a HyunJin— O debo decir ¿parejas?
—¡Mamá! — reprochó SeungMin.
—¿Qué? Tu hermano tiene dos omegas, no veo mal que tu tengas un omega y un alfa —se encogió de hombros— Nada más usen protección, soy muy joven para tener nietos.
—Eres imposible —refunfuñó tomando la mano de HyunJin y la mano de JeongIn para arrastrarlos junto a su equipaje.
—Crecen tan rápido —suspiró la señora Bang.
—Entonces vamos a comer —asintió la señora Lee empujando a sus hijos para llevarlos al auto que tenían afuera.
—Esos malditos nos traicionaron — murmuró Chan con el ceño fruncido.
—¿Dijiste algo, Channie? — cuestionó la señora Bang.
—No, no dije nada, mamá —sonrió comenzando a caminar empujando el carrito con las maletas.
—Así me gusta —asintió contenta.
Tanto Chan como los gemelos supieron que esa sería una tarde larga al lado de sus madres, era bueno que ellas fueran buenas amigas. Pero, sinceramente, a veces era agotador tenerlas juntas y eso lo decían Felix y Rian, quienes podían ser peor que ellas.
꒰ 💬 ꒱
¡gracias por leer!
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