CAPITULO 9
21 de mayo del 2018
Isabella acababa de entrar a la habitación en la que Horace estaba hipnotizando a Chikae Brooks. Isabella enmudeció de repente, sabía que no se debía entrar mientras Horace estaba durante ese proceso. Ella había llegado a la mansión de Harry, el hermano de Horace, pero tampoco lo había visto. Isabella lo estuvo buscando de cuarto en cuarto, hasta que entró a una en la que Chikae estaba tendido sobre el sofá, sabía que no había que interrumpir, puesto que las sesiones de hipnotismo de Horace no debían molestarlo, pero de todos modos se quedó de piedra en la puerta.
Horace se encogió de hombros y se acercó a Chikae, sacudiéndolo despacio. Chikae despertó, él se enderezó en su asiento haciendo crujir su espalda, algo que le ocasionó una molestia.
―Ah, mierda, ya estoy cada vez más viejo... ―Vio que Isabella estaba en la habitación―. Hola, pequeña, ¿cómo han salido las cosas? ¿Has conseguido robarle a la ASPM los dispositivos que Horace te encargó?
―Así es, venía a hablar de eso con él... No pensé que estuvieran en sesión de hipnotismo, perdón si los he molestado...
―No importa ―dijo Horace―. Ya hablé con él de todos modos.
―¿He dicho algo nuevo? ―preguntó Chikae.
―No, lo mismo de siempre. Miras a los anteriores Guerreros Sanguinarios, pero no encuentras al más importante.
Isabella se rascó el mentón.
―Tengo entendido que hipnotizar a los Guerreros te permite descubrir más sobre ellos y sus habilidades, pero ¿por qué lo sigues haciendo? ¿No tenías toda la información?
Horace la miró de reojo.
―Rowena me dijo que creyó haber visto a un hombre diferente en sus sueños, pero que la marca de su mano estaba dividida en dos partes. Le he pedido a cada Guerrero que me deje hipnotizarlos para que lo busque en el Rode skoger, pero hasta ahora ninguno ha dado con ese hombre.
―Yo supuse que podría tratarse del primer portador ―Añadió Chikae―, o sea, el primer vikingo que obtuvo la Marca Sanguinaria.
―No es suficiente una suposición ―replicó Horace―. Pero el hecho de que uno tenga la Marca a la mitad es raro, me gustaría investigar más... aunque es una lástima que no hayamos podido encontrar más de estos Guerreros.
―Fue un milagro que hayas encontrado a cuatro ―Murmuró Isabella.
―Sí... lo sé... Ahora que dedico mi tiempo al nanotraje y al Virus Fantasma no me he puesto a buscar más. Pero la probabilidad es muy baja para encontrarlos a pesar de que me basé en lo que despierta el poder. Bueno, ¿lista para probar el traje?
Isabella asintió con la cabeza enérgicamente. Abandonaron la habitación y fueron a otra que estaba en el otro extremo de la mansión. Al entrar en ella, vieron que en el suelo había una plataforma rectangular repleta de piezas diminutas, a los lados un par de pantallas y en una esquina un computador donde Horace manipulaba todo.
―Sentirás cosquilleo tal vez, así que separa brazos y piernas y quédate quieta.
Isabella hizo caso y mientras Horace presionaba unas teclas, se volvió hacia Isabella.
―Haz la orden.
―Bien... eh... Nanotraje, actívate y cubre mi cuerpo.
Entonces las piezas diminutas de metal comenzaron a escalar su cuerpo, recubriéndola por completo. Subía por sus piernas como pequeños escarabajos de plata que la envolvían hasta que llegaron a su mentón, no llegaba a cubrir por completo todavía. Isabella miró sorprendida el traje de gran tecnología.
―De acuerdo, es hora de comprobar su blindaje. Chikae, te doy el honor de hacerlo.
Chikae se alejó a cierta distancia y apretó el gatillo de una pistola, ocasionando una ráfaga de estruendos. No había nadie en la mansión más que ellos, así que el ruido no importaba, lo que sí importaba era que el traje cubrió a Isabella de los proyectiles. Horace y Chikae se pusieron frente a ella, viendo el abdomen donde las balas habían chocado.
No había ni el más mínimo rastro de daño, el nanotraje se veía intacto. Horace sonrió.
―Cero penetración, ni una de las balas de pistola dañó el traje. ¡Tantos años para que al fin consiguiera esto!
―Haz hecho un excelente trabajo, Horace, estoy impresionada.
―Aún no he terminado con esto, falta la cabeza. Es un poco más delicada la zona de la cabeza, para evitar que el nanotraje quiera meterse en el oído, la nariz o lastimar los ojos. Pero lo que has robado de la ASPM nos ayudará.
***
Luego de que abandonaron la habitación, los tres se sentaron en una de las salas de la mansión. Chikae había traído un pastel entero de chocolate.
―No gracias, no me gusta el chocolate ―Rechazó Horace la rebanada.
―Bueno, más para Isabella y yo.
―¿Te sentiste cómoda con el traje? ―preguntó Horace.
―Sí, no sentí apretado en ninguna parte.
―Es porque se adapta al cuerpo de la persona, pueda que a tu hermana le resulté igual de cómodo.
―¿Y cuándo piensas hacer más trajes?
―Cuando termine los planos de todo ―respondió Horace―. Obviamente es caro hacer el traje, mucho de esto fue robado de los equipos de la ASPM y en parte financiado por Harry. Cuando esté listo, podremos dar paso al Virus Fantasma.
Chikae terminó su porción de pastel.
―¿Cuál es el siguiente paso? ―Inquirió Isabella. A pesar de que tenía la rebanada de pastel frente a la mesa no lo tomó. Y en esa distracción, Chikae se lo robó deslizando el plato con mucha discreción.
―Tengo previsto terminar el Virus Fantasma en esta semana. Cuando Tony esté desocupado le enviaré la laptop con el virus para que pueda verlo y después hablaremos sobre cómo trabajaremos después.
―¿Y por qué no vas tú? ¿O Chikae?
―Estaremos ocupados, así que dejaré que unos soldados de confianza lo lleven por mí, ya les he enviado un mensaje para cuando se los solicite. Lo más importante es tener cuidado y que la ASPM no sepa de nosotros, de RAGE, eso lo sabes bien.
Isabella asintió.
―Para derrotar a los DELTA debemos debilitar a la ASPM, pues he pensado que podríamos detonar los códigos de auto destrucción de los Cuarteles. De esa manera podríamos ir en ventaja porque no tendrían buen armamento y equipo para contrarrestarnos.
―Debilitar a la ASPM ―dijo Isabella, asintiendo―. Eso me gusta.
―Y la manera de hacerlo es que yo me responsabilice de encontrar esos códigos. Así que ustedes y el resto de Contactos no tendrán que esforzarse en hacerlo.
***
22 de junio del 2018
Tony había dado el visto bueno al Virus Fantasma. Comprobó en otro dispositivo que le permitió comprobar que podía infectarlo y hacer que una imagen salga a la internet como prioridad. Pueda que muchos usuarios no entiendan de que iba la imagen de un alce en sus pantallas al usar su navegador, pero de todas formas demostraba que el virus funcionaba. Cuando había terminado de revisarlo, envió a los mismos soldados que Horace envió para que devolvieran la laptop.
Los soldados accedieron y movilizaron la laptop que contenía en su interior el Virus Fantasma. Todo estuvo normal, sin problemas, pero llegó un momento de la noche en la que sintieron una fina aguja sobre sus cuellos y se adormecieron profundamente. Fue en ese instante en el que Bill y Esther Crowell usaron la memoria USB, sin embargo, lo único que lograron extraer fue la mitad del Virus Fantasma.
Aunque creyeron haber robado con éxito el virus sin ser detectados, en realidad, no fue así. La laptop de Horace funcionaba a través de una contraseña que solo Tony y Horace sabían. No salía ninguna ventana que señalara colocar esa contraseña, más bien había que buscar en el dispositivo el programa en el cual colocarlo.
Si no se hace eso, la laptop toma fotos y vídeos de forma discreta y se envían a Horace.
***
Al día siguiente, la noticia de que el Virus Fantasma fue extraído por un par de espías fue a parar a Tony. Entonces solicitó a los soldados que tenía en los cuarteles de la ASPM que investiguen sobre ellos, pero encontrar esos rostros no fue fácil.
Horace pasó por uno de los peores estados de estrés, su cerebro conmocionó. Había enfurecido tanto como nunca antes en toda su vida, ¿quién es esa pareja? ¿Dónde están? ¿A dónde se llevan la mitad del arma que tantos años le costó crear? Horace estuvo cerca de desmayarse en muchas ocasiones, por lo que se vio en la obligación de descansar y no había mejor lugar que la mansión de su hermano Harry.
Tony entendía bien la situación, dejaría que descanse. Sin embargo, aún había que encontrar a la misteriosa pareja que robó la mitad del virus. Y fue la noche del 25 de este mes que un hombre llegó ante Tony.
Tony dejó que hable con él en persona, se trataba de un espía rango Alfa.
―Sé quiénes son ellos ―respondió él ante Tony, quien evitaba mostrarle la verdadera cara del líder―. Son Bill y Esther Crowell. Si quieren encontrarlos, es muy probable que los localicen en estos días en DeSoto State Park. Ellos me habían comentado antes que, en sus misiones, si tenían que entregar algo, siempre pasan por DeSoto State Park.
Tony, miró con curiosidad.
―¿De qué manera los conoces?
―Fui su compañero cuando estuve con ellos en el programa de espías, hace muchos años.
―Compañero... ―Recalcó Tony―. Lo que me cuentas no suena mucho a que sean compañeros, sino que son amigos. O quizá... fueron amigos tiempo atrás.
―Lo fuimos.
―¿Y por qué esta repentina traición hacia ellos?
―Los odio desde que tuvieron hijos ―respondió―. Yo quería más a Esther, pero Bill me la ganó. Creí que tendría oportunidad todavía, de que terminarían algún día. Sin embargo, tuvieron un hijo y desde ahí no quise saber nada. No me correspondió a pesar de tantas veces y llega este imbécil a quitármela. Ya no me importa ninguno de los dos. ¡Quiero que mueran!
Tony puso interés con estas palabras.
―Un amor no correspondido... ¿esa es la razón? ¿Cómo puedo creer que sigas siendo amigo de ellos y quieras llevarme a una trampa con otra gente que no sean los Crowell?
Tony esperaba ver réplicas ante sus preguntas, pero frunció el ceño al ver que ese hombre se puso de rodillas y extendió ambos brazos a los lados.
―Puede comprobarlo por su cuenta, líder de RAGE. Estoy jugándome la vida en esto, lo sé muy bien, pero no solo hago esto por venganza, lo hago por entrar en RAGE como uno de sus Contactos.
Tony permaneció en silencio, después de unos segundos movió la cabeza hacia unos soldados que estaban cerca.
―Averigüen si los Crowell están yendo hacia DeSoto State Park como dice. Comprobaremos si lo que dice es verdad. ¿Cuál es tu nombre, soldado?
Levantó la cabeza, mirando a la máscara de Tony.
―Soy Xavier Magnuson, señor.
***
27 de junio del 2018
Stela había subido una gran colina que estaba en el otro extremo de la carretera y, usando unos binoculares de larga distancia, pudo ver un poco de DeSoto State Park. Aunque su ubicación era estratégica, puesto que podía ver lo largo de la carretera y divisar si llegaban posibles coches de la ASPM.
Por el momento, no ocurrió nada. Era más de mediodía para cuando las camionetas con soldados de RAGE se dirigieron hacia la entrada de DeSoto.
―Maten a la familia y traigan el dispositivo. No tengan piedad con ellos.
Stela se mantendría lejos, ella solo se encargaría de comprobar que la llegada de los espías o en el caso de que algo fallara y fueran los Crowell los que escapen. De repente comenzó a oír el tiroteo, las explosiones y pudo ver el fuego de la cabaña, a la distancia lograba divisar mejor el humo que subía al cielo. Le habría gustado que los binoculares le permitieran ver más allá, pero la espesura de los árboles y sus extensas ramas llenas de hojas no le permitían ver gran cosa.
De un largo tiroteo, del cual no fue llamada para dar apoyo, se percató de que todo se silenció. Incluso hubo mucha gente que salía en caravanas de la entrada de DeSoto.
―Espero que se den prisa encontrado ese dispositivo ―Murmuró Stela.
Luego revisó un mensaje que decía que mataron a tres personas de las cinco que conforman la familia Crowell. No encontraban a los hijos, un par de gemelos hombre y mujer. Stela creía que poco importaba si el par de gemelos no se convertían en cabos sueltos, lo que importaba era la memoria. Eso lo seguían buscando, decía el mensaje más abajo, pero no encontraban nada de momento, las maletas que traían los Crowell no traían la memoria USB.
Stela insistió en que sigan buscando.
Pasados unos minutos, vio a lo lejos en la carretera que unos vehículos iban a gran velocidad hacia DeSoto.
―Mierda, están llegando, debo avisarles.
Les envió a los soldados un mensaje de que salieran inmediato porque la ASPM estaba por llegar en poco tiempo. Stela esperaba que no hubiera problemas y ellos salieran sin tener que pelear contra ellos, si la memoria caía sobre las manos de los espías de la ASPM, quien sabe si Horace tenga que organizar un nuevo plan para...
Stela movió la cabeza devuelta al nuevo origen de los disparos. Alguien... disparó un rifle y después le siguieron otros disparos de unas pistolas.
―¿Qué ocurrió? ¿No los habían matado?
Para antes de que Stela quisiera bajar a ayudar o saber qué pasó con el equipo que fue a matar a los espías, los vehículos de la ASPM habían llegado. Ya no tenía caso perder tiempo con ellos, así que decidió irse por otro lado para encontrarse con otro equipo de RAGE, pero más pequeño.
***
29 de junio del 2018
―¿Me estás diciendo que no encontraron nada? ―preguntó Tony a Stela.
Ella rentó una habitación en un hotel para hablar a solas con Tony. Estaba bastante lejos de DeSoto como para que se preocupen de que siguieran el rastro.
―En un mensaje decían que en las maletas no hallaron nada, ni una sola memoria ―respondió Stela―. Papá, ¿estás seguro de que ese tal Xavier no te mintió?
―No, no mintió. Las caras que vimos en los vídeos y fotos son de los mismos Bill y Esther, pero aun así no consiguieron nada de ellos. No se trató de una trampa, pero... ―Tony suspiró―. Creo que los Crowell enviaron la memoria a otro lugar. Hablé con Ernest Urei.
―¿La marioneta de Horace? ¿Al que le dicen El Fabricador?
―El mismo. Le hablé al respecto y le pedí ayuda con esto, pronto descubrió que los espías Crowell llevaban un rastreador, aunque dicho rastreador debía de estar dentro de la memoria. Ellos debieron extraerlo antes de ir a DeSoto.
―Eso quiere decir... ¿Qué hemos perdido el Virus Fantasma porque está en otro lugar?
Tony frunció la mandíbula.
―Sí, me temo que sí.
Stela resopló, igual de preocupada que Tony. Tantos años para que Horace haga ese virus y ahora perdido en el mundo, eso no lo encontrarían.
―Pero Horace me pidió que te explique lo que tú vas a hacer durante estos meses.
Stela levantó la mirada.
―¿Meses? ¿Qué voy a hacer?
―Vas a infiltrarte en la ASPM como candidata a espía. Has aprendido muchas cosas gracias a los Contactos. Yo te he enseñado un par de cosas más para que puedas desenvolverte. Vas a entrar ahí y te harás amiga de los gemelos Crowell.
Stela frunció las cejas.
―¿Ellos sobrevivieron? ―Tony asintió―. No lo entiendo... ¿Acaso ellos se volverán espías?
―Horace se enteró de eso cuando George Freeman se lo hizo saber.
―¿Su otra marioneta? ―preguntó Stela.
Tony asintió con la cabeza otra vez.
―Sabía que los espías agarraron a los Crowell, pero no sabía quién los tenía. George le dijo que él los retuvo y que ellos han decidido entrar en la ASPM para ser espías ―Tony sonrió―. Lo que necesito es que te hagas su amiga, porque tal parece que los Crowell, llevan en su sangre, el poder del Guerrero Sanguinario. Quiero que los conozcas, aprendas de ellos y te vuelvas su amiga más cercana. Todo lo que descubras se lo dirás a Horace, quien será tu Asignador.
―Pensé que Horace estaría descansando...
―Está tomando algunas medicaciones, él sabe bien que ser parte de RAGE y un impostor dentro de la ASPM y los DELTA es un trabajo que no le permite descansar. Así que prepara mucha ropa, estarás de viaje en pocas horas...
―Pero... ¿no podré despedirme de ninguno de los Contactos?
―Solo de Isabella y de mí ―dijo Tony―. Ve a verla, está afuera en el auto.
Stela obedeció, salió a la acera y vio a su hermana arrimada al coche en el que viajó con Tony. Su hermana le sonrió.
―Te irás por un largo tiempo, espero que estés bien.
―Gracias, Isabella ―dijo Stela. Entonces sintió también como Tony las envolvió en sus brazos a las dos.
Ambas muchachas sonrieron y vieron a Tony a los ojos.
―A pesar de estos contratiempos, estaremos bien.
―Sí ―dijo Stela―. Siempre ha sido así, ¿verdad?
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