CAPITULO 8

8 de febrero del 2014

Alan vio como Isabella acababa de dar un golpe directo que parecía cada vez más contundente, ella iba mejorando. Alan entonces siguió con la mirada a Stela quien acababa de dar una buena patada hacia arriba, cada vez iba llegando a estirarse más que antes. Peleaban demasiado bien, pues se notaba que los entrenamientos de Rowena habían sido bastante exigentes, aunque ambas jóvenes aprendían con toda la voluntad de querer mejorar.

De todos modos, a Alan no se le hacía curioso que ellas estén entrenando algún arte marcial, es como si quisieran formar parte de RAGE, algo que le preocupaba bastante.

La mayor, la joven Isabella de dieciséis años, golpeaba con más tosquedad, en cierta forma, Alan percibía como ella descargaba mucha fuerza en un solo golpe. En cambio, la menor, la joven Stela de trece años era más flexible y ágil, algo muy destacable considerando que para su edad ya estaba casi tan alta como su hermana. En unos años quizá sea más alta que ella, a pesar de ser la menor.

A diferencia de los mocosos a los que Alan enseñaba, ellas se esmeraban mucho en aprender todo. Cualquier cosa ellas querían dominarlo. Le encantaba ver sus esfuerzos y no rendirse a la primera como muchos alumnos que él tuvo. Eran sus mejores alumnos. De este tipo de alumnos no se quejaba, de todos modos, les enseñaba cada que tenía tiempo y luego se iba de aquel "lugar secreto" para cumplir una de las misiones de RAGE que Horace le encargaba.

Aunque Alan sabía que esas chicas no eran las auténticas hijas de Tony, pues no llegaba a ver ningún parecido. Incluso Isabella le comentó este asunto, lo cual sorprendió más lo que eran sus verdaderos padres que el hecho de que Tony las sacó de esa casa para siempre.

Luego de un largo entrenamiento, Isabella y Stela se sentaron en el piso, jadeando. Finas capas de sudor cubrían sus cuerpos.

Alan se acercó a ellas con un par de botellas de agua.

―¿Me recuerdan desde hace cuánto tiempo han estado entrenando?

―Hace dos años y medio antes de que llegaras ―respondió Isabella―. ¿Te sorprende?

―Mucho ―dijo Alan, sentándose frente a ellas―. Veo que Rowena hizo un buen trabajo.

―Chikae y Elliot no saben de pelea como tal ―dijo Stela―, aunque Rowena también se ha esforzado por enseñarles. Eso les ayuda a mejorar un poco más su rapidez y agilidad al usar el Guerrero Sanguinario.

Alan carraspeó.

―Ese Elliot... lo han mencionado a veces. ¿Cuándo lo veré? He conocido al resto, pero no a él.

―Papá dice que no podemos acercarnos a Elliot ―respondió Stela refiriéndose a Tony; ladeó la cabeza―. Supongo que se deberá a que está loco. Horace también cree que es más seguro así.

―Aunque papá también nos contó que Elliot se comporta muy educado cuando se trata de verlo a él. Es al único que le tiene mucho respeto.

―Y que Horace ni siquiera prefiere dirigirle la palabra, sí, lo sé.

Alan sonrió. Conocía la historia de ellas, pero veía que ambas lograron superar sea lo que sea que sufrieron años atrás. Según Rowena, prefieren dejar atrás el pasado porque en aquellos tiempos se sentían débiles y manipuladas por unos padres que no las amaban de verdad. Sin embargo, desde que fueron traídas por Tony se sentían mucho más libres que antes.

―¿Ustedes solo hablan con los miembros de RAGE? ―preguntó Alan. Isabella y Stela asintieron―. ¿No hacen otras cosas con chicas de su edad o tal vez estén interesadas en conocer chicos?

Isabella, riéndose, lo miró.

―Desde que éramos unas niñas recibíamos educación en casa, nuestra antigua madre no nos dejaba hacer tantas cosas, quizá eso tenga algo que ver con que no tengamos el mismo interés en lo que hay allí fuera. A mí me dan igual esas cosas ―respondió―, aunque mi hermana sí quisiera conocer a otras personas, está enamorada de un chico. Pero es un amor imposible tomando en cuenta que se trata de alguien que ve en vídeos de internet.

―¡Es que es muy lindo! ―replicó Stela.

―Y muy lejos de nuestro continente.

Entonces Alan miró a Stela.

―¿Tú estás bien viviendo así?

―Yo estoy muy bien. Por mucho que me guste un chico de internet o que las demás chicas vivan a su manera, yo siempre me he sentido bien así, siempre y cuando tenga a mi hermana cerca.

Fue en ese momento en que Alan bajó la mirada, asintiendo.

―Me adelantaré a bañarme ―dijo Stela poniéndose de pie y cogiendo su botella―. Ve preparando la película que dijiste que veríamos.

―Claro.

Stela salió de la sala y se quedaron únicamente Isabella y Alan. Isabella entonces miró con seriedad a su maestro.

―Adelante, sé que quieres comentar sobre eso.

Alan parpadeó.

―No sé a qué...

―Sobre que mi hermana depende demasiado de mí ―dijo ella―. Sé ve muy claro eso. Stela... bueno, Stela le cuesta ser independiente. Al principio tuve que hacer muchas cosas para que estemos bajo cuidado de Tony, pero todo dependió de mí. No tiene más familia que yo y la de un hombre que le ofreció un "mejor hogar". La mayor parte del tiempo soy su ejemplo a seguir, cualquier cosa que esté bien para mí, lo estará para ella. Por eso ella también está entrenando conmigo. Solo yo quería aprender a pelear para entrar en RAGE.

―Te preocupas mucho por ella ―Puntualizó Alan.

―Esta era mi manera de devolver el favor a Tony, sin embargo, la tonta de mi hermana quiere seguir mi decisión. Espero que tarde o temprano quiera dejar esto. Preferiría que ella viva de otra manera en lugar de entrenar para volverse alguien de RAGE.

―¿Su padre no les dice nada?

―Se negó rotundamente a que nos unamos. Aunque Horace y Rowena decían que no se meta, pues de todas formas no es nuestro verdadero padre. Aunque nosotras lo veamos así, él no tiene total autorización sobre nosotras.

―¿Están seguras de que esta es la vida que quieren?

Isabella esgrimió otra sonrisa.

―No haré tantas cosas de chicas, ni tampoco me interesarán conocer chicos, pues esto es lo que prefiero. Tony me dio la oportunidad de vivir de otra manera y así me quiero quedar ―Isabella carcajeó―. Como sea, tampoco es que podamos abandonar este sitio para irnos de inmediato al exterior, pues ambas seguimos siendo las "niñas que desaparecieron" en el 2010...

Isabella entonces movió la cabeza al oír la puerta trasera abrirse, allí pudo ver a Tony Oldman. Ella corrió hacia él para abrazarlo, a pesar de estar muy sudada. Alan pensó que era una joven terca a la que no habría manera de decirle que la vida podía ser mejor si se evitaba entrar en RAGE, pero sabía bien que ella no haría ningún caso a esto.

De todos modos, ella ya había escogido una nueva familia y una vida que ella consideraba aceptable.

***

25 de mayo del 2015

Mientras RAGE seguía ganando reconocimiento, el mundo también seguía en diversos debates sobre la supuesta ética que ese grupo manejaba. Algunos políticos seguían viendo con angustia que RAGE iba en ascenso, ganando más seguidores con cada acto de justicia y señalando la verdad que los corruptos dejaron a su paso antes de que uno de sus miembros llegase a tocar su puerta para matarlos.

RAGE con el tiempo comenzó a recibir muchos ataques de la prensa y otros medios. Sin embargo, había gente diciendo que hacían lo correcto. Muchos otros colectivos estaban de acuerdo con estas opiniones, pero muchas otras no. Los repudiaban y cuando el mundo oyó que RAGE mataba inocentes surgieron opiniones que separaron a la gente, aunque muchos decían que solo eran verdad las de aquellas personas malas, las corruptas.

Los DELTA ya estaba al tanto de las coincidencias con su listado de víctimas para experimentación, por lo que pusieron ciertas restricciones, pero a pesar de ellas Horace siguió adelante sin ser detectado.

Horace no siempre estaba trabajando para los DELTA, pues recibía periodos extensos hasta que haya otro secuestro exitoso. Aunque en Alaska les era fácil desaparecer a las personas sin dejar rastro.

Por ahora, Horace estaba ocupado en un nuevo proyecto, quizá uno que pueda cambiar las cosas y pueda llevar a los DELTA a su fin. Se trataba del Plan Maestro y se dividía en dos partes importantes: la primera se trataba de un potente virus informático y el segundo se trataba de un traje con una armadura, por así decirlo.

Para los demás miembros principales de RAGE había preparado unos trajes especiales y sus respectivas máscaras para no ser descubiertos cuando tuviera que enviarlos a misiones. Aunque el nuevo traje que estaba en desarrollo era algo novedoso, eficiente, algo que los DELTA envidiarían tener: se trataba de un nanotraje. Horace no estaba seguro de poder desarrollar algo de tecnología nano, pero él era un genio, podría traer a la realidad algo como eso, aunque tardaría años en fabricarla.

Tony había entrado a su laboratorio y vio a Horace que tenía una laptop a su lado y en una mesa una bandeja con unos pequeños trocitos de metal.

―¿De qué se trata esto? ―preguntó Tony.

―Esto es lo que me ha tomado 5 años de trabajo. Al principio no me parecía una idea viable, pero ahora es una realidad, quiero que mires lo que va a pasar a continuación, Tony.

Horace tecleó en su laptop y luego uno de sus dedos tocó la bandeja con aquellos trozos diminutos de metal. Tony se inclinó y vio como esos metales comenzaron a escalar por el dedo, recubriéndolo por completo. No todos los trocitos se unieron, quedaron algunos dispersos en la bandeja, aunque era evidente que muchos sí envolvieron el dedo de Horace. El inventor levantó un dedo de plata enseñándoselo a Tony.

―¿Qué es?

―Nanotecnología. O con un comentario más vanidoso... pues puedo decirte que esto es el futuro para RAGE.

―¿Metal recubierto en un dedo? No entiendo.

Horace resopló, suponía que una mente que no fuera como la de él entendería algo así de importante.

―Esto ―dijo Horace agitando el dedo―, puede usarse para trabajar en nanotecnología para crear un traje. Pienso hacer uno mejor para que tenga una especie de blindaje corporal mejor que un chaleco antibalas, ja, pueda que hasta resista radiación si yo lo deseo. Claro que tomará su tiempo y dinero, pero lo crearé.

Tony asintió y comentó algo que sí sonaba inteligente.

―Si te tomará tiempo y dinero, significa que solo podrás crear uno, ¿verdad?

Su amigo mostró una sonrisa triste.

―Exacto. Hay estas limitaciones, pero en serio me gustaría crear una por cada uno de los Guerreros Sanguinarios. Así los volvería inmortales a todo tipo de daño mientras tratamos de matar a esos DELTA.

Tony volvió a mirar el dedo cubierto. Si eso podía convertirse en algo blindado, entonces había personas que lo necesitarían más. Y no se trataba de él.

―No será necesario crear uno para ellos, pienso que es mejor que se los des a las chicas.

Horace frunció el ceño, ahora pensaba que dijo algo muy estúpido.

―¿Por qué debería confiarle a Isabella y a Stela un arma como ésta?

―Porque ellas ya son parte de RAGE ―Contestó Tony―. Ambas salieron en misión y cumplieron con éxito. Han sido bien entrenadas por Rowena y por Alan, incluso los conocimientos que tú le has dado a Rowena sirvieron en ellas. Pero es obvio que Isabella y Stela no tienen ningún poder, así como yo tampoco lo tengo, es por esa razón que prefiero que se los entregues a ellas. Alicia no lo necesita porque siempre está al margen de todo.

―Tú eres nuestro líder en RAGE ―dijo Horace, alzando la voz―. ¡Si hay alguien que merece este nanotraje, deberás ser tú!

Tony sonrió y se acercó a Horace, apuntó con su cabeza el dedo de metal.

―Te tomaste cinco años en que esas cosas pudieran cubrirte el dedo... ¿cuánto tiempo te tomará para que pueda cubrir un cuerpo entero? ―Horace enmudeció. Se sintió ofendido, como si hubiesen insultado su inteligencia con ese comentario. Tony pareció percatarse de esto―. No quise sonar grosero, Horace. Pero no tengo vida eterna.

―Lo sé ―dijo Horace. Le fastidiaba tener que dárselas a ellas, pero en cierta forma él tenía razón. Alicia no lo necesitaba y los Guerreros Sanguinarios podían desviar balas o detectar el olor de una granada a varios metros antes de que retiren la anilla. Ellas que ya habían salido en misión, la necesitaban mucho más.

Aunque seguía sin apreciarlas tanto como Tony a ellas, de todos modos, las dos muchachas demostraron su potencial sin ser descubiertas. Eso fue algo que Horace no podía negar, así que, en cierta forma, reflexionó en que el traje podría quedárselo alguien que no esté en la mira, pues si Tony llegase a ser descubierto descubrirían el traje. Era mejor que Isabella o Stela lo tengan.

―Haré el traje para una de ellas ―Concluyó Horace

―Sé que lo conseguirás.

Horace asintió, era cierto que lo conseguiría.

***

1 de septiembre del 2015

Alicia Gómez, había logrado expandir la administración y agrupamiento dentro de RAGE incluyendo más personal. Ella se mantendría como principal, sin ser vista por nadie, pero tendría muchos subordinados que le enviarían la información más relevante de cada país. De esta forma ella se ahorraba tiempo de tener que revisar cada presunto caso de RAGE y a la vez podía descansar un poco de tanto por revisar. Fue gracias a su ayuda que RAGE fue creciendo, pues Tony no se equivocó con ella de todos modos.

Aunque en esta ocasión sucedió algo curioso que Alicia se enteró. Dentro de la ASPM también había, lo que Tony comenzó a llamar, Soldados de RAGE. Entre sus espías había soldados y estos daban mejor información que muchos otros. Y gracias a esos informantes que tenía, se enteró que a los principales soldados de RAGE los llamaban Contactos. Esta noticia fue algo que Tony necesitaba saber, así que convocó a los miembros principales a una reunión.

***

8 de septiembre del 2015

En una noche se hizo por primera vez una reunión completa con todos los soldados principales de RAGE. Antes se hacía reuniones por separado, pero esta vez fue diferente. Además, esta fue la primera reunión en la que Elliot conoció a Isabella y Stela Oldman. Rowena les había dicho que traten de ser distantes o estar lejos de él, pues lo consideraba un hombre estúpido y vulgar.

Sin embargo, cuando Elliot se puso cara a cara con ambas muchachas, él les hizo reverencia.

―Buenas noches, señoritas Oldman. Es de mi agrado ver que las conozco por fin después de mucho tiempo que solo he oído rumores y anécdotas sobre las dos.

―¿Qué clase de rumores y anécdotas? ―preguntó Stela.

―Sobre que las hermosas hijas de Tony Oldman son tan sagaces y perspicaces como él. Me halaga mucho saber que estoy frente a ellas en esta reunión. Me enteré de que cometieron sus primeros asesinatos para RAGE con éxito, algo muy notable para un par de jóvenes.

Ambas muchachas sonrieron y vieron de reojo a Rowena, quien estaba con una ceja a punto de subírsele hasta los cabellos por la enorme confusión que sentía.

―Es un gusto verte, Elliot ―comentó Isabella―. No te ves tan... loco, como los otros dicen. Al menos mi padre no dice nada de eso.

―Pues Tony me tiene bien visto y me agrada saber que no me desprecia. A veces las personas incomprendidas terminan siendo rechazadas por otras.

―Puede ser ―dijo Stela―. Bien, entremos a la sala, papá estará por llegar.

Ambas muchachas ingresaron a la sala, mientras que Elliot se volvió hacia Rowena.

―Mami, ahora sí te has puesto esos vaqueros bien ajustados, tienes un culazo increíble.

Rowena lo fulminó con la mirada.

―Si no fuera porque Tony te ve como el Guerrero Sanguinario más fuerte de todos nosotros, te juro que te habría arrancado la puta lengua.

―Ah, vamos, tan solo te halago un poquito... ¿Crees que miento? No diría esa clase de cosas si tu culo fuera una tabla como las viejas de sesenta años. A ésas el culo se les va más pa' dentro que pa' fuera.

―Mejor busco un asiento lejos de ti.

La mayoría ya había ingresado a la sala. Ellos estaban esperando a Tony y Alicia. Chikae estaba hablando con Alan sobre unos pasteles que había comido el mes pasado. Rowena oía con atención mientras ignoraba a Elliot que seguía halagándola hasta que se detuvo ya que no respondía a nada. Las chicas hablaban entre sí.

―¿Por qué siempre traes puesta esa ropa? ―preguntó Isabella a Stela.

Su hermana llevaba ropa deportiva, normalmente es lo único que se ponía.

―Es muy cómodo.

―Deberías usar otra clase de ropa ―dijo Isabella―. No es malo ponerse deportivo, pero está bien variar de vez en cuando.

―Oh, bueno... quizá lo haga algún día...

Isabella sonrió. Sabía que ella no lo haría, no iba a cambiar su gusto tan de inmediato y eso le gustó, pues en cierta forma, su hermana comenzaba a decidir más por su cuenta y así no tener que estar presente para cada cosa. Se volvía más independiente, cosa que le gustó mucho. Podrán ser decisiones insignificantes por ahora, pero creía que ella mejoraría con el tiempo.

Entonces fue cuando Tony llegó con Alicia y se hizo el silencio, incluso Elliot quien estaba sonriendo sin ninguna razón cambió a un rostro serio. Tony habló con rapidez sobre la importancia de la reunión.

―Con Horace hemos estado hablando sobre cómo encaminaremos a RAGE para que podamos destruir a los DELTA, cada vez ese sueño está más cerca y lo conseguiremos a través del Plan Maestro, un plan que será capaz de darnos la victoria. Es tu turno para hablar, Horace.

Horace asintió y todos se volvieron hacia él.

―Primero quiero empezar con esto ―dijo Horace sacando una especie de laptop muy diferente, pues se veía más ancha por la parte inferior. Al levantar la tapa de la laptop dio la vuelta y enseñó una ventana abierta con fondo negro y letras blancas―. Esto de aquí, es algo que he llamado el Virus Fantasma. Podrá adentrarse en el sistema de las instalaciones DELTA y corromperlo, haciendo que toda la información que aguarde allí, salga a la luz al mundo entero. Todo documento y programa será expuesto al mundo, así sabrán de su existencia y al mismo tiempo podremos destruirlos.

―¿Y cómo lo hacemos? ―Inquirió Chikae―. No podemos ni siquiera entrar en ese sitio.

―Para eso he estado creando algo increíble que nos ayudará para cuando estemos listos. Se llama nanotraje.

Esta vez Horace apartó la gruesa laptop y colocó la misma bandeja con los diminutos trozos de metal. Todos se pusieron de pie para ver de qué se trataba aquello.

―Cubrir mano ―Ordenó Horace.

Entonces su mano se cubrió de metal. Todos allí se conmocionaron, a excepción de Tony que estaba riendo. Elliot se subió a su silla.

―¡Eso es del diablo, mijo! Pero... ¿qué es?

―Nanotecnología. He estado durante unos años trabajando en ello y he conseguido buenos resultados. Pienso hacer trajes para cada uno, pero no será sencillo. Por ahora, las candidatas a usar esto cuando esté terminado serán Isabella o Stela.

Ellas abrieron mucho los ojos.

―¿Nosotras? ―preguntó Isabella.

―Ustedes se expondrán a muchas cosas peligrosas en un futuro, no son como los Guerreros Sanguinarios. Así que cuando esto esté preparado, alguna lo usará.

Rostros de emoción lucieron en los rostros de las jóvenes. Aún no estaría hecho, pero sabían que pronto estará terminado. Entonces todos se sentaron y esta vez, Tony permitió a Alicia que hable.

―Lo último es que los espías de la ASPM han estado nombrando a nosotros como Contactos, así que propuse a Tony que elijamos números al azar para que cada uno lo tenga.

―¿Y qué sentido tiene hacerlo? ―preguntó Alan.

―Pues es mejor que nos llamen por un apodo que por un nombre real ―respondió Rowena.

―Y porque podríamos usar a nuestro favor varios apodos falsos, de esa manera no nos descubrirán en mucho tiempo.

―Exacto ―dijo Alicia y sacó una bolsa con ocho números en su interior―. Escojan, da igual el orden en el que salgan.

Cada uno retiró un número diferente, quedando así:

Isabella Oldman, Contacto 1.

Stela Oldman, Contacto 2.

Alicia Gómez, Contacto 3.

Horace Maxon, Contacto 4.

Chikae Brooks, Contacto 5.

Alan Davis, Contacto 6.

Rowena Allen, Contacto 7.

Elliot Young, Contacto 8.

Muchos sonrieron al número, en especial Isabella, quien había sacado el primero. Algo que también emocionó un poco a Tony, puesto que si ella seguía mejorando dentro de RAGE, podría ser su sucesora en caso de que él muriera.

A fin de cuentas, pensaba que sería buena para ser líder dentro de RAGE. Sin embargo, por como iban las cosas, no había muchas esperanzas de que Tony muriera. Sus Contactos iban completando las misiones de captura y asesinato, Alicia lograba integrar más personas a RAGE a través de la mentira de la gente corrupta y sentía que allí se hizo una especie de familia. Sus hijas se llevaban bien con la mayoría (a excepción de Horace), todo iba bien.

Demasiado bien.

En 2018, RAGE recibiría el primer gran golpe que haría desbaratar muchos de sus planes.

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