CAPITULO 54

―Mierda... tenemos que ayudarlos de alguna forma ―dijo Kenny frente a Augustus.

―Te digo que todos mis hombres ya fueron hacia allá. Los únicos que quizá puedan ayudarlos sean las ambulancias y equipos de primeros auxilios que están alrededor de la colina.

―¿Los que dijo Stela?

―Sí, ellos.

Kenny sin embargo se dio cuenta de algo...

―No podemos confiar en ellos. ¿Cómo podemos estar seguros de que van a ayudar a los nuestros y no solo a RAGE?

Augustus parpadeó, perplejo. Entonces le hizo un ademán al analista.

―Ven, iremos a averiguarlo. Tengo una moto acá afuera, trataremos de ir por los bordes de la colina, tengo entendido que ahí se posicionarán estos equipos médicos. Si nos damos prisa los salvaremos.

***

Isabella Oldman vs Ariana Crowell

A duras penas habían llegado al cuarto piso y habiendo confirmado que la información se filtró, Ariana se dio la vuelta viendo como Isabella alargó el puño dándole en la cara. Ariana se tambaleó, pero de inmediato activó su Instinto Asesino, su último chance de hacerlo. Suponía que esta oportunidad sería suficiente para matarla.

―¡Nano cuchillo y nudillos galvanizados! ―gritó Ariana. Las nano piezas se desplegaron de formas diferentes hasta que un cuchillo apareció en su mano y sus nudillos se mostraron como aquellos nudillos americanos, solo que estos desprendían electricidad.

Blandió el cuchillo en el cuerpo de Isabella, pero a pesar de los intentos de cortarla no sirvieron de nada. Se maldijo así misma por perder el tiempo de esa manera. Aunque se percató de que los nudillos sí hacían su efecto.

Isabella intentó cruzar un puñetazo a la cabeza de Ariana, pero que no acertó ya que ella con el instinto se permitió así misma estrechar su cuerpo con el de Isabella cruzando otro golpe, entrelazando ambos brazos hasta que el puño sacudió la cabeza de Isabella hacia atrás. Los ataques eléctricos parecían atontarla.

―¿Qué mierda es eso? ―preguntó Isabella, furiosa.

Ariana, sin necesidad de responder, puso los puños en alto.

Isabella levantó su pierna muy alto, su pie debía de darle en la cara a la gemela, pero se sorprendió al ver que ella lo esquivó y le dio un puñetazo eléctrico en la cara interna de la rodilla. Esa parte más blanda para el nanotraje de Isabella hizo que la potente descarga la hiciera estremecerse. La descarga eléctrica destrozó esa zona junto con sus piezas.

En el casco de Isabella salía una indicación de que se había destruido una parte del traje, por lo que las piezas iban a recubrir esa zona nuevamente. Ariana lanzó otro puñetazo que a Isabella no le dio tiempo de reaccionar por estar distraída en la pantalla interna del casco, trató de pararlo con el brazo, pero el impacto se lo llevó el codo, haciendo añicos las piezas del nanotraje. Isabella se apartó un poco, volviendo a leer la misma indicación, pero ya no era solo eso, sino que había reducciones bruscas en su nanotraje.

Las piezas de nano tecnología intentaban sobrecargar de energía esas zonas del cuerpo para que no se desprendieran, pero el golpe de los nudillos galvanizados solo hacía que se vieran obligadas a aumentar la energía. Ese aumento de energía se gastaba, perdiéndose una pequeña cantidad extra.

En otras palabras, el porcentaje de la energía menguaba con cada golpe contundente en zonas específicas, mientras que las nano piezas caían destruidas.

Isabella, apretó el puño y contraatacó. Ahora no importaba defenderse, solo atacar y contraatacar de forma rápida, no debía darle oportunidad a la gemela de que ella dejarle el cuerpo descubierto por las piezas destruidas.

Ariana desvió otro ataque mientras esquivaba al anciano que había muerto en el suelo minutos antes. Los pacientes se cruzaban entre ellas como una multitud asustada ante la repentina confrontación.

Isabella pisó el cuerpo de anciano y lanzó una patada en el aire, haciendo que Ariana lo esquive de lado, viendo la posibilidad de propinarle un puñetazo en la rodilla cuando ella puso el pie en el suelo. Otra porción de piezas y energía menguaba. Isabella se enfurecía cada vez más.

Era mejor tomar distancia... era mejor dejarla ahí...

Isabella se alejó de Ariana, corriendo hacia el ascensor. Empujó a una mujer que se interponía en su camino, luego vio a un señor calvo que le sirvió a Isabella para agarrarlo de los hombros y tirarlo al suelo para que sea un obstáculo para Ariana. Aunque Ariana no tuvo complicaciones al esquivar ya que podía prever la caída de los sujetos de prueba. Isabella iba a replegar las piezas del casco para subir, pero Ariana la embistió haciendo que ambas cayeran al suelo, dentro del ascensor.

Mientras que ellas peleaban ahí, en el quinto piso el humo aumentaba. De repente, los CPU comenzaron a prenderse fuego y una explosión fuerte ocurrió allí.

El ascensor se cerró de repente. Las luces del techo titilaron. Ambas no entendían que pasaba. Lo que sucedía era que todo el edificio central funcionaba a través del quinto piso, por lo que al destruirlo dio ordenes a diferentes cosas dentro del cuartel. El ascensor al detectar el peso de ambas mujeres, comprendió que era momento de subirlas al tercer piso.

Ariana sentía que su instinto asesino menguaba, en segundos se terminaría el efecto. Debía matar a Isabella en este sitio. Se subió encima de ella y continuó dándole puñetazos, pero como Isabella trataba de defenderse con los brazos, los nudillos descargaban golpes eléctricos que llegaron a destruir las nano piezas de los codos.

Isabella intentó empujar a Ariana cuando la vio detenerse de forma abrupta. Los efectos post instinto asesino aparecieron en ella, deteniéndola de continuar. El dolo era más intenso en este tercer uso. Después de eso, Isabella golpeó a la gemela y la hizo quitarse de encima.

―¡Es mi turno!

Isabella fue quien se puso encima de Ariana y comenzó a asestar golpes sobre ella. Ariana intentaba quitársela de encima, pero era más pesada. Alzó su pie tan alto de modo que golpeó la nuca de Isabella, pero eso apenas la detuvo. Ariana agarró las muñecas de Isabella y tiró de ella para darle un cabezazo.

Eso sí funcionó, Isabella cayó al suelo y trató de salir del ascensor. Pero Isabella la detuvo agarrándola del tobillo, haciendo que se tropiece y caiga de rodillas. Isabella se levantó de un salto y aprovechó su oportunidad al ver que Ariana también se iba poniendo de pie, pero Isabella fue la que había iniciado una cantidad de golpes seguidos.

Ariana sintió que ella la golpeaba en el pecho, el abdomen, la cadera, las piernas y la cara. El nanotraje repelía el dolor un poco, pero hacer eso hacía que pierda energía. Ariana intentaba detener esos golpes, pero no lograría hacerlo porque su rival era más hábil en combate que ella. Así que tuvo que utilizar su único recurso.

Ariana se apartó unos metros, poniendo ambas manos en los muslos y sacando las jeringas de epinefrina. Ambas se las inyectó rápidamente en el muslo a la vez que Isabella le dio una patada en el mentón. Isabella echó un vistazo al suelo, viendo las jeringas que cayeron a los lados del suelo.

―¿Qué te has inyectado?

Ariana quería mantener la mayor cantidad de energía posible. Se había excedido en inyectarse ambas jeringas, por lo que intentó activar el instinto asesino nuevamente... pero por la gran carga de adrenalina que corría en su cuerpo, en su lugar, terminó activando el Instinto Sanguinario.

Isabella iba a darle una patada más al ver que, a pesar de que la gemela tenía la cabeza agachada, una mano detuvo el golpe. Ella retrocedió apartando el pie, la gemela gritaba por el dolor, gruñía como si fuego le recorriera por las venas en vez de sangre. Ariana intentó arañarse la cabeza, pero el casco se lo prohibía.

―Mierda... ―dijo Isabella, mirando el ascensor. Si dejaba que ese monstruo acabara con el resto de sus nano piezas ella moriría.

Ariana soltó un último grito de dolor y se abalanzó sobre Isabella que estaba corriendo hacia el ascensor. Ambas quedaron dentro una vez más, cerrándose las puertas con la misma malinterpretación de orden. Entonces ambas mujeres siguieron subiendo, ahora al segundo piso.

En el interior, Ariana trataba de asfixiar a Isabella con sus propias manos. No obstante, tuvo que apartarse porque Isabella trataba de asfixiarla también. Dejó atrás esa idea y quiso continuar la pelea a puñetazos, solo que ahora los nudillos galvanizados se habían escondido. Eso fue una acción del propio traje al ver que hubo un tiempo en el que estaba sin usarlo, así que para no gastar energía se replegaron con el resto de las piezas.

Isabella se trató de levantar, se puso entre las puertas del ascensor, tratando de sostener a Ariana y esperando que la puerta se cerrara aplastándola. Le costaba mucho mantenerla sobre la línea de cierre, Ariana empujaba o tiraba de ella. Isabella comenzó a dejar de tener los pies en el suelo, Ariana la había cargado con su propia fuerza y la hizo caer al exterior.

Entre ambas mujeres forcejearon. Ariana la soltó y trató de alargar la mano hacia un rifle de asalto Y-90 que había en el suelo, pero Isabella pudo ver sus intenciones así que intentó agarrarla de nuevo. Ariana dio un cabezazo otra vez y ahora sostuvo el rifle con una mano, acercando la punta del arma sobre la cara de Isabella. Apretó el gatillo, pero las balas no eran efectivas porque la cabeza de Isabella estaba cubierta con el nano casco. Ariana vio que solo había disparos secos del arma, por lo que decidió golpear a Isabella con la culata como si fuera un cavernícola golpeando una piedra con otra.

Isabella apartó el arma y asestó un fuerte golpe en la cara a Ariana. Ariana hizo lo mismo, pero el golpe fue en costado de la cabeza. Creyó que eso había servido porque la gemela se apartó, tosiendo, parecía que de repente le faltaba el aire. Por un instante, Isabella creía que el uso completo del Guerrero Sanguinario había terminado, pero la cuestión era otra...

El golpe la dejó atontada, desorientada. A pesar de que el casco la protegía, este golpe no le hizo reaccionar a tiempo. Además...

Resulta que, como Ariana nunca hizo pruebas inyectándose las jeringas de epinefrina para activar el poder, había generado un desgaste físico muy fuerte para su cuerpo. El Instinto Sanguinario parecía rechazar la intención de continuar su uso, por lo que se desactivó sobre su cuerpo y mente, sintiendo una punzada en su cabeza como si le hubieran empalado el cerebro. No había muerto, pero estaba tan aturdida como para reaccionar. Ariana lentamente fue descubriendo dónde estaba, sin recordar dónde precisamente.

Ariana volvió a toser y vio caer en el suelo algo redondo. En un parpadeo su cuerpo entero chocó contra la pared cuando la granada explotó. Las nano piezas del lado derecho de su cuerpo desaparecieron.

Ariana tosía, tratando de entender dónde estaba. Al alzar la mirada descubrió a Isabella apretando el gatillo de una pistola, pero sin balas. Ella lo tiró al suelo intentando buscar otra cosa.

―Debo matarla... ―Susurró Ariana, recuperando la consciencia.

La cabeza le dolía a mares, pero aún debía pelear. Ahora recordaba contra quién peleaba, así que se levantó y corrió por un pasillo, escondiéndose.

Isabella había quitado otra granada del cuerpo de un espía caído. Al intentar buscar a la gemela nuevamente se percataría de que ella se había movido de su lugar. Al mirar hacia la izquierda vio como Ariana se abalanzaba sobre sus manos, tratando de arrebatar la granada. Isabella forcejaba con ella para evitar que ella se lo quitara, pero entonces consideró una cosa... acabaría con la hermana con su último aliento.

―Si te niegas a morir, haré que mueras conmigo ―Exclamó Isabella, jadeando. Su mano trataba de acercarse a la anilla para quitarla, cuando lo haga abrazara a la gemela para morir con ella.

Ariana no quería que ella lo hiciera, una granada podía explotarle a cualquiera de las dos o pueda que a ambas. Isabella le daba patadas en los costados de su cuerpo, incluso le dio un cabezazo en el lado descubierto de Ariana, pero la gemela la sostenía con fuerza a pesar de que su cerebro parecía haberse sacudido. Aunque el poder del Guerrero Sanguinario le permitiera seguir con vida manteniendo el cerebro en el mejor estado posible, le dolía mucho.

La mano de Isabella estaba más cerca de la anilla, Ariana perdía fuerzas.

Entonces pensó en un plan...

Levantó la mirada al traje de Isabella, en buen estado. Lo que tenía en mente era difícil de averiguar, pero era más factible para desaparecerla de una buena vez. Ariana dejó que su mano subiera más y dijo:

―Nanotraje, escanea piezas similares a las tuyas y extráelas para que formen parte de mí. No dejes que el otro usuario recupere su nano tecnología.

Isabella abrió los ojos de par en par, viendo como aquellas piezas que se veían como metal líquido se escurrieron por los brazos de Isabella. En el casco de Isabella se veía que había fallos, defectos en las imágenes. De repente sintió el frío del pasillo, su cuerpo cada vez más estaba descubierto de nano tecnología, todo el material se fue transfiriendo a Ariana.

Estaba desnuda de tecnología, se veía su ropa que se había puesto la noche anterior.

―¡Regresen, regresen a mí! ―gritó Isabella.

Ariana se dio cuenta que isabella se había descuidado, de modo que fue ella quien retiró la anilla de la granada. Los ojos de Isabella se abrieron como si quisieran salirse de su cabeza.

―¡Quítate!

Ariana la abrazó con fuerza cuando el explosivo cayó al suelo. Isabella trató de golpearla, ya sin nada que pudiera protegerla.

Al final ocurrió una explosión bajo sus pies.

Seguida de otra más, pero proveniente del tercer piso ya que acababa de explotar, haciendo temblar los suelos y cada uno de los pisos.

***

Rowena Allen y Stela Oldman vs Nathan Crowell y Ernie Kilian

La orden de ataque por parte de Alicia se había dado, Stela lo había escuchado muy bien, por lo que seguía corriendo hasta el cuartel. Cuando creyó que el gemelo se le pudo haber terminado el poder del Instinto Asesino decidió acercarse por su cuenta, esquivando vehículos que fueron destrozados en el transcurso de esta mañana.

Estaba llegando cuando oyó la orden de Alicia. Quería ayudar a matar a los demás.

Sin embargo, a quien se topó fue a Nathan que acababa de salir de una especie de bodega, sosteniendo una pistola. También se percató de que el gemelo todavía mantenía piezas del nanotraje en su cuerpo, aunque no las suficientes porque parecía tener únicamente guantes y botas. Stela vio los ojos rojizos del hermano, esperando lo peor, pero se dio cuenta que estaba en su estado normal cuando le habló.

―Quédate quieta.

Stela levantó una metralleta que había cogido de un espía que había muerto. Apretó el gatillo, tres balas en ráfagas salieron en dirección al gemelo, pero él corrió hacia la izquierda para ponerse a cubierto en una barricada, recibiendo los proyectiles en el costado del abdomen. Al gemelo le dolía, pero no le preocupaba tanto porque el chaleco antibalas absorbió el daño. El gemelo se asomó un poco.

―¡¿Así quieres terminar las cosas, Stela?!

―¡Así tiene que ser, Nathan!

Otra ráfaga de tiros, pero que erraron en los sacos que cubrían a Nathan.

―¿Todo esto para qué? ¡Hemos cumplido con nuestro objetivo, ya no hay por qué seguir peleando...!

Nathan se quedó helado al oír pasos a su lado, al volver la vista se percató de que Rowena había aparecido.

―El objetivo lo era todo para RAGE ―dijo Rowena―. Pero esta pelea que estamos teniendo con ustedes, es por Tony y Horace.

―¡Ellos están muertos! ¿Por qué querrían seguir matándonos?

―Tú no lo entenderías ―Comentó Stela―. Esta venganza es porque mi papá y Horace eran quienes deseaban más ver este final, pero con sus estupideces ellos no lograron verlo. Así como ellos no vivirán para ver un futuro donde los DELTA ya no existen, ustedes tampoco llegarán al futuro para saber qué pasa después.

Stela se percató de que alguien se acercaba detrás de ella, pero al no haberse dado cuenta a tiempo vio por el rabillo del ojo como su antiguo profesor, Ernie Kilian, disparó a Stela por la espalda hiriéndola de gravedad. Aunque no pudo verlo bien, el profesor Ernie estaba herido y cansado por la pelea, apenas parecía poder resistir, ni siquiera ponerse en pie.

Ella también tenía blindaje en el torso, pero lo que usó Ernie era una ametralladora ligera que los espías habían dejado caer en la pelea, un arma con balas que podían perforar el blindaje.

Los impactos de bala hicieron que Stela cayera al suelo mientras se desangraba.

Rowena se percató del ataque, así que se acercó a gran velocidad, saltando por encima de la barricada y girando el bastón Bo. Dejó atrás al gemelo. Ernie apretó el gatillo de la ametralladora, pero ya no había más balas que soltar, por lo que dejó caer el arma y pudo ver cómo el bastón desprendió una punta afilada de un extremo, atravesándole el pecho hasta salir al otro lado. Ernie con su último aliento, miró al gemelo y dijo:

―Nathan, usa ese poder tuyo, yo ya no tengo nada más que hacer...

Rowena le extrajo el bastón y al darse la vuelta, tanto ella como él activaron el poder al mismo tiempo. Rowena podía activarla dos veces más, el gemelo en cambio podía tres veces.

Nathan todavía conservaba parte del nanotraje, así que sacó el cuchillo de nano tecnología. Las piezas de su mano derecha se desfiguraron hasta mostrar un arma afilada que la empuñó. Rowena se acercó a él, haciendo girar el bastón entre sus dedos, lanzando golpes que el gemelo iba esquivando poco a poco. Pasó el bastón para atacarlo por encima de su cabeza y Nathan se agachó para evitarlo, pero Rowena giró sobre sus pies y blandió el extremo del bastón con la hoja afilada. El gemelo lo esquivó moviéndose hacia la derecha, giró por el suelo para tomar un poco de distancia, pero Rowena apretó un botón que servía de gatillo.

Nathan abrió los ojos de par en par y dio un giro más para adelantarse un poco más para así evitar la punta de lanza que acababa de ser disparada. Nathan se puso de rodillas y sin tener tanto tiempo para levantarse adecuadamente, detuvo el bastón Bo a punto de golpearle en la cara.

El extremo de este bastón estaba emitiendo unos sonidos como si contuviera electricidad. Nathan sostuvo con fuerza el bastón de metal, si Rowena lograba empujarlo lograría atacarlo y aturdirlo.

Aturdir... pensó el gemelo.

Rowena lo pateó y al ver que había una pistola en el suelo, ella lo recogió apuntando a Nathan, pero él al ver lo que quería hacer, logró agarrarla e hizo que apunte más abajo. Rowena disparó repetidas veces en el corazón del gemelo, una de las balas terminó perforando el blindaje.

Cuando el arma se descargó, se apartó un instante para usar el bastón de nuevo.

Lo que Rowena hizo ahora, fue que el bastón intentara golpearlo en la cabeza, aunque Nathan retrocedió dando una voltereta. Rowena siguió al gemelo, presionándolo para que no se aleje mucho. Rowena blandió el bastón en diferentes golpes tratando de que el gemelo se descuide. Para cuando Rowena vio que el gemelo deshizo el cuchillo, vio que ahora esas piezas volvieron a su lugar y no solo ésas, sino que también las que estaban en sus pies.

Solo dejó sus brazos y la mitad inferior de su cabeza como escudo de nanotecnología. Rowena no se puso a pensar mucho en eso, simplemente corrió hacia el gemelo agitando el bastón para asestarle un posible golpe.

―Electricidad de nudillos galvanizados, desplazar a las palmas de la mano ―dijo Nathan.

Rowena intentó dar otro golpe, pero el gemelo consiguió agarrar el extremo más cercano a las manos de Rowena, de modo que la electricidad recorrió de pies a cabeza, interrumpiendo el uso del instinto asesino. Rowena cayó de espaldas. Nathan también se sintió atontado porque en ese instante el poder se le había agotado el tiempo.

Ambos se estaban recuperando. Rowena iba recuperando la consciencia después de haber recibido aquella descarga eléctrica. Al intentar sentarse, Nathan la golpeó en la cabeza con el extremo electrocutado del bastón. Ella volvió a caer en el suelo, sacudiéndose por la descarga eléctrica.

Nathan volvió a darle con el bastón otra vez y se dio cuenta que el suelo había temblado... es como si... aquello hubiera venido del edificio central, en los subsuelos.

Energía del traje, agotada. Energía del traje, agotada. Cinco por ciento restante.

Eso lo escuchó Nathan en sus oídos, la indicación era clara.

Nathan entonces volvió a crear el nano cuchillo en su mano, mientras la voz se quejaba en sus oídos de que la energía se estaba terminando más rápido. El gemelo alzó el cuchillo y lo hundió en el cuello de Rowena. Ella intentó apartarse el arma, pero el gemelo torció el cuchillo de modo que hiriera con más profundidad al Contacto. En un último intento por levantarse, Nathan la remató con el bastón Bo una vez más.

Rowena ya no se levantaría de nuevo, hasta ahí había llegado.

Nathan comenzó a jadear, cansado, se había tardado en levantarse. De repente, el suelo comenzó a temblar, parecía que se dio otra explosión más adelante.

El gemelo bajó la mirada hacia el pecho, viendo que sentía cierta presión que le punzaba en el corazón. Al quitarse el chaleco se dio cuenta que algunas balas cayeron al suelo y el gemelo abrió los ojos al ver que había una bala que no entró en su cuerpo.

Cuídalo con tu corazón y éste cuidará del tuyo.

El collar de Luke Thomas evitó una muerte segura, porque en el dije del collar se veía una bala incrustada que no pudo atravesarlo hasta darle en el pecho. Nathan rió a carcajadas, aunque el cuerpo le dolía, se había alegrado mucho.

Al volver la vista hacia donde estaba su profesor Ernie, se percató de que Stela se había movido.

En realidad, se estaba arrastrando. Stela iba arrastrando su cuerpo en dirección al edificio central. El gemelo se acercó a ella sin ninguna pizca de alegría, solo furia es lo que tenía el gemelo por lo que le terminó enterrando el cuchillo en la mano con la que Stela estaba usando para avanzar.

Stela gimoteó por el dolor, levantando la vista al gemelo.

―Mi hermana... ―dijo Stela―, está ahí abajo...

―Lo sé, la mía también ―dijo Nathan―. Sé que ella estará bien, estoy seguro. Pero tú no vas a ver a Isabella.

―¡Apártate! ―Vociferó Stela con sus pocas fuerzas. La sangre había salido en gran cantidad que no se podía curar.

El gemelo se quedó quieto, mirándola con odio.

―¿Sabes lo que me enteré en los recuerdos de Chikae cuando fui a Rode Skoger? ―preguntó Nathan―. Tú estabas ahí en DeSoto, el día que mis padres y mi hermano mayor fueron asesinados por tu gente ―Nathan se puso de rodillas―. Tu "padre" los mandó, pero fuiste tú quien les ordenó matar a la familia, eso le explicaste a Chikae tiempo después, ese recuerdo es tan latente en mí, Stela. Lo peor de todo es saber que a pesar de que diste esa orden, tú me mentías en la cara fingiendo ser mi amiga para ganarte mi confianza. Eso no es algo que pueda perdonar.

El gemelo alzó la mano que tenía puntas que se veían como cuatro púas en la palma de su mano. Se oía un sonido electrificado.

―No tuviste piedad con mi familia, yo no tendré piedad contigo.

Stela abrió los ojos como platos. El gemelo aplastó la cara de Stela con la mano y lo poco de energía que quedaba lo terminó en ese último ataque que acabaría con la vida de ella.

El nanotraje de Nathan Crowell desapareció.

El gemelo dejó atrás el cuerpo de Stela y trató de ir hacia sus otros amigos que todavía seguían en combate. Activó su instinto asesino mientras corría hacia ellos.

Por el olor de cada persona que estaba peleando allí fuera, se había dado cuenta que algunos habían muerto.

Fue entonces que sucedieron dos cosas al mismo tiempo.

Nathan se percató que los latidos de Sonya se habían reducido en gran medida.

Lo segundo fue mucho peor, porque de repente su cuerpo comenzó a sentirse agarrotado. Había perdido la movilidad. El gemelo, entre negaciones, intentó recobrar su fuerza para ir a ayudar a sus amigos. Cayó de rodillas, los músculos de su cuerpo parecían endurecerse.

Pero no iba a hacer nada, puesto que, de un segundo a otro... uno de sus ojos explotó...

***

Elliot Young VS Lissa Carver, Sonya Mendes, Anna Humphrey, Karina Rose y Brutus

Elliot soltó una carcajada atronadora al cielo. Mientras los demás oían que Augustus decía que RAGE dio inicio al ataque, Elliot no perdió tiempo por lo que corrió hacia todos los que estaban cerca de él, todos aquellos que no pertenecían a los Contactos de RAGE. Corrió en línea recta, blandiendo el hacha aquí y allá, hiriendo a sus víctimas. La sangre que se salpicaba sobre su cuerpo eran memorias de una vida pasada que lo emocionaban.

Hizo un corte ardiente de modo que pudo cercenar el brazo derecho de Sonya, la extremidad que colgaba de su codo cayó al suelo como si se hubiera usado mal el pegamento. Lissa recibió un corte largo en su brazo. Anna sintió que el abdomen le hicieron un corte no tan profundo, pero que había sido doloroso por sentir una sensación llameante sobre el corte. Karina logró ver lo que hacía, de manera que se echó para atrás evadiendo el hacha de Elliot. Brutus solo tuvo que esquivar saltando hacia atrás.

Elliot frunció el ceño.

Al principio no entendía bien por qué han sobrevivido. Como había activado el instinto asesino suponía que lograría matar a todos allí sin necesidad de un arma de fuego. Después cayó en cuenta que ese tipo, el DELTA llamado Augustus habló por los audífonos de esa gente. De alguna forma se enteraron del ataque de RAGE hacia ellos.

A Sonya la habría matado al primer corte, pero ella y el resto retrocedieron cuando Elliot zigzagueó dando hachazos.

Elliot sonrió al ver que del muñón del brazo de Sonya manaba sangre. Así como los otros a los que atacó. Sonya trató de alejarse.

―Vaya, vaya... parece que las cosas no salieron como se planearon ―Levantó levemente el hacha, apretando el botón que hacía que el filo de la hoja se calentara―. No importa, de todas formas, los voy a matar.

El que comenzó la pelea fue Brutus, quien activó su instinto asesino y disparó con una pistola a Elliot. Él alzó el hacha cubriendo su cara, justo donde las balas intentaron acertar. Brutus apretó el gatillo, soltando sonidos secos. Elliot sonreía.

―¡Las armas que hay del suelo están secas! Incluso usamos las que tenían estos imbéciles y las gastamos todas. ¡Es inútil usar armas de fuego contra mí!

Elliot olfateó la polvora dentro de una pistola, solo había tres balas útiles. Él se apartó de un salto, rodando por el suelo. Anna trató de dispararle con lo poco que tenía, apretó el gatillo una vez y Elliot lo pudo esquivar. Pero cuando trató de herirlo al disparar sus últimas balas, Elliot recogió una lámina metálica del suelo que le pertenecía al tanque que destruyeron antes y lo usó como escudo. Después agarró la lámina y la lanzó a Anna como si se tratara de un disco.

Anna tuvo que tirarse al suelo para no ser lastimada.

Elliot dio una voltereta hacia atrás cuando escuchó a Lissa Carver acercarse por su espalda. En realidad, lo que Elliot hizo fue una media voltereta, ya que se mantuvo en el suelo apoyándose con sus dos manos y giró sus pies dándole una patada a Lissa, apartándose. Karina también trató de apoyarla, pero tuvo que echarse para atrás cuando Elliot giró sobre sus manos y en un segundo el hacha volvía a ser blandida con una mano mientras él giraba. Karina se quitó de en medio y, para antes de que Elliot volviera a poner los pies en el suelo, Brutus se acercó a él con un largo cuchillo.

Ambos hombres chocaron metal con metal, filo con filo. Elliot mostraba una sonrisa radiante al ver la habilidad de Brutus con esa arma, era demasiado bueno, muy fuerte y ágil. No podía descuidarse con él.

Brutus alargó la mano para clavarle el cuchillo, pero Elliot se movió hacia la izquierda y, al oler el sudor de Anna se vio obligado a girar sobre sus pies y atacar. Ella era buena también, pero no lo suficiente para tratarse de un Contacto de RAGE, puesto que Elliot hizo arder el hacha e hizo un tajo largo y profundo que cortó a Anna desde el hombro hasta la cadera.

La mujer gritó y cayó al suelo.

Lissa corrió hacia Elliot, con los puños en alto. Elliot la oyó venir, pero era más rápida a pesar de ser tan robusta y pesada. Por lo que se descuidó sintiendo las manos de Lissa alrededor de sus muñecas, deteniéndolo a la fuerza.

―Sostenme esto, preciosa ―dijo Elliot, dejando caer el hacha ardiendo sobre el pie de Lissa.

Ella apartó un pie, dándole ventaja a Elliot para usar el peso de la mujer para tumbarla al suelo rodando con ella. Elliot la dejó ahí tirada, propinándole un codazo en la cara para luego levantarse de inmediato para coger el hacha. Brutus intentó atacar, pero Elliot alzó con rapidez un pie de modo que le dio en la cara a su rival.

Lissa no se levantó rápido, por lo que vio como el hacha de Elliot dio en su cuello, sintiendo un dolor tan caliente como si se hubiera caído agua hirviendo sumado a sentir punzadas. Elliot carcajeó y tiró a Lissa al suelo.

Brutus intentó ser más rápido, pero eso no era algo que a él se le diera bien a pesar de su instinto asesino. Elliot agarró el hacha y antes de que Brutus le hiciera un tajo en la cara, Elliot giró sobre sus pies y pasó el hacha por la mitad del cuchillo, partiendo la hoja en dos partes. La punta del cuchullo cayó al suelo y la hoja ardiente de Elliot se hundió en el pecho de Brutus. Su corazón se disolvió en el filo de la hoja, un calor que era peor que el infierno.

Karina vio de reojo como Brutus estaba perdiendo la vida. Seguía buscando un arma que tuviera balas, ¡debía haber alguna!

Brutus apretó los dientes y abrazó a Elliot para que no se moviera de su sitio. Aunque eso significara agonizar de esa manera, no dejaría que Elliot siga peleando. Tenía que darle tiempo a las demás para que piensen en algo. Elliot alzó un puño y dio fuertes golpes a la cabeza de Brutus.

―¡Muere, muere, muere!

El suelo que pisaba por alguna razón había temblado. No importaba la razón, importaba matar a esta gente.

Elliot trató de arrastrar a Brutus a pesar de que tenía la cara moreteada. Se había dado cuenta que el agarre de Brutus se había reducido, así que al ver que éste agachaba la cabeza un poco, le dio más golpes en la nuca.

Brutus lo empujó, pero eso apenas sirvió porque cuando Elliot tuvo movilidad dio una patada al pecho de Brutus, haciendo el hacha se hunda todavía más. Elliot la agarró por la empuñadura y tiró hacia arriba cortando a Brutus, desangrándolo a la vez que caía.

Olió sangre de alguien que se tambaleaba, así que, al darse la vuelta Elliot vio como Sonya se acercaba a él con una pistola sin balas. Elliot sonrió aún más al darse cuenta.

―¡No podrás contra mí, necesitas dos manos para eso y munición para darme pelea!

Su carcajada sonó con fuerza. Elliot alzó el hacha, viendo como Sonya acortaba la distancia con zancadas. Elliot solo debía darle un ataque mortal para acabar con ella, con eso bastaría. Sonya corrió hacia él y en el momento que faltaba poca distancia, el suelo volvió a temblar. Elliot se tambaleó, perdiendo el equilibrio y sin poder sostenerse en pie.

Al levantar la vista vio cómo Sonya había saltado, mientras ella iba bajando la mano sosteniendo la pistola. Elliot sintió el golpe de la base de la empuñadura de la pistola en la frente.

En ese instante, algo se desconectó...

Se tambaleó retrocediendo unos pasos y sintió los dolores post instinto asesino, pero Elliot sabía que aún podía sostenerlo por más tiempo. No importaba, le quedaba un uso más de todos modos.

Elliot vio como Sonya cayó al suelo despatarrada. Él gruñó, alzando el hacha.

―Esto se acaba aquí...

Elliot se quedó quieto, confundido. De repente no sentía como el poder del Guerrero Sanguinario se apoderaba de él. Intentaba activarlo, pero éste no respondía a él por mucho que esperaba.

Sintió miedo.

―¿Qué...? ¡¿Qué hiciste?!

Sonya le mostró una sonrisa. Había recordado que un fuerte golpe en la frente bien podía apagar el poder del portador, pero según el abuelo Crowell podía ser cualquiera. Aun así, ella se aventuró a probar suerte, aunque eso le cueste la vida. Elliot estaba furioso, volvió a levantar el hacha para matarla de una vez.

Anna, quien estaba cerca, pero débil al mismo tiempo por la perdida de sangre, sabía que Sonya moriría... a no ser que...

Anna se puso de pie con las pocas fuerzas que le quedaba y empujó a Sonya. Al volver la vista, lo último que vio fue aquella hacha, la misma hacha que con su afilada hoja cortó la cara de Anna en una diagonal tan profunda que hizo arder su cerebro desde el lóbulo frontal.

El cuerpo de Anna cayó al suelo y Elliot, sin darle importancia, siguió avanzando.

Sonya se apartó cuando Elliot blandió el hacha contra el suelo, cerca de matarla. Se iba arrastrando hasta que del suelo cayó deslizándose una pistola, Sonya vio que Karina se la había lanzado desde lejos porque ya no había más que ésa con balas. Ella la agarró y sin perder tiempo apretó el gatillo dos veces en el hombro de Elliot.

Él se echó para atrás, soltando el hacha, dejándola caer en el suelo. Elliot quedó en el suelo, gimoteando por el dolor.

Sonya se puso de pie y mantuvo la pistola en alto, apuntando a Elliot.

Del dolor pasó a la risa.

―¡Increíble! ¡Derrotado por una mocosa! Mi amigo Hamilton debe estar carcajeándose desde el infierno.

―Ya cállate.

Apretó el gatillo varias veces. De las cinco veces que lo hizo, solo tres balas fueron las buenas que dieron en la cabeza a Elliot Young.

Sonya soltó la pistola, jadeando. Miró el muñón del que salía sangre, su herida era la peor. Los demás habían muerto, a diferencia de Karina que había estado buscando un arma. Ella se iba acercando.

Sonya cayó de rodillas. Su mano izquierda agarró el hacha y apretó el botón que hacía que el filo ardiera, poniéndose roja.

―¿Qué haces? ―preguntó Karina.

Sonya apretujó su cara, la había comprimido en una horrible mueca de dolor a pesar de que se tomó unos segundos para acercar la hoja ardiente a su herida. Sonó como si hubieran freído carne en una sartén.

Sonya gritó por el dolor, pero esperaba que eso sirviera.

―¡Te ayudaré! ―gritó Karina―. No te quedes dormida, ¿de acuerdo?

Sonya se sentía muy débil, cansada. Solo quería echarse a dormir...

«Sí hago eso, no volveré a ver a Stephen. Ni a Nathan, ni a Ariana ni a Liam. No te duermas...»

«No te duermas... por favor, resiste un poco más...»

A pesar de sus pensamientos, Sonya cayó al suelo.

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