CAPITULO 46

Manada DELTA y Contactos de RAGE ocuparon una gran sala dado que había una gran cantidad de personas allí. A pesar de que eran un grupo numeroso, cada quien buscó su sitio separado de aquellos con quienes no tenían relación tan "amistosa". También se encontraban Brutus y Karina junto a la Manada de lobos. Ernie estaba ocupando un asiento junto a los espías del Código Esperanza, ya lo habían convencido lo suficiente como para saber la clase de locura en la que se iba a meter.

A Augustus le correspondía explicar, por lo que proyectó en una pared la imagen que se visualizaba en una laptop, así todos podrían ver por completo. Lo primero que veían era un dibujo visto desde el cielo de lo que sería el cuartel DELTA. Había un aro irregular de color rojo, un ovalo. Dentro de aquella circunferencia había un rectángulo verde con algunos puntos celestes marcados y dentro de éste, un rectángulo más pequeño que estaba pintado de azul por completo; en cada esquina de la figura había un punto rojo.

Los puntos señalados de color rojo, según en palabras de Augustus, son las antenas que impiden el paso de cualquier información o dispositivo que se retire de las instalaciones. Un celular, una cámara digital o una memoria USB terminarían destruidas si las ondas de las antenas las detectan a kilómetros de distancia. Estas eran las que estaban más apartadas, de modo que cualquiera que quisiera tomar una foto no podría porque para antes de poner un pie en el área su dispositivo estaría inutilizado.

Luego estaba el rectángulo verde, que se trataba de un área que estaba protegida por espías y las barreras eléctricas. Augustus recibió información de buena fuente que allí estarían los espías que fueron recogidos recientemente de la ASPM. La "barrera eléctrica" que no es una pared de metal que tira rayos, sino que se tratan de postes posicionados de manera que cualquiera que intente pasar en medio de dos postes, recibirá una fuerte y mortal descarga. La separación de cada poste es de ocho metros. Los espías estarían desde el interior de las barreras, protegiendo. Los puntos celestes, según Augustus, es la artillería pesada que derribaría cualquier transporte aéreo.

Finalmente estaba el rectángulo azul: el cuartel y las antenas. Aunque por fuera se veía que solo se trataba de eso, al ingresar se podía ver que los pisos subterráneos eran más los que ocupaban mucho más espacio, quizá del tamaño del ovalo.

Augustus pasó a proyectar otra imagen, en la que se veían cada piso del cuartel. Por fuera había dos, no tan importantes ya que solo se ocupaban para las habitaciones del personal y guardar el armamento. El primer piso subterráneo también servía de ese modo, aunque ya había más oficinas. Desde el segundo piso inferior se ponía interesante ya que allí había muchas más oficinas y almacenes con armas. Desde el tercer piso solo se podía bajar por ascensor, no había escaleras. Augustus explicó que allí había el ascensor más inteligente que había visto, pues resulta que detecta las personas que ingresan de manera precisa.

El ascensor soporta una cantidad de veinte personas, funciona a través de un escáner facial que les permite acceder al piso que tienen autorizado. Y no solo eso, lo que hace más problemático es que el ascensor desprende un censor térmico que analiza de pies a cabeza el interior, de manera que sabe que, si hay tres personas y solo dos usaron el escáner facial, el cubículo no desciende. Todos deben pasar por el escáner si desean bajar.

―Si Horace estuviera con vida, habríamos llegado al cuarto piso inferior ―Se quejó Isabella―. Tengo entendido que él trabajaba ahí.

Fue entonces que Augustus mencionó que en el tercer piso aguardaba la seguridad de todo el cuartel, desde allí podrían configurar muchas cosas para facilitarles el acceso al resto.

El cuarto piso fue el que hizo estremecer un poco a Rowena Allen, ya que allí vivió el infierno de la experimentación humana. Los únicos que estarían allí serían científicos, médicos y los pacientes que son sometidos a las pruebas.

Y al final quedaba el quinto piso, el más importante de todos y el motivo por el cual estaban lanzándose a esta guerra: el super computador. Allí estaba ese computador, en el que deberían depositar el Virus Fantasma.

Augustus recalcó que todo lo que mostró en imágenes era una versión dibujada, ya que al llegar allí será mucho más grande, restringido.

―Es un plan de ataque demasiado largo ―dijo Brutus, bostezando.

―Tú ni siquiera vas a bajar a ese sitio ―Murmuró Karina.

―Ya, pero no pensé que la explicación duraría una hora.

―Es importante tener en cuenta todos los detalles del enemigo ―Mencionó Augustus. Suspiró y se volvió hacia el resto del equipo―. Ahora que ya tienen idea a lo que nos enfrentamos, deberemos empezar por la forma en la que nos abriremos paso a la agencia DELTA. Desde el ovalo que he dibujado.

Nick se rascó la cicatriz de su mejilla.

―Por aire será imposible, no podremos acercarnos a ellos para dejar caer a nuestra gente. Si no destruyen toda la artillería antiaérea no podremos mover ningún avión o helicóptero.

―Primero habrá que destruirlas acercándonos por tierra.

Nick asintió. Lissa se retrepó en el asiento.

―Si van a dejar que alguien salte de los aviones, ¿quiénes serán?

―La mayoría de nosotros, especialmente los Crowell e Isabella ―respondió Augustus―. Creo que es lo más obvio, ya que ellos tienen el nanotraje para que hagan el ataque desde adentro. Además, estamos de suerte al no atacar en temporada de nieve, por lo que estará despejado y no habrá tanto problema para moverse con cualquier vehículo.

Liam escuchó que Sasha tenía una duda y él alzó la mano.

―Ninguno de nosotros va a pelear en esta primera parte, ¿verdad?

Augustus negó con la cabeza.

―No, eso le corresponde al ejército de RAGE. Según Isabella, reclutó para esta misión a muchos soldados entrenados que podrán ayudarnos. Los que atacarán por tierra, deberán movilizarse en vehículos rápidos.

―RAGE dispone de coches todoterreno ―Comentó Isabella con los brazos cruzados―. Podrán llegar hasta esos cabrones con facilidad.

Augustus entrecerró los ojos y señaló con su mano el rectángulo verde.

―¿Segura? Los espías usarán detonadores y explosivos, no dejará que nadie se acerque.

―Bueno, podrán llegar de todos modos, de alguna manera lo harán.

―Bien. Si lo consiguen, deberán destruir cada artillería antiaérea que vean. En cuanto a la barrera eléctrica, creo que podrán usarla a su favor ―dijo Augustus, sonriente―. Si disparan en un sitio en concreto de uno de los postes, harán que se destruya y la descarga podrá extenderse a diez metros.

Varios en la sala asintieron.

―Oye, Brennaman ―dijo Isabella―, cuando lleguemos al cuartel ¿habrán tanques o algún tipo de vehículo aéreo que quiera complicarnos las cosas?

―Los DELTA tienen tanques en sus grandes almacenes. No son muchos, pero podrán destruirlos con varios explosivos. En cuanto a aeronaves militares, no, lo único que tienen son aviones y helicópteros especiales, no es gran cosa para la guerra.

Isabella asintió.

―¿Y para cuando lleguen a las antenas? ―preguntó Anna.

―Deberán derribarlas. Aunque se haya destruido la artillería, las ondas de las antenas podrían deshabilitar las funciones de un avión. Cuando las derriben, es ahí cuando nosotros entraremos, llegando desde el aire.

Nathan arqueó una ceja.

―Si estamos cayendo, ¿no es probable que nos ataquen desde tierra con otro tipo de armas?

Augustus asintió.

―Sí. El ejército de RAGE tiene que asegurar que este equipo llegue sano y salvo hasta el cuartel. Una vez que hayan puesto un pie en tierra, deberán ir deprisa al interior del cuartel, allí los estarán esperando otra gran cantidad de espías.

―Será ahí donde los espías y Guerreros Sanguinarios ataquen ―dijo Ariana. Vio que Augustus lo confirmó con un movimiento de cabeza―. Pero es probable que haya más en los pisos inferiores, no solo en los dos primeros, ¿tengo razón?

―Mucha razón ―contestó Augustus―, por lo que tendrán que dispersarse para dar más apoyo. Isabella elaboró una lista de equipos, miren.

Cambió a otra imagen con una lista, entre paréntesis estaba el número del Contacto; debajo también había una anotación. Vieron que los equipos estaban compuestos de la siguiente manera:

1. Nathan, Ariana e Isabella (1).

2. Brutus, Sonya y Elliot (8).

3. Lissa, Anna, Xavier (9) y Rowena (7).

4. Stephen, Nick y Alan (6).

5. Liam, Karina y Ernie.

Cada equipo recibirá apoyo de soldados de RAGE.

―Contacto 3 no es una soldado ―Señaló Isabella―. Ella ayudará a los analistas de Augustus.

―Yo estaré a la distancia con un francotirador ―Explicó Stela detallando su ausencia en la lista―. Les daré respaldo de esa manera por si las cosas se van complicando.

―Y yo estaré supervisando ―Continuó Augustus―, les iré dando indicaciones e instrucciones desde lejos para que estén al pendiente de cómo va la situación. También debo añadir que en el quinto piso quizá ya no haya nadie peligroso más que los informáticos que trabajan allí. Los Crowell e Isabella bajarán, para ello recibirán ayuda de un analista que tengo en mi bando. Como probablemente quieran defender el acceso al resto de pisos, haré que él los ayude.

―Nos los quitamos de encima al resto de espías, bajamos al quinto piso y... ¿solo dejamos el Virus Fantasma en un puerto USB? ―preguntó Isabella―. De esa manera la información se filtrará.

―Exacto, no les costará mucho encontrarlo. Siempre y cuando el Virus sea efectivo.

―Lo es ―respondió Isabella, severa.

―¿Entonces así terminará la guerra? ―preguntó Stephen.

―Solo así terminará ―Recalcó Augustus―. ¿Alguna duda?

―En el caso de que sobrevivamos, ¿qué hay de la atención médica? ―preguntó Sonya―. Dudo que de allí salgamos ilesos.

―Pude pedir varios equipos de emergencias como la Cruz Roja ―dijo Stela―. Aunque supongo que estarán muy alejados del ovalo que nos mostraron, es mejor así ya que no será seguro acercarse hasta que todo haya terminado.

―¿Y qué hay de los Gobernantes? ―preguntó Ariana―. ¿Nos toparemos con ellos?

―No lo sé. Quizá los terminen matando para antes de que se den cuenta de que vieron a uno, quizá el director DELTA quiera hacerlos pasar a ellos y a él como parte del personal, por si alguna situación suceda. Yo qué sé, si llegan a morir, por mí mejor. ¿Alguna otra duda?

Al ver que nadie dijo nada, Augustus sonrió.

―Estupendo. Creo que ya hemos hablado todo lo que necesitábamos. Así que, Isabella Oldman, tú como líder de RAGE te queda persuadir a los soldados que trajiste para que hagan su parte. Estoy seguro de que les contarás solo que deberán escuchar ―Al verla asentir, Augustus sonrió―. Señoritas, señores... desde la noche del día de mañana partiremos hacia el cuartel DELTA. Hoy asegúrense de descansar, porque pasado mañana nos depara una lucha que demorará muchas horas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top