CAPITULO 44
25 de junio del 2019
La mayor movilización de soldados de RAGE se hizo desde que Isabella aceptó trabajar con los Crowell y el grupo Manada Delta. Isabella hizo una convocatoria a cada soldado que sí era un soldado de verdad, puesto que algunos de sus soldados eran civiles comunes que habían prestado su servicio a RAGE. Convocó a miles de personas que supieran disparar un arma, incluso a los pequeños equipos de Fuerzas Especiales que mostraron su fidelidad a RAGE.
Los Contactos ayudaron a mover grandes cajas de armas, desde la más pequeña hasta la más grande. Dispusieron de diferentes vehículos para viajar, desde coches hasta aviones pequeños o grandes de tipo militar. Fue sencillo movilizar tanto vehículos como armamentos porque RAGE tenía gente que apartaría la vista en las aduanas.
No hubo lugar específico en el que guardar tanto, porque no había un edificio abandonado en el que pudieran almacenar mil objetos, por lo que fue necesario mantener oculto ya sea en maletines o coches.
En las noticias ya se llegó a descubrir (por culpa de alguien o algunos) que RAGE harán un gran ataque. Sin embargo, desconocían qué iban a hacer. Los DELTA manipularon un poco la información para evitar que se sepa lo del viaje a Alaska que RAGE hará pronto, aunque eso solo les permitió saber que ellos van a atacarlos con todo lo que llevan.
Aun así, los Gobernantes no sintieron miedo.
***
En el transcurso de los días previos al ataque de Alaska, los analistas de la Manada Delta de Augustus Brennaman descubrieron a un espía y un analista que viajaban solos. Los analistas intentaban bloquear cualquier posible sospecha de ser descubiertos antes de su llegada, pero curiosamente descubrieron que a ese par que estaba investigando por su cuenta. Augustus llamó a Nick para que vea eso.
Nick soltó una carcajada al ver la pantalla.
―Ese idiota de Ernie... ¿qué cree que está haciendo?
―¿Amigo tuyo?
―Otro colega del cuartel, podría decirse que somos amigos. ¿Qué quieres que haga, Augustus? ―preguntó Nick, aunque él ya suponía la respuesta.
―Si es posible habla con él y tráelo, necesitaremos a un espía rango Alfa como él para la confrontación.
―Bien, dame un par de horas y lo traeré.
***
Mientras Nick se hacía cargo de Ernie, Stephen Mendes viajó a Europa solo. Tomó algunos aviones y autobuses hasta llegar a Reino Unido, donde se toparía con un hombre que estaba tomando un café en un lugar elegante. Stephen tomó asiento frente al hombre, saludándolo.
―Veo que te has dejado la barba ―dijo Stephen―. No te queda nada mal, Tom.
Brutus dio un sorbo a su café y dejó la taza sobre el pequeño plato, suspirando.
―Veo que ya es el momento, ¿verdad?
―Por supuesto, hicimos un trato. Te dejo vivir a gusto hasta que te necesitemos, ¿has dejado de considerar la muerte durante este tiempo? Si es así, quizá pueda hablar con Nathan para que puedas tener tu vida en paz.
Brutus negó con la cabeza, sonriendo.
―Las largas vacaciones no me han quitado de la cabeza a mi amada. El motivo de mi verdadera felicidad siempre fue ella, aunque me he divertido lo suficiente estos días. ¿Por qué no me llamaron para que vaya al sitio?
―Porque creemos que podrían seguirnos el paso ―respondió Stephen―. Un amigo me recomendó que te traiga ―Stephen apoyó los codos en la mesa―. Dime, Tom, estarás dispuesto a morir, ¿verdad?
―Claro, pero al menos lo haré peleando ―dijo Brutus dando un último sorbo al café―. ¿Cómo está Nathan?
―No la ha pasado tan bien como tú, pero sigue con vida.
―Vaya. Ser espía debe ser muy duro.
―Y que lo digas ―Comentó Stephen―. Te acompaño a que prepares tus cosas, nos marchamos hoy mismo.
***
En una pequeña habitación compartida de un hotel, Kyle iba siguiendo el rastro de diferentes soldados de RAGE. Por las noticias sabía que esta gente se estaría moviendo al norte de Estados Unidos, ¿a dónde específicamente? Desearía saberlo y también desearía tomarse un descanso, porque desde que el espía Ernie Kilian le pidió acompañarlo, ha dormido poco. Él también se está esforzando en investigar y averiguar cosas, aunque no siempre llega con buenas respuestas.
Kyle escuchó la puerta trasera abriéndose y al mirar por encima de su hombro vio a Ernie trayendo dos vasos blancos, uno con café cargado y el otro un capuchino, éste sería para él.
―¿Cómo vas con eso?
―Aún no he logrado descubrir hacia dónde van ―respondió Kyle.
―Bueno, descansa un rato.
Ernie apenas dijo eso, Kyle se apartó de su laptop y tomó asiento en la cama, arrimando su espalda a la cabecera.
―Si no surge nada, creo que podríamos parar con esto. RAGE quiere hacer algo, pero no he sabido descifrar qué.
―Yo he considerado que quieren atacar el cuartel de espías que el director Paul Goleman dijo hace unos días. He estado viendo que RAGE va hacia al Norte, la mayoría.
―Suena lógico, aunque...
Ernie se calló de repente cuando alguien dio unos golpecitos a la puerta. Él enarcó una ceja, bebiendo el café.
―¿Usaste el servicio de habitación, hijo?
―Eh... no, señor...
Ernie frunció el ceño y le susurró a Kyle que se esconda bajo la cama. Ernie empuñó una pistola ocultándola a la espalda mientras se acercaba a la puerta, preguntó quién era. Al no haber respuesta, la abrió lentamente y vio a una persona de espaldas.
―¿Quién es?
Del lado derecho de la puerta apareció una mujer, quien movió una mano con rapidez a la mano que sostenía el arma. Ernie no disparó mientras forcejaba con ella, aunque sus intentos fueron inútiles porque ella era más fuerte. Ernie dejando de forcejear al ver que Lissa Carver sonreía mientras le arrebataba el arma.
El otro hombre se dio la vuelta, era Nick Tolbert.
―Como siempre, Lissa siendo más fuerte que tú ―dijo Nick.
Ernie mantuvo distancia.
―¿Cómo sabían que estábamos aquí?
―Descubrimos que estabas hospedado en este lugar gracias a unos estupendos analistas ―respondió Nick.
―Escucha Ernie. No venimos a matarte, venimos a hablar contigo ―dijo Lissa ignorando la pregunta―. No es necesario que saques a relucir tus mejores técnicas de pelea. Queremos que tú y ese joven sepan sobre los DELTA.
―¿DELTA? ―inquirió Kyle que acababa de asomarse por debajo de la cama.
―Así es ―dijo Nick y luego miró a Ernie―. Tenemos que contarte algo importante a ti y a ese joven, aquellas personas que fueron al cuartel no son quiénes dijeron ser.
***
Los Gobernantes vieron como el director Goleman preparaba los códigos de auto destrucción que solo se podían detonar desde Alaska. Estaba a punto de bombardear los cuarteles restantes de la ASPM, ya no quedaba nada allí que fuera de gran valor, ahora solo les quedaría un único lugar: el Cuartel DELTA.
Apretó el botón y Goleman se volvió hacia ellos, sonriendo.
―En segundos esos sitios quedarán en el olvido ―dijo Goleman―. Después haremos la limpieza, nuestra mayor preocupación será la mierda que vendrá en cuestión de días.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top