CAPITULO 32
Lo peor de haber despertado desorientada fue que a ella le comenzó a doler la cabeza tan de repente. Ariana creía que era una extraña mezcla de dolores: lacerante y pulsante. Arrugó la cara por el dolor y poco a poco el dolor se mitigó poco a poco, no habría sido necesario las pastillas que vio sobre una mesita al lado.
Se fijó en una silueta que estaba frente a una ventana, al darse la vuelta la figura se volvió nítida, clara. Se acercó y ésta le sonrió, era Nathan.
―Al fin despertaste, me estabas preocupando.
Ariana adaptó los ojos a la luz del sol que se filtraba por una ventana... no, más bien pasaba a través de un hueco cuadricular. No había vidrio. Sus ojos escrutaron despacio hacia el resto de la habitación, que al parecer era algún sitio que fue abandonado hace mucho tiempo. O, mejor dicho, que nunca fue terminado de construir. Se trataba de un hospital que no llegó a concluir la construcción, por lo que Brennaman los trajo a este lugar.
Se incorporó viendo que estaba sobre un montón de cajas de cartón rotas. No era un colchón, pero era mejor que el suelo. Entonces pudo ver que a su lado había papel higiénico con manchas de sangre. Su propia sangre, la que lloró en hilillos por los ojos. Se palpó, aterrada, pero pronto reparó en que tenía las mejillas secas.
Se sentó y miró a su hermano con ojos entristecidos.
―Ha sucedido, ¿verdad?
Su hermano asintió.
―Te has convertido en la bestia que nuestro abuelo nos habló.
―Vi caer a Beatrice y... después todo se volvió oscuro. ―Sus ojos se abrieron―. ¿He... matado a alguno de nuestros amigos?
―No, no lo has hecho. Pero...
―¿Pero? ―inquirió Ariana, alarmada.
Nathan frunció la mandíbula.
―No has herido a nadie, pero Kenny no ha regresado aún. El plan consistía en llegar a Marshalltown, Iowa, a esta misma ubicación.
―¿Marshalltown? ¿Ya hemos llegado? ¿Por cuánto tiempo he dormido?
―No tengo idea, Stephen no me lo ha dicho aún. Pero justo ahora son las cuatro de la tarde.
Ariana bajó la mirada.
―Así me sucedió a mí ―dijo Nathan―. Dormí mucho para antes de que despertara. ¿No te duele la cabeza?
―Estoy bien. ¿No han sabido nada de Kenny?
―En las noticias de Kansas se contó lo que ocasionamos en el orfanato, ni siquiera el cuerpo de Kenny por si los DELTA lo mataron. Augustus cree que debieron capturarlo, ha puesto a su equipo a investigar.
Ariana trató de pensar si vio a Kenny antes de que ella se transformara, sin embargo, la imagen que lograba ver era a Beatrice con su cuello torcido. Las lágrimas inundaron sus ojos, el corazón se había estrujado por los recuerdos. Apretó los dientes.
―No puedo creer que mataron a Beatrice ―Sorbió la nariz.
Nathan bajó la mirada y envolvió a su hermana en sus brazos, escuchándola sollozar todavía. Ambos escucharon los pasos de alguien y se volvieron hacia el umbral, en donde estaba Stephen con las manos en los bolsillos.
―Ha sido un golpe muy fuerte para nuestra Manada ―dijo Stephen, entrando―. Me preocupa que estemos perdiendo a nuestro equipo.
―¿Cómo están los demás? ―preguntó Ariana.
―Afligidos ―respondió―. Sonya lo está manejando bien, lo sufre también, pero está acostumbrada. En cambio, Liam... él no quiere hablar con nadie, dice que quiere estar a solas antes de hablar sobre ello. Lo entiendo, sé que Liam se llevaba demasiado bien con Beatrice al punto de considerarla su mejor amiga más cercana.
Ariana asintió, enjugándose las lágrimas con el dorso.
―¿Ahora qué es lo que vamos a hacer? ―preguntó Ariana.
―Esperar ―dijo Stephen―. Augustus está revisando con sus analistas la laptop de Horace y la memoria USB de Freeman ―Stephen sonrió a medias―. Karina y tu hermano trajeron intacto ese portátil.
Ariana se volvió hacia Nathan.
―Está viva ―dijo él―. Ahora estará con nosotros.
―Pero también me preocupa Kenny ―dijo Ariana.
―Hacen todo lo que pueden para encontrarlo ―dijo Nathan―. No sabemos si lo van a encontrar.
Ella estaba a punto de replicar con que sí lo deben encontrar, pero no estaba con muchos ánimos de hablar.
―Rachel vendrá mañana en la noche, quiere hablar con ustedes sobre el Código Esperanza ―dijo Stephen―. Además, Nick, Lissa y Anna también están trayendo un espía que a la vez es un soldado de RAGE.
Los hermanos fruncieron el ceño.
―¿Un soldado y espía?
―Sí, están trayendo a Xavier Magnuson.
***
Liam estaba en un rincón de una habitación. Abrazándose las piernas flexionadas, igual que cuando sus mejores amigos murieron a manos de RAGE años atrás. Fue como haberlo hecho de forma tan mecánica, ni siquiera se lo pensó tanto, tampoco recordaba como se había sentado cuando volvió a casa cuando se enteró de la noticia.
Ahora parecía estar en la misma situación. Regresó al pasado.
Había llorado mucho, pero ahora estaba en silencio, con la mirada en el suelo. La habitación estaba vacía, él mismo cerró una puerta para que lo dejen en paz.
La muerte de Beatrice fue tan rápida que el dolor lo embargó por completo. Se sentía cansado, perdido. Odiaba este dolor, no quería aceptarlo, no quería aceptar que ella ya no estaba entre los lobos.
Pero tendría que hacerlo algún día, lo sabía perfectamente.
Liam levantó la mirada, hacia la ventana donde no había ningún cristal. Allí una persona se encontraba mirando las calles o quizá recibiendo los rayos del sol que aún rascaban el edificio. Fue entonces que sus ojos se abrieron y se puso de pie de un salto.
―Beatrice... ―Susurró.
Ella se dio la vuelta, mirándolo por encima del hombro y le mostró una sonrisa.
―Buenas tardes, lobito.
―¿Beatrice? Pero... ¿cómo? ¿Cómo es que...? ―Parpadeó y ella ya no estaba―. ¿Beatrice?
―Estoy aquí, Liam, contigo.
Volvió la cabeza hacia la derecha, donde se hallaba sentada cerca de la puerta. Le hizo señas con la mano para que se acerque.
―No lo entiendo...
―Soy producto de tu imaginación. Eso creo. He venido a hacerte compañía... así como ellos.
Oyó pasos, claramente lo había escuchado. A su izquierda y a su derecha, estaba seguro. A la izquierda vio a Luke y a la derecha a Sasha. Liam no podía entenderlo... allí estaban sus amigos, ¡sí, ahí estaban de pie! Ilesos, sin sangre escapándose de sus cuerpos. Liam sonrió como un tonto feliz.
―Los lobos siempre estamos unidos, ¿lo recuerdas, Liam? ―dijo Sasha―. Tú mismo lo habías dicho en alguna ocasión.
Liam bajó los hombros.
―Eso habría deseado, pero ya no estamos todos como era antes ―dijo―. Kenny ha desaparecido y Stela... nos traicionó.
―Una traición que ninguno vio venir ―dijo Luke.
―Me siento perdido ―dijo Liam―. No quiero ver a mis amigos morir y quedar como ustedes...
Beatrice le mostró una sonrisa triste.
―Eres demasiado tonto, recuerda que estás en una guerra, Liam. Esto iba a pasar tarde o temprano, no se puede evitar así de fácil. Enfadarte con Stephen de ese modo hace tiempo, ¿de qué te sirvió? Tú no estás para salvar a ninguno de nosotros, estás aquí para salvar a otras personas, mientras recibes la ayuda de los lobos.
―Eso siempre fue así ―Murmuró Luke―. Tú también lo sabías, ¿acaso lo has olvidado?
―Es muy obvio que lo ha olvidado ―terció Sasha―. Ahora estás aquí para terminar una guerra.
Liam miró a sus ojos uno por uno.
―¿Muriendo yo también?
―Nosotros morimos por tratar de hacer lo correcto. Lo que nos pareció correcto y lo correcto es que tú ayudes a la Manada Delta a que el fin de la guerra sea una realidad. No más RAGE, ni ASPM.
―Pero ahora será sin ustedes ―dijo Liam, entristecido y bajando la cabeza.
Los tres se acercaron a Liam, sonriendo.
―Estamos aquí contigo, Liam ―Comentó Luke―. Estaremos viendo cómo peleas hasta la muerte, hazlo por nosotros y por ti.
―Sí... ―Asintió Liam.
―Promete que ayudarás a los lobos con tu vida ―dijo Sasha.
―Sí, lo haré...
―Ánimo, Liam ―Murmuró Beatrice―. Cuando decaigas, nosotros te ayudaremos a que sigas en pie.
―¡Sí, por supuesto que los ayudaré, hermanos! ―Exclamó Liam alzando la cabeza―. ¡Hermanos, yo voy a...!
Se calló al ver a su alrededor. La habitación estaba vacía. Todo este tiempo lo estuvo, su mente tan solo proyectó fantasmas que lo animaron. Aunque haya sido producto de su cerebro, sus difuntos lobos lo seguían apoyando en el más allá... según Liam.
Se sintió mejor, más calmado consigo mismo. No se iba a rendir en esta guerra, no hasta que la luz de sus ojos se apague.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top