CAPITULO 24
Isabella leía las notas que Xavier había enviado, le parecía curioso que los lobos de la Manada estén enterados de la muerte de Luke Thomas. Dejó que Magnuson lo siga investigando, para cuando tenga noticias nuevas él se las enviará lo más pronto posible.
***
No obstante, a lo largo de dos semanas Xavier anotó diversas cosas. Reconocía que la Manada de lobos estuvo inactiva.
El grupo se limitaba a encerrarse en las habitaciones, a duras penas recibían la luz del sol poniéndose frente a la ventana. Comían en el salón del primer piso y nuevamente regresaban a las habitaciones. Además, para no tener tanta inactividad hacían ejercicio en sus propias habitaciones, la mayoría de veces la hacían por la tarde. Los mismos ejercicios que aprendieron de la ASPM, aunque no tenían las máquinas como las que había allá. Sabían que había un gimnasio a dos calles, pero Stephen les había prohibido salir, ni siquiera salir disfrazados.
El aburrimiento era ahora parte de su día a día. La más ansiosa allí fue Beatrice quien deseaba escapar del Central Yart y huir muy lejos.
La televisión no tenía muchas cosas nuevas, incluso Liam llegó a quejarse de que en un canal habían repetido la misma película como ocho veces. Kenny seguía investigando si posiblemente Nathan se hallaba en algún lugar.
Aunque el analista en secreto deseaba decirle la verdad a Beatrice sobre lo que sentía, sin embargo, ni siquiera en su estado de ebriedad lo habría hecho. Luego de haber regresado al cuarto, se acostó en el sofá y terminó durmiéndose al instante. Y no quiso intentarlo después porque sentía que incomodaría a Beatrice diciéndole sus sentimientos mientras estaba ebrio, creía que era una forma muy vulgar de hacerlo.
Sabía que era mejor decirlo sobrio, pero ni así se animaba a decírselo.
Beatrice mientras tanto leía algunos libros que había conseguido comprar un tiempo antes de entrar al Central Yart. Le compartió a Sonya y a Liam mientras el tiempo pasaba.
Todo iba con normalidad, no había ningún cambio raro. Seguían inactivos, pero deseaban saber de Nathan y cómo encontrarlo. No obstante, parecía que ya no volverían a verlo.
Xavier tampoco descubrió nada relativo a lo que ellos habían hablado el primer día. Ahora solo veía y oía una rutina repetitiva. A pesar de que hubiera preferido marcharse, Isabella le insistió en que siga trabajando, porque aquellos detalles le parecían importantes saber.
Xavier entonces seguiría vigilando, deseando que algo nuevo salga a la luz. Porque a pesar de que dos tontos se embriagaron, tampoco pudo obtener algo importante.
Lo único interesante en el final de la segunda semana, fue que Xavier se puso muy atento a una discusión que se generó entre Stephen y Ariana.
***
―Dos semanas, Stephen ―había dicho Ariana con voz enfadada e irritada―. Han pasado dos semanas, ¿Kenny no lo ha podido encontrar? ¡Quiero a mi hermano de vuelta!
Stephen mantuvo una postura relajada.
―Kenny ha hecho lo mejor que puede, pero no es tan fácil. Él cree que podrían estar en algún lugar de Kansas, ¿y si en realidad RAGE se lo llevó más lejos?
―Es absurdo, aunque se hayan ido a otro lado del mundo Kenny es demasiado bueno como para encontrarlos ―dijo Ariana con voz insistente―. Dile que se dé prisa, no quiero perder a mi hermano.
―No se puede apurar una investigación así, Ariana, entiéndelo.
Xavier vio las dos manchas rojas en el visor térmico. La más alta (Stephen) se quedó quieta en la silla, mientras que la más pequeña (Ariana) se desplazó de un lado a otro de la habitación.
―Tiene que haber algo, Stephen, por favor. Tú eres bueno como estratega, se te debió ocurrir una idea.
Stephen alzó una mano.
―No la tengo. Mis ideas funcionan en base a una posibilidad, pero en este caso no lo hay.
Esta vez Stephen se levantó y se acercó a ella, intentó poner las manos sobre sus hombros desde atrás, pero Ariana se apartó.
―Te lo ruego, solo haz algo, por Nathan.
―He dicho que no puedo ―Stephen alzó más su voz―. Por ahora no. En serio necesito que te calmes, de esta manera no podremos hacer algo al respecto.
―¿Y si le das una laptop mejor a Kenny? ―preguntó Ariana, ignorando las palabras de Stephen.
Stephen suspiró.
―Su laptop es buena, es mejor que muchas otras. Aun así, no logrará encontrar a Nathan. De todas formas, ¿crees que será sencillo atacar a la hermana de Stela?
Xavier comenzó a anotar con rapidez lo que hablarían en ese instante. Durante estos días no hablaron de ningún tema relacionado a RAGE, pero saber que estaban enterados de que Stela fingió su muerte e hiciera mención de Isabella le era importante.
―Ese traje que lleva dice ser a prueba de balas y explosiones, ¿cómo podríamos vencerla? Es imposible.
―¡Pensarás en algo! Siempre tienes un plan.
―Y si llegara a tenerlo, ¿no crees que sería muy preocupante que al final no funcione? No quiero que nadie más muera, ni mucho menos tú.
―Con tal de que Nathan siga vivo es mejor.
Xavier debió de imaginar a Stephen parpadear o fruncir el ceño.
―¿Qué has dicho?
―Quiero que Nathan siga vivo ―Su voz fue perdiendo fuerza―. A mí ya no me importa si muero en esto...
―¿Por qué dices esas cosas? ―Stephen sonaba alterado―. ¿Por qué no piensas más en mí y en los demás?
―¡Porque esto ya no lo soporto! ―Gritó Ariana y nuevamente perdió fuerza―. Ya no lo soporto.
Xavier vio como la mancha roja de Ariana se iba encorvando y cayendo, se estaba sentando en el suelo con la espalda a la pared.
―Ya no puedo, esta guerra ya no me interesa. Hasta desearía que esos estúpidos soldados me hubieran asesinado en DeSoto para así no tener que sufrir esta mierda.
Stephen se quedó callado.
―A veces deseaba haber muerto antes para no estar aquí. Ser espía solo resultó una pesadilla de la que no puedo escapar.
―No digas eso.
―Siempre debo despertar en la misma pesadilla. Quiero a mi hermano devuelta para que ya no sufra igual que yo, así podremos desaparecer. Porque a mí ya nada ni nadie me reconforta ―dijo Ariana.
Stephen se arrodilló frente a ella.
―¿Ni siquiera yo?
Ariana se quedó callada y se levantó del suelo.
―Iré al baño.
Xavier siguió con la mirada a Ariana y vio que debió apoyar las manos sobre el lavabo, por consiguiente, la escuchó llorar por un largo tiempo. Stephen le exigía que abra la puerta, aunque ella no obedecía.
Después de media hora, Ariana le exigió a Stephen que quisiera un cuarto solo para ella, no quería a nadie cerca. De tal manera que al final recogió sus cosas y salió del departamento para ir a otro que estaba en el mismo pasillo.
***
Por la noche, a Isabella llegaría un resumen de lo ocurrido entre la pareja de lobos. Poco le importaba esa dichosa relación amorosa, pero se vio un poco interesada en saber si la Manada continúa corrompiéndose poco a poco.
Aunque debía tener presente una cosa más importante: la Manada sabía la existencia de su nanotraje.
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