CAPITULO 22
Augustus había dejado el camino libre para la Manada de lobos, aunque no podía decirse lo mismo RAGE, por lo que ellos terminaron encontrándolos antes de que pudieran entrar al hotel Central Yart. En cierta forma, así estaba planeado. Horas antes de que Xavier llegase al hotel opuesto, Isabella se había acercado a él y le entregó un maletín con algunas cosas.
―Mis informantes me han dado la ubicación de la Manada de lobos ―dijo Isabella―. Ha sido difícil, antes no se había podido rastrearlos, ahora es nuestra oportunidad de vigilarlos. Tú como Contacto 9 te encargaré de que te responsabilices de esa tarea, en la maleta encontrarás materiales para espiarlos, así que todo lo que suceda con ellos me mantendrás al tanto. Todo, incluso hasta las cosas que compran en caso de que salgan del hotel en el que se hospedaron.
Xavier recibió el maletín.
―¿No va a ordenar un ataque contra ellos?
Isabella negó con la cabeza, con disgusto y amargura en su rostro.
―Le prometí a Nathan no hacerles nada ―Ella se inclinó más a Xavier―. De momento, prefiero que sea así, cuando haya alguna posibilidad de matarlos haré que sea posible. Los Contactos son quienes nos encargaremos de eso, pero por el momento no quiero que Nathan reconozca que hemos arruinado el trato que formamos.
―Un trato es un trato ―dijo Xavier.
Isabella asintió.
―Pero no es un trato permanente. Por el momento prometí no atacarlos, aunque tampoco quiero que vengan a salvarlo. Sé que eso sucederá, lo veo venir, así que lo mejor será evitarse problemas antes de tiempo.
Luego de esa conversación Xavier se hospedó en el hotel de adelante y sacó el material. Se trataba de una cámara térmica especializado de la ASPM, de esa manera podía echar un vistazo al edificio y detectar los cuerpos como manchas rojas por sus calores corporales. Xavier además tenía un objeto más, un micrófono direccional a distancia con auriculares, también fabricado (y recientemente robado) de la ASPM. El dispositivo permitía escuchar a casi cien metros de distancia, muy eficiente y sin distorsiones en el ruido que provengan de los alrededores.
Juntando ambos aparatos Xavier estuvo observando los comportamientos de la Manada de lobos. Había anotado que el equipo se había dividido en dos para compartir las habitaciones y que la mayor parte del tiempo se la pasaban viendo televisión.
También tomó muy en cuenta que allí terminó Kenny McFly, de alguna forma sus compañeros lo encontraron. Eso sería muy malo para RAGE, porque significaba que la Manada de lobos sabía lo que él también sabía: la existencia de los DELTA. No obstante, no se hablaba de ellos todavía, pueda que antes de venir ya hayan hablado. Además, si ya estaban enterados de los DELTA, ¿qué problema podían suponer al fin y al cabo?
Era obvio que el analista no se quedaría callado, mucho menos con la revelación de que su difunta compañera de equipo seguía viva. Si ellos hacían un simple comentario de eso o de los DELTA, Xavier trataría de poner atención a todo para así tenerlo todo grabado y anotado de forma resumida.
Otras cosas que los lobos hablaban eran sobre hacer algo para salvar a Nathan, aunque cada vez que Xavier se sentía esperanzado de que dieran una posible idea para comenzar a buscarlo, terminaba por encogerse de hombros al darse cuenta que decaían por no tener un buen plan. Sin saber su ubicación, era imposible actuar.
Sin embargo, algo que llamó la atención de Xavier fue que las jóvenes llegaron a mencionar la muerte de Luke Thomas.
―¿Por qué saben de eso? ―Inquirió Xavier mientras anotaba―. ¿Por qué saben que está muerto si nunca supieron de eso?
No obstante, tachó con el bolígrafo al considerar una idea.
―El analista debió verlo antes de escapar, es seguro.
Escribió muchos detalles importantes, resumidos. Luego se los envió a Isabella para que les eché un vistazo y dé su opinión. Lo que más esperaba Xavier era que lo ordenaran matar a los lobos de la Manada.
Lo ansiaba más que cualquier cosa en el mundo.
***
―¿Qué te parece tu nuevo cuarto? ―Inquirió Isabella asomándose por la puerta. Seguía con el traje puesto, de pies a cabeza.
Nathan se hallaba acostado en el colchón con la mirada al techo. Lentamente movió la cabeza para ver a Isabella.
―Está mejor ―respondió.
Era cierto que era mejor. Ahora se filtraba la luz del exterior del nuevo edificio abandonado en el que se encontraba. Al principio dejó que Nathan tuviera guardias en los pasillos, manteniéndose ocultos, por si acaso intentara escapar. No obstante, él simplemente se había limitado a seguir allí descansando.
Tenía una cámara de vigilancia en el caso de que él intentara algún plan de escape. Tal parece que Nathan no tenía motivos para atacar y huir de los soldados de RAGE, aunque Isabella sentía que no veía posible que fuera así de fácil convencerlo, pero otra parte de ella insistía en que Stela tenía razón al decir que su propósito de mantener alejados con vida a sus amigos era prioridad para Nathan.
―Si necesitas comida o el baño solo puedes pedirlo. No disponemos de una ducha una tina, pero a pesar de ello trataremos de que puedas alimentarte igual que el resto de los soldados.
―Me parece bien ―dijo Nathan.
Isabella se arrimó a la pared y su nano casco se replegó dejando su cabeza al descubierto.
―Tengo que conversar contigo de un asunto importante ―comentó Isabella―. ¿Qué tanto sabes del Guerrero Sanguinario?
―Lo que he aprendido de unas pruebas cuando estuve en el cuartel de la agencia ―Nathan miró a Isabella―. Tiene muchas diferencias con el de tu equipo, por lo que tengo entendido.
―Exacto. Los efectos y síntomas posteriores son similares, pero tu tiempo es diferente, por eso quiero saber ¿cuándo transcurre el minuto y medio... el poder se apaga para ti?
―Sí.
―¿No te permite usarlo más tiempo?
―Mi instinto asesino no funciona así ―respondió Nathan con sosiego.
―¿De verdad? ¿Ni siquiera te sangran los ojos por usarlo más allá del tiempo o uso límite?
―No. ¿A qué quieres llegar?
Isabella echó un vistazo a la luz del sol que pasaba a través de la ventana.
―Allá en la fábrica te convertiste en algo similar a un monstruo. Los Contactos de RAGE jamás han sufrido esa clase de efectos como el sangrado de ojos, ni mucho menos matan de esa manera. Siempre se enfocan en matarlos con rapidez para seguir por otra víctima, pero tu caso es distinto ―Miró a Nathan―. Si Horace siguiera vivo, él estaría contento de experimentar contigo para descubrir eso.
―Como todo buen DELTA hubiese querido usarme como sujeto de prueba.
Isabella negó con la cabeza.
―Él habría sido más compasivo.
―Lo dudo ―replicó Nathan.
―Lo que quiero saber, es si tienes idea de lo que tú has usado esa noche.
Nathan se sentó en la cama.
―No. Cuando intento recordarlo... ―Nathan se rascó un costado de la cabeza―. Siento que el cerebro me quema, es como si estuviera prohibido a hacer memoria de eso. Pero sé lo qué es: es la bestia que surge de la Marca Sanguinaria.
Isabella alzó las cejas.
―¿Una bestia?
―Tuve la oportunidad de hablar con mi abuelo mientras me escondía de la ASPM, él me contó un detalle más de la marca. Recuerdo que lo dijo más o menos así: "La Marca Sanguinaria es una figura cerrada, a pesar de lo que es, siempre ha sido una figura cerrada, en su interior aguarda la oscura naturaleza de su portador". Se trata de una bestia ―dijo Nathan―. Una que despertó a través del dolor, supongo que se debe a tener únicamente la mitad de la Marca.
Isabella se acercó más a él.
―¿Puedes activar esa bestia a voluntad?
―No lo sé. Ni siquiera sé cómo funciona...
A Isabella no le contentó mucho esa respuesta.
―¿También has dicho que solo tienes la mitad de la Marca? ―Nathan asintió―. Interesante... ¿Dónde la tienes? Quiero que me la muestres.
Fue ahí cuando Nathan se apartó un poco de ella.
―Está... bueno, está...
―Solo dime.
Nathan hizo una mueca.
―En... uno de mis testículos.
La líder de RAGE parpadeó varias veces.
―No estoy para bromas de mierda.
―Lo juro, ahí está. ¿Sabes que la Marca aparece de forma aleatoria?
Ella se apartó de Nathan.
―¿Tu hermana dónde tiene su Marca?
―En la nuca, oculta en su cabello.
―Horace estaba seguro de que ambos debían tener la marca completa en alguna parte de su cuerpo, solo que nunca consideró la posibilidad de que estuviera una mitad en cada uno. Eso explicaría mucho.
―Supongo. Quiero saber algo más; si llegan a saber de mi hermana y mis amigos, ¿me van a decir dónde están?
―Por supuesto ―Mintió ella―. Por el momento no sabemos de ellos.
―¿No existe la posibilidad de que ellos se unan a RAGE? ―preguntó Nathan.
Isabella frunció el ceño. La pregunta del gemelo no le sirvió más que para rememorar recuerdos amargos sobre Nathan, su hermana y sus amigos. Pueda que muchas otras cosas más hayan afectado a RAGE de no ser por ese equipo, ya eran suficientes problemas los que se ganaron. Además, ¿qué tan probable era que la Manada de lobos quisiera integrarse en RAGE luego de toda la historia que tuvieron con ellos?
―Imposible ―respondió Contacto 1 al final―. Eso no será permitido de ninguna manera, de todas formas, nuestro trato ya está hecho, Nathan Crowell. Solo te necesito a ti, no a tus amigos.
Nathan asintió con aquel rostro cansino.
―Entiendo.
***
En la habitación en la que estaban Ariana y Stephen, la puerta sonó con fuertes golpes, era tal la insistencia de la otra persona en entrar que Ariana se puso alerta por si se trataba de un soldado de RAGE, no obstante, al acercarse a la puerta solo oyó canturrear a Kenny y a Liam al otro lado. Suspiró y abrió la puerta, primero recibió el hedor de una fuerte bebida alcohólica antes de percatarse que sus amigos estaban ebrios.
―¿Por qué se pusieron a tomar? ―Inquirió Ariana, molesta y se agachó un poco para susurrarles―. Este es el peor momento para esta clase de cosas.
―¿Dónde está Beatrice? ―preguntó Kenny. Más o menos se dio a entender porque en realidad dijo ¿Onde ta Betis?
Ariana negó con la cabeza, divertida.
―¿Por qué la buscas?
―¡Quiero que sepa que la amo! ―Kenny había dicho ¡Quielo sepa que lamo!
―Debe estar dormida, será mejor que lo intentes otro día ―murmuró Ariana.
―Te lo dije ―Exclamó Liam con la voz levemente ebria―. Perdón, hice que Kenny bebiera un poco, no pensé que se embriagaría tan rápido.
Detrás de ella Stephen acababa de salir de la habitación. Su rostro también mostró cierto enfado al notar la embriaguez de Kenny y Liam.
―Vayan a dormir ustedes dos, es una orden.
Ambos asintieron con la cabeza, Ariana estaba a punto de cerrar la puerta hasta que se dio cuenta que Kenny se volvía hacia la puerta.
―¡Stephen, eres el mejor! ―Vociferó.
Stephen negó con la cabeza y se acercó a la puerta para cerrarla.
―¿Estarán bien? ―preguntó Ariana, preocupada.
―Sí ―dijo él poniendo seguro a la puerta―. Espero que no salgan de allí o si no tendré que atarlos y amordazarlos.
***
Desde el otro hotel, Xavier bostezó y cerró su cuaderno de apuntes.
―Esto de vigilarlos no es tan interesante como lo estaba esperando.
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