CAPITULO 18
Casi al anochecer Kenny abrió los ojos y lo primero que pensó fue que había un ángel frente a sus ojos, pero en realidad se trataba de Beatrice que estaba sentada al lado de él, esperando a que despertara. Al parpadear su visión se aclaró, estaba en una habitación donde también se encontraba Liam.
―¿Dónde estoy? ―preguntó Kenny, extrañado―. ¿Esto es un sueño?
―Por supuesto que no, hermano ―respondió Liam―. Deja que avise al resto que has despertado.
Liam salió de la habitación y Kenny lentamente se sentó. Su mano se hundió sobre el colchón, todavía seguía un poco aturdido después de que... ¿alguien saliera frente a él y le dijera algo? No recordaba bien.
Beatrice alargó sus brazos y los envolvió en Kenny. Eso hizo que él se ponga como un tomate.
―¡Que bueno que estás aquí! ¿Cómo pudiste escapar?
―Nathan y Luke me dijeron que me vaya... Beatrice, ¿dónde estoy?
―En un departamento rentado. Tienes mucho que explicarlos y nosotros a ti.
En la habitación entró Stephen, sonriéndole a Kenny.
―Al fin has despertado, Kenny. Lamento que hayas tenido que venir de esta forma, pero un tipo llamado Augustus insistió en secuestrarte para que podamos tenerte aquí de inmediato, antes de que nuestros enemigos te atraparan.
Kenny meneó la cabeza.
―¿Secuestrado?
―Un espía te trajo mientras caminabas por la calle. ¿Estás bien? ¿Crees poder levantarte?
Kenny asintió.
―Arriba, arriba, arriba ―dijo Beatrice, dejando que Kenny lo haga solo.
Kenny primero se sentó y puso los pies en el suelo. No estaba soñando, sea quien lo haya traído, lo hizo a la fuerza. Es un pésimo modo, pero se alegraba de estar con sus amigos que con los soldados de RAGE. Entonces vio por la puerta entrar a Nick Tolbert. Kenny abrió mucho los ojos.
―¿Profesor Nick? ―Se volvió hacia Stephen―. ¡Así que al fin pudo contactarte!
―Pues... yo no diría eso, Kenny. Quiero que vengas, es necesario contarte muchas cosas.
Kenny pisó con firmeza el suelo y caminó hacia la sala. Este lugar rentado se notaba que era caro, había una sala grande con muchos sofás y sillas. Esto le recordó un poco cuando toda la Manada de lobos estuvo en un departamento pequeño que Ariana había rentado en Alabama. Aunque la diferencia era, que aquí había más personas que antes.
No solo estaban sus amigos, si no la instructora Carver y dos mujeres que Kenny reconoció como personas cercanas a los gemelos y Stephen y Sonya. También había una persona nueva, un hombre que no había nunca.
―Siéntate, Kenny ―dijo Augustus, el nuevo para él―. Perdona que te insistamos en hablar con lo que apenas has despertado, pero el tiempo apremia.
Kenny seguía confuso. Volvió a barrer con la mirada cada cara, asegurándose de que todos estuvieran allí, pero faltaban Nathan y Luke. Creía que ellos escaparían de aquella fábrica, estaba seguro de que los vería aquí.
―¿Los chicos no están aquí? ―preguntó Kenny.
Ariana, quien estaba a unos metros cerca, frunció la mandíbula.
―No. Estamos con mala suerte. Necesitamos hablar, Kenny.
―¡Pero yo tengo algo más importante!
―Lo que tenemos que hablar también lo es ―dijo Stephen, haciendo un ademán a un espacio en el que pueda sentarse―. Si tanto lo deseas, dejaremos que hables primero.
Kenny no perdió tiempo, así que se sentó en una silla y habló con rapidez.
―Escuchen, sé que será muy alocado lo que diré, pero ¡Stela está viva...!
A continuación, le prosiguió una narración extensa, explicándolo todo desde que se separaron. No hablaron tanto, aunque sí hubo alguna que otra pregunta ocasión por parte del grupo, en especial sobre Stela que no creían su presento regreso de entre los muertos. Después Kenny prosiguió con el ataque en la fábrica, pero del que solo les dijo que tomó un camino por el cual pudo huir.
―... entonces fue así como escapé ―Terminó de explicar Kenny a sus amigos, habló de la manera más resumida que pudo puesto que no se detuvo mucho en los detalles que las hermanas Oldman narraron del pasado de RAGE. Tan solo hizo un resumen con lo más importante. Sus amigos se iban sorprendiendo mucho con toda la historia de RAGE―. Nathan y Luke se quedaron allí, pero esperaba que ya hubieran salido y los hubieran encontrado...
―Resulta que no, es probable que sigan con RAGE ―dijo Stephen.
―Hermano, dime la verdad, ¿en serio viste a Stela con vida?
Beatrice codeó a Liam.
―Ya lo dijo como cuatro veces, Liam.
―¡Es que no puedo creérmelo! ―Exclamó Liam alzando las manos―. Sasha y Luke dijeron que ella murió en la explosión y vieron su brazo con el tatuaje...
―Kenny ya explicó que se trató de otro brazo, nunca fue el de Stela ―Comentó Ariana, suspirando―. Esa traidora... todo este tiempo estuvo viva...
―Así que esa es la historia detrás de RAGE ―dijo Sonya, asintiendo―. Si RAGE ha estado tratando de matar a los DELTA, eso quiere decir que...
―... nos deja como los villanos ―completó Liam, arrugando las cejas―. Espera, ¿en serio somos los malos?
Kenny arqueó una ceja.
―¿De qué hablan? No me digan que se han creído la existencia de los DELTA, porque Nathan, Luke y yo no nos creímos nada de eso, sabíamos que se trataba de una mentira.
Kenny trató de consultar las miradas de sus compañeros esperando que no cayeran en esas mentiras, no obstante, ellos se creyeron la historia. De repente, el hombre que había estado callado todo este tiempo se puso de pie.
―Existen, muchacho. Yo soy un DELTA, específicamente el que secuestró a la familia de Tony en el 2010.
Kenny trató de sonreír y esperar a que el desconocido haya dicho una broma, pero nadie allí se reía, ni siquiera Liam que es más propenso a esa clase de chistes. Poco a poco, su sonrisa se fue desvaneciendo y miró con temor a Augustus.
―¿Un auténtico DELTA?
―En carne y hueso, en vivo y en directo.
Kenny se levantó de un salto.
―¿Esto es verdad? ―Vio que algunos de sus compañeros asintieron con la cabeza―. Pero... pero... pero... ¡¿si es así por qué está entre nosotros?!
―Es hora de explicar lo que sucedió en tu ausencia ―dijo Ariana―. Fue justo después de que ustedes fueran atacados por RAGE.
Ariana explicó por un largo rato lo sucedido horas antes, aunque el resto de sus compañeros también añadieron algunas cosas más para que la versión esté completa. Kenny por mucho tiempo mantuvo una mirada insegura y constante sobre Augustus, pero era obvio que las situaciones que estaban pasando la Manada eran tan complicadas que fue necesario integrar a Augustus y su equipo de DELTAs.
Kenny se acomodó los lentes empujándolos con su dedo, suspirando.
―¿Confirmaron la muerte de Luke?
―Los DELTA informaron haber disparado a Luke ―dijo Augustus―, aunque no se ha hallado el cuerpo todavía.
Kenny asintió.
―Y habrá una tercera guerra... eso es inesperado, mucho peor que los experimentos que Tony estuvo sometido. Entonces esta gente, estos DELTA quiero decir, que se unieron a nosotros en esta alianza... ¿son de fiar?
―Lo son ―respondió Stephen. Kenny lo miró de reojo, sabía que Stephen también dudaba sobre esta alianza, aunque las circunstancias no eran favorables por el momento como para hacerse de más enemigos―. La Manada ya se ha unificado con ellos, como te dijo Ariana ahora somos la Manada Delta.
Kenny asintió despacio.
―Este es el nuevo bando para detener a RAGE y a los DELTA Malos. ¿Es posible que eso pueda suceder?
―Ten por seguro que sí ―respondió Augustus―. Sin embargo, por el momento no podemos hacer gran cosa. Además, nosotros debemos evitar que los Gobernantes descubran esta nueva alianza, por lo que deberemos separarnos y escondernos por un tiempo. Saldrán desde mañana, así que preparen todo lo necesario para ocultarse por varios días, para cuando sepamos algo trataremos de comunicarnos nuevamente.
―Me parece bien ―concluyó Stephen.
***
Nathan estuvo a punto de caerse de la silla cuando el agua helada lo empapó de pies a cabeza. Por un corto instante, su cerebro le había dicho que se encontraba nuevamente atrapado por Cassandra, aunque ese pensamiento se desvaneció al recordar que ella llevaba mucho tiempo muerta y que no era el mismo lugar.
Cassandra era más limpia, los soldados de RAGE no. Al menos si él estaba secuestrado, no estaría precisamente en otro sitio similar al de la fábrica de hace horas. Aunque lo único idéntico a sus secuestros o despertares, era que siempre estaba atado.
―Abre los malditos ojos de una vez ―dijo Isabella, poniendo el balde en el suelo―. Llevas horas dormido, es hora de despertar.
Nathan iba abrir la boca, hasta que una amalgama de imágenes llegó a su cabeza. Todos los recuerdos de hace unas horas regresaron como haber recibido una fuerte pedrada en la cabeza. La verdad de que Stela nunca murió, sobre que dejaron a Kenny escapar y cómo Luke estaba muerto...
De repente, Isabella le puso la mano en el mentón y le alzó la mirada.
―Esa cara... algo me dice que estás volviendo en sí, con todo la mierda que sucedió.
Se apartó esa mano agitándose en su silla.
―Espías DELTA llegaron a la fábrica ―musitó Nathan―. ¿Todo este tiempo ha sido verdad?
Isabella rodó los ojos.
―Eso fue lo que estuvimos hablando mi hermana y yo. Nunca mentimos. Casi nunca deciden lanzar un ataque directo con sus espías, esto hasta a mí me tomó por sorpresa.
Nathan tragó saliva. La última imagen que tenía en su mente, era a Luke desangrándose. Esperaba recordar más, pero no podía. Otra vez el instinto asesino le hizo una mala jugada. Además, cada que trataba de recuperar esas memorias, su cabeza le amartillaba sin razón. Había un hueco grande que su cerebro le impedía presentar, como si se tratara de un mecanismo de defensa.
Isabella se percató de que a veces el gemelo fruncía la cara, como si algo le doliera.
―Los DELTA llegaron y atacaron, por las conversaciones que oía en sus comunicadores te estaban buscando a ti.
El gemelo frunció el entrecejo.
―¿A mí por qué?
Isabella suspiró.
―¿No escuchaste nada de la historia que contamos mi hermana y yo? Los DELTA una vez atraparon a Contacto 7, quien tiene el Guerrero Sanguinario igual que tú. Por eso te querían vivo.
―Pero... me sigue costando creer que hubo una agencia secreta más.
―Siempre existió otra agencia, durante todo este tiempo ―dijo Isabella.
―No... no... esto tuvo que ser una trampa de RAGE, obligando a sus soldados a matarse entre sí para hacerme creer que...
Ella tiró de la camisa del gemelo, apegando su cara a la suya, casi tan cerca. A un par de centímetros como si fueran a besarse.
―¡RAGE también sufrió bajas, imbécil! Esto no se trató de una trampa, los DELTA existen y mataron a mi gente... ―Isabella lo soltó―, incluyendo a tu amigo.
El gemelo se mantuvo con la cabeza baja, sin decir nada. Isabella escribió por celular un mensaje y en menos de medio minuto, una puerta polvorienta que había detrás se abrió. Dos soldados de RAGE empujaban una carretilla, rodearon a Nathan y se detuvieron frente a él. Nathan se desconcertó.
Sobre la carretilla descansaba el cuerpo ensangrentado de Luke Thomas. Las manchas de sangre eran más grandes de las que consiguió recordar hace unos segundos.
El corazón de Nathan se sintió herido al reconocer a su amigo muerto.
―Yo he tenido que ver mucho de esto ―dijo Isabella―. A muchos colegas soldados muriendo por el fuego de los DELTA. Lamento la perdida de tu amigo.
Nathan entrecerró los ojos, mirando el suelo.
―Él murió creyendo que la ASPM había llegado a rescatarnos...
―La verdadera ASPM jamás haría eso ―comentó Isabella―. Y mucho menos con un caso como el tuyo, con el poder del Guerrero Sanguinario fluyendo por tus venas.
Nathan, apesadumbrado y afligido, levantó la mirada.
―¿Ahora qué es lo que pasará?
―Lo que pasará ahora, es que te necesitaremos, Nathan Crowell. Pasaré por alto todos los actos anteriores que afectaron a RAGE en el pasado, solo lo haré si te unes a mi equipo. No podré unir a tus amigos, solo te necesito a ti.
En ese instante Nathan torció la mandíbula. Sabía que hacer eso sería como traicionar a sus amigos, no obstante, debía ser realista con todo lo que acababa de suceder en estas horas. Su amigo murió a manos de una agencia mucho más secreta que la ASPM y es probable que sus amigos tengan el mismo destino. A excepción de Ariana, por supuesto, porque también la querían como sujeta de pruebas al igual que él.
Deseaba protegerlos a todos, pero esto era más complicado e inesperado, no sabía qué hacer.
―Quiero pensarlo ―Fue lo último que Nathan supo decir.
Isabella asintió con la cabeza, esbozando una tenue sonrisa. Muy dentro de ella pareció haber ganado. Hizo un ademán con la cabeza y los soldados se prepararon para cargar la silla en la que estaba atado.
―Esperen ―dijo Nathan―. Quiero llevarme el collar de mi amigo.
Isabella frunció el ceño y se volvió hacia el cuerpo de Luke. Fue entonces que se percató de que el chico llevaba un collar con un dije que desprendía colores azul y verde. Ella se lo quitó y se lo puso en el regazo a Nathan.
―Todo tuyo.
Los soldados cargaron la silla junto con Nathan y lo llevaron por un pasillo iluminado por una luz naranja. Abrieron una puerta y luego desataron a Nathan, no sin antes alzando un rifle de asalto por si el gemelo quisiera intentar una posible huida. No obstante, Nathan no actuó en contra, se dejó llevar por ellos y al final lo dejaron encerrado allí. La parte superior de la puerta tenía un espacio con rejillas en el que Isabella se asomó.
―Te dejaré que lo medites, Nathan ―Ella se dio la vuelta hacia cuatro soldados de RAGE que estaban a su lado, todos ellos con unos pasamontañas blanco y con el símbolo de un águila en la frente―. Van a vigilar esta puerta entre los cuatro. Estará un soldado más vigilando por una cámara que verán allí arriba y en otros puntos de este pasillo ―Señaló con la cabeza una cámara de vigilancia recién instalado en una esquina superior―. Por si algo sucede el soldado dará la alerta. Irán rotando diferentes personas para hacer la guardia, no lo dejen morir de hambre y tampoco que descuide su aseo, necesito que lo alimenten tres veces al día y le den agua, jabón y champú para que se bañe. ¿Entendido?
Los soldados respondieron afirmativamente y se quedaron dos delante de la puerta y otros a los lados.
Mientras Nathan se quedaba allí encerrado, con un estado de ánimo deplorable, alzó el collar de Luke y lo miró atentamente.
Esta perdida le seguirá doliendo un poco más. Y ahora que veía probable que todos sus amigos también muriesen en el transcurso del tiempo, le preocupó mucho, había tantas cosas en las que pensar y reflexionarlas. Deseaba que Stephen estuviera allí con él para ayudarlo a crear un plan, de seguro se le hubiese ocurrido a él algo en tan poco tiempo, para él siempre era sencillo.
Aunque Nathan también quería idear algo por su propia cuenta, debía de pensar en una estrategia buena. Sin embargo, tenía la cabeza en blanco como para idear estrategias.
Pasaron como treinta o cuarenta minutos hasta que él alzó la mirada a la pequeña rejilla de la puerta e identificó a un soldado parado allí, observando.
―¿Qué? ―preguntó Nathan de mala gana―. ¿Es hora de alimentarme o por qué estás ahí parado?
El soldado sonrió y se quitó su pasamontaña, eso le permitió a Nathan descubrir que el soldado no era un hombre, sino una mujer.
―Quien lo diría, me acabo de encontrar con el otro gemelo Crowell.
Nathan se puso en pie, alzando una ceja.
―¿Te conozco?
―Quizá ya debas saber de mí si te has encontrado con Ariana ―respondió, soplando un cabello que estorbaba en su cara―. Parece que el sentido de mi vida es salvar gemelos. Pues soy la que ayudó a tu hermana y su amiga Melanie allá en Alabama. Soy Karina Rose, un gusto verte, niño.
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