CAPITULO 14

Al anochecer, los equipos se colocaron alrededor del lugar abandonado en el que RAGE tenía aprisionados al resto de la Manada de lobos. La ubicación del rastreador en los zapatos les permitió llegar hasta una textilería que tenía varias fábricas en abandono, puesto que el jefe, dueño de la marca, tomó malas decisiones financieras que condujeron a la cadena de fábricas en ser cerradas.

No obstante, a pesar de que se trataban de fábricas grandes, tenían el punto exacto en el que Kenny debía estar encerrado. En los alrededores había muchos soldados de RAGE haciendo guardia, probablemente a la espera de que vengan a rescatar al resto de la Manada.

Antes de dirigirse a la fábrica, Augustus reunió al equipo completo: espías jóvenes y adultos. La única que se mantuvo al margen era Rachel, puesto que no era una espía y tampoco se involucraría en la acción.

―Si vamos a llenar de plomo a esos tipos, tendremos que usar un mejor armamento ―Augustus solicitado a sus espías que trajeran armamento DELTA. Habían sacado bastantes cajas de la instalación, contra su propia seguridad, eso sí, sin embargo, sabía que había que equiparse con lo mejor de lo mejor. Al abrir una caja de metal, todos allí vieron un rifle de asalto muy similar a la KT-50, aunque con ciertas modificaciones―. Les presento la Y-90. Un prototipo que nuestros ingenieros armamentistas diseñaron. Se trata de un rifle de asalto con doble función, dispara balas de gran calibre, pero si se habrán fijado en la parte superior, creerán que es un pequeño lanzagranadas agregado.

―¿No lo es? ―preguntó Lissa mirando con curiosidad ese accesorio. Ella sabía que los lanzagranadas que se equipan en un rifle tienen forma cilíndrica, aquí en cambio, era de forma cuadrada.

―No. Los espías lo apodamos como "tira-rayos", porque dispara un proyectil adhesivo que al chocar con algo o alguien desprende fuertes descargas eléctricas. Pueden seleccionar la potencia de la descarga, aunque a veces lo usamos con un voltaje bajo si necesitábamos secuestrar a alguien. Cada uno tendrá una de éstas y también se llevarán esto.

Augustus sacó de una caja aún más pequeña, un objeto metálico en forma de decágono, muy brillante. En uno de sus lados se veía un botón rojo.

―Esta es una Sharp Semtex o dicho de otra forma, un explosivo cortante. Cuando se activa hay un conteo de cuatro segundos haciendo que detone una explosión diferente, en lugar de que haya fuego, desprenderá cuchillas que podrán rebanar carne y probablemente huesos. Es una de las bombas más letales que los DELTA ha creado, muy efectiva, pero también peligrosa. Tengan cuidado al usarlas.

Augustus les entregó estos armamentos, sumando un chaleco en el que pudieran llevar todas estas cosas.

La Manada de lobos se vistió y equipó con rapidez. Augustus, Nick y Stephen se acercaron para charlar.

―¿Cuál es la situación? ―preguntó Stephen.

―Hay soldados de RAGE en todas partes, será una pelea complicada.

―¿No actuaremos con el factor sigilo? ―preguntó Nick.

―Es algo que también estaba pensando, pero nos tardaríamos más si lo hacemos así. Además, si uno se percata de que estamos aquí alertarán a todos.

―¿Son muchos soldados?

―Uno de mis hombres usó unas gafas térmicas y contó a cada uno. Creyó contar más de cincuenta en este lugar.

―Se nota que deben tener a Nathan, Luke y Kenny.

―¿Tal vez identificaron a mis tres lobos? ―preguntó Stephen.

―Me temo que se les ha dificultado saber si están aquí, pues las gafas no dejan ver más que manchas rojas entre lo morado ―contestó Augustus―. Pero me dijo que creyó distinguir a tres figuras en un piso inferior.

―Deben ser ellos. ¿Cuántos de nosotros serán contra los soldados?

―Apenas seremos veinticinco ―respondió Augustus―. Pero será suficiente equipo si atacamos a diestra y siniestra sin darles mucho tiempo a defenderse. ¿Iniciamos el ataque entonces?

―Sí, hagámoslo ―dijo Stephen―. Nick, ¿puedes llamar a mi equipo para vengan?

―Claro.

Cuando Nick se hubo apartado de ellos, Stephen se volvió hacia Augustus.

―¿Qué fue eso del mensaje que le pasaste a Sonya?

―Otra muestra de la verdad ―respondió Brennaman―. Y para que te sientas más incentivado a destruir a esa gente. Es a ti a quien más necesito convencer, Stephen, así que decidí mostrarte aquel secreto.

Stephen lo miró con seriedad.

―Escucha, Stephen. Tu equipo unido al mío y al de Tolbert hace que sea más grande, necesitamos hacernos de un buen grupo.

En este punto de la conversación, el resto de la Manada de lobos y las dos mujeres del equipo Código Esperanza se juntaron. Incluso se unieron los espías DELTA de Augustus.

―Preferiría permanecer al margen.

―Pero se verán obligados a pelear. Cuando tengamos a sus amigos, ellos igualmente tendrán que aceptar, no tienen opción ―replicó Augustus―. No podrán huir de los DELTA por siempre y tampoco podrán rechazar la única idea de pelear contra nuestros verdaderos enemigos.

Nuestros ―Señaló Stephen, su voz sonó dubitativa.

―Nuestros, Stephen ―Mirando de reojo a cada uno del nuevo equipo―. Ellos siempre han estado ahí, ocultos, así que será mejor que sea yo quien los lleve a sus escondites y los matemos.

Stephen bajó la mirada. Cada vez se veía más convencido de que no habría forma alguna de que se alejaran de esta guerra.

―Me arriesgué mucho a mostrarte esas fotos para luego borrarlas. Por si no lo sabías, todo el mundo tiene cosas de los DELTA.

Stephen frunció el ceño. Liam, se acercó un paso más.

―¿De qué habla?

―Cualquier dispositivo electrónico está creado con la tecnología DELTA, no solo la internet. Ya sea que usen sus celulares, laptops, televisores, microondas o cualquier otro aparato, los DELTA lo tienen todo hecho por su cuenta.

―Espera ―dijo Stephen de repente―. ¿Por qué en todas esas cosas?

―Para verificar cómo la gente usa cada aparato. Así establecen estadísticas y demás para futuras invenciones. Y si se enviara información DELTA fuera de sus instalaciones, como está prohibido, se detectará la ubicación y serán atrapados para antes de que puedan hacer cualquier cosa ―Augustus miró esos rostros confundidos. Tanto jóvenes como adultos veían eso imposible―. Hay mucho que no saben y cada vez será más difícil de asimilar, pero créanme, todo lo que he dicho ha sido verdad. Por ahora, quiero sugerir algo rápido, ya que estamos tres equipos aquí reunidos, ¿qué nombre podríamos poner?

Durante un minuto de pensar, Liam sugirió el de Escorpiones. El único espía a favor fue un DELTA que estaba cerca de él, pero el resto opinó que no.

Manada Delta ―Susurró Ariana. Augustus abrió ambos ojos. La mayoría también quedó de acuerdo con ella.

―Perfecto, es un buen nombre, simple y sencillo; ahora sí enfoquémonos en rescatar a sus amigos.

―¿Qué vamos a hacer? ―preguntó Stephen.

―Un ataque sorpresa, uno rápido e inesperado para RAGE ―dijo Augustus mientras veía que sus espías compartían con el resto del equipo unas granadas cegadoras y unas granadas de humo―. Aturdiremos a esos cabrones hasta llegar hasta Nathan, Luke y Kenny.

***

Los soldados de RAGE se encontraban caminando de un lado a otro por las instalaciones abandonadas. Algunos se encontraban jugando a las cartas, como si no fuera a suceder nada importante esta noche. Tenían sus carabinas y otras armas de bajo y alto calibre. Ellos también se encontraban bastante armados, pero la diferencia radicaba en la potencia de los armamentos entre cada equipo.

El nuevo y recién conformado equipo, la Manada Delta, se separó en diferentes ubicaciones. Su plan era que cada uno pudiera ponerse en un punto específico alrededor de la fábrica para que, a medida que avanzaran, pudieran cerrar cualquier posible ruta de escape de los soldados de RAGE.

En el momento en el que se diera la señal, darían inicio a la masacre en esa noche.

***

Ariana inhaló y exhaló. Se encontraba nuevamente ante el peligro sin el Instinto Asesino, el poder que tantas veces ha utilizado. Sin embargo, la ausencia de este poder la arrojó a lidiar con esta clase de peleas sin él. Sabía muchas cosas como espía de la ASPM, cómo pelear y usar armas, pero pensaba que no sería suficiente sin su poder.

Deseaba tenerlo de vuelta.

Se volvió hacia la derecha, a uno metros se encontraba Stephen preparado para arrojar la bomba de humo a su debido tiempo. Luego miró a su izquierda, donde pudo ver a Beatrice. Más allá de ambos lados estaban sus amigos y mentores, dispersos alrededor.

Volvió a inhalar y exhalar.

―No mueran amigos, no quiero que mueran.

De un instante a otro, se escuchó una potente explosión en el otro extremo de la fábrica. Se oyeron varios murmureos de confusión y luego de gritos. Los soldados se alertaron y prepararon. Era momento de atacar a diestra y siniestra, como Augustus lo dijo.

Ariana separó la anilla de la granada cegadora y la arrojó a través de una ventana rota. Cuando destelló en el interior, Ariana derribó una frágil puerta apuntando con la Y-90, lista para matar a cualquier soldado que se cruce en su camino.

***

Nathan se había acercado a la puerta, trataba de derribarla. Se oía el fuerte estrepito de tiros y explosiones, esos eran sus amigos, sin duda alguna. Pero para complicar más las cosas, esta puerta no se movía ni un centímetro.

―¡Luke, intenta empujar tu puerta! ―Vociferó Nathan. Su amigo era más fuerte, él probablemente podría tumbarla.

Aunque no sabía si Luke lo había oído. Si no, pues tendrá que esperar a que sus amigos vengan al rescate.

***

Ariana atravesó una pequeña habitación con varias estanterías vacías. Se acercó a una polvorienta ventana percatándose de que había más destellos y casquillos de bala cayendo al suelo. Lo único que se oía allí era un sinfín de estruendos. Por la forma en el que habían acorralado a los soldados de RAGE, estos no escaparían.

Ariana entonces vio como un soldado emergió a través del espeso humo que habían arrojado hace un momento. No obstante, este soldado tropezó y cayó al suelo, al ver a Ariana intentó tomar la pistola, pero ella no titubeó en disparar primero.

La gemela avanzó con grandes pasos, echando un vistazo a ambos lados. A un par de metros oía que cinco soldados se estaban poniendo a cubierto tras unas columnas y paredes, por lo que Ariana se encargó de matar a cada uno de ellos, sin embargo, el quinto, fue asesinado por otra persona.

Al mirar a su lado, se percató de que Beatrice lo había hecho. Le hizo una señal para que avance.

―A por nuestros amigos, ¡andando!

Ambas lobas cruzaron la habitación. Beatrice sacó una de las Sharp Semtex, presionando el botón y arrojándola por el suelo para que vaya patinando hasta un soldado que estaba oculto tras una pared. En cuestión de segundos las dos vieron como trozos de carne y manchas de sangre pintaron el suelo, haciendo que el soldado de RAGE cayera al suelo y siendo rematado con un tiro a la cabeza.

Ariana se adelantó un poco más, cuando de repente un soldado salió frente a ella, tratando de arrebatarle el rifle. No obstante, Ariana pateó la rodilla del soldado para desequilibrarlo y luego disparando un proyectil eléctrico a la cabeza. El soldado se sacudió y retorció, muriendo, puesto que la descarga que Ariana tenía puesta era la más alta.

Continuaron avanzando. Según lo que Augustus dijo estaban en un sitio inferior, que señaló hace unos minutos. Debía estar cerca.

Ariana siguió adelante hasta que se encontró con Stephen, quien acababa de propinarle un fuerte golpe con la culata del rifle para finalmente terminar con el soldado con una ráfaga de tiros.

Stephen se volvió, apuntando a Ariana, pero bajo el arma al reconocerla. Él alzó la voz por encima de los disparos:

―¡Estamos cerca de ellos, están por aquí!

Ariana asintió y se puso a su lado para continuar ayudándolo.

***

Los fogonazos se oían cada vez más cerca para Nathan. Estaban cerca, ¿no es así? Sus amigos debían de haber llegado, pero lo que le estaba preocupando era Isabella, ¿cómo lidiarían con alguien que tenía un traje tan letal al que no podrían herir?

Escuchó un fuerte grito de alguien y luego terminar rodando por las escaleras que había subido antes.

Nathan se sobresaltó cuando su puerta se abrió.

***

―¡Nathan, Luke, Kenny! ―gritó Ariana mientras bajaba junto a Stephen por unas escaleras que acababan de encontrar tras una puerta. Se volvió hacia el Lobo Mayor―. ¿En serio están aquí?

Stephen sacó un dispositivo similar al de una Tablet, el cual estaba señalando la ubicación de los zapatos de Kenny. Ariana vio que estaban en el mismo punto resplandeciente. Miraron que había una sola puerta a la que acceder, así que Ariana trató de abrirla, pues no había una llave o picaporte que la detuviera, no obstante, al patear la puerta y dejar ver el interior, abrió los ojos de par en par.

Dentro de aquella habitación no había nada más que los zapatos de Kenny sobre un montón de cajas rotas, no había rastro alguno de Nathan, Luke o el mismo Kenny. Ariana se metió a la habitación, creyó que alguno de ellos estaba ahí en las cajas, pero no había nada.

Si lo único que había en este sitio eran los zapatos de Kenny... eso quiere decir...

―Hemos estado siguiendo el rastreador... ―dijo Ariana, apretando los dientes. Sentía ganas de llorar―. ¡Ellos no están aquí!

Otra fuerte explosión se detonó en algún lugar. Stephen se encogió de hombros y sacó a Ariana de allí.

―No saquemos conclusiones tan rápido, sigamos buscando.

La gemela se asustó con otra explosión y miró a Stephen a los ojos.

―¿Dónde están? Tienen que estar por algún lado, por favor, ayúdame a buscarlos...

―Será cuando hayamos acabado con todos, si no, tendremos que abandonar este lugar de inmediato.

***

Cuando la puerta se hubo abierto por completo, Nathan retrocedió al soldado de RAGE que le apuntaba. Este se encontraba al lado de Stela. Los disparos siguieron en el piso superior.

―Vas a venir a pelear junto a RAGE, los malditos DELTA nos están atacando.

―No te ayudaré, Stela ―Fue la respuesta inmediata del gemelo.

―Haz lo que quieras, son ellos quienes vinieron a por ti ―Stela se volvió hacia otros soldados que bajaron con ella―. ¡Abran las puertas, dejen que salgan! Tú decides Nathan, ayudar o sufrir las consecuencias.

Stela y el resto de los soldados salieron de ese piso inferior. De las tres habitaciones que había allí, los tres lobos de la Manada se asomaron y se vieron las caras. Kenny fue el primero en salir, el cual llevaba los pies únicamente enfundados en calcetines, los zapatos que había traído se encontraban a kilómetros de distancia. Luke también salió de ahí.

―¿Oyeron lo que Stela dijo? ―Inquirió Nathan.

―Sí... pero de seguro se trata de una trampa para hacernos creer que esos DELTA vinieron ―respondió Luke.

Nathan asintió.

―Escuchen ―dijo Luke―. Si la Manada de lobos está aquí, necesitarán apoyo, por lo que tendremos que pelear para ayudarlos. Nathan y yo nos quedaremos a pelear, Kenny, tú intenta buscar una salida.

Kenny frunció el ceño.

―¿No ayudaré?

Luke negó con la cabeza.

―Eres nuestro analista con esto del Código Esperanza, así que necesitamos que sigas con vida.

―¿Y qué hay de la laptop que habíamos encontrado ayer? ―Exclamó Kenny.

―¡Ya veremos cómo recuperarla! ―respondió Nathan―. Tienes que irte, Kenny, le diremos al resto que has huido para que estés lejos del fuego enemigo. ¡Vete Kenny, solo vete!

Los tres subieron los escalones y a medida que lo hacían el ruido ensordecer aumentaba. Kenny se fue escabullendo entre algunos cuerpos y atisbó una ventana que tenía el cadáver de un soldado de RAGE enganchado en el borde. Luke tiró el cuerpo al suelo y vio que probablemente haya una forma de salir si tomaba ese camino. Le hizo un ademán a Kenny para que saliera y le dijo que tenga mucho cuidado, que use las sombras para moverse.

Kenny se despidió de ambos y huyó. Nathan y Luke se dirigieron hacia el combate.

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