CAPITULO 13

Sin embargo, a pesar de escuchar eso Augustus no se sintió decepcionado o preocupado.

―Lo sé ―dijo Augustus―. Te recuerdo que los estuve vigilando por mucho tiempo, Ariana. Oí sus conversaciones, en especial la de que su Marca Sanguinaria, a pesar de seguir en tu cuerpo, el poder no se ha ido. Incluso se nota que no lo tienes activo.

―¿Se nota? ¿Cómo es eso?

Augustus resopló.

―El poder del Guerrero Sanguinario "fortalece" el cerebro de su portador, no solo de golpes fuertes, sino que lo fortalece a nivel mental. ¿Crees que asesinar y otras cosas que han sufrido no los afecta psicológicamente? ―Esas palabras inquietaron a Ariana, comprendiendo en qué dirección iban esas palabras―. El portador casi siempre se vuelve más estable ante situaciones estresantes, extremas y ansiosas, lo sosiega para que no se altere. A veces habrá situaciones que lo perturbará, pero se irá calmando con el tiempo. Por ejemplo, cuando asesinaron por primera vez, lo vieron cómo algo simple, rutinario.

―No nos sentimos perturbados ―dijo Ariana recordando sus primeras muertes efectuadas. Estaban más afligidos por las muertes de sus familiares, ni siquiera se pusieron a pensar en si matar a esos soldados en DeSoto los afectó de alguna manera―. Pero me estoy dando cuenta que el instinto asesino, ante otras emociones como la tristeza, no surte efecto.

―Es un arma de combate, no influye ante todas las situaciones.

Ariana agachó la cabeza.

―Pero no les seré de utilidad ―replicó ella―. No soy lo que necesitan mis amigos y usted para una guerra.

Augustus la miró con semblante serio y tranquilo, se pasó por alto ese comentario.

―¿Por qué esa reacción de hace un momento?

Ariana tragó saliva.

―Usted quiere que mi hermano y yo peleemos a muerte contra los DELTA, ¿no es así? ―Augustus iba a hablar, pero Ariana se le adelantó―. ¿Qué nos asegura que esto será el fin de todo?

―Solo dije que vamos a detener una guerra. Si los estúpidos presidentes años después hacen conflictos por cuenta propia, a pesar de que ya no exista ninguna organización DELTA que los manipule, pues no habrá sido por culpa nuestra.

Stephen centró su mirada en Augustus.

―¿La solución es destruir de forma definitiva a la ASPM y su organización DELTA? Si dice que los Gobernantes y el director DELTA son los que tratan de mantener el control del mundo en todos los aspectos, ¿no podemos usar una manera más pacífica?

Augustus frunció el ceño.

―¿Pacífica? ¿Con ese montón de imbéciles? ―Augustus se enderezó―. Comprendo tu intención de librarte de una guerra, Stephen, pero esta gente no atenderá soluciones pacíficas. Lamento decírtelo, pero no será posible. Te contaré lo que pasará... si destruimos a los DELTA, serán libres. Pues ellos ya los tienen en la mira, al igual que los Crowell, sin embargo, si deciden medidas pacíficas, ellos irán a por ustedes de todas formas. Solo sería cuestión de tiempo para que los busquen.

Stephen bajo la mirada, asintiendo. Augustus se volvió hacia la gemela.

―Y yo lamento decirte esto, Ariana, pero eres a quién más desean capturar. Si no logras defenderte con el poder, me temo que tendrás que sufrir el mismo destino que el de Tony Oldman.

Augustus le contó a toda la Manada la clase de experimentos que se hacían en las instalaciones secreta de los DELTA. Toda esa gente que pasó a manos de los científicos, sí que fue tan duro de escuchar, hacía sonar la guerra algo que uno preferiría entrar en lugar de ver o ser parte del experimento de ellos. Pero ella al tener su poder, la mejor opción sería la extracción de su cerebro.

―Solo puedo pelear con lo que aprendí en la ASPM, no sé si les sirva ―dijo Ariana―. Pues el poder solo regresará de una manera...

―Viviendo un nuevo sufrimiento ―dijo Augustus―. Lo cual es preocupante por una razón: qué tan probable es que, al vivir otra tragedia, puedas recuperar el poder. Ver morir a otro amigo tuyo no siempre podrá ser garantía de que el Guerrero Sanguinario vuelva.

Ariana frunció el ceño.

―¿Cree que no podré tenerlo devuelta?

―Incluso si ya llevas mucho tiempo en guerra, ya te habrás acostumbrado un poco mentalmente.

Un DELTA se acercó a Augustus y le habló en voz baja, éste terminó asintiendo.

―Han encontrado a sus amigos, se detuvieron en Kansas City ―dijo él, a lo que la Manada de lobos pareció despertar y olvidar las preocupaciones de una guerra―. Están a unas horas de aquí, vamos a viajar allá. Sacaremos de allí a todos y trataremos de organizarnos para saber qué hacer después.

***

Durante el viaje hacia Kansas City, fueron en diferentes coches, aunque en la misma dirección. Por las calles de la ciudad de Oklahoma iban circulando vehículos con los espías Omega, Alfa y estos nuevos miembros, los DELTA. Ariana se sentía un poco indiferente con todo esto, en realidad, lo único que le interesaba era la vida de su hermano y sus amigos, se estaba preocupando mucho más que antes.

En Alabama se sentía, en cierta forma, más calmada con la situación de su hermano. Sabía que Nathan podría apañárselas para sobrevivir y lo había conseguido a pesar de que tuvo que lidiar con escorias como Cassandra Pounds. Sin embargo, esto era muy diferente, su hermano fue capturado por RAGE, el grupo que tanto estuvo odiando por mucho tiempo... el cual ahora... ¿era bueno todo este tiempo? Por las cosas que Augustus Brennaman había contado sobre la existencia de los DELTA, tenía demasiado sentido el esfuerzo de Tony Oldman por acabar con ellos.

Pero esto no se lo creía al principio, Ariana no veía posible que Tony Oldman sea el enemigo número uno contra una organización mucho más poderosa que toda RAGE.

A pesar de que su verdadero objetivo no era la ASPM que Ariana conoció, también se sintió molesta e intimidada con los DELTA. Si esa gente usaba a civiles inocentes o para nada inocentes, era muy preocupante y habría que borrarlos del mapa. Pero Ariana no dejaba de pensar ¿por qué precisamente ella y su hermano? Pensó que espías más entrenados como Stephen, Sonya, Nick, Lissa y Anna serían aptos por ser de un rango alto y de mayor experiencia, pero ella seguía sin entender cómo el instinto asesino podría hacer algo al respecto.

En el coche que estaba viajando, estaba siendo conducido por Liam y de copiloto estaba Beatrice. En los asientos traseros estaban Stephen y ella. Sonya iba en otro vehículo con los espías adultos. Ariana mantenía su mente ocupada con miles de pensamientos, mirando la las calles, preguntándose si los DELTA le daría igual secuestrar a cada persona que veía por la acera con la finalidad de sacar experimentos exitosos.

―Te veo muy distraída hoy ―dijo Stephen.

Ariana se volvió hacia su novio. Este le mostraba una mirada compasiva.

―Estoy preocupada por los chicos. Aunque también algo pensativa con todo esto de los DELTA...

―Yo igual ―dijo Beatrice, quien miró por encima de su hombro a su amiga―. Esto cada vez se está volviendo más complicado y difícil de digerir. Oye Liam, ¿tú qué piensas de esto?

―Siendo honesto, hermana, creo que preferiría seguir en mi cama un rato más. Son muchas cosas las que están pasando ahora y nosotros tenemos que saber cómo lidiar con ellas...

―La situación es muy dura, ¿no te vas a volver contra Stephen ahora?

Ariana se inclinó hacia el asiento de Liam.

―¿De qué está hablando Beatrice?

Liam se mantuvo callado un instante y resopló al detenerse en un semáforo.

―Amenacé a Stephen de matarlo si las cosas se ponían complicadas ―Liam por el retrovisor vio como ella enfureció. Él intentó excusarse―: No me malentiendas, hermana, yo los quiero a todos, incluso respeto bastante a Stephen, pero temía por la vida de todos cuando nos metió en toda esta mierda del Código Esperanza, era aventurarse sin saber a qué nos comprometíamos.

―¿Y era necesario que lo amenaces de muerte? ―replicó Ariana, alzando la voz y se volvió hacia Stephen―. ¿Por qué permitiste eso Stephen?

―Porque sabía que tarde o temprano esas ideas desaparecerían.

―¿Cómo estás tan seguro?

―Porque no se equivocó ―contestó Liam. Volvió a seguir el coche que debían mantener el ritmo―. Esta mañana estuve pensando en una posibilidad... ¿Y si los DELTA deciden poner a sus espías de la ASPM contra los gemelos? Eso, considerando que Stephen nunca nos hubiese llamado a ayudarlos por el Código Esperanza, haciendo que la ASPM ponga a la Manada de lobos contra los gemelos.

Beatrice abrió mucho los ojos.

―¡Mierda, esa sí es una gran posibilidad!

―Eso me hizo tranquilizarme con eso de matar a Stephen... A pesar de que las cosas terminaron de esta forma, siento que esta fue la mejor opción que pudimos tener.

Ariana negó con la cabeza y miró nuevamente la ventana. En cierto momento, Stephen puso su mano sobre la de Ariana, ella se volvió hacia él.

―Salvaremos a Nathan, Luke y Kenny, eso será seguro.

Ariana asintió. Entrelazó sus dedos con los de Stephen, sintiendo un poco de calma en su corazón. La preocupación seguía en su cabeza, pero al menos esa sensación se atenuó un poco. Stephen era su lugar más seguro ahora, así que colocó su hombro sobre el suyo.

―¿Crees que salgamos vivos de esto? ―dijo Ariana en susurro.

―Sí, prefiero creer que sí ―respondió Stephen en el mismo tono.

―Si eso es así... ¿Qué haremos después? Si Brennaman dijo que destruir a los DELTA es el fin de todo, será también el fin de la ASPM. No más espías ni nada de eso.

―Podríamos pensar en algo.

Ariana esbozó una tenue sonrisa y le susurró al oído.

―Me gustaría ir a la playa.

―¿Por qué?

―Creo que nunca te lo dije, pero amo la playa ―respondió Ariana―. Ver el horizonte, sentir la arena sobre mis pies y lanzarme mar. Creo que tiene algo mágico estar ahí, me siento más en paz. De niña eran cosas que disfrutaba mucho, pero mis padres siempre nos obligaban a viajar al DeSoto State Park.

Stephen la miró a los ojos.

―Cuando esta guerra termine, iremos para allá.

Se quedaron así juntos un largo rato. Ariana se sentía más calmada y un poco motivada en que lo único que sucedería después de esto, sería estar en calma. ¿Es que acaso los soldados en las guerras no añoraban el sosiego y la paz en vez de matarse los unos a los otros?

El celular de Stephen vibró y él lo encendió. Ariana estaba casi dormida cuando vio la pantalla y escuchó un grito ahogado de Stephen. Ariana se volvió hacia Stephen, mirando sus ojos, pues en cuestión de un par de segundos parecía tenerlos cristalinos, llorosos. Después miró la pantalla, se trataba de una pareja adulta.

―¿Tus padres? ―preguntó Ariana.

―Sí... ―dijo Stephen, su voz mostraba que no creía posible ver esa imagen.

Ariana miró más la pantalla, en realidad, la imagen la había enviado Sonya por mensaje, entre muchas otras fotos. Ahí estaban los padres de Stephen y Sonya en algunas imágenes. Pero la que más había impactado a Stephen, era ver que sus padres estaban en una imagen sonriéndole a la cámara.

El señor tenía una cabeza que se veía cuadrada, tenía una barba que la afeitaba con cuidado para verse lo más presentable posible. Era un hombre robusto, fuerte. Su mirada se veía similar a la de Stephen, pero los ojos grises no venían de él, sino de la madre.

La Madre de Stephen tenía un tono de ojos grisáceos mucho más nítidos que los del hijo, aunque tenía un mayor parecido con ella en cuanto a su rostro. Su cuerpo era delgado, aunque Stephen le había dicho en una ocasión que hubo un tiempo en el que estuvo un poco más rellena.

―Me han venido muchos recuerdos ―dijo Stephen limpiando sus ojos. Escribió a Sonya―. ¿Dónde consiguió estas fotos?

En un mensaje de Sonya, se hallaba la respuesta. No fue una respuesta tan emotiva como que las había conservado para una situación así, puesto que ni Sonya ni él tenían esas fotos, estas eran diferentes y al cabo de un instante se enteró de la verdad. Lo cual fue mucho peor de lo que esperaba.

Los padres de Stephen y Sonya no murieron en una misión. Ni siquiera hubo misión a las que se les asignó. Los cuatro espías fueron secuestrados por los DELTA para ser utilizados como sujetos de prueba, la evidencia de esto se veía en unas imágenes extra que Sonya adjuntó, en ellas se veían documentos donde precisaba el secuestrarlos únicamente a ellos, lo niños no importaban, solo los adultos.

Sin embargo, de un segundo a otro, todas esas imágenes desaparecieron, se habían borrado. De repente apareció otro mensaje de Sonya que decía:

Brennaman tardó mucho en encontrar estas fotos. Sabía que reconocía a nuestros padres, así que averiguó. Me pidió que te las muestre ahora mismo, quería hacerlo en privado, pero me insistió en que lo hiciera ahora porque iba a desaparecerlas en poco tiempo. De verdad que ver lo que han hecho me ha dolido también...

Ariana, quien había estado leyendo y viendo todo eso, se apartó de Stephen bruscamente para verlo a la cara. Stephen tenía un rostro crispado, Brennaman acababa de abrirle una herida que había cicatrizado hace muchos años. Durante este tiempo, creyó que fue a través de otros individuos, pero al final terminaron siendo los DELTA.

Ariana deslizó las manos por la mejilla de Stephen, viendo que su respiración se volvía cada vez más pesada.

Liam miró por el retrovisor, dándose cuenta de que Stephen se estaba sintiendo mal.

―Oye, ¿qué le está pasando a Stephen?

Beatrice que estaba adormilada, se sobresaltó y despertó de inmediato.

Ariana que esperaba el instante en el que Stephen comenzara a sollozar, jamás llegó. Trató de tranquilizarlo, pero él no reaccionaba a querer llorar, simplemente se veía como si hubiera recibido un golpe duro, no uno físico, sino mental que lo desmoronó por completo.

―Stephen háblame ―Insistió Ariana con voz queda.

Stephen entonces parpadeó y miró a los ojos de su novia, es como si hubiese despertado de algún tipo de trance. No derramó ni una sola lágrima, pero se enderezó y tensó los músculos de sus hombros. Miró con seriedad a su equipo.

―No se preocupen, solo vi unas fotos de mi familia en el pasado.

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