Twelve


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Los merodeadores se encontraban en uno de los tantos pasillos de la escuela, no hacían la gran cosa, solo esperaban que les llegara algo de inspiración para su siguiente broma, más uno no estaba interesado en seguir pensando en ello, no tras que un par de chicas pasaran justo frente a ellos y Sirius no quiso desperdiciar la oportunidad que Merlín le había puesto en frente.

—Vamos cornamenta —le insistió una vez más el de ojos grises a James que se había resistido hasta el momento, más cuando este volvió a ver a las chicas de reojo no pudo poner más resistencia, solo logró pensar en lo guapas que eran, típicas hormonas de un adolescente.

—Andando —James no tuvo que decirlo dos veces cuando ya se encontraban caminando hacia las chicas, el de anteojos se despeinaba el cabello mientras que Sirius sonreía seguro de si mismo y que decir de los otros dos merodeadores que seguían de cerca a sus amigos sin muchos ánimos.

—Hola, chicos —las dos chicas sonrieron con inocencia al ver a los merodeadores llegar hasta ellas, más desde kilómetros se les notaba que aquello también estaba en sus planes de conquista, no era novedad que las chicas estuvieran detrás de los chicos más revoltosos de Hogwarts.

—Señoritas —Sirius les sonrió de lado—. ¿Qué les parece salir con nosotros? —las risas de las chicas no se hicieron esperar, aunque estas fueran falsas, Remus rodó los ojos desinteresado en el tema, este siendo uno de los merodeadores que menos le interesaba el salir con más de una chica, digamos que este estaba chapado a la antigua y aun creía en encontrar al amor de su vida.

—¿De nuevo? —Remus les murmuró a sus amigos buscando que solo ellos escucharan para no hacer sentir mal o incomodas a las chicas frente a ellos—. ¿No querías la atención de...? —no logró terminar la frase ya que cuatro chicas caminaban hacia ellos entre ellas la persona que estuvo por mencionar.

—¿De...? —James le sonrió a la chica de cabello negro más al no recibir respuesta giró para ver a Remus, más se llevó la sorpresa de ver a cierta pelirroja que le traía de cabeza—. L-lía yo... —tartamudeó al no saber qué decir para arreglar lo que ya había arruinado de nuevo al estar tan cerca de aquella chica perteneciente a Ravenclaw.

—No me interesa —le pasó de largo hasta quedar frente al pequeño y regordete Peter—. Hola, Peter —aquello no solo sorprendió al rubio, sino que también a James que además de sorprendido se sentía ofendido por ser ignorado por Peter.

—H-hola —el chico estaba más que nervioso ante la presencia de la chica y también por la mirada que le enviaba James, Peter no quería que este se molestara por el estar hablando con la chica que bien sabía le atraía a su amigo.

—Hola —la atención de James se desvió de Peter y Lía hasta Ginger que se encontraba frente a él, cosa que le pareció extraño ya que nunca habían entablado una conversación fuera del aula de clases—. Ten —le extendió una barra de chocolate, acto que sorprendió aún más al de anteojos que era cociente que aquel no era un regalo de declaración por la cara de aburrimiento de la chica.

—¿Y esto?

—Como saben se acerca San Valentín, las cuatro decidimos adelantar regalos para no estar ese día tras los demás por lo que hicimos chocolates para todo Gryffindor y por más que lo quisiéramos negar ustedes también son parte de Gryffindor —Marlene se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

—Pero si no lo quieres —Lía se acercó a James e intentó quitarle el chocolate mas no pudo realizar dicha acción porque el de anteojos ya se había metido buen cacho del chocolate en la boca.

—Está... Bueno —James miró sorprendido a las chicas por lo bueno que estaba aquel chocolate, los demás merodeadores siguieron el ejemplo de su amigo comiendo del chocolate.

—Sabe algo raro —Remus fue el primero en percibir el sabor amargo que dejaba el chocolate a pesar de ser dulce, las chicas comenzaron a reírse a carcajadas y los merodeadores no entendían de los que se reían hasta que sintieron tanto su altura como su cuerpo raro.

—¿¡Qué nos hicieron!? —Sirius gritó asustado al querer mirar sus pies encontrándose en el camino dos bultos sobresalientes de su pecho.

—Pues yo digo que se ven guapas —comenzó a carcajearse sin pena alguna, James se asustó justo en el momento que se había referido a ellos como Guapas.

—Véanse ustedes mismos —Marlene sonrió con malicia mientras le entregaba un espejo a cada uno y aquella sonrisa aumentó al escucharlos gritar.

—¡Somos chicas! —los cuatro gritaron asustados al ver sus rostros ahora con facciones finas al igual que sus cuerpos.

—¡Eres tan tierno! —Lía pellizcó la mejilla sonrojada de Peter misma que parecía querer explotar ante las acciones de la chica y sus palabras.

—¡Peter!

—¡Yo no estoy haciendo nada! —la ahora rubia grito apenada al ser regañada por James.

—Lía deja en paz a Peter —Marlene miró divertida a la pelirroja más esta no se separó de Peter.

—Lía —se quejó Ginger y fue ahí cuando la chica se separó del rubio.

—Bien —se rió divertida y miró a as ahora chicas que parecían querer morir ahí mismo al ver sus nuevas apariencias y cabía mencionar que las chicas con las que los merodeadores -Sirius y James- coqueteaban había huido en cuanto vieron a los chicos cambiar de aspecto-

—¡Regrésenme mi bello cuerpo! —Sirius comenzó a gritar lo que llamó la atención de cierta profesora que por casualidad pasaba por el pasillo alterno al que se encontraban—. Hola Minnie —Marlene había golpeado a Sirius para que se callara, pero ya había dicho aquel apodo tan característico de él hacia la profesora

—¿Black? —la profesora preguntó algo confusa por la apariencia del chico ahora chica de ojos grises y cabello más largo a lo usual—. Oh por Merlín —Minerva McGonagalll se encontraba aguantándose la risa al ver a los merodeadores de aquella manera más recobró la postura tras carraspear—. ¿No pueden tener un día normal?

—Pues... —Sirius estuvo por contestar, pero la misma profesora le interrumpió.

—No respondas —soltó un suspiro, en definitiva, desde aquellos chicos habían entrado a la escuela ya nada le impresionaba—. Castigados —aquello iba dirigido a todos los presentes mismos que intentaron quejarse, pero una sola mirada bastó para mantenerlos callados, había sido una buena broma por parte de las chicas y aceptaban aquel castigo con gusto.






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Ustedes después de ver más de una notificación de mi parte tras años de no actualizar:



↬Editado↫

Pelirroja W

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