Seven
↪ ❋❋❋ ↩
El plan de Lía daba marcha y qué mejor para sus planes, que el día estuviera soleado, completamente tranquilo y era sábado por lo que no debían preocuparse por salir corriendo para llegar a alguna de sus clases, Lily caminaba a un lado de su gemela exasperada por no saber hacia dónde se dirigían.
—¿Podrías dejar de ignorarme y decirme a dónde vamos? —era la tercera vez que le peguntaba a Lía sobre su destino y la pelirroja le había ignorado, Lily estaba con humor de perros al haberse levantado temprano por culpa de su hermana.
—Solo deja de preguntar y camina —entrelazó sus brazos para hacer que Lily caminara más rápido, tardaron un poco en llegar a su destino, pero al final ahí estaban, frente a la orilla del lago negro, Lía buscó con la mirada a su mejor amigo hasta hallarlo acostado bajo la sombra de un árbol con los ojos cerrados, parecía como si este estuviera durmiendo.
—¿Qué hacemos aquí? —en cuanto Lily notó la presencia de Severus sintió sus mejillas arder, ante sus ojos el parecía ser el chico perfecto, el viento movía ligeramente el cabello del chico y eso solo provocaba que Lily olvidara por completo lo que significaba respirar— ¿Qué hace Sev aquí?
Lía miró a su gemela por un par de minutos para después sonreír, había notado las mejillas sonrojadas de su hermana y eso solo significaba que su plan ya estaba en marcha, oh como le gustaba a la pelirroja hacerla de cupido para las dos personas más importantes de su vida.
—Solo vamos a revivir los viejos tiempos, como hacíamos cuando éramos niñas en el lago que estaba cerca de la casa —Lía giró para comenzar a caminar hacia Severus que aún seguía con los ojos cerrados absorto a lo que ocurría a su alrededor, él solo disfrutaba del silencio y la paz que le brindaba aquel lugar—. Hola, Sev —la chica de pelirrojo intenso se sentó a un lado del chico, Sev no se movió solo abrió los ojos y observó a las gemelas.
—Hola, Sev —esta vez fue Lily la que le saludó y se sentó del otro lado del chico por lo que el de cabello negro quedó en medio de ambas chicas.
—Hola, Lily. Hola, Lía.
Las mejillas de Severus tomaron un ligero tono rosado al mirar a Lily, el cabello de esta estaba suelo con una banda que impedía que el cabello cayera sobre su frente y Sev estaba seguro de que jamás había visto los ojos de Lily brillar como lo hacían en esos instantes.
—¿Recuerda cómo nos conocimos? —Lía se acostó completamente mirando el cielo entre las ramas del árbol sobre ellos, Lily también se acostó, los tres sonrieron involuntariamente al recordar la manera tan peculiar en la que se habían conocido.
—¿Cómo olvidarlo?
—Fue divertido —añadió Lily.
1969
Dos pequeñas niñas de cabello pelirrojo reían entre sí al descubrir lo que ambas podían hacer, tenían el cabello del mismo largo, si se colocaban una al lado de la otra se podían ver las semejanzas que había entre ellas, pero jamás iguales, sus ojos siendo de distintos tonos al igual que su cabello y aun así vestían de la misma manera creyendo que en algún momento alguien las confundiría.
—Vamos, Lía. Vamos a enseñarle a Tuney lo que logramos hacer —la pequeña de ojos verdes terrosos miraba emocionada a su gemela.
—No quiero, Lily. Petunia es una llorona —esta vez la pequeña de ojos verdes azulados tenía el ceño fruncido libre de cualquier signo de felicidad como era hace unos segundos, a la corta edad de nueve años Lía no soportaba a su hermana mayor y no era ninguna sorpresa que el sentimiento fuera mutuo.
—¡Ella es nuestra hermana mayor! —Lily por otro lado idolatraba a su hermana mayor, para ella Petunia era la viva imagen de su madre y eso solo le hacía querer ser como ella, a pesar de que la madre de las tres niñas fuera una persona alegre y llena de amor.
—¿Qué quieren? —Petunia había visto a sus hermanas correr hasta ella, la rubia tenía entre sus manos varias flores que le regalaría a su madre.
—Mira, Tuney. Lía y yo podemos hacer un truco —las gemelas estiraron su mano derecha al mismo tiempo y de ellas florecieron una pequeña flor, la flor de Lily era lila mientras que la de Lía era blanca. Petunia miró horrorizada lo que sus hermanas podían hacer, eran monstruos.
—¡Son unos monstruos! —su grito asusto a las gemelas haciéndolas dar un paso hacia atras, las palabras de Petunia habían lastimado a las dos pequeñas, aunque Lía jamás lo admitiría, al menos no frente a su hermana mayor—. ¡Les diré a papá y a mamá! —la rubia corrió hacia su hogar en busca de sus padres lista para acusar a sus hermanas.
—¿Por qué es así? —los sollozos de Lily aumentaron al igual que sus lágrimas, las cuales intentó ocultar colocando sus manos sobre sus ojos.
—Porque está celosa de nosotras, está celosa de que somos especiales y ella no —Lía abrazó a su gemela sintiendo rabia contra Petunia al ver que había hecho llorar a Lily.
—Tienes razón —al escuchar una tercera voz las dos niñas giraron a ver de quién se trataba, pero ninguna conocía al niño de tez pálida y de cabello negro hasta los hombros.
—¿Quién eres? —Lía miraba desconfiada al niño y se colocó frente a Lily en un intento de querer protegerla.
—No les haré daño, soy igual a ustedes —levantó sus manos en señal de paz—. Mi nombre es Severus Snape —se acercó a ellas tras ver que estas no huirían de él por ser algo raro.
—Somos Lía y Lily Evans —Lily fue la primera en confiar en el niño provocando que Lía también lo hiciera.
—Somos gemelas —aclaró Lía antes de sonreír.
—Eso es algo increíble —miró a las hermanas con una pequeña sonrisa—. Vengan, les mostraré algo —alentó a las niñas a que le siguieran, caminó sin esperar alguna respuesta esperando que las niñas le siguieran, cosa que ellas hicieron ya que su curiosidad fue más grande—. Aquí —se acostó debajo de un árbol lleno de flores y las niñas se acostaron junto a él.
—¿Puedo llamarte Sev?
—Sí, Lía —la niña había sido la primera persona en llamarle de esa manera y con el paso de los años esa costumbre no había cambiado.
—¿Qué nos ibas a mostrar? —Lily miró curiosa al niño.
—Esto —el árbol se movió dejando caer varias flores y estas flotaron a su alrededor, algo simplemente irreal y que no pudo ser hecho por el viento.
—¿Cómo lo has hecho?
—Con magia —las dos niñas lo miraron sorprendidas, ¿en verdad existía la magia?— Ustedes como yo son brujas.
—¿Qué? ¿Brujas?
—La magia existe, existen los magos y las brujas que pueden ser denominados de "sangre pura" que significa que vienen de familia enteramente conformada por la magia, los "mestizos" que tienen un padre con magia y el otro no tiene magia, personas a las que se les llama muggles y por último los hijos de muggles que nacen con magia.
—¿Muggles? —el solo pronunciarlo le parecía gracioso a Lía.
—Personas sin magia como la tonta niña con la que estaban —Lily miró molesta a Severus y Lía no pudo evitar reír, el niño comenzaba a caerle bien.
—Es nuestra hermana, no le digas tonta.
—Ya, Lily. Fue una broma —Lía calmó a su hermana antes de que esta hiciera un berrinche intentando defender a su hermana, los tres se mantuvieron en silencio disfrutando el silencio y la vista de las flores flotando sobre ellos—. ¡A partir de hoy seremos los mejores amigos! —Lía estaba emocionada por hacer nuevos amigos.
—¿Enserio? —Severus hablaba inseguro, jamás había tenido amigos y que Lía dijera aquello le tomó desprevenido.
—Claro. A partir de hoy tu eres mi mejor amigo, Sev.
Lía había terminado de narrar el cómo se habían conocido sintiendo por unos segundos las inmensas ganas de abrazar tanto a su mejor amigo como a su hermana, pero al girar a verlos se encontró con una escena que le hizo sonreír con ternura, Severus abrazaba a Lily mientras ella recargaba su cabeza en el brazo de este, los dos estaban dormidos sin rastro alguno de estar incómodos.
—Debo tener pruebas —murmuró la pelirroja antes de sacar de su bolso la cámara mágica que su padre le había regalado, tomó varias fotos y las guardo en cuanto estas terminaron de secarse—. Soy una excelente cupido —se elogió mientras se levantaba con cuidado de no hacer ni un ruido, se alejó de ahí y comenzó a caminar hacia la sala común de su casa sin prisa alguna.
—¡Hey, Evans! —Lía giró su rostro para ver a la persona que le llamaba, pero al ver de quien se trataba rodó los ojos y siguió caminando, lo menos que quería en esos momentos era ser hostigada por las insinuaciones de James Potter.
↬Editado↫
Pelirroja W
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