Fourteen
↪ ❋❋❋ ↩
Nadie sabía lo que estaba pasando, Lía en un momento a otro había guardado silencio y dado unos pasos, pero todos le vieron caer, el único que había actuado con rapidez fue James, quien sostuvo a la chica en brazos antes de que esta pudiese lastimarse.
—Maldición —miró hacia Remus y Nayla—. Muévanse, ahora —todos hicieron lo que el chico dijo, cargó a la chica hasta colocarla recostada en el sillón, James se hincó junto al sillón y quitó con cuidado los cabellos que caían sobre el rostro de la chica. Marlene observó cada movimiento, pero seguía sin saber cómo el chico podía estar tan tranquilo ante el desmayo repentino de la pelirroja, al menos eso creyó hasta que sus ojos viajaron al rostro de su amiga, encontrándose con los ojos abiertos de la pelirroja y estos eran grises casi como sin vida.
—¿Qué le pasa? —la rubia demostró su preocupación tanto en su tono de voz como en su rostro, se acercó con miedo de que algo malo estuviese pasando.
—Es complicado —Remus mencionó aquello no muy seguro de si aquella conversación debía seguir—. Son visiones —se limitó a decir cuando vio la preocupación en los ojos de las amigas de la pelirroja.
—¿Visiones? —Nayla dio un paso, ella recordaba cada historia del mundo mágico y no había escuchado sobre algún mago que tuviese visiones, no exactas al menos, solo magos que eran videntes, pero estos no tenían visiones como la chica de ahí.
—Si, visiones. Al menos eso nos explicaron —Sirius miró nervioso a su mejor amigo, ver a la pelirroja de aquella manera le ponía los vellos en punta, una cosa había sido escuchar a James relatarle lo ocurrido, pero vivirlo simplemente te dejaba sin palabras—, Lía es la quinta bruja que tiene ese don.
—¿Estará bien?
—Lo estará, estamos hablando de Evans y ella es una Gryffindor —James murmuró sin despegar su mirada de la chica, ya había pasado una vez y si algo malo ocurría sabía que debía estar ahí y llamarle. Marlene por su parte recordaba todos los "coqueteos" de James hacia Lía y se preguntó si estos en verdad eran más allá que solo palabras del mujeriego chico de Hogwarts.
Lía maldijo en voz alta cuando se vio rodeada nuevamente de niebla, esperaba al menos que no se hubiese golpeado con nada, no sabía si lograría vivir con ese don, tan peligroso y poco predecible. La niebla comenzó a disiparse hasta que nuevamente esta le dejó ver con claridad el lugar en el que estaba.
La misma casa que había visto aquella vez, la misma en la que había visto el cuerpo inerte de James Potter, su vista se dirigió con rapidez hacia el suelo en busca de este, pero no había nada, sentía el ambiente menos pesado que aquella vez. Una tenue luz le guio hasta la sala del hogar y ahí se encontró con una pareja.
—Tranquila, Lía. No dejaré que les pase nada —Lía se acercó aún más adentrándose a la sala, la escena estaba direccionada a ser la más hogareña, la chimenea estaba encendida, había fotos sobre las repisas, pero Lía no reconoció a nadie y tampoco puso mucha atención en ellas, en el sillón más grande se encontraba una pareja. Lía detalló el rostro de James y el suyo, al menos así sería en un futuro, pero a comparación de la visión en la que estos reían ahora estos mantenían una mirada triste.
—No puedo evitarlo —murmuró con voz ahogada mientras se acurrucaba en el hombro de James, el balbuceo de un bebé llamó la atención de Lía y por primera vez vio al pequeño que James sostenía, este tenía el mismo color de cabello de James, vio el rostro del pequeño, este era idéntico a James—. No quiero perderlos —la mujer sollozó, las lágrimas mojaron sus mejillas hasta terminar en el hombro de James.
—No, por favor no llores. Pelirroja, los protegeré, aunque eso signifique dar mi vida —el hombre beso la mejilla de la mujer—. Harry y tú son lo más importante para mí —Lía sintió su corazón estrujarse contra su pecho, ahora conocía el nombre del pequeño y para ella era hermoso.
La imagen frente a ella comenzó a volverse borrosa, la niebla comenzó a envolverle de nuevo, la chica no dijo nada, no había nada que pudiera hacer para detener o escoger lo que podría ver del futuro por lo que de ahora en adelante tendría que esperar lo peor.
Nuevamente la niebla se disipo colocándole en otro lugar, miró el lugar encontrándose solo con cosas descuidadas o rotas llenas de polvo, caminó hasta una puerta en la que escuchaba voces, entró por esta para encontrar cinco personas dentro.
—Fue por él, por su culpa murieron —un hombre de cabello desalineado con el rostro con los pómulos marcados y piel amarillenta, este vestía harapos, pero en cuanto vio los ojos del hombre algo le gritó que le conocía.
—Eso es mentira. Tu mataste a mis padres —Lía miró a quien hablaba y casi pudo jurar que se trataba de James, pero el color de los ojos fueron lo que le aseguro que aquel no era James.
—Sirius no tuvo nada que ver en eso —esta vez Lía sí reconoció a ese hombre, este era más alto y en su rostro se denotaban los años que habían pasado, Remus Lupin estaba ahí, ahora también sabía que el otro hombre de harapos era Sirius Black.
—¡Ña culpa la tuvo Peter Pettigrew, el traicionó a James y a Lía! —Lía se quedó quieta al escuchar aquello, la niebla le rodeó de nuevo, pero Lía a penas y lograba respirar, uno de los mejores amigos de James sería el causante de su desagracia. Una pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza ¿Peter sería capaz de traicionar a sus amigos?
Los ojos de Lía dejaron de parecer si vida y grises, dejando relucir nuevamente sus ojos verdes como esmeraldas, parpadeó repetidas veces para acostumbrarse a la luz, casi como si hubiese estado dormida. Todos le miraron aliviados, habían sido solo unos minutos que les pareció una eternidad, Lía se sentó con lentitud ante la mirada de todos, esta parecía desorientada, al menos así fue hasta que la vista de la chica se posó en Peter.
—¿Cómo pudiste?
—Tranquila —James intentó detenerla de que se levantase, pero la chica se alejó de este solo para mirar furiosa al chico Pettigrew, quien no entendía nada.
—¡Traicionaste a tus amigos! —se acercó al chico con intenciones de golpearle, estaba mezclando su visión con el presente, pero en verdad deseaba golpear al rubio ya que en el futuro simplemente no podría, ella moriría. Lía no logró acercarse ya que James le tomó de la cintura casi cargándole para evitar cualquier accidente— ¡Déjame! ¡Él nos traicionó, nos traicionará! —intentó soltarse, pero no logró aquello.
—¡Todos fuera! ¡Ahora! —nadie dijo nada y acataron lo que James dijo, salieron con rapidez del aula, Lía siguió intentando zafarse, pero llego el momento en el que simplemente dejó de forcejear—. Te soltaré, pero tienes que calmarte.
—Está bien, ya me calmé —el chico soltó de a poco a la pelirroja y esta soltó un suspiro cansado—. Gracias, Potter. Por todo —murmuró en voz baja esperando no ser escuchada, pero él le escucho más prefirió no mencionar nada al respecto.
—¿Por qué intentas golpear a Peter? —Lía se lo pensó, pensó en si debía mencionar algo al respecto, pero no podía, no debía mencionar nada al respecto.
—No lo recuerdo. Solo descargué mi furia en la primera persona que vio.
—Si tú lo dices —no creyó ni media palabra, pero no iba a cuestionar nada, él solo apoyaría a la chica si esta así lo necesitaba—. Vamos, el castigo terminó.
. . .
La historia regresa, seguiré editando la historia, pero no tan recurrentemente como quisiera, la universidad me lo impide, pero me propondré traerla de nuevo.
↬Editado↫
Pelirroja W
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