Five


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Dos semanas habían transcurrido desde el inicio de clases en Hogwarts y Lía no podía estar más fascinada, se arrepentía enormemente de no haber asistido los años anteriores, realmente sentía que la escuela se había vuelto su hogar, los amigos que había hecho le hacían sentir completamente feliz, además de que su personalidad extrovertida y bromista ya comenzaba a ser conocida por la mayoría de las casas, sobre todo por las bromas que hacía hacia una persona en especial, James Potter.

El azabache había sido el blanco de la mayoría de las bromas de la pelirroja, cosa que solo hacía que este le molestara diariamente, tal parecía que era una batalla entre ambos para ver quién perdía primero la paciencia y Lía no estaba dispuesta a perder.

—Lía presta atención —le regañó Lily por tercera ocasión, se encontraban en clase de Transformaciones la segunda clase favorita de Lía, Pociones se llevaba por mucho el primer lugar, pero últimamente Lía se distraía planeando bromas cosa que a Lily no le gustaba ni un poco.

—Estoy prestando atención, Lily —suspiró algo harta de la actitud de su gemela, Lily nunca había sido tan mandona con ella, de hecho, ella había sido su cómplice de bromas cuando eran niñas, pero tal parecía que Lily tenía como plan comportarse como si fuera alguien mayor, cosa que ponía a Lía los nervios de punta.

—Por Merlín. Potter. Black. Son un desastre —McGonagall se colocó frente a los dos chicos que no hacían más que dormir, su uniforme estaba más que desordenado y ni que decir de su cabello, tal parecía que no dormían en días—. Después de clases en mi oficina.

—Lo que diga, Minnie —Sirius era el más despierto en esos momentos como para contestar, Minerva no tuvo más que seguir con la clase, no podía seguir retando a aquellos dos, si lo hacía perdería el tiempo y no era justo para los demás alumnos.

La clase siguió sin interrupción alguna, el tema seguía siendo el mismo que las clases anteriores, los animagos, aquel tema tenía suficiente información como para llenar un año completo, pero Minerva se encargaba de hacer lo más breve posible sabiendo quizá habría alumnos interesados, tal como ella alguna vez estuvo interesada. La clase dio fin más rápido de lo que a Lía le hubiera gustado, pero ahora tendría suficiente tiempo para implementar una de sus bromas.

—Remus —le llamó Lía mientras se acercaba al castaño con su gemela detrás de ella—. ¿Te gustaría acompañarnos a la biblioteca? —sonrió con cierto brillo en su mirada que Remus logró captar, aquel brillo aparecía cada vez que la chica tenía un plan entre manos.

—Más bien quieres que acompañe a Lily, para que tú puedas hacer bromas.

—Tienes toda la razón —la chica no se atrevió a siquiera ocultar su plan, al final sabrían lo que haría así que le daba igual decirlo tan abiertamente.

—¿De qué hablan? —James Potter apareció aun algo adormilado cerca de la chica, cuando tuvo la intención de abrazarla por los hombros ella le detuvo sin siquiera mirarlo.

—Atrévete a tocarme y sufrirás —sonrió un poco sin dejar a un lado su tranquilidad, cosa que hizo que el azabache se alejara lo más rápido que pudo de ella, Lía de cierta manera le intimidaba.

—Que salvaje, Evans —esta vez fue Sirius quien apareció en su campo visual, el de ojos grises bostezaba mientras se estiraba, sí que necesitaba dormir, pero las noches en vela buscando la manera de que tanto él como James y Peter se volvieran animagos ilegalmente comenzaban a dar frutos, o al menos eso quería creer Sirius.

—Lo sé, Black —regresó su atención al chico castaño con algunas cicatrices en el rostro—. ¿Aceptas?

—Acepto, debo hacer el trabajo de Historia de la Magia, me ha costado un poco esta vez el terminarlo —Lily asintió de acuerdo con él con una ligera mueca, llevaba dos pergaminos enteros y sentía que aún no había terminado—. Solo mantenme lejos de tu lista de bromas.

—¡Gracias! —chilló emocionada antes de comenzar a alejarse de espaldas sin miedo a tropezar—. Remus me caes bien, tú no estarás nunca en la lista —admitió antes de girar para caminar hacia el lago donde había quedado de ver a Severus.

Lía caminaba con una sola idea en su cabeza, cabello rosa, demonios como se divertiría el ver tanto a James como a Lucius Malfoy con el cabello rosa temporalmente, quizá se ganaría un castigo por ello, pero que más daba era su momento de divertirse y vengar a aquellos niños de primer año que eran blancos de las burlas de los dos chicos, más del platinado que del azabache.

Su caminata no fue demasiado larga y no tardó en ver a su mejor amigo bajo la sombra de un árbol mientras veía el lago negro que estaba frente a él, Lía pensó por unos segundos en lo serio que su amigo era cuando ella no estaba a su alrededor, tal parecía que había una carga sobre sus hombros que no le permitía sonreír, pero ella era el pequeño rayo de luz en la vida de Severus, ella le hacía querer ser alguien mejor.

—¡Sev! —la pecosa había saltado en la espalda del chico provocando que los dos terminaran en el suelo, ella reía a carcajadas limpias, mientras que Severus reía algo bajo, pero reía al final de cuentas.

—Hola —saludó sonriente el chico mientras se sentaba y tomaba los libros que habían terminado en distintos lugares por el ataque que había sufrido por la pelirroja.

—Sev lo estuve pensando y creo que mereces decir tus sentimientos, Lily también tiene derecho de saberlo ¿No lo crees? —aquello tomó desprevenido al de ojos oscuros, nunca creyó que Lía hubiera pensado sobre la relación de él con Lily, o al menos lo poco que quedaba de la amistad que habían tenido años atrás.

—¿Qué? —fue lo mejor que pudo decir en esos momentos, ¿Decirle a Lily lo que sentía por ella? Ni loco lo haría, está bien sin ser rechazado.

—Tranquilo yo estaré ahí para ti, te ayudaré.

—¿Qué dices? —sintió que sus mejillas se calentaban ligeramente, por un momento sintió que realmente podía decir sus sentimientos, pero tenía miedo, no quería ser rechazado y perder la poca comunicación que aún tenía con Lily—. ¿Harías eso por...mi? —Severus realmente tenía inseguridades, más de las que le gustaría admitir, sentía que el era poca cosa, sobre todo para las gemelas, las pelirrojas eran lo poco bueno que le quedaba y el solo pensar que podía perderles le aterraba.

—Severus Snape, eres mi mejor amigo, haría eso y más por ti —sonrió con ternura, el chico había sido tan rápido que la chica solo supo que este le abrazaba cuando sintió los brazos del chico alrededor de su cuerpo, por un segundo Lía sintió un nudo en la garganta, era ella siempre la que abrazaba, era ella siempre la que daba el primer paso para demostrar cariño, pero en esa ocasión Severus había sido el que le abrazo y eso hizo que sintiera ganas de llorar de felicidad. 





. . .

El bebé Severus hace que quiera correr a abrazarlo, siempre he creído que Snape pudo tener un final feliz y no desaprovecharé la oportunidad de darle aquel final feliz.



↬Editado↫

Pelirroja W

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