XXXI

Justo como SeokJin había dicho, la pintura estuvo lista dos días después de haber comenzado. YoonGi estaba fascinado, tanto que le pidió a SeokJin pintar a JiMin de nuevo varias veces.

JiMin estaba sorprendido. YoonGi solo quería conservarlo más que solo en su memoria.
Su geisha debía ser eterno.

- Le he visto en muchas ocasiones y no me canso de verle- YoonGi dice mirando el perfil de JiMin, su respiración irregular y su sonrisa. El sonrojo que adorna su rostro y el brillo de sus ojos.

- Eso es... es bueno saberlo- JiMin suspira cuando la mano de YoonGi se pasea por su abdomen desnudo.

Esa madrugada, YoonGi no dejaba de hablar acerca de lo hermosa que era la noche de luna llena. Que en muchas regiones se creía en distintas deidades que regalaban favores esas noches. Pero que era muy dificil encontrarlos, porque la percepción de la belleza cambia según cada ser, y eso hacía que solo pocos favorecidos encontraran a la deidad. JiMin estaba fascinado con las historias de YoonGi, le recordaba a la emoción de su hermano menor cuando le habla de los cuentos que su madre le contaba antes de dormir.

- Yo he sido de esos pocos favorecidos...- YoonGi dice de repente. JiMin le mira y acaricia su mejilla.- Cuando le ví por primera vez, pensé que era demasiado irreal... que estaba frente a una deidad... aunque esa noche la neblina ocultaba a una luna creciente...

- ¿Eso pensó?- JiMin pregunta curioso ante la confesión.

- Divagué en ello varias noches, deseaba conocerle...- YoonGi responde mirandolo con veneración- Después de verle, estaba confundido, sin embargo, había algo que me unía a usted, era extraño... me ví envuelto en su belleza... en su voz... en sus ojos... en cada una de sus cualidades y virtudes...- YoonGi se acerca solo un poco, para besar los labios de JiMin. JiMin le recibe en medio de un suspiro y caricias.

- En esta vida, es lindo haberle conocido...- JiMin le susurra, cono una promesa oculta, YoonGi sonríe y asiente. Observan el amanecer de manera tranquila, los rayos comienzan a filtrarse en la habitación privada del mayor.

Ambos saben que esa será uno de los amaneceres que recordaran siempre...

🎋

Las noches a veces podrían ser hermosas, pero realmente, podían volverse peligrosas. JiMin lo sabe, las noches despertaban a veces miedo y fascinación.

Una noche cualquiera, podría ser la diferencia en la vida de muchos, todos ellos lo saben. Sobre todo cuando están corriendo por sus vidas. Quizás, no debieron salir tan tarde...

Un grupo de soldados, junto a su padre, encontró a JiMin, TaeHyung y JungKook a punto de entrar al río.
Los chicos tuvieron que tomar sus ropas y salir corriendo a medio vestir, dejando todo lo que llevaban para los nuevos perfumes de TaeHyung.

Tenían que correr, incluso cuando ni siquiera volteaban a ver, sentían cerca a los malditos que los perseguían. No pueden comprender como supieron donde estaban y qué hacían allí.

TaeHyung tropezó y JungKook lo ayudó a levantarse, sin embargo, JiMin miró por un momento sobre sus espaldas, estaban demasiado cerca, no iban a poder librarse de ellos.

- No preguntes, corran en otra dirección, voy a distraerlos- JiMin le dijo a JungKook, quien le miró preocupado- Voy a estar bien, TaeHyung no podrá estar estable, JungKook- JiMin asintió y JungKook apoyó el peso de TaeHyung en su cuerpo.

- Mas te vale que regreses vivo, JiMin- TaeHyung le dijo severo. Aunque estaba preocupado, todo pasó en cuestión de segundos, JiMin se alejó de ellos para seguir corriendo, dejando a JungKook y TaeHyung yendo en la dirección opuesta.

JiMin rogaba porque nada le pasara a ellos. No podría soportarlo, no pudo proteger a su madre, pero lo haría por su hermano y amigos.
JiHyun viviría su vida de manera normal, podría tener todo lo que él no pudo, y...

Siente algo golpear en su espalda.

- Volvemos a vernos, hijo- le dijo ese ser despreciable.

- Es desagradable verte- dijo JiMin con resentimiento.- Nunca me he sentido tan iracundo, como en estos momentos...

Se vio rodeado por seis hombres, en medio de la noche, no importaba el frío que estaba haciendo, o la impetuosa ventisca a su alrededor. JiMin sentía como su sangre hervía llenandose de enojo.

- No le has enseñado a tu hijo a respetar...- dijo el capitán que lo había interceptado la vez anterior.

- No se puede aprender de personas como ustedes- señaló. Mirando con que defenderse y cómo escapar de esa situación.

- Eres el mismo chico que estaba esa noche, sirviendo, vaya... es agradable, general...- dijo uno mirando a JiMin y luego al hombre.

- Podrán hacer lo que gusten...- dijo el progenitor de JiMin- Pero, primero seré yo...

JiMin ríe de forma sarcastica, no dejará que ninguno de esos hombres lo toquen. Hará lo imposible por evitarlo.

Su padre se intenta acercar y sujetarlo del brazo. JiMin lo esquiva, aun cuando otro soldado lo atrapa, lo golpea con un codo, haciendolo doblarse. JiMin saca la espada de ese mismo soldado, y recuerda todas esas veces que tuvo que defenderse cuando trabajaba en el puerto. No le gusta la violencia, pero en varias ocasiones tuvo que enfrentarse a hombres violentos.

El sonido de las espadas, rozando el viento se escuchan, JiMin ni siquiera puede notar sus heridas o cortes, porque planea sobrevivir, escucha voces a lo lejos, espera que pueda ser alguien que le ayude, porque está perdiendo sus fuerzas.

Jadeante y cansado, se aferra al arma en sus manos, los soldados son experimentados, él no lo es.

- ¡JIMIN!- escuchan como gritan, cada vez más cerca. JiMin mira a su padre, el hombre está odiando ese momento. Y sin pensarlo tanto, se abalanza contra su hijo y lo golpea en el abdomen, intenta llevarselo, pero comienza a ver a sus compañeros caer a su lado.

JiMin empuja a su padre, con las pocas fuerzas que le quedan... llevando su mano a su abdomen...

- Te irás al infierno- JiMin murmura entre dientes, una flecha alcanza a dislumbrar entre ellos, el padre de JiMin no ve venir el golpe y JiMin por fin se deja caer sobre la hierba.

- JiMin...- la voz de JungKook parece angustiada.- Reacciona, JiMin...

- Sigue respirando- ahora es HoSeok quien revida su pulso- Hay que llevarlo y que un médico lo revise...- apresura a los criados que han ido junto a ellos.

JungKook alcanzó a llegar con TaeHyung, a la aldea, Kim le dijo que lo dejara y fuera por JiMin, que no podían confiar en nadie más que en ellos mismos, TaeHyung tuvo que golpearlo en la cabeza para que lo dejara ir a su propio paso, la torcedura era algo grave pero podía caminar apoyado de alguna vara.

JungKook llegó alertando a todo el mundo dentro del local, y HoSeok no lo pensó dos veces para salir en la búsqueda del menor. Envió a alguien para que fuera por TaeHyung y él salió para poder ayudar a JiMin. Estaba seguro de regañarlo por ser tan impulsivo... aunque jamás terminaría de agradecerle por todo lo que hizo al proteger a TaeHyung.

Tonto, pero no dejará de agradecerlo.

- ¡Llamen al médico, ahora!- ordena a HoSeok, habían dejado todos los cuerpos de soldados en medio del bosque, tardarían en encontrarlos pero eso era lo menos en ese instante.

JungKook ayuda a quitarle la ropa a JiMin, notando las heridas y moretones que tiene en su cuerpo.
Las lágrimas salen sin previo aviso.

- No puedes, JiMin...- dice mientras limpia las heridas que no han dejado de sangrar.- TaeHyung es capaz de traerte a la vida para matarte... está tu hermano... piensa, no puedes irte, ¿qué le diremos a YoonGi?

El médico entró y desinfectó la mayoría de heridas posibles. Pero... lastimosamente, una de las flechas alcanzó al menor, JiMin solo quebró la vara, sin sacar la punta de metal...

El médico la extrae del cuerpo del menor, sin embargo la hemorragia no se detiene.

JiHyun es llevado con una de las mujeres que cantan para que no se asuste de ver a su hermano en esa condición...

Sin embargo... la tranquilidad de ese momento, solo existe para JiMin...

🎋

YoonGi pasó el resto de sus días, llorando y rodeado de sus pinturas.
Donde aún podía conservar a su geisha...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top