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Hace unas horas que Minho había despedido a sus dos lindos novios, Hyunjin y Felix oficialmente se habían ido a Japón. Los dos solo tenían consigo el fiel pensamiento que con coreano e inglés podrían sobrevivir los dos solitos en ese nuevo país. Y sobre todo, con el traductor móvil, creyeron que llegarían muy lejos.
No le había tomado importancia a cosas que ni siquiera pudo haber pensado que eso podría ocurrir. De verdad, en ningún solo segundo le llegó a pasar por la cabeza. Pero pasó, siete horas después de que sus novios llegarán al país del sol naciente.
Era increíble la extensa cantidad que había de fotos tomadas de diferentes ángulos de aquellos dos.
Cada fotografía más cuestionable que la otra. No tenía que estar ahí para notar la incomodidad de que había albergada en los rostros de sus novios.
Se supone que no eran famosos, se supone que no tenían esos problemas siquiera hace unos días. Todo estaba bien, fue demasiado sorprendente.
Había fotos de sus novios desde la salida del aeropuerto, videos donde se mostraba una multitud de personas. Las redes tenían de eslogan sus nombres con palabras comprometedoras a una posible relación y/o engaño.
Tal parece que Hyunjin y Felix aún incómodos, no temian mostrarse en público, se les miraba tomados de la mano caminando sin distracciones aún sobre toda la carga de gente detrás de ellos.
— ¿Pero, se están divirtiendo?
— Pregunta teniendo su celular recargado en su hombro aún mirando las publicaciones de ambos en su computadora.
Estaban en tendencia.
Su nombre de alguna manera sin estar presente aparecía ahí.
— Claro que sí. — Felix contesta, se escucha reír con incomodidad. — Pero es extraño, nos sentimos muy observados. Aunque... Es relajante saber que solo son para hacernos preguntas y tomarnos fotos. Y ya sabes, no para querer asesinarnos. ¿Qué hay de tí?
— Intento verle el lado positivo.
— ¿Y cuál es? — Ahora es Hyunjin quien pregunta desde lejos
— Que le ganamos número uno en tendencia a Jeongin.
— Tú, no cambias, Minho. — Balbucea mientras escucha de la voz de Hyunjin, rueda los ojos con una sonrisa. — No me ruedes los ojos.
— ¿Cómo sabes que lo estoy haciendo?
— Porque soy tu novio desde casi cuatro años.
— Como sea. Me tengo que ir, saldré con Jisung. — Cuelga, está frente al espejo con una media sonrisa. Una mitad porque está feliz de ir a ver a Jisung, la otra, porque estaba lleno de inseguridades por... Jisung.
¿Qué se hace... Si el chico que te gusta, medio ebrio te besa, prácticamente se te declara, pero ahora simplemente al parecer no recuerda lo sucedido y mueres de nervios y ansiedad porque una parte de ti, dice que en realidad. Puede que ese chico, solo esté fingiendo no recordarlo.
— ¿A tu amigo le pasó eso?
Asiente hacia su padre, el doctor Lee. Sonríe con sus ojos medio cerrados, aveces es bueno pedir consejos aún experto que cree que habla sobre alguien más.
— Síp. Mi amigo tiene esos... Problemas. Cómo eres psicólogo-
— Psiquiatra.
— Ajá, psiquiatra, lo mismo. Tú lees mentes y eso, seguramente tienes alguna hipótesis o algo así.
— No leo mentes. — El señor Lee responde, sus ojos están pegados a la pantalla de la computadora, es impresionante como está centrado en leer, hablar y escribir. O simplemente no le está poniendo atención. —A ver... Tu amigo le gusta un chico y ese chico lo besó estando ebrio... Y entonces creen que finge que no recordó el beso. ¿Quieres que te diga que hacer?
— ¡Sí, por favor!
— Entonces... — Su papá le dió un trago a su copa de vino, por inercia volteó hacia la foto de sus padres en Italia. — Simplemente... Apunta esto. Tiene que tomar una vaso con agua, un cepillo para el cabello, y un jabón.
— Ajá... — Apuntó en su celular.
— Entras al baño. Digo, que tu amigo entre al baño, se de una buena ducha, se vista impecable, asegurale de no olvidar usar el jabón y cepillarse el cabello. Entonces, que de unos pasos, los suficientes para "el chico" y por último. Le pregunte "oye, ¿te gusto?' y listo.
— ¡Pero papá!
— Minho. — Dae Han deja de ver la computadora para enfrentarlo. — No hay nada que ver, no hay mentes que leer, ¿cuántas veces debo decirlo? Las cosas aveces simplemente tienen que ser directas. No puedes pedir mucho.
¿No ibas tarde? Con tu amigo.
Termina por entre cerrar sus ojos. Misión fallida, super fallida. — ¿De que sirve estudiar la mente si no la puedes leer?
Su padre sonríe de medio lado. — ¿Quién dice que yo no leo mentes? Yo sé lo que piensas. Vas a pedirme para el taxi, ¿Por qué? Si tienes coche y ganas muy bien, pero bueno.
Aunque tenga miles de comentarios sarcásticos en su garganta, la verdad es que su padre simplemente tenía razón.
Tomó lo billetes que le extendía. Mirando con profundidad esa larga sonrisa.
— Esto no termina aquí.
— Que te vaya bien, hijo. Te amo.
— También te amo, papá.
El camino en el taxi fue justo lo que imaginó, tranquilo, relajante. Le dió tiempo de pensar las cosas, de respirar el aire puro del pasajero y no el chófer.
Sus dos novios seguían encabezando las tendencias en redes sociales dejando abajo a su querido amigo el falso japonés.
Y dios. Cada vez los eslogans eran más extremos.
"Famosos modelos se muestran en las calles de Tokio"
"Modelos de la marca Seoho industries, destacan rumores de una posible relación, a una infidelidad, y posiblemente una traición entre compañeros"
"Se rumorea que los dos jóvenes modelos han dejado a Lee Minho." Quien se suponía era pareja de uno de ellos desde su debut en Seoho industries, dónde habían dejando a muchos con la boca abierta por su inigualable belleza.
Era un pequeño caso. Era un alboroto. No sabía que hacer. Su noviazgo no estaba al público, en realidad nunca lo estuvo aunque no se molestaron en negar o aceptar algo. Hubo pequeños rumores sobre la obvia relación de tres al estar demasiado cercanos a a Felix con su debut.
Ahora se leía que Hyunjin lo engañó y Felix lo traicionó.
— Llegamos.
Dejó de prestar atención hacia la pantalla de su celular. Para centrarse en el chófer. — Puede, esperar un poco. Por favor.
El hombre asintió, Minho bajó del coche buscando superficialmente a Jisung. Apenas lo enfocó le empezaron a sudar las manos.
— Hola. — Jisung fue el primero en saludar, sonrió un poco regresando el saludo, mirando con atención su bello rostro algo sudoroso. Jisung es hermoso. Su rostro es tan bello, se pregunta si Jisung es realmente muy hermoso o solamente está demasiado estúpidamente enamorado de él.
Los dos suben al taxi, tenía algo más planeado más allá de simplemente salir con Jisung y claro, quizá era sin duda una mala idea. Pero estaba seguro de lo que haría. — A Seoho industries, por favor.
— ¿Vamos a tu trabajo? — Jisung habla, exclama, se ve sorprendido, así. Sus mejillas se extienden ante el momento.
— No irás a "mi trabajo" irás a conocer a mi tía.
— Ajá. — El menor se cruza de brazos con sus cejas fruncidas. — Tu tía, la gran dueña de Seoho industries un gran imperio, ella Seoho.
— Te va a agradar.
Aunque hubo un pequeño momento sumidos en silencio, los dos con sus celulares a la mano. Ladeó la cabeza dandose cuenta, que su gran amigo estaba metido en las noticias de la social media. — He visto las noticias. ¿No, les afecta o algo?
Se cruzó de brazos queriendo negar, aunque Jisung no aclaró era obvio el tema. Y aunque quisiera simplemente decir que no importa. Realmente no estaba seguro de ello. — Hasta ahora no parece haber nada malo.
Los chismes son brutales, pero hasta que mi padre o mi tía no muevan sus cartas, por ahora está bien.
Mi papá dice que no hay que preocuparnos, aunque nos hagamos virales, nuestro trabajo no está ligado con nuestra vida personal.
Al llegar frente el gran edificio, Minho pagó por el viaje con una pequeña sonrisa hacia el chófer. Los dos por fin lograron entrar del edificio. — Hola Sam.
El guardia de seguridad le regresó el saludo con una pequeña venía.
— ¿Sabes dónde está mi tía?
— Ahora preguntó hacia el recepcionista, ese chico con el acento tailandes marcado hasta en sus pasos. Si es que era posible.
— Está tratando de verse genial. Ve a su oficina.
Asintió dirigiéndose al elevador. Serían al menos dos minutos en subir. Se sintió tenso, Jisung era introvertido con desconocidos, se mantenía en silencio y él estaba nervioso.
Quería preguntarle, quería enfrentarlo. Pero no podía atreverse a hacerlo.
No importaba cuando rascara sus manos o pellizcara sus palmas.
Dos segundos antes de hacer una tontería recordó esas palabras.
"No seas impulsivo"
Lo jodió.
Lo besó.
Tomó el rostro de Jisung y lo besó. No tenía el atrevimiento de hablar, de preguntar. Dicen que las acciones cuestan más que las palabras, pues a eso llevó aquella frase. Besó a Jisung, con la misma duda de esa noche. Si lo besaba quizá podría aclarar su mente.
Fue correspondido recargados en el elevador, acariciándose, correspondiendose uno al otro. Los dos disfrutaban del momento, los dos estaban ansiosos de ese beso.
Fue mejor, y a la vez fue perfecto. Besó a Jisung disfrutando de cada roce, cada sentido al tacto, lo quería, lo anhelaba. Jisung era lo que él quería. Él era lo que Jisung quería.
Era un tonto impulsivo.
Es, un tonto impulsivo.
La puerta del elevador fue abierta, los dos separaron sus labios y llegó a ver esa gran sonrisa. Juntó su frente con Jisung. Dejó otro beso. Y aunque estaba en el momento, las palabras aún no salían de su boca. — Tengo tantas cosas que decirte.
Entonces, aquel acento pronunciado lo interrumpió. — Minho, Seoho te está esperando. Date prisa.
— Gracias Kris.
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