(⁠人⁠ ⁠•͈⁠ᴗ⁠•͈⁠)-27

Christopher es el primero en levantarse, sus manos no se separan de su palante cabeza, la cual pareciera tiene una bocina con todo el volumen posible. Miró en su bolsa y pasó ocho pastillas de paracetamol para todos. Tenía que rogarle a los mismos dioses que aquel dolor parará de una vez. Tenía que parar si o sí.

Todos a excepción de uno paracian estar en su mismo lugar. — ¿Cuando es la siguiente? — Preguntó todo el gran entusiasta Felix. Había una gran sonrisa en sus labios, sus ojos brillaban con demasiada alegría.

Todos bufaron al mismo tiempo.

Dos días después, días llenos de mimos, y muchas pastillas para dolor, era un nuevo día, nuevas aventuras, nuevos retos. Minho estaba particularmente feliz ese día. Todo se debía a una llamada. Y no era algo sobre su pago mensual.

Tres años antes, Minho y su pareja, Hyunjin, llegaban a un elegante restaurante de clase alta. Era un buen lugar que aún Minho se sorprendia de que lo puede pagar. Apenas llevaba unos días trabajando, la paga no era la gran cosa con que le habían jurado.
Pudieron haber ido a comer unos panqueques, unas crepas, quizá una hamburguesa. Pero ahí estaban.

Se escuchaba la suave canción en piano, los meseros caminando con clase para ayudarlos a acomodarse en sus sillas.

Mesa para dos, velas y manteles de colores rojos.

Sonrió mirando a su novio, no podía negar lo innegable, Hyunjin era toda una pieza de arte, era bastante bello y aveces le dolía que Hyunjin no estuviera haciendo una vida con alguien a quien ame. Y quién sabe, quizá Hyunjin tenía planeado estudiar, ser exitoso y millonario. No un modelo aficionado.

— ¿¡Comeremos esa carne cara!? Ojo de güey o algo así.

— Ribeye. — Corrigió mirando a su novio. — ¿Te gusta el lugar? Busqué por horas algo... Así.

— Es bonito. — Hyunjin asintió tomando un pedazo de pan que había en la mesa. — No hubieras hecho demasiado.

— ¿Listos para ordenar?

— Lasagna, por favor. — Miró la carta. — Y agua para tomar.

— Yo quiero, un Rib...eye, ajá, unos champiñones con esta salsa o lo que sea y la pasta, este de aquí, esta sopa y agua para beber... Soy vegano.

— En unos minutos, estará su orden. — El joven mesero dió una pequeña reverencia hasta dejar el lugar.

— Soy ¿Vegano? ¡Por qué dije eso sí pedí ojo de carne!

— Ribeye. — Volvió a corregir. — Nadie va juzgarte por mentir cariño, estabas nervioso, haces lo mismo cuando pides hamburguesas.

— Soy un jodido modelo, y un mentiroso.

— Eres hermoso, esa es la verdad. — Se atrevió a tocarle la mano con tranquilidad. — No importa lo que los demás piensen de tí, solo tienes que hacer lo que tanto te guste, lo que tanto disfrutes hacer, somos dos chicos jóvenes que serán los mejores modelos de Seoho industries.

— Aquí está su orden, disfruten su comida.

Minho removió su cabeza en negación recordando aquella primera cita que tuvo con su actual de una de sus parejas. Su primera y gran desastrosa cita que terminó en ellos dos comiendo palomitas en su habitación, risas y golpes amistosos.

No había aprendido a ser un buen novio, eso siempre estaba en su cabeza. Por eso ahora estaba relativamente (bastante) nervioso y solo estaba en una cafetería con nada más que Han Jisung.

— ¿Vas a sentarte? — Preguntó Jisung señalando la pequeña mesa en forma redonda. Jisung se miraba tan bonito con esa gran sonrisa de mejillas medio regordetas. No podía creer que fue Jisung el primero en invitarlo a salir.

— Claro, me quedé pensando en otras cosas, segundos que me dejan medio aturdido.

— ¿Segundos? — Jisung rio bajito. — Llevas casi dos minutos ahí. Anda ven a sentarte.

Termina por tomar asiento. Probablemente no es su día. ¿Cómo puede pensar en otro chico (su novio por cierto) cuando está frente a su crush?

— Esos brownies se ven apetecibles,

— Hola buenos días. — Una chica llega dejando una carta del menú a ambos chicos. — Vengo en unos minutos cuando gusten ordenar.

— Gracias. — Dice Jisung y Minho de nuevo entre en parálisis de recuerdos. — Uh estos brownies se ven apetecibles, papá dice que me porto como viejo pero que no me importe quiero un buen café amargo y uno de esos brownies. — Jisung se emociona pero de nuevo mira a Minho en su trance, piensa que su amigo está muy ocupado para pensar en tantas cosas de un momento a otro. — Minho~ — Le habla con una sonrisa tratando de hacer que vuelva en sí. — Que quieres café y brownies, ok!

Jisung ríe llendo a pedir por si mismo su orden, regresa luego. — ¡Booh! — Por fin Lee sale de su trance.  — Te contaré una historia.

Jisung de catorce años refuta pateando el saco, se supone que Jeongin llegaría y los dos ganarían esa pelea carrera, lo que sea, de sacos, ¡pero no! Jeongin no aparece y Jisung jura nunca amarlo como le ha dicho que lo amará cuando le pida ser su novio.

— Tienes tres minutos sino quedas eliminado por no tener tu equipo completo, Han Jisung. — Su maestro de educación física le dijo y Jisung solo quiere golpear a Jeongin, por hacerlo perder sin siquiera intentar.

Jisung había asistido a ese evento deportivo de la escuela solo para ese momento, el necesitaba, tenía que ganar.

— Espere profesor, iré por mi compañero.

Jisung no esperó respuesta solo salió corriendo esperando que esos tres minutos se hicieran largos hasta tener a un compañero. Miró a dos chicos uno más grande que otro así que negó, sería una carga y tendría menos oportunidades de ganar.

— ¡Niño ven ganemos ese medalla y los huevos de chocolate! — Jisung gritó con energía tomando al pequeño quien estaba confundido, los dos corrieron hasta llegar con el maestro. — Aquí estamos maestro. Ahora sí vamos que les ganaré a todos. — Gritó de nuevo, el maestro asintió y Jisung comenzó a entrar en el saco sin siquiera ver a su compañero, el otro pequeño también entró aún confundido pero lo hizo.

En cuanto el silbato sonó por parte de el maestro todos incluyendo a Jisung y al pequeño salieron saltando o corriendo, lo que fuera necesario para ganar la carrera.

Con sudor y gran esfuerzo. Saltaron una y otra vez hasta pisar la línea de la meta, los dos llegaron de primero siendo los ganadores, también cayeron. El niño cayó arriba de Jisung quedando Jisung abajo recibiendo todo su peso. — No manches wey... — Dijo Jisung, miró la gorra del niño  pensando que ese era su nombre.— Lino, ganamos.

La gorra del pequeño cayó y hasta ese momento Jisung pudo ver su rostro. El niño o "Lino" pareció tener pequeñas estrellitas brillando por todos sus ojos al verlo, Jisung también las sintió, se sintió feliz de haber ganado.

— Me...me llamo Minho.

Sonrío el pequeño, su amigo Cristopher acompañado de uno de sus padres llamó su atención, ese día se iría temprano porque tenía cosas que hacer. — Adiós tengo que irme. — El pequeño salió corriendo sin poder reclamar su premio.

Este capítulo no me gusta  😫❌
No manches wey ❌❌❌❌🖕😡

Número del dIaBLo 😈👹👹🤘
Mentiri gracias por leer y porqué? Xd

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