(人 •͈ᴗ•͈)-16
Apenas habiendo despertado de su largo sueño, - uno más bien reparador de lo terrible que fue la noche anterior - Lee no podia dejar de ver con tanto recelo al chico que yacia frente al espejo acomodando sus cabellos con ligeras pasadas con su peine de bambú.
Si antes creía que Hyunjin era un Demonio o un aprendiz de uno, que bajó del infierno para atormentar su vida, bueno ahora lo creía muchísimo más.
— Creo que hoy no será la primera, tampoco la última vez que te digo esto: eres el peor de los novios.
Hwang esbozó una diminuta sonrisa dándole un último vistazo. — No le veo nada de malo a lo de anoche. — Dijo tranquilamente, se alzó de hombros quitando la pequeña arruga que se había hecho en su hoddie de color verde como el matcha.
Agachado para atar sus tenis, Lee se tensó alzando lentamente la cabeza mientras soltaba un gruñido desde lo más profundo de su garganta, tantas ganas tenía de lanzarle su sandalia en la cara y arruinarle un poco ese "perfecto" rostro.
— Pensé que ibas a violarme. Te das cuenta de lo incorrecto que es.
Pero nuevamente Hwang no le vio problema a sus acciones, mientras se colocaba bálsamo labial. — No iba a violarte... — Se dió tiempo de tomar sus anteojos. Sonrió mirando el reflejo de Lee. — Iba a hacerte el amor, somos novios después de todo.
— Eres tan ma-lo.
Hyunjin se apartó del espejo por fin enfrentando cara a cara. Dios. Minho era un jodido miedoso. Ya no podía ver los brazos de Hyunjin nunca más, por lo menos no como normalmente lo hacía. Ciertamente temía de ellos, tenía que estar alerta a sus movimientos o Hyunjin podría hacerle alguna otra maldad. Tendría pesadillas de Hyunjin sin soltarlo. Hyunjin era fuerte, él era débil.
No sabía solo interpretar eso, ¿Los hombres gay son fuertes? Sus padres eran personas que generaban intimidación; ambos son altos, Dae Han más que Grisha pero Grisha con una voz mucho más grave que Dae Han.
No sabía cuáles cualidades sacar para ser un gay digno. Y quizá eso está vez no se trataba de ser buen gay o no, simplemente: no quería ser débil.
— Y usaste un momento triste en mi vida para burlarte de mi. — Cómo si la ironía saliera de voz, Hyunjin sostuvo el puente de su nariz , en esa misma acción, acomodando sus anteojos. — Heriste mis sentimientos.
Lo vió salir de su habitación y se dió unos segundos para reflexionar en si mismo antes de decidir también salir.
Hyunjin sonrió dando una pequeña venía. — Buenos días señor, Grisha.
El alto mayor le regresó la sonrisa señalando con la mano uno de los espacios frente a la barra de la cocina.
Hyunjin no dudo en tomar asiento frente al mayor.
— Bueno días a ti también, Hyunjin. ¿Hoy es día de trabajo?
Hyunjin asintió aceptando la taza con café caliente recién hecho que el mayor le tendía. Era increíble que la cafetera estuviera tan a la disposición de la comodidad de aquella barra en la cocina. Si de algo Hyunjin estaba seguro, es que los padres de Minho amaban demasiado el café. Literalmente en esa casa había cafeteras en cualquier espacio siempre seguros de que podrían tomar un poco de café en el lugar más cómodo.
Deberían de tener una cafetería.
— Así es. — Contestó. Tomando un ligero sorbo del delicioso café empañando un poco sus anteojos pero sin importarle, prosiguió. — La tía, Seoho, dijo que pronto tendremos un merecido descanso. La publicidad saldrá pronto y se espera se mantegina por unos meses. Aunque solo fue posar frente a la cámara. — Hyunjin trató de no darle demasiada relevancia, era un trabajo, tenían horarios, un contrato y paga. Pero hasta ahora no deseaba darle mayor importancia, su vida no se basaba en eso eso. — Tuvimos más días de lo planeado, famosas revistas, y accionistas también pedían un trato exclusivo para su propia publicidad, lo que nos costó más tiempo.
— Como padre me veo en la obligación de detener a Seoho, como manager, una demanda por trabajo sobre cargado según su contrato. — Grisha soltó una risa. — Perdón por tanto trabajo, tengo que recordarle a Seoho, que son solo unos niños y tienen más cosas de las cuales ocuparse.
No era incómodo, para Hyunjin nunca fue incómodo con los padres de Minho, pero su risa quizá salió algo nerviosa teniendo que tomar un poco del café para aminorar la tensión que el mismo se puso. — Quizá tenga razón, pero Minho y yo hasta ahora hemos disfrutado de esta nueva experiencia, si se preocupa por su hijo, yo estoy a su lado para cuidarlo.
Los ojitos infantiles de Grisha se iluminaron bajo la alegria. Es que se deltaba a si mismo, su felicidad era la felicidad de su querido y único hijo.
— Estoy feliz que ambos estén juntos en esto de Seoho y como más que grandes amigos, eres una buena influencia para mí pequeño.
Jajaja.
Grisha soltó una risa mirando al castaño sonreír con sus anteojos completamente empañados.
— Y usted es el mejor manager.
Al otro lado en la bonita sala con sillones de un precioso como marengo, Dae Han tomaba una humeante taza de café con su hijo a lado comiendo sus cereales.
— ¿Hablas en serio? — Dae Han pregunta dejando lentamente su taza de café sobre un plato del mismo color como sus preciosos sillones en tono mate. — Antes no querías y no le veo problema, por supuesto.
Lee menor asintió cohibido de que la conversación sonara extraña. Lo sentía así. — Hablo muy en serio. — Aclaró.
— ¿Te han dicho algo? — Lee menor no sabía cuál era la diferencia entre psicologo y psiquiatra, así que no sabía que tanto podría pensar su padre, quizá Dae Han podría imaginar demasiadas cosas que no son.
Pero solo negó con la cabeza apresuradamente. — Solo me gustaría ponerme más en forma, una vida más ... ¿Saludable?
Quizá entendía porque tanta sorpresa de su padre. Ciertamente nunca le importó tener una dieta, hacer ejercicio o tan siquiera asistir a las clases de deportes. Hasta le digieron que perdió el apéndice por no cuidarse y de todas maneras no le dió por ser más consiente sobre ello.
— Pagaré yo, solo necesito su permiso.
Dae Han rio utilizando sus manos para negar. — Está bien cariño, no necesitas gastar tu dinero yo me encargo, claro que tienes mi permiso y si te preocupa Grisha yo me hago cargo también de él.
Minho sonrió abrazando a su padre. — Gracias papá, me haré grande y fuerte para darte orgullo. — Dejó un beso en la mejilla de su padre, Dae Han sonrió sabiendo que su pequeño, seguía siendo "su pequeño" se dió la oportunidad de acariciar esos castaños cabellos de su bebé.
— Yo ya estoy orgulloso de tí. — Los ojitos de ambos brillaban, Mihno era tan parecido a su padre Han. — Ahora termina tu desayuno, antes de que vayas con la loca de tu tía.
— Papá, mi tía Seoho no está loca.
Dae Han soltó una sonrisa tomando un poco de su café mientras negaba con la cabeza. — Oh bebé, claro que está loca. Es una adulta de veinte y seis años que está haciendo un imperio de maquillaje y cuidado para la piel, utilizando a dos niños para promocionar como si no pudiera contratar a alguien más apto y conocedor del trabajo. — Dae Han sintió sus propias palabras. — No lo tomes a mal, pero Seoho se ha dado cuenta que ustedes son su más grande fortaleza, teme que falle si intenta con alguien más y peder lo que hasta ahora está ganando. Minho, la verdad es que toda la familia Yoo está loca. Hasta tu padre.
Lee menor soltó una pequeña risa aunque en el fondo pudo haber tomado la misma perspectiva de su padre pesando que tendría razón en ello.
— Buen día familia. — Sus pensamientos se cortaron mirando hacia su padre junto con el demonio de apariencia humana llegando a su lado. — ¡Tengamos vacaciones! — Cantó con alegría Yoo. — Vayamos a una cabaña a las afueras de la ciudad, donde solo un bonito bosque sea nuestro al rededor. Podramos cazar nuestro alimento y si es necesario comer la carne cruda de los animales cercanos. Y sí es aún más necesario, comernos entre nosotros.
— Papá, eso no es, bueno... unas vacaciones.
Grisha sonrió mirando hacia el castaño de alto cuerpo. — ¿Irías con nosotros, Hyunjin?
Minho esperaba que su novio negara - por muchas razones -
En cambio Hwang sonrió. — Por supuesto que sí, podría practicar mi tiro con arco y cazar comida, dos en uno.
— Así se dice. — Grisha sonrió mirando a su hijo, quizá tratando de convencerlo.
Minho miró a su padre el gran Lee mayor cruzarse de brazos soltando un pequeño bufido.
Oh, oh.
— Mala idea planear vacaciones sin consultarme. — Dae Han dijo haciendo a su voz sonar ligeramente más gruesa de lo que ya era. — No iremos a cazar ni siquiera iremos al bosque, dios, Grisha suenas como un completo hombre básico.
BÁ-SI-CO.
Oh, no.
Minho tragó saliva mirando a su padre Yoo quedarse quieto completamente.
Sabía que era hasta uno de los más grandes insultos que le podrían decir a su querido padre.
Minho solo miró a su padre darle un beso en la coronilla de su cabeza antes de dejar la sala en un pequeño e incómodo silencio que hizo a Dae Han soltar un nuevo bufido.
— Siempre he creído que los Yoo aparte de locos también son raros, te lo dije Minho.
Hoy es mi cumpleaños.
Al siguiente capítulo ya se da un salto de tiempo. 🤸🏼♀️ Tiempo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top