ᝰ O4 : i m a pagan of the good times
—¡Taehyung-ssi! —Jungkook anunció su llegada a los vestuarios con el tono grave y gracioso que usaba para llamar al rubio, venía acompañado de Jimin, quién le dedicó una sonrisa.
—Hola, chicos —saludo Tae con amabilidad, aunque esos días le costaba un poco más mantener la sonrisa, por un malestar, algo que él sentía como un dolor de panza constante desde que había peleado con Yoongi aunque por orgullo, no quería admitir que fuera por eso.
Porque vamos, ¿Quien en su sano juicio admitiría estar mal por una pelea con el chico que secretamente te gusta?
—¡¿Listos para volver a los entrenamientos, maricas?! —Hoseok entró gritando y corriendo al vestuario, arrojó su mochila al primer banco libre que vió y siguió corriendo para dar un golpe en el trasero de cada uno de los tres presentes.
—Si con eso te refieres a verte desnudo después de ducharte no —dijo Jungkook con una mueca de disgusto.
—Agárrame el fierro, Jungkook.
—Agárrame el mío— replicó el menor alzando las cejas.
—Puta, que ofertón — comentó Jimin, rompiendo la falsa tensión y haciendo que los otros rieran.
Vieron al pelinegro entrar al vestuario, ignorarlos completamente e irse a un lugar lejos de ellos.
—¡Hola, Yoongi! —gritó Hoseok, ganándose una mirada de aquellos fríos y gatunos ojos, sólo por unos segundos, antes de que el mayor volviera a su tarea de cambiar su uniforme por la ropa deportiva.
—Qué carismático— comentó Jungkook.
—El alma del grupo— añadió Jimin.
—Dulce como el azúcar —concordó Hoseok, y dejó de actuar como un idiota un momento para colocarse su ropa de gimnasia, al igual que el pelinegro.
En eso llegaron Namjoon y un poco después, Seokjin, quien podría ser el mayor pero el menos puntual, y no les habló ni un seguro para cambiarse en dos minutos e ir corriendo al gimnasio junto con los otros y así no recibir ninguna reprimenda por parte del entrenador.
Los cinco se miraron y Hoseok no pudo ocultar la sonrisa de que al fin, iban a poner manos a la obra.
Y en cuanto Namjoon levantó un dedo hacia los demás, tuvieron la señal de que el plan A estaba en marcha.
Fácil, mantenerlos juntos.
Los mantuvieron a los dos en la banca al menos quince minutos, aunque no hubo resultados, no se hablaron, los dejaron en pareja cuando estaban practicando anotaciones y defensa, pero fue un fracaso porque ninguno de los dos pudo defender ni anotar de lo que evitaban mirarse o tratarse.
—No está funcionando —dijo Seokjin sobre el hombro de Namjoon—. Creo que tenemos que pasar al plan dos.
—Creo que sí —Namjoon asintió, entre los dos le dedicaron la seña del comienzo del plan dos.
El plan dos era un poco menos sencillo, apartarlos a ambos y hablar del otro, la parte difícil estaba en que ninguno de los dos quería hablar del otro, y sólo respondían con monosílabos, o se encogían de hombros sin más, o el mayor, les dedicaba una mirada fría y de inmediato se alejaban con cierto miedo.
—Está difícil —comentó Hoseok con un suspiro cansado, mientras miraba a cada uno en puntas distintas de la cancha—. Nam, ¿Y si los estamos perdiendo?
¡Gracias por tu apoyo!
— No hasta que yo lo diga— respondió el moreno—. Plan tres.
—¿Ya tres? —preguntó Jimin—. Se nos van a acabar los planes a este paso.
—¿No es muy arriesgado? —preguntó Jungkook, con el ceño fruncido—. Pobre Yoongi —murmuró, bajando la vista.
—Hay que hacerlo, por el Taegi.
—Por el Taegi — respondieron los dos menores.
Porque el plan tres ya era algo extremo, y esperaba que funcionara.
Era la última media hora del entrenamiento, donde harían un partido de dos tiempos de diez minutos, tres contra tres, uno extra que entraría por cualquier inconveniente, que era exactamente eso lo que estaban buscando hacer.
Yoongi jugaba como escolta, lo que significaba que corría por toda la cancha pasando el balón a sus compañeros y yendo a su lado cuando hacían la jugada, lo que lo dejaba como una víctima fácil para que un pequeño empujón lo hiciera caer, más si iban corriendo al otro extremo de la cancha para una salvaje anotación.
Tae era base, y pasaba casi todo el tiempo frente al aro y no corría demasiado, por lo que no era el blanco principal, era más fácil y accesible para todos tener de blanco al mayor.
Namjoon alzó tres dedos, y los otros dos parecieron confundidos, pero asintieron al fin y al cabo.
El partido comenzó, para su suerte, Tae y Yoongi quedaron en equipos contrarios, Seokjin quedó afuera esperando el cambio que sabía que iba a ocurrir, y el entrenador tocó el silbato dando comienzo al primer tiempo.
Como era un tres contra tres, era mucho más dinámico ya que tenían que cubrir mucha zona y en cuanto entraron en ámbito de juego corrían de un lado a otro de la cancha como unos profesionales, y Seokjin solo rezaba para que recordaran el plan, pero no podía confiar del todo en el montón de idiotas que tenía de amigos.
Sólo un segundo...
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Fue al final del primer tiempo, cuando iban en un apretado empate, que Yoongi, bajo la presión, tomó el balón y atravesó la cancha y a sus compañeros, preparado para hacer una anotación ya con una sonrisa en el rostro, hasta que el defensor del equipo contrario, Namjoon, aprovechando su torpeza y haciéndolo a propósito en realidad, quiso saltar frente a él, pero lo terminó empujando duramente, haciendo que el mayor cayera al suelo con un quejido.
El entrenador comenzó tocar el silbato y a gritarle a Namjoon por lo bruto e imprudente que era, lo que no permitió escuchar del todo al pequeño rubio que gritó el nombre del pelinegro y se agachó a su lado con preocupación.
Sólo un segundo...
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—Yoongi, Yoongi... —Taeh tomó su cabeza con suavidad, sintiéndose terrible por ver cómo el mayor se había golpeado esta contra el suelo del gimnasio.
Yoongi llevó una mano a su nuca, pero en realidad terminó sobre la mano de Tae, envolviendola completamente con un sonido quejoso.
—Hey, Min, Min— El entrenador palmeó su pecho— ¿Estás vivo?
—N-No me toquen— murmuró, pero irónicamente, apretó la mano de Tae un poco más.
—Ve a las duchas, el entrenamiento terminó por hoy... Taehyung, acompañalo, los demás, idiotas vueltas a la cancha hasta que yo diga —avisó, con voz grave, con los demás quejándose—. Si, si, agradezcan a este morenazo de aquí —palmeó el hombro de Namjoon—. A correr, animales.
Yoongi entra rió sus ojos y notó al rubio, inclinado demasiado cerca de él, y quiso apartarlo de un empujón, pero apenas estaba reaccionando del estupor que le había causado la caída.
—Tae... — murmuró.
—Lo ayudaré a levantarse, Hyung —dijo el rubio, y tomó su brazo para levantarlo de un tirón, Yoongi se mareo un poco pero Tae lo abrazó hasta que el mundo dejó de dar vueltas.
Dando vueltas a la cancha, los otros cinco sonrieron.
—Está funcionando —comentó Jungkook con una sonrisa.
—Ojalá y follen en las duchas —dijo Hoseok, con una sonrisa.
—Ey, no quiero semen en mí ducha —dijo Seokjin.
—Las veces que Jimin se ha hecho una paja en esa ducha y te bañas igual.
—¡Jimin!
—Namjoon se hace más pajas que yo y todos lo saben.
—Tiene razón —concordó Seokjin—. ¡Nam!
—¿Y ahora qué? Un hombre tiene sus necesidades.
—Asco~~ —dijo Hoseok.
—Muerete, exhibicionista.
—¡Corran más rápido, niñas! ¡Corran, corran! —gritó el entrenador, haciendo que los cinco corran más rápido, distrayendose cuando la pareja se metía en los vestuarios, Yoongi apoyándose completamente en Tae.
—Creo que le di duro— comentó Namjoon, sintiéndose algo mal.
—Dios de la destrucción volvió —dijo Seokjin.
—Lo que va a salir destruido es el culo de la suerte —dijo Hoseok.
—Ajá —dijeron los demás al unísono.
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