maybe you're my blue moon


Mi Jiminie.

Jungkook.
Jungkook hyunggggg.
Encontré un animalito, puedo quedarmelo?
Porfis porfisss 😟

El pelinegro frunció ligeramente el ceño al sentir su celular vibrar como loco en su bolsillo trasero, viendo los mensajes de su novio, al lerlos le parecía algo extraño que el menor le preguntara a él, debía decirle a su madre, si todavía vivían en la casa de sus progenitores.

Daddy.

Jiminie, deberías pedirle permiso a tu madre, no a mí
Pero por mí claro, quedatelo.

Mi Jiminie.

Nono
Quiero que sea de ambos
Quiero que tengamos una mascota juntos.

Jungkook tragó duro y comenzó a sudar frío, sus mejillas enrrogecieron.

Daddy.

Jimin, es muy pronto para tener una mascota juntos.

Mi Jiminie.

Jungkook, vamossss.
No puedo dejarlo morir
Y yo solito no puedo mantenerlo 😢😢😢
Es muy pequeñooo.

Si no lo adoptamos lloraré ☹️.

Ese pequeño era manipulador y sabía su punto débil.

Daddy.

Lo hablamos en casa.

Guardó el celular en su bolsillo antes de ver los mensajes de emoción y con muchos emojis que su novio seguramente había mandado.

Jimin no estaba en la escuela así que volvió sólo en la moto, llegó a su casa y se encontró a su novio con una sonrisa digna del niño más feliz del mundo y en sus brazos una caja, a la cual ya desde lejos Jungkook miró con el ceño fruncido.

- ¡Mira, Hyung! - Jimin se le acercó con la cajita en manos, mostrando el peludo animalito de pelaje rubio claro y blanco por partes-. Es un gatito, como usted.

Jungkook frunció la nariz con desaprobación.

- Jimin, soy más de los perros, lo siento.

Jimin rodó los ojos y suspiró de forma dramática.

- Lo mismo decías de las vaginas y mírate, ahora andas comiéndome la polla.

- ¡Jimin!

- ¡Jungkook! - imitó el rubio-. No voy a dejarlo... Es pequeño y es muy bebé, no puedo dejarlo.

- No tendrías que ni haberlo agarrado.

- Con solo verlo ya me lo hubiera llevado, Hyung - dijo el menor-. No voy a dejarlo por más veces que lo diga, así que lo acepta o me voy a ofender muchísimo y no voy a volver a hablarle- e hizo un puchero.

Jungkook se sintió atacado.

- Bien... Te ayudaré- miró al gato y acercó una mano con lentitud e inseguridad, lo tomó y el felino maullo bastante fuerte-. No hables, rata- Jungkook hizo una mueca, acercó al pequeño animal maullante a su pecho mientras lo miraba con desconcierto-. Nunca tuve gatos.

- Siempre hay una primera vez para todo, lo sabes mejor que nadie- Jimin se encogió de hombros-. Ahora, ¿Me acompañas con mamá a decirle? Me estuve escondiendo afuera hasta que llegaste, no sabe nada.

- Claro, amor-Jungkook dejó unas caricias con su mano libre sobre la pequeña de Jimin, quien sonrió, antes de tomar distancia y caminar hacia la casa del rubio, porque aún, su madre no sabía nada de su relación.

Ambos entraron juntos a la casa del menor, Jungkook con el gatito abrazadondolo a su pecho.

- ¡Mami~~! ¡Encontré un gatito! ¿Puedo quedarmelo?

- No.

- P-Pero... - Jimin hizo pucheros.

- Miau~- el gatito maulló de forma aguda y chillona, como el bebé que era.

- Jimin, hizo un ruido.

- Jungkook, eres un idiota- el rubio le quitó el animalito de sus brazos y lo cargó él, yendo hacia su madre, quién estaba en la cocina.

La mujer miró al gatito con ternura y Jimin se lo extendió para que ella lo tomara.

- Awww, mí amor, es muy pequeño...

- ¿No que "No"? - dijo el pelinegro, y recibió un golpe de parte de Jimin sobre su estómago, haciendo que se doblara sobre sí mismo con dolor.

- Jimin, un gatito es una responsabilidad, y es muy pequeño... Quizás necesite alimentarse con biberón- su madre le daba caricias al pequeño animalito, lo mecía ligeramente como si fuera un bebé humano-. Y lo voy a terminar cuidando yo, Jimin, como siempre que traes un animal a casa.

- Con Jungkook nos vamos a hacer cargo- dijo Jimin, a lo que su novio asintió-. Lo vamos a cuidar y mantener entre los dos.

Su madre frunció ligeramente el ceño.

- ¿Y Jungkook qué sería de él?

- El padre, duh.

Su madre rió un poco y miró al gatito, acariciando su cabecita, hasta llegar a su nariz, donde el pequeño abrió su boca y mordió su dedo, aunque ni dientes había para que le doliera algo.

- Es lindo- confesó la mujer-. Si se hacen cargo se puede quedar, pero le enseñan a cagar afuera, chicos.

- Sí, mamá- respondió Jimin.

- A la orden, suegri- dijo Jungkook.

La mujer alzó una ceja hacia ambos, y tardaron dos segundos completos en caer en cuenta de lo que el mayor había dicho.

- Ya nos exhibiste, cabrón- Jimin habló bajo, pero molesto, mirando al mayor a los ojos.

- Al menos disimula, maldito- respondió Jungkook en el mismo tono que él.

- ¿Qué disimular con qué, idiota?

- Que no sé, que me tiro a tu hermana, Jimin.

- No tengo hermanas, bruto, y lo sabes y que yo me enteré de que te tiras a alguien que no sea-

- Ya, ya- su madre quiso detenerlos.

-... Yo te la corto, Jeon y te la meto por el culo- finalizó el rubio, dejando al pelinegro con los ojos abiertos de sorpresa.

- ¡Jimin! - la mujer llamó su atención, haciendo que su hijo la mirara con vergüenza.

- Lo siento, mamá, iba a decirte en a-algún momento, pero n-no... - Jimin apretó sus labios al sentirlos temblar, de forma sutil, Jungkook tomó su mano, ocultándola un poco detrás de él y la apretó con firmeza, en menor devolvió el apretón-. N-No me odies.

- No te odio, tonto- la mujer limpió con su pulgar debajo de sus ojos, donde unas pequeñas lágrimas se asomaban-. Jimin, siempre lo dudé... Quizás no me lo esperaba de Jungkook... En realidad sí, desde que los vi besarse cuando tenías cuatro, pero ese no es el tema.

- ¿C-Cuatro?

- Jungkook fue tu primer beso, nene- comentó su madre con gracia.

- No recuerdo- murmuró Jimin.

- Yo sí... - confesó Jungkook, mirando el suelo con las mejillas teñidas de rojo.

- Eran adorables- dijo su madre-. Lo son- se corrigió-. Mientras sean felices, yo estoy bien con eso. Pero si me lo hubieras dicho lo hubiera apreciado un poco más, Jiminie.

- N-No sabía cómo ibas a reaccionar y esperaba a tener un novio para decírtelo- se excusó el rubio-. Por si acaso.

- Después me cuentas cómo pasó, cielo- dijo su madre, con una sonrisa tierna-. Ahora, ya tienen su primer gato juntos, es un gran paso- le extendió el felino, Jimin lo tomó con cuidado entre sus brazos, y su madre comenzó a hablar de los cuidados de la pequeña criatura, que tendrían que comprarle leche maternizada, una jeringa para darle de comer, que tendrían que alimentarlo cada dos o tres horas de noche inclusive, pero a pesar de que la escuchaban, sólo podían sentir el alivio de no tener que esconderlo, y estar felices de sentirse a salvo los dos.

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