YoonGi tomó el suéter de su novio y camino hacia él para ponérselo, lo hizo que levantara sus brazos y cuando estuvo en su lugar se abrazo de JiMin, besando su cuello y subir hasta sus mejillas, donde beso cientos de pequeños «piquitos» y al final darle una ligera mordida, haciendo que JiMin le dé un golpecito en el hombro.

—Duele —se quejó y YoonGi sonrió adorablemente para besar sus labios varias veces, sintiendo a JiMin sonreír entre el beso y pasar sus manitas por su cuello.

—Tenemos tiempo libre antes de ir al centro de adopción, ¿quieres ir de paseo?

JiMin asintió a su pregunta y beso su frente antes de separarse e ir por el abrigo de su novio y ayudarle a ponérselo, dejando un beso en su mano al final y hacer que YoonGi se sentará en la cama mientras él se subía encima de sus piernas y besaba su cuello, un poco adormilado a pesar de haber despertado hace una hora.

—Primero vamos a almorzar, tengo hambre, damos un paseo y al final vamos juntos a ver los cachorros —le murmuró entre su cuello, demasiado relajado por las caricias que recibía en su cintura y piernas.

El alfa beso su cabello rubio, adoraba los rizos de su novio y los acarició con amor, sin dejar de mimar a su novio en la cintura. Lo escuchó suspirar y abrazarse con un poco más de fuerza a él, libero un poco más de su aroma y JiMin río bajito.

—Sabes que tú aroma me tranquiliza mucho. Es dulce y muy reconfortante, amaría poder despertar cada mañana con tu olor en mí —le confesó y a pesar de que se sonrojo de gran manera, apretó suavemente a JiMin entre sus brazos.

—Lo sé, por ahora no podemos ya que seguimos estudiando, pero te prometo que viviremos juntos cuando ahorre lo suficiente, Mimi.

Las palabras del alfa eran como una caricia suave y hermosa, llenas de amor por doquier. Amaba que YoonGi pudiera calmar sus inquietudes con solo unas palabras o pequeñas acciones, se deshacía de sus dolores cuando estaba mal, lo cuidaba y llenaba de mimos si llegaba a enfermar, pero sobre todo, YoonGi le demostraba su amor a todas horas, cuando estaban a solas se encargaba de que estuviera cómodo, lo besaba y acariciaba, le murmuraba al oído todo su amor y lo enamorado que estaba de él.

JiMin se sentía plenamente seguro de querer una vida junto a él, tener su casa y tal vez formar una familia para compartir aún más su amor con su pequeño retoño.

—Chicos, vamos a salir y... —TaeMin se quedó de pie en el puerta, a veces se quería golpear por no tocar antes, ya que miró a su hijo encima de YoonGi y quedándose dormido mientras la habitación entera olía a mandarinas y crema dulce.

—Nosotros también saldremos en un rato más —le dijo YoonGi, feliz de no haber balbuceado por la situación, pero sus mejillas y orejas no decían lo mismo, pues estaban rojas en exceso.

—Sí, bueno... usen protección, no están listos para un bebé —dijo de la nada y JiMin se levantó casi asustado y miró a su padre con reproche a pesar de tener las mejillas rojas y los ojos entre cerrados.

—Tengo dieciocho años, soy casi un adulto, papá —se excusó y TaeMin se rió de él sin poder tomar en serio lo que le estaba diciendo.

—Claro, tu rostro de bebé te hace parecer de quince años.

Dicho eso se fue y como su sueño termino por irse también se levantó y beso a YoonGi, tomando su mano y sonriendo feliz.

—Vamos a almorzar, Gigi hermoso.

—¡Ji-JiMin! No me d-digas así.

Las risas del omega le hicieron saber que lo seguiría haciendo, que le diría todos esos apodos lindos para hacerlo sonrojar.

Pero si se trataba de JiMin podía permitirlo, pues lo amaba tanto que no podía negarle nada.

Está es la primera parte del epílogo falta la otra, que si puedo la termino hoy o en estos días.

Díganme qué les parece éste epílogo. Recuerden que quedan algunos extras más.

¿Parte favorita?

Los amo bebés. 💜