Sernom y Aberración caminaron durante bastantes minutos, en medio del pasaje desolador de una ciudad que lucía ahora devastada. Incontables cadáveres de civiles yacían a ambos lados del camino que transitaban.

En un momento, el joven tropieza al andar, y cae al suelo, momento en que ambos son emboscados por un soldado armado con una ballesta.

—Son personas muertas, ambos. —Justo cuando aquel militar iba a disparar un proyectil, su torso resulta atravezado por una diminuta bola de fuego, que deja un agujero en el cuerpo por el cual salen grandes cantidades de sangre.

—Eso...¡llegaste! —pronuncia Aberración entusiasmada.

—Sentí la energía del chico, creí que ibas a querer encontrarte conmigo. —Una mujer de cabello rojo largo, recogido en una coleta simple, vestida con ropa ajustada carmesí que dejaba ver su espalda y muslos, asomó desde el techo de una casa cercana. Ella llevaba en sus manos, dos pistolas de color naranja, con apariencia de ciencia ficción.

—¿La conoces? —pregunta Sernom confundido.

—Ella es la persona que quería presentarte. —Aberración observa a la nueva fémina, tirándose desde el lugar en que se encontraba para acercarse a ambos.

—Me presento. Soy la demonio de los oscuros y perturbantes conflictos que culminan en masacres...puedes llamarme simplemente Masacre, si así prefieres. —La mujer guarda sus armas.

—Creo que un nombre recortado, haría un gran trabajo al llamarte rápido. Un gusto conocerte.

 —Sernom extendió la mano, a lo que ella correspondió ante tal saludo.

—Bien. Creo haber sentido cierta energía. Fuego oscuro, específicamente. ¿Este es el sujeto? —Masacre observa detenidamente al joven.

—En efecto. Lo vi invocar esas llamas negras al intentar defenderse de unos soldados snughianos. Tiene que ser él. —respondió Aberración demostrando cierto entusiasmo.

—De todas formas, no estará de mas buscar alguna forma de comprobar que sea el verdadero elegido. No vaya a ser que se trate de algún impostor que maneje unas flamas similares. —Masacre se acercó a la otra para hablarle.

—¿Alguién mas puede usar esta cosa? —pregunta Sernom confundido.

—Los hay. Algunos nacen con un fuego similar, aunque solo en apariencia, mientras que otros, logran realizar transformaciones en sus hechizos de fuego para invocar llamas oscuras. —comenta Aberración, mientras un pequeño fuego negro cubría sus manos.

—Pero la temperatura es distinta, así como la forma de invocar esas llamas. Pero se termina descubriendo esa mentira. Cuantas veces nos hemos ilusionado con una burda farsa. —Masacre se lleva una mano a la cabeza.

—Me gustaría hacer esa prueba cuanto antes, para evitar hacerlas perder tiempo. De todas formas, mi padre sabía mucho sobre esto, asi que también tengo para sospechar que sea el fuego negro verdadero. —comenta Sernom, pensativo.

—Muy bien. Por suerte, se trata de una prueba rápida y simple. Atácame con tu fuego oscuro. Quiero sentirlo. —dice Aberración mientras se coloca en posición defensiva.
—Muy bien.

El chico envuelve uno de sus brazos en un abrasador fuego azabache y le propina un fuerte golpetazo en el rostro a Aberración. Esto provocó una onda expansiva que también alcanzó a Masacre.

La chica de la armadura negra, yacía ahora en el suelo, con una marca morada producto del golpe, en gran parte de su cara.

—En mi lugar de procedencia te harían algo llamado 'funa', por hacer algo así. Pero te diré algo, Aberración y yo siempre mantuvimos cierta rivalidad amistosa, asi que tiene algo de encantador verla así. —Masacre se pone de pie rápidamente, y se cruza de brazos mientras observa a Aberración yaciendo inmóvil en el suelo.

Transcurridos algunos minutos, Aberración se levanta del suelo con bastante dolor en todo el rostro, pero intentando exhibir una sonrisa.

—Bien, eso definitivamente es el verdadero fuego oscuro. —comentó Aberración mientras se cubría la cara con las manos.

—Sentí la onda expansiva. La temperatura, en efecto, es correcta. La tonalidad del color negro de la llama es acertada. La forma de invocar esas flamas, es adecuada. Parece que tenemos al correcto por aquí. —Masacre aplaude, aunque sin poner tanta energía en ello.

—Por cierto, estaba invocando un escudo de fuego negro para absorber el golpe. Hubiera agradecido que esperaras siquiera, dos segundos mas. —dijo la chica de armadura negra entre ligeros gemidos de dolor.

—Mis disculpas, no tenía idea —Sernom observa el horizonte un momento—. ¿Ahora a dónde debemos ir? —consulta, regresando a sus dos acompañantes.

—Primero que nada, debes saber que desde ahora, somos oficialmente tus pilares infernales. Integrantes de una guardia creada especialmente para proteger al legítimo heredero del trono del Inframundo, cuando apareciera —comentó Masacre—. Ahora deberíamos marchar hacia la llanura de Shotta, la cual rodea el reino de Esteys. En un lugar dentro de esa planicie, hay una aldea abandonada donde residen otros dos de tus pilares infernales. —continuó.

—Strivg vajn dalpala. —Aberración pronunció aquellas extrañas palabras y lanzó un proyectil de fuego oscuro hacia el cielo.

—¿Y eso? —preguntó Sernom, curioso.

—Es nuestra forma de comunicarnos. Ya estan avisados de tu aparición, y de que las pruebas salieron positivas. Ya esperan con ansias tu visita. —Aberración se mostraba muy alegre al comentar eso.

—Muy bien. Deberíamos ponernos en marcha, y espero que la cara de Aberración se arregle antes de llegar alla. —Masacre suelta una ligera risa.

—¡Cállate, malvada! ¡Ouch!, todavía duele. —Aberración volvió a cubrirse la cara con las manos.
Entre risas, el trío comenzó a caminar, alejándose lentamente de la ciudad.

***

Desde el interior de una casa en ruinas, sale una mujer de apariencia anoréxica, semi desnuda, para contemplar la noche estrellada, pero su vista se ve alterada por la aparición de una bola de fuego emergiendo de entre los astros del cielo.

—¿Aberración? ¿Eres tú? Espero que esta vez tengas buenas noticias. Ya nos hartamos de esperar.

Se quita lo único que llevaba de ropa, revelanto al completo su esquelético cuerpo, y alza sus manos en dirección a aquella bola.