Epílogo

Ambas series no me pertenecen.

Epílogo
Memorias y Futuro

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Sala de interrogatorios. Reserve's Academy, Siberia, ubicación desconocida.
Días después del fin de la guerra contra Sadera...

Khoakin se sacudió la cabeza para terminar de despertarse al percibir el sonido de pasos cerca suyo. Al poco tiempo, tal como dedujo, apareció una persona en uniforme ruso de oficial, quien se sentó en el escritorio a alguna distancia suyo y con sus facciones irreconocibles producto del efecto lumínico que proyectaba una sombra total sobre su nuevo interlocutor. Acomodándose como pudiera (con ambas muñecas atadas a la silla donde se encontraba), pensó que la escena se le hacía extrañamente familiar.

- ¡Los números Petrakov, ¿qué significan?!

- ... ¿eh?

- ¿Eh?

- ¿Eso fue...?

- Tenía que hacer la referencia, disculpa. – Khoakin no sabía si era más extraño que hubiera hecho la referencia o que él mismo la encontrara graciosa.

- Disculpado. ¿Entonces...?

- Bueno, Petrakov, mi camarada no presente y yo necesitamos que nos cooperes con este pequeño interrogatorio. Si cooperas, todo será más fácil. – Dijo la figura envuelta en sombras.

- ¿Interrogarme sobre qué? ¿Sobre el hecho de que estoy en Siberia en una de las instalaciones de una de mis antiguas escuelas que fue reformada por ustedes para lidiar con elementos peligrosos pese a mentirle a la prensa sobre el verdadero propósito de la remodelación? Si... puedo verme haciendo eso. – El que la persona enfrente suyo se atragantara con el agua que bebía fue una buena señal para el atrapado prisionero.

- ¿C-cómo sabes todo eso?

- Me lo contó un pajarito por ahí~... nah, mentira. Me lo reveló un oficial de inteligencia de la Siberian Academy durante el Incidente de Kaliningrado. Jejeje... Fue bastante entretenido verlo mearse del miedo.

- ¡¿C-cómo sabes del incidente?! ¡Tú no estuviste allí! ¡La Comrades Academy no tuvo participación alguna!

- Eres muy ingenuo para ser un interrogador, camarada, y te aseguro que muy desinformado.

- Él está, por mucho que odie admitirlo, en lo correcto. – Anunció otra voz, a la vez que otro interrogador entraba a la sala – Hacía tiempo que no nos veíamos, Petrakov. – Dijo, saliendo a la luz y mostrando su rostro. Los ojos del prisionero tuvieron un leve brillo de reconocimiento.

- General Isakovich. – Saludó el prisionero al general de su academia – Lo saludaría, pero comprendería que no puedo en mi situación actual. Tal vez si me soltara...

- No sucederá.

- Tch. Tenía que tratar.

- Bien, sigamos con este interrogatorio. – Indicó el general, sentándose en las sombras junto al otro soldado – Por cierto, puede que te tranquilice saber que Sasha está viva. Con veneno, un par de heridas de flecha y un corte a lo largo del cuerpo, pero viva y recuperándose.

Khoakin se relajó visiblemente.

- Bien, eso está mejor. – Siguió el general – Ahora, empecemos de una vez. ¿Por qué no empezamos por el inicio de todo esto? Entraste a la Comrades Academy hace casi ya cuatro años con el rango de subteniente, ascendiendo pronto a teniente 1° porque le agradaste al instructor y tenías agallas. Al poco tiempo de eso tuviste tu primer encuentro como oficial de blindados.

- Efectivamente, general y... disculpa, ¿qué rango eres? – Preguntó Khoakin, dirigiéndose a la figura aún desconocida. Esta carraspeó antes de introducirse.

- Teniente 1°. Solo necesita saber eso.

- No iba a preguntar otra cosa. – Le restó importancia el cautivo – Como decía, efectivamente así fue. Fue en el oeste de Rusia, donde están los campos aun verdes durante el verano. Era un juego contra la Panzer Akademie...

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Flashback. 4 años atrás...

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Estaba negociando una tregua. El grupo de 4 tanques tras él estaba exhausto protegiendo a los infantes heridos de los diversos ataques germanos, y necesitaban urgentemente retirarse. Como siempre sucedía en aquellos tiempos, algunos estudiantes quedaban heridos durante los duelos, y por ende había hospitales de campaña en los cuales los propios alumnos los atendían como parte de un juego de guerra.

Un teniente al igual que él, sobre un Panzer IV, escuchaba atentamente y con signos de aburrimiento las condiciones que proponía el ruso. Detrás de él, 5 Panzer IV y dos pelotones de panzergrenadier con sus temidos panzerfaust a la espalda aguardaban órdenes. A lo lejos, aun humeante por el combate, se veía el pueblo de donde los rusos acababan de ser desalojados con fuertes bajas para ellos.

- A cambio de que evacuemos a los heridos, rendiremos dos tanques de la dotación. Las tripulaciones quedarán como prisioneros de guerra. - Odiaba rendirse. Él era partidario de luchar hasta el final, sacrificando todo para negarle al enemigo vidas y recursos. Pero el mando fue estricto en ese sentido: debía evacuar a los heridos a toda costa.

- ¿Los otros dos tanques evacuarán a los heridos? - Preguntó el germano con desinterés. A diferencia del ruso, él estaba aburrido con esa palabrería. Entendía la cuestión de los heridos, pero le parecía ridículo que no hubiera forzado una salida del pueblo con los tanques que tenía antes. En cambio, ahora estaba en una situación mucho peor que en la que estaba hace una hora atrás.

- Así es. Una vez salgamos de esta área necesitaran protección contra otros competidores-Respondió como si fuera obvio, lo cual, en efecto, lo era.

- Bien. Diles a las tripulaciones que suban a los semiorugas. Nosotros los conduciremos.

- Entendido.

Algunos soldados alemanes descendieron de los semiorugas para ir a ocupar los tanques rusos que se rendirían, pero a mitad de camino el cañón de uno de los T-34 rugió, mandando a volar herido a un par de granaderos. El resto de los soldados tomó sus armas, apuntándolas contra los rusos. El oficial alemán, que había descendido para comprobar a su pelotón, se dirigió nuevamente al oficial ruso, quien pensaba rápidamente en alguna excusa.

- ¡¿Quién demonios disparo el cañón?! - Preguntó Khoakin. La escotilla del T-34 se abrió, mostrando a un alumno de rasgos caucásicos.

- ¡Fue un error! ¡Por favor no disparen! - Grito a los alemanes, quienes seguían apuntando.

- No hay ninguna garantía de que el disparo haya sido un accidente. - Acusó el oficial alemán. El tiro dado por el T-34 impacto a solo un metro de los granaderos, lo cual hacía fuertemente sospechoso el que fuera solo un accidente.

- Tampoco la hay de que haya sido a propósito. - Contraataco el oficial ruso a su par alemán.

- En caso de duda... - Murmuró el teniente alemán- ...asume siempre lo peor. ¡Apunten! - Khoakin vio como todos los soldados alemanes escogían un blanco entre sus hombres. Los pocos infantes rusos solo pudieron levantar torpemente sus armas - ¡Fuego!

Khoakin cayó casi inconsciente por un tiro de tanque. Su grupo fue eliminado y los supervivientes, dispersados. Observó que los que quedaron allí eran tomados prisioneros mientras los soldados pasaban caminando a su lado, como si él no existiera, alguno que otro dándole una mirada de lastima. Finalmente, fue eliminado por un tiro de gracia dado por el propio oficial alemán.

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Flashback end

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- Casi me echaron aquella vez. También recuerdo que allí conocí al desgraciado nazi reprimido de Schmidt. – Terminó su relato el oficial. El teniente anotaba unas pocas cosas mientras el general esperaba pacientemente, encendiendo un cigarrillo.

- Bien. Ahora, capitán... - Habló el general mientras le daba una bocanada a su cigarrillo – Llegamos a una de las partes que nos interesa. Hablemos del Incidente de Kaliningrado.

- ¡Ah, ese! Claro. Qué recuerdos...

- ¿Va a hablar?

- ¿Qué necesita saber? Deberían estar todo en reportes clasificados solamente accesibles al alto mando y a inteligencia...

El teniente dio nuevamente señales de agitarse, pero un gesto del general lo hizo calmarse. – Efectivamente, camarada capitán. Generalmente es así. Pero vayamos a lo que nos atañe. A los pocos días de iniciado el juego, estuviste en...

- Camarada general – Interrumpió el teniente. – Si puedo preguntar, ¿por qué dice que el capitán Petrakov estuvo allí si su academia no participó?

- Él si estuvo allí, solo que no de nuestra parte. Lo infiltramos en la Siberian Academy para prepararnos para un duelo con ellos, decidiendo que una buena forma de saber como luchan es luchar junto con ellos. Tuvimos la mala suerte de que el incidente ocurrió en la misma fecha. – Explicó el superior jerárquico – Volviendo al tema, a los tres días de iniciado el juego estabas en una de las bases rusas. ¿Qué hiciste allí?

- No mucho. Tortur- digo, interrogué a algunos prisioneros por información, pero nada más. Luego me asignaron al campo como reconocimiento...

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Flashback. 20 meses atrás...
Afueras de Kaliningrado

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Khoakin colgaba un cinturón en la pared de la caseta de vigilancia de la prisión militar de la base rusa. Analizándolo, decidió limpiarlo una vez más de rastros de sangre, en especial la hebilla, antes de colgarlo de forma definitiva. En una de las celdas, uno de los pocos prisioneros terminaba de acurrucarse mientras aguantaba los quejidos de dolor de su maltratado y traumado cuerpo.

- No sabía que el cuerpo podía sangrar tanto...

Andando por los pasillos sin complicaciones, se encontró con un coronel que le ordenó salir en misión de reconocimiento para recabar información de avances alemanes. Cumplió el reconocimiento sin problemas, pero salvo una escaramuza inconclusa con los alemanes, no hubo nada que reportar.

A los pocos días, nuevamente salió en reconocimiento, pero esta vez en una misión sustancialmente diferente. Andando delante de todo un batallón, se encargó de avanzar silenciosamente hasta que logró ubicar a los alemanes infiltrados, mandando la ubicación de estos al batallón y la artillería aliada. Justo en ese momento, logró visualizar al oficial que lo derrotó en su primer enfrentamiento dar la orden de fuego.

La base rusa cercana se iluminó por completo.

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Flashback end

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- No tuve una participación muy completa, como podrán haberse dado cuenta. – Siguió diciendo – Pero me conformo con decir que mis acciones lograron eliminar o sacar del juego a una cantidad decente de oficiales y personal capacitado, gracias a la observación de artillería.

- Te cargaste un jodido general. ¿A eso le llamas poca participación? – Preguntó incrédulamente el teniente, solo para ser callado por un golpe del general– Disculpe.

- Bueno, soy alguien bastante honrado.

- Luego de eso mantuviste un bajo perfil: causabas algunos problemas, pero no los suficientes como para que ameritara castigos serios. Y te mantuviste así hasta que apareció el GATE.

- Ah sí, el GATE. Eso fue hace... ¿4 meses?

- Algo así. ¿Recuerdas lo que hiciste allí? Los reportes nos indican solo unos pocos hechos puntuales. Y es, así mismo, este punto desde donde tienes que darnos respuestas más clarificadoras. – Habló con voz grave Isakovich. Khoakin solo suspiró internamente antes de empezar a reorganizar sus recuerdos.

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Flashback. 7 meses atrás.
Campos de Flandes

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Los primeros en reaccionar como grupo fueron los alemanes. Sin perder mucho tiempo, empezaron a maniobrar con sus equipos de tanques para formar un cerco al amplia área se suponía afectada. Dentro de nada se les habían unido los británicos y nosotros, con las japonesas detrás. Si nos siguieron por deber, miedo o curiosidad, lo ignoraba.

Al llegar a lo que era el esqueleto del cerco se reagruparon los comandantes de cada academia. Aunque no sé que hablaron específicamente, el consenso fue que los británicos irían a rescatar a los civiles dentro mientras alemanes y rusos estrechaban paulatinamente el perímetro. Las japonesas no estaban contentas con ser dejadas fuera del planeamiento, pero siendo honestos, nunca pensamos que participarían. Finalmente, las mandamos a desorganizar al enemigo dentro del cerco, sin preocuparnos mucho más de ellas.

Al rato después me encontré con algunos de sus tanques. De un vistazo pude comprobar que las tripulaciones estaban muertas en su mayoría, con solo la comandante viva entremedio de un montón de cadáveres imperiales. Me distraje con una concentración enemiga, la cual le indiqué a mi tripulación que lidiara con ellos, para luego ir a enfrentarme cara a cara con un tipo corpulento. Fue difícil, pero logré ganar y juntarme con el oficial alemán y la comandante japonesa, que ahora estaban rodeados por un perímetro blindado y muchos cuerpos de legionarios. Luego decidimos dispersarnos, y el resto de la tarde se pasó en eliminar efectivos de la manera más creativa posible.

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Flashback end

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- Luego de eso, un mes más tarde, cruzaste el GATE como parte de la segunda oleada en tu IS-2. Tomaste parte del perímetro defensivo en la segunda parte de la Batalla de Alnus y al poco tiempo estabas asignado al Séptimo Equipo, de Reconocimiento, de la División de Avanzada.

- Aunque éramos de reconocimiento solo de nombre. – Masculló el prisionero.

- Participaste en la redada del Pueblo de Coda al día siguiente de ser asignado, bajo las órdenes de la comandante Miho Nishizumi. Poco después encontraron el pueblo quemado en el bosque, con la única superviviente muriendo poco después. Luego de eso volvieron a Coda, donde se encontraron con una herida que llevaron a Alnus y resultó ser la estudiante de magia Lelei la Lelena. ¿Algo que mencionar respecto a aquello?

- Si. Que el grupo parecía estar comandado por el sargento Roth durante todo ese tiempo hasta que llegamos a Itálica.

- Efectivamente, y acá es donde empezamos con los problemas de confianza. El reporte tras la acción dice que disparaste tu tanque sin órdenes directas de un superior, sino de un sargento de otra academia. ¿Puedes explicar eso?

- Simple. Indicaron que era una intimidación, y siendo los alemanes como son, no pensé que Roth hubiera ordenado algo sin el consentimiento de su oficial al mando que estaba justa al lado suyo.

- Ya sabemos que el comandante de la unidad no fue tan amable con los granaderos después de eso. ¿Recuerdas que pasó en Itálica?

- Claramente...

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Flashback. 5 meses atrás.
Itálica

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- ¡Ahí viene otra del IS-2!

- ¡Al suelo!

Los granaderos se lanzaron al suelo segundos antes de que una gran explosión sacudiera la tierra y gritos adoloridos se elevaran en el aire. Los alemanes volvieron rápidamente a sus labores, mientras medio centenar de cadáveres y heridos se unía a los ya presentes frente a ellos.

- ¡¿Cuánto hemos matado ya?!

- ¡Ni idea!

- ¡¿Teníamos que ser los que estaban más cortos de infantería?!

Mientras algunos se quejaban de su suerte, disparos de otras armas se unieron al traqueteo de la ametralladora, subfusiles y fusiles. Khoakin y 2 miembros de su tripulación llegaron con sus PPsH 41 uniéndose a la defensa con una risa maniática. La potencia de fuego traída por los recién llegados fue suficiente como para frenar el avance de los bandidos, quienes se retiraron al otro lado de la puerta.

- ¿Logramos frenarlos? - Preguntó Roth mientras se dejaba caer de espaldas sobre la barricada.

- En parte. Acaban de ordenar un asalto mecanizado sin restricciones. - Comunicó Khoakin. Roth palideció. Miho, que llegaba acompañada por Yukari, pregunto a qué se refería con asalto sin restricciones.

- Significa libertad de acción. - Indicó Roth - Los soldados pueden hacer lo que quieran con tal de eliminar al enemigo. Varios podrían romper las leyes impuestas en los tratados de Ginebra, aunque dudo que lo hagan.

- En la radio se escuchó de fondo que varios querían quemarlos. - Anunció Khoakin. Los ojos de Roth se abrieron como platos.

- Tienen lanzallamas... esto se va a poner feo... - Predijo antes de terminar de caer al suelo, regulando sus respiraciones.

Fiel a sus palabras, las luces y alaridos de dolor empezaron a llegar del otro lado del muro. Salvo Khoakin, ninguno tuvo ni la fuerza ni el ánimo de ir a ver el macabro espéctaculo a unos metros de ellos.

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Flashback end

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- Después vino el incidente del dragón, del cual seguramente ya sabrán todo, y el ataque imperial sobre Itálica, en el cual la División Avanzada no participó salvo su comandante.

- Ya veo. – Murmuró el general en lo que el teniente anotaba todo lo dicho.

- Seguramente ya saben sobre las semanas siguientes, pues consistieron en escoltar a la princesa Piña a través de algunas ciudades. Ustedes también estuvieron presentes.

- Háblanos de la Expedición al Bosque de Schwarz.

- Esa expedición... ¿dónde comenzar? Ah, ya sé. Hablemos de la entrada al bosque...

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Flashback. 4 meses atrás.
Frontera del Bosque de Schwarz

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- Aquí estamos nosotros ahora - Señaló Roth un punto del mapa al sur de Alnus, donde pasaba un río. El mapa había sido conseguido de manos locales, por lo que era más confiable que los que tenían las academias - Pasado este río está el Bosque de Schwarz, territorio de Elfos Oscuros. Estos elfos son extremadamente territoriales y, por ende, son hostiles a cualquier extranjero. Eso, naturalmente, nos incluye a nosotros. Son un conjunto de tribus, por lo que nuestro paso será, en el mejor de los casos, retardado por múltiples charlas con los líderes.

- ¿Ideas? - Preguntó Petrakov.

- Cubramos el techo de los semiorugas y dejemos rendijas para poder mirar al exterior. Eso debería servir contra las flechas. Tengamos listas algunas granadas también, podría asustarlos. - Indicó Huxley, quien por suerte para el grupo estaba versado también en alemán.

- ¿Granadas incendiarias? - Preguntó Khoakin emocionado.

- No, a menos que quieras quedarte atrapado dentro. - Indicó Roth.

- Blyat - Masculló el ruso.

-Como sea, empecemos a arreglar los vehículos y preparémonos para ingresar al bosque. - Indicó Miho. Roth y Huxley fueron a dar las órdenes al resto, en lo que el par de oficiales permanecía en el lugar.

- Seré honesto aquí - Indicó Khoakin una vez ambos suboficiales se hubieran alejado - Es más que probable que alguien no la cuente después de cruzar el bosque, más aún después de cargarnos al dragón y tener que volver. Si estos elfos oscuros son tan territoriales como dicen, olvídate de siquiera pasar desapercibidos: en el mejor de los casos, tendremos que abrirnos paso a sangre y balas. Aunque Roth dijera lo contrario, prepara granadas incendiarias. En el peor de los casos, tendremos que prenderles fuego a los árboles.

Miho se sacudió ante el pensamiento de quemar semejante bosque. El susodicho ecosistema se alzaba poco más allá del cruce del río donde se encontraban. Trató de pensar en otra solución menos violenta, pero nada parecía ser algo más que meros pensamientos optimistas.

- ¿Será necesario ser tan violentos? Seríamos unos bárbaros - Comentó la japonesa a su colega ruso.

- Probablemente luchen como si fueran el mismísimo diablo. Habrá que alejarlos sin demora. Recuerda Miho, no estamos aquí para conquistar o colonizar el territorio. Solamente estamos de paso. Y si debemos incendiar el lugar para poder pasar, que así sea. Seguramente habrá otro camino para salir de aquí.

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Flashback end

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- A la noche del segundo día en el bosque nos encontramos con una elfa oscura que hizo de guía. Salvo algunas escaramuzas con las tribus limítrofes del bosque, no hubo ningún altercado de relevancia con los locales. Una vez hallamos al dragón pedimos el ataque aéreo, saliendo por el lado contrario de las montañas. Hallamos un par más de dragones, pero estos eran más pequeños y débiles, motivo por el cual la artillería del coronel Woods logró encargarse de ellos cuando nos encontramos con su columna. No me cabe duda de que Woods obtendrá un ascenso cuando todo esto termine.

- Efectivamente, obtuvo un ascenso. Ahora está dentro del generalato por manejar una ofensiva imperial con escasos recursos. – Comentó como si nada Isakovich.

- ¿Ves? También tengo cerebro.

- Aja. Parece que ese oficial alemán no te golpeó lo suficientemente duro.

- Prefiero decir que tengo la cabeza dura.

- Nos distraemos. Después de la lagartija roja sobre desarrollada, tu unidad fue enviada a Ligs a reagruparse con el resto del ahora Regimiento de Avanzada tras la batalla que este tuvo en el pueblo mismo. Era la primera fase de la operación "Ars Goetia".

- Brillante operación. – Comentó Khoakin por lo bajo.

- Silencio. Como decía, se reagruparon a los pocos días, y luego salieron camino a Clunia.

- Así es. Uno de los viajes con más experiencias aburridas que tengo...

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Flashback. 4 meses atrás.
Ruta Imperial, este de Ligs.

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Tras avanzar un largo trecho en dirección norte se acercaron una bifurcación hacia el nor-este, acampando justo antes de eso. Se movían con rapidez y con escasa guardia, cosa que mantenía a los más experimentados o ansiosos con los nervios de punta. Esperaban que la velocidad de su avance, con poca o nula vigilancia y en medio de una ruta principal en tierras hostiles, atrajera grandes grupos enemigos que quisieran darles caza.

Pero no apareció nadie.

Los Imperiales parecían haberse hecho humo. Si fue por la brutal batalla que hubo en Ligs, en la cual parecían haberse jugado todas las fuerzas del sector, o si fue porque las tropas prefirieron replegarse para proteger las ciudades, no se sabía. Pero los campos a los lados del camino estaban sospechosamente tranquilos, sin avistarse ni un alma salvo el campesino ocasional por allí. Era todo demasiado extraño.

Detrás de una colina estaba situado el campamento. Los vehículos estaban como protección alrededor, y las tiendas y fogatas estaban al interior de la barrera de acero. La noche estaba calma y la falta de presión de un enemigo empezaba a enervar a los soldados. La noche les daba la bienvenida con su paz y armonía, y varios que no estaban de guardia decidieron simplemente quedarse dormidos.

En este clima de paz nocturna se escuchó débilmente, como para no irrumpir la atmósfera de calma, el llamado a reunión de oficiales. El músico a cargo repitió el llamado dos veces antes de callarse, escuchándose solo las botas, algunas rápidas y otras lentas, de los convocados a la tienda de mando.

- Buenas noches caballeros y señoritas - Saludó Schmidt cuando el último oficial entrara a la tienda de mando - Antes de que todos se vayan a dormir, les comentaré la información que hemos recaudado de los locales - Mientras hablaba, desplegó el mismo mapa de operaciones que estuviera analizando en Ligs, solo que sin las fichas - Nosotros deberíamos estar por... aquí - Señaló con su dedo un punto cerca de la bifurcación del camino a Rondel, para luego desplazarlo hasta dicho cruce - Y según lo que escuchamos, el enemigo está aquí, en el pueblo de Clunia.

- ¿Qué nos quiere decir...? – Preguntó uno de los oficiales.

En este punto, Karl desplegó la vara metálica plegable que usaba para señalar - Nuestra información nos decía que la zona entre Ligs y Bellnahgo estaba despejada, poco habitada y que Ligs apenas tenía una guarnición ceremonial con comandantes poco capaces. Por lo que experimentamos en ese condenado puente, no es así. Entrevistando a algunos campesinos locales, aparentemente el pueblo en la encrucijada, de nombre Clunia, vio su antigua guarnición imperial restaurada por las tensiones diplomáticas habidas anteriormente entre el Imperio y la ciudad autónoma de Rondel. Desconocemos cual sea el tamaño de esta guarnición, pero desde luego no será ni tan numerosa ni tan bien armada como lo fue en Ligs. Sin embargo, tenemos que evitar que nos detecten y avisen a Bellnahgo. - Señaló dicha ciudad en el mapa - Un solo mensajero que llegue y tendremos a la guarnición de una ciudad entera tras nosotros.

- Esta información también nos dice otra cosa. - Habló ahora Walther, el ayudante de campo del teniente coronel - Los magos de Rondel, o cuando menos los cabecillas, estarán alertas. Deberemos tener cuidado cuando nos acerquemos a Rondel, o podríamos ser confundidos con enemigos.

- El problema es el siguiente - Volvió a llamar la atención Karl - Tenemos que eliminar a la guarnición de Clunia en un día como mucho y evitar que envíen un mensajero a Bellnahgo. ¿Ideas que no sean un asalto frontal o la destrucción de todo el pueblo?

La tienda permaneció en silencio unos segundos, cada oficial pensando en una forma de completar dicha tarea.

- Parece que será el asalto frontal después de todo – Comentó finalmente un oficial con un suspiro, recibiendo desde toda la tienda agotadas confirmaciones de sus compañeros.

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Flashback end

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- Sin embargo, al final del día, utilizamos un plan de Louis modificado por las hermanas Nishizumi que consistía en sacar al enemigo del pueblo mediante provocaciones y aniquilarlo a las afueras, a fin de no ocasionar bajas civiles. La operación fue un éxito total, y dejando una compañía atrás, el resto seguimos hacia Rondel.

- Y en Rondel fue donde provocaste el incidente. Ya tenemos los testimonios de las sobrevivientes y de algunos soldados y oficiales que participaron. Hasta aquí llega el interrogatorio, pero aprovecharé de contarte que sucedió con tus compañeros.

- Déjeme adivinar. ¿Mi tripulación se retiró por motivos sicológicos?

- En efecto, dos de ellos se retiraron. El otro pidió un traslado a una sección lejos del frente. En cuando al resto... bueno, Schmidt y los otros oficiales restantes recibieron en su mayoría ascensos o premios por la batalla final contra el Imperio. Las japonesas se retiraron en su mayoría algunos días antes de la ofensiva, con Miho Nishizumia cayendo por Sección VIII. En la operación Bulge participaron cerca de 25.000 hombres y mujeres. Actualmente, tengo entendido que las japonesas están recuperándose lentamente, dentro de nada deberán estar de vuelta a su vida normal. La capacidad de adaptación humana es terrible...

Dándole una última calada a su cigarrillo, el general firmó unos papeles antes de retirarse. Tras pasar un par de minutos, el teniente revisó su alrededor, guardó los papeles y sacó una navaja mientras se acercaba al prisionero.

- No te muevas.

- Oh sí, claro. ¿Qué harás entonces, cortarme?

- Solo cállate.

Con movimientos fluidos cortó las amarras de las muñecas del prisionero, dándole una pistola pequeña como arma.

- ¿Y esto es por...?

- Agent Puzotsky, CIA – Anunció el hasta ahora teniente – Sigue mis indicaciones y en cuestión de minutos estaremos fuera de esta base. Tengo lo que necesito, pero si te escapas tengo una coartada para que no me persigan.

Khoakin se encogió de hombros y tomó el arma, saliendo del lugar en silencio tras los pasos del norteamericano.

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Horas después. Siberia.

- Bien... - Murmuró Khoakin mientras pensaba sentado encima de una roca con un oso muerto al lado suyo – Ahora, ¿qué diantres hago?

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Anexo: La mayor parte de los personajes siguieron en las academias y se unieron a las fuerzas armadas de sus respectivos países, muchos de ellos aprovechándose de la experiencia adquirida tras el GATE. Miho y sus compañeras fueron retomando su vida civil poco a poco, aunque ambas hermanas Nishizumi terminaron enrolándose en la JSDF de todos modos. Khoakin, tras algunas semanas, volvió a las academias rusas y, tras unas sesiones de terapia, logró reincorporarse como miembro de retaguardia (dando inició a la leyenda del "Estudiante que nunca pudieron expulsar").

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N/A: Saludos. Soy RedSS, el autor de este crossover (no me digas geni-). La historia original fue publicada en Fanfiction, y la publiqué aquí tras un tiempo simplemente porque... bueno, ¿por qué no? Como resultado, las notas de autor, que en su mayoría eran respuestas a los reviews de aquella página o excusas por atrasos en actualizar, han sido removidas en esta versión, ya que no aportaban nada a la historia o a la experiencia del lector que tiene todo ya escrito delante de él. Sin más, espero nos veamos en otra historia. Criticismo, consejos, ayudas, etc, son siempre bienvenidos.

RedSS.

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