Capítulo 13: Final

GATE y Girls und Panzer no me pertenecen.  

N/A: Escuchar el video "Modern Warfare 2 - Of Their Own Accord Radio Chatter + Soundtrack" de fondo para ambientación. Revisar también el inicio de la misión "Of Their Own Accord" de Call of Duty: Modern Warfare 2.

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"Goliath birds, Goliath Birds, this is US-2-1, we have a large enemy formation near our position, reference east hill 3, 600 meters to the east, 100 meters to the south. At least 600 personnel, how copy?"

Tomé mi arma de su reposo en la pared. El lugar estaba temblando por el efecto de toda la artillería que disparaba sobre nuestras cabezas. Lentamente avancé por los pasillos estrechos del búnker subterráneo, llegando a donde estaban los hombres de comunicaciones por radio. Ayudé a algunos de ellos a anotar datos que debían reenviar, pero era necesario que me siguiera moviendo hacia el otro lado.

"US-2-1, Goliath 1-1 and 1-2. Solid copy, engaging. Out."

Pasé a una sala con varias salas contiguas más pequeñas, varias de ellas con gente gimiendo o pidiendo ayuda. Algunas tenían suministros médicos o municiones. La mayoría de las personas presentes lucía heridas de flechas o quemaduras, algunos hasta tenían huesos rotos o partes en carne viva. En algunas salas visualice lo que parecían ser cuerpos cubiertos por unas sábanas que hace tiempo dejaron de ser blancas. Un grupo de paramédicos intentaba reanimar a otros soldados, mientras unos escasos médicos operaban a la luz de pequeñas lámparas y varillas de luz, algunos hasta con bengalas, haciendo su mejor esfuerzo pese a la casi nula luz.

Me detuve a ayudar a un paramédico, siguiendo sus indicaciones e inyectándole un shot de adrenalina a un pobre soldado que aún luchaba por siquiera respirar. Tenía una fea herida en el estómago, y dudaba que fuera producto de una flecha.

"Deutsch-1-3 to 1-2, enemy formation trying to get around you by the right flank, how copy?"

"1-2, 1-3, thanks for the advice, engaging, out."

Entraron cuatro camilleros, todos sucios y con apariencia abatida. Dos de ellos traían de brazos y piernas a un sargento con parte de sus intestinos afuera, cosa que provocó que algunos heridos vomitaran a un lado. El propio herido que yo ayudaba tuvo que desviar la mirada y, aunque no regurgitó su alimento, el asco y miedo aparecieron claramente en sus ojos. El herido fue dejado sobre una mesa que estaba sucia de restos de vendas y sangre, e inmediatamente un médico empezó a trabajar en él con uno de los camilleros.

"Central Command, HQ Delta, we are deploying the reserve troops to support the rear of line Golf and to cover the evacuation route for the medics in line Hotel, how copy?"

"Yeah, say again line Hotel, over."

"Roger that, we are deploying reserve troops to cover the evacuation route for medics in line Hotel, how copy?"

"Central Command copies all, out."

Los otros dos camilleros traían un cuerpo cada uno. Uno traía un carbón de forma humana, y mucho no me costó comprender que eran los restos de un pobre hombre calcinado. El otro traía un hombre traumatizado, el cual aun llevaba su pierna cercenada en una mano.

"Russ-Actual, this is Siberia-Actual. The enemy is retreating and we have the chance to pursue them. Are we clear to proceed? Over."

"Affirmative, Siberia-Actual, but not too far. We have to keep the defensive line, out."

"Affirmative, Siberia-Actual out."

- ¡Atención, reagrupense! – Escuché a mi líder de pelotón llamarnos. Me apresuré en ir en la dirección de donde venía la voz, y me encontré en dirección a la salida del búnker. Cuando logré visualizar a mis compañeros reuniéndose una gran explosión sacudió la estructura entera, aunque salvo por algo de polvo, nada cayó.

"Russ-Actual, Siberia-Recon-2. I got movement in the south flank of the hills, at least 3 columns of a thousand enemy personnel moving south-southwest, how copy?"

"Solid copy, Siberia-Actual, keep scanning your sector, out."

- Seguramente una pieza de artillería estalló al sobrecalentarse. – Indicó el teniente sin prestarle atención, señalándonos la salida. Alrededor de nosotros y por las otras salidas aparecía el resto del batallón, todos dispuestos para irse.

Avanzamos por la trinchera de salida del búnker. Apenas pusimos un pie afuera, un hechizo de fuego cayó cerca nuestro, reemplazando el cielo lleno de polvo que veíamos desde la trinchera por una cortina de fuego. Pudimos ver como un observador de artillería se agitaba tratando de apagar las llamas, más fue en vano y su cuerpo cayó humeante con la mitad superior sobre el interior de la zanja.

- ¡Escuchen! – Nos llamó la atención nuestro capitán - ¡Los paramédicos están siendo atacados por patrullas de largo alcance de los imperiales mientras evacuan a los heridos! ¡Tenemos que bloquear sus entradas y asegurar una ruta de evacuación, ¿entendido?!

- ¡Si señor!

Giramos hacia la derecha por la trinchera, subiendo desde las entrañas de la tierra. Allí, a cierta distancia frente a nosotros, disparaban las baterías de artillería a los enemigos invisibles por las colinas alrededor, en un amplio campo de batalla cuya tierra abatida y calcinada complementaba un cielo de atardecer oscurecido y cubierto por el humo y polvo de las explosiones y cuya metralla y luces de combate se perdían en el firmamento, en una escena cuya magnitud no dejaba de sobrecogernos...

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- ¡Deprisa, a los camiones! ¡Cada minuto extra es un herido muerto! ¡Vamos, vamos, vamos!

Tratamos de llegar a los camiones, el camino que recorríamos golpeado y sacudido por explosiones y temblores de la tierra. A nuestra izquierda otra pieza de artillería explotó, su cañón recalentado por el uso constante. Dos artilleros quedaron heridos, y estoy seguro de que otro no se volvió a levantar. Seguimos avanzando hasta finalmente llegar hasta los algo dispersos vehículos, protegidos en garajes bajo tierra, en los cuales subimos sin perder el tiempo. El terreno había recibido mucho daño, pero era principalmente de hechizos de fuego, por lo que seguía siendo plano en su mayor parte.

"This is UK-1-3! We are at the right flank on the position SIERRA-2, and we are HEAVILY outnumbered! Interrogative: WHERE is the bloody air support? Over!"

"Uh, most planes are already engaged with wyverns and enemy troops. I'll see if I get something, out."

En el camino observábamos muchos cadáveres, principalmente de hombres de radio junto a partes de su equipamiento y observadores de artillería. Había también algunos hombres y mujeres con la Cruz Roja en el brazo, tirados sus restos a ambos lados del camino. Seguramente su número de bajas será desproporcionado. Llevábamos la mitad de la colina bajada cuando uno de los conductores gritó "¡Cuidado!" y otro "¡Agárrense!" antes de que cayera una oleada de hechizos sobre nuestra ahora dispersa formación de camiones. Maniobrando violentamente, más de uno chocó con el lateral de otro, y varios de nosotros terminamos enredados con nuestros compañeros, pero solo uno fue golpeado, y por suerte, fue de forma periférica con un hechizo de fuerza kinésica. El camión se volcó y los soldados salieron aturdidos, pero pronto empezaron a empujar para enderezar el vehículo y volver a la lucha.

Ya recorrido un trecho, un tercio de los camiones se separó y se fue en otra dirección. Era la tercera compañía, que según me dijeron, iba a apoyar a otras tropas. Nosotros seguimos en nuestra ruta, camino a rescatar a los paramédicos y camilleros que estaban siendo masacrados por los imperiales.

"This is UK-Actual to any fighter free up there, we have a threat to the main defense in hill Sierra-2, how copy?"

"This is Grizzly 1-3 and Stalker 1-3, circling around to get there. There's a lot of dragons in the way, it'll probably take a few mikes, out."

"Roger that, 1-3. UK out."

- ¡Llegamos! ¡Abajo, abajo, abajo! – Nos ordenó el comandante, pese a que por instinto saltamos y nos echamos al suelo. Por nuestras cabezas pasaban intensamente, más que nunca, tiros de artillería y hechizos de magos. Por todo el cielo había luces y fuego, ya fuera por la artillería, las bengalas, la magia o las trazadoras. Si no era nada de eso, probablemente fuera un tanque en llamas o los pobres diablos siendo destrozados bajo la mira de un avión.

El teniente terminó de recibir órdenes antes de dirigirse a nosotros, indicándonos, enmudecido, una depresión entre dos colinas. Allí, se podían ver grupos de imperiales, no superiores a veinte cada uno, tratando de pasar por una trituradora de carne que ya acumulaba cientos de cadáveres. Avanzando lentamente, el pelotón se dispersó por el campo destrozado y la hierba quemada, con paso cauteloso y revisando nuestros alrededores.

- ¡Once en punto! – Gritó alguien a la cabeza del grupo. Sin pensar, nos lanzamos al suelo y abrimos fuego en aquella dirección. En dicho lugar había una patrulla de imperiales, la cual terminó masacrada antes de saber que pasaba.

"Bishop 3, Bishop 3, this is Deutsch-2-3, request fire mission, over."

"Bishop 3 standing by to copy, over."

"Fire mission, large enemy attack formation, 900 personnel in the open, grid Lima-Uniform-4-7, Danger Close, how copy?"

"Bishop 3 loud and clear, fire mission 900 personnel in the open, grid Lima-Uniform-4-7, Danger Close.
/Break/
3 guns, 5 shots HE, over."

"Roger that, 3 guns, 5 shots HE, fire for effect, over."

"Bishop 3 firing for effect, ETA splash 30 seconds."

"Wilco."

Nos levantamos del suelo y nos quitamos la tierra y polvo de encima, antes de reanudar la marcha. La depresión estaba cada vez más cerca, y nos ponía nerviosos unirnos a los provocantes de aquella masa amorfa de cadáveres que seguía amontonándose cada vez más. El teniente observó, impasible, que el resto de la compañía iba detrás de nosotros.

"Shot, over."

"Shot, out."

"Splash, over."

"Splash, out.
/Break/
Bishop 3 good effect on target, keep firing, over."

"Roger that, good effect on target, over."

Mientras otra batería se sumaba a la orquesta de sonidos a nuestro alrededor, nos acercamos a las posiciones que bloqueaban el paso del enemigo. Este nos vio aparecer, rabia y enojo en sus ojos, y se lanzó salvajemente a aniquilarnos. Nuestras armas hicieron de su destino un trabajo corto, y pronto habíamos despejado una vez más el paso entre ambas colinas.

- ¡A cubierto! – Gritó alguien, a lo que alcé la vista y vi aparecer un mago a punto de lanzar un hechizo sobre nosotros...

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On Their Own War
D Day + X – 19:14:42
Task Force Kessel
Washington Field
, Saderan Empire

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Varios días antes...

Cielo sobre Lancia, Día D, Hora H - 00:15
Día D+90, 02:45 hrs.

Chiyomi Anzai, conocida por varios por su apodo Anchovy, seguía sentada nerviosa junto a la puerta del avión de procedencia histórica. Por motivos prácticos, los aviones que trajeron a través del GATE eran aviones antiguos de paracaidistas, aun usados por las academias para sus tropas aerotransportadas y que eran de un tamaño y composición menos complicados de desarmar para traer al otro lado. Mirando a través de la abierta puerta, se permitió temblar un poco en su uniforme por el frío aire de la altura, para luego volver a revisar la hora. Faltaba poco.

Desvió su mirada a las estudiantes de la escuela privada Anzio que iban con ella una vez más. Todas vestían un uniforme gris similar al que portaba ella, el cual era el que llevaba en los duelos de tanques allá en Japón. El del resto no era el mismo, sino una versión mucho más práctica para el combate. Los aviones alrededor del suyo iban cargados de estudiantes que, si no eran de su propia escuela, pertenecían a las fuerzas aerotransportadas de las academias europeas. Otro vistazo a su reloj le dio a saber que quedaba cada vez menos tiempo, y no pudo evitar tragar algo de saliva mientras pensaba en las acciones que abajo le aguardaban.

La radio que llevaba sonó, y aunque sobresaltada, logró contestarla al momento gracias a su duro entrenamiento y al hecho de que quería dejar dormir a sus compañeras lo más posible.

- Nos acercamos a la zona de salto. Preparen a sus hombres y que dios los ampare. – Llegó la voz del comandante de las fuerzas especiales. Anchovy volvió a revisar su reloj, para luego cambiar su frecuencia de radio a la que usaban las chicas de Anzio.

- Vayan despertando todas. Tenemos trabajo que hacer.

- ¿Ya es la hora? – Preguntó una de las líderes de escuadrón, una castaña cuyo escurridizo nombre no podía recordar por la tensión que la envolvía ahora.

- Así es. Preparen a sus grupos. ¡Recuerden, cuando acabemos, tendremos doble ración de pasta! – Le alegró que su broma fuera bien recibida por el resto, antes de dirigirse a las que iban con ella en el avión.

- ¡Arriba, vamos, arriba! ¡Despierten, tenemos unos pocos minutos para saltar! ¡Levántense todas o no tendrán pasta cuando volvamos!

Lentamente las primeras, más activamente las últimas, todas las chicas a bordo se pusieron de pie. Conforme con verlas a todas despiertas sin mayor dificultad, facultad adquirida por el entrenamiento recibido, Anchovy se colocó junto a la puerta para dar las últimas instrucciones.

- ¡¿Todas de pie?! – Recibió un coro de afirmaciones como respuesta - ¡Engánchense! – Las alumnas procedieron a enganchar su paracaídas al rail que pasaba sobre sus cabezas - ¡Revisen su equipo! – Esta vez empezaron a revisar que su paracaídas y paquete de armas estuvieran en buen estado - ¡Recuerden juntarse cuando lleguen a tierra! ¡Aun está oscuro, el santo y seña es "Anzio", "Pasta" y "Salsa"! ¡Numérense!

Desde el fondo del avión, las estudiantes empezaron a numerarse hasta llegar al frente de la formación. Anchovy observó hacia afuera por la puerta, logrando ver las lámparas y paneles que habían colocado los miembros de fuerzas especiales infiltrados de antemano para marcar las zonas de descenso. Revisando su reloj una última vez, se dirigió hacia las chicas con las que había entrenado y sudado numerosas veces.

- ¡Listas! ¡Salten, vamos, vamos, vamos! – Una a una, las chicas de Anzio fueron saltando por la puerta, las pocas dudosas alentadas por las palabras de Anzhovy, hasta que ella fue la última que quedó. Suspirando, se preparó y saltó al oscuro vacío.

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El abrupto golpe que uno recibía al abrirse su paracaídas en el aire fue una señal de que todo iba bien. Al poco tiempo, Anchovy ya estaba en el suelo y ayudando a una compañera suya que quedó colgada de un árbol. Como guiadas por una fuerza invisible, las paracaidistas de Anzio se juntaron en el centro de un claro cercano al pueblo, en cuyo centro se encontraba uno de los equipos SAS desplegados.

- Capitán Anchovy – La reconoció uno de ellos. Anchovy no sabía su nombre, y de seguro él no sabía el suyo, pues siempre se habían referido entre sí por apodos para mantener el secretismo impuesto por el alto mando – Me alegra ver que llegaron bien a tierra.

- Gracias a que marcaron el lugar de descenso. Si no fuera por ustedes, podríamos haber terminado muy lejos de aquí.

- Nos gustaría seguir charlando, pero seguramente alguna patrulla imperial habrá visto las señales que les hicimos. Soy el capitán Spencer, por cierto. Bravo 4-1.

- Chiyomi Anzai, Phoenix 1.

- Les cubriremos el camino al pueblo. Los otros equipos están a las afueras y les darán apoyo de francotirador y reconocimiento. Nos sumaremos a ellos cuando estemos cerca del límite urbano.

- ¿Cuánto tiempo tenemos?

- ¿Para llegar? Hasta que los fallshirmjäger lleguen a su posición de inicio. Aprovecharemos la conmoción de tu ataque para hacer salir a los imperiales del cuartel en el bosque, haciéndolos presas fáciles para los equipos de fuerzas especiales alemanes.

- Andando entonces.

Caminando silenciosamente por el bosque oscuro, las chicas de Anzio no tardaron en ver las luces de algunos de los fuegos que iluminaban las entradas del pueblo de Lancia. Se podían ver algunas patrullas imperiales alrededor del pueblo, pero solo se concentraban en las entradas principales. Había, además, dos puntos de control en la Avenida Imperial que atravesaba el pueblo: uno a cada lado, algo a las afueras para evitar congestiones urbanas y robos.

- ¿Cuál es el plan? – Preguntó Spencer en lo que se comunicaba con los otros SAS.

- Una parte se infiltrará por las zonas no vigiladas y tomará la plaza principal. El resto se dividirá en dos grupos que atacarán ambas entradas: uno primero para llamar la atención de la guarnición, el otro atacará una vez se hayan distraído.

- Bien. 4-2, 4-3 y 4-4 les darán apoyo de francotirador desde afuera. 4-1 apoyará desde dentro. ¿En qué grupo irás tú?

Anchovy sonrió.

- El primero.

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Avanzando sigilosamente cuales gatos, uno de los tres grupos de paracaidistas de Anzio se movía por las desiertas calles de Lancia de forma desapercibida. La cabeza y cola del grupo eran vigiladas por los miembros de la SAS, quienes se encargaban de que no se encontraran con enemigos o civiles que pudieran delatarlos. En los casos menos favorables simplemente procedían a noquearlos y dejar al desdichado por allí con algo de alcohol encima. No pasó mucho tiempo antes de que llegaran a las cercanías de la plaza.

- Subiremos a esos tejados – Dijo Spencer en lo que señalaba dos estructuras de cierta altura – Esperen nuestra señal para atacar, así les podremos dar cobertura.

- ¿Cuál será la señal?

- Lo sabrán cuando la vean. Es imposible perdérsela.

Los cuatro SAS se perdieron entre los callejones oscuros. Eran cerca de las cuatro y media de la madrugada, y empezaba ya a aclarar ligeramente cuando se escuchó un extraño sonido para los locales, seguido de una luz blanca que apareció en el cielo cerca de la plaza y que alumbró el pueblo como si fuera mediodía.

Apenas la bengala hubiera sido lanzada, Anchivy lanzó la energética orden y su grupo de estudiantes se lanzó al ataque de la plaza, bayoneta calada y voz estruendosa. Los pocos imperiales despiertos que había en la plaza cayeron como moscas, siendo la mayor parte de los restantes apresado y encerrado al ser atrapado durmiendo. En menos de 20 minutos, la plaza había sido asegurada y un perímetro se había colocado a su alrededor, con barricadas improvisadas y algunas alambradas cerrando las entradas.

- Quick, sweet, done – Murmuró un miembro del SAS británico al disparar a otro imperial que quisiese hacerse el valiente, dejándole un perfectamente circular agujero en la frente. Detrás de él se escuchó un grito en el lenguaje nativo, solo para que el grupo de imperiales que apareció por la puerta fuera volado en pedazos por una M18 Claymore. Sweet~

En la salida este del pueblo, las paracaidistas al mando de la otrora comandante de tanquetas, Pepperoni, se lanzaron en un asalto masivo sobre los sorprendidos guardias imperiales, quienes apenas pusieron resistencia frente a las balas. Las chicas de Anzio, cubiertas por los francotiradores de la SAS, aseguraron la entrada del pueblo y montaron ametralladoras ligeras Breda M30, que, aunque no eran perfectas, pudieron ser usadas de forma fluida gracias al buen entrenamiento de las operadoras y a la poca cantidad de enemigos.

Al otro lado del pueblo, en el oeste, los imperiales fueron alertados del asalto por los disparos que sonaban. Confundidos, despertaron al resto de la guarnición occidental y salieron a la carrera hacia la plaza para recibir instrucciones, solo para encontrarse con esta bloqueada y asegurada por sus misteriosos enemigos. Cuando intentaron volver sobre sus pasos, fueron sorprendidos por las paracaidistas al mando de Carpaccio, quien logró hacer que la mayoría se rindiera al atraparlos entre dos fuegos. A menos de una hora de haber comenzado el ataque, la mayor parte del pueblo, al igual que su plaza central y entrada principales, estaban en manos de las paracaidistas de Anzio con apenas dos heridas leves de su parte, gracias a flechas que tuvieron suerte en su recorrido.

- ¡Duce! Todo está seguro aquí.

- Igual por esta zona. ¡Los hemos espantado como conejos! – Llegaron los mensajes por radio de sus dos subcomandantes. Anchovy respiró tranquila por fin, ahora que lo peor había pasado. Dirigió su mirada, sin embargo, al paso montañoso, donde seguía escuchándose el traqueteo de las armas y de vez en cuando se veían las luces producidas por los fogonazos.

- Lo deben tener difícil allá...

- No tanto. Simplemente debe haber muchos imperiales a los que dispararles. El lugar no es muy grande, por lo que no es difícil darle a un enemigo. – Habló Spencer, apareciendo de la nada. Anchovy saltó un poco, pero logró calmarse antes de volver a hablar.

- Supongo que nuestro trabajo aquí ya ha terminado. Nos queda esperar y...

- Oh no, ahora viene lo bueno. – Comentó jovialmente Spencer, de forma atípica a él - ¿Recuerdas que era lo segundo más difícil de ser paracaidistas después de juntarse con los suyos?

- Mantener la zona... demonios...

Y como confirmando sus sospechas, la radio de Spencer sonó. – Teniente, vemos una concentración enemiga de al menos 500 efectivos. Podría haber más tras las colinas. Dirección oeste, paralelo a la Avenida Imperial.

- Recibido. A todos los equipos, repliéguense al pueblo y tomen posiciones de francotirador en los tejados. Recuerden buscar por magos enemigos en sus formaciones cuando aparezcan. Suelen estar en la retaguardia.

- Roger.

- Supongo que me toca prepararme también. ¿Deberíamos esperar a la entrada del pueblo o a en la plaza?

- Ante este enemigo... mejor empezar la masacre en el límite urbano e ir retrocediendo si nos superan. Iré a preparar a mis hombres.

- Bien. – Anchovy encendió su radio nuevamente – Carpaccio, fortifica la entrada oeste. Pepperoni, limpia de imperiales lo que quede del pueblo. Yo prepararé la plaza y luego iré con Carpacccio.

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07:25 hrs

Los primeros vehículos del cuerpo tanquista de Katyusha se estaban asomando a Lancia cuando vieron las columnas de humo. A los escasos tanques ligeros les siguió el grueso del cuerpo, que eran los tanques medios. En uno de estos, que llevaba una bandera como aquella de los tanques bandera de los duelos de Sensha-do, se encontraba Katyusha, quien buscaba entre las frecuencias de radio en un intento de tomar comunicación con las paracaidistas en el pueblo. Preocupada por aquellas columnas que no podían ser otra cosa que incendios, Katyusha aceleró la marcha de la columna hasta subir la última de las colinas que rodeaban su objetivo.

La fachada del pueblo estaba fatal. Una viviendas yacían en diversos estados de quemadura, y parte de las calles y pasto estaban negros por el fuego. Lo que asumía eran las defensas de las chicas de Anzio estaban destrozadas y manchadas de sangre. Moviéndose alrededor de todo el lugar se identificaban a las paracaidistas que venían a rescatar, aunque...

...todo parecía muy desganado.

Sintiendo que algo no estaba bien, la pequeña comandante ordenó acercarse al pueblo. Allí fue cuando se dio cuenta del estado del trecho del camino que llevaba a este:

Cadáveres. Muchos cadáveres.

Cuerpos imperiales se acumulaban en la pequeña extensión que iba desde las colinas hasta el borde del pueblo. Eran fácilmente quinientos, pero no podía estar segura. Aunque no era ni de lejos la mayor cantidad que hubiera visto, el pequeño espacio en el que estaban acumulados generaba un fuerte hedor y un claro contraste con el ambiente donde terminaba el campo de batalla. Las orugas de los tanques pasaron encima de dicha aglomeración, y de vez en cuando el sonido del metal siendo aplastado por el metal se escuchaba a medida que pasaban.

Finalmente atravesando el mar de gente, la rubia descendió de un par de saltos para encontrarse con sus connacionales. El grupo de estudiantes que se había acercado al tanque se llevó la mano a la sien en un vago gesto de saludo militar.

- ¿Qué pasó aquí?

- Síganos. – Indicó una.

Las estudiantes la guiaron a través del desolado lugar. Katyusha pudo ver como varias de las otrora alegres estudiantes de Anzio, siempre saltando por allí o hablando animadamente, se juntaban en pequeños grupos meramente a descansar a la escasa sombra que proyectabas las casas o apoyadas en los muros que no estaban quemados. Algunos grupos pequeños montaban un pequeño pero necesario patrullaje, a la vez que recibían a las tanquistas que llegaban al mando de la rubia. A los costados del camino principal había algunos cuerpos tapados con plásticos negros, señalando las pérdidas de la unidad. El animo era depresivo y agotado, y por un momento Katyusha pensó que las que estaban a su alrededor no podían ser aquellas estudiantes que estúpidamente siempre desviaban el tema a comida italiana en las conversaciones. Quizá las hubiesen reemplazado, o puede que fueran clones. Pero ciertamente nunca las había visto así de decaídas.

Algo había pasado.

Andando unos metros más, llegó a una pequeña aglomeración de gente. Estaba a una o dos casas de la salida del pueblo. Un número de estudiantes de Anzio, tal vez diez o doce, rodeaban algo. Se abrió paso entre la multitud, y pronto tuvo frente a si lo que terminaba de matar el mal ánimo.

La abrumó también.

Anchovy estaba de rodillas. Estaba llorando. Su arma y casco tirados a los lados, sus manos soportaban el peso de su inclinado cuerpo contra el suelo en lo que se reusaba a ver lo que estaba frente a ella.

Un cuerpo carbonizado. La ropa y la piel estaban ennegrecidas, pero en su brazo izquierdo casi intacto se alcanzaba a ver el lazo faltante de Anchovy a forma de venda. Su cara había sufrido poco daño, lo que permitió a Katyusha reconocerla inmediatamente.

Era Pepperoni. Subcomandante de Anzio y una de las amigas íntimas de Anchovy. Su rostro mostraba una pacífica cara, que seguramente quedaría grabada en la mente de todos como la última que vieron.

La tanquista solo pudo poner su mano en el tembloroso hombro de la peliverde. Esta agradeció el gesto colocando su mano contraria sobre la de ella. Dados unos minutos para recuperarse, Anchovy por fin logró ordenar, adolorida, que se llevara el cuerpo de Carpaccio y lo dejaran junto al resto de fallecidas, cubierta por el mismo plástico negro que cubría a todos los que sufrían tal amargo destino.

- Lo lamento. – Fue todo lo que pudo decir Katyusha.

- Esta bien. Sabíamos a lo que veníamos. Es solo que... no habíamos esperado tener bajas así. Sabíamos que podíamos morir, pero lo pensábamos como un accidente en lugar de... ya sabes.

- ¿Cómo fue?

- Nos estaban sobrepasando... el SAS sugirió retirarnos al interior del pueblo, donde Pepperoni tenía preparada otra defensa. Pero tuvimos problemas en el camino. Ella y las suyas salieron a apoyarnos y logramos salvarnos, quedando ella herida. Le acababa de hacer una venda improvisada cuando... un maldito mago apareció nos atacó. Me protegió colocándose frente a mi... - Algunas lágrimas volvieron a asomarse por los ojos enrojecidos de la peliverde – No pudimos hacer nada. Tras ver eso, las chicas perdieron el control y se lanzaron contra los imperiales. Ellos se asustaron y huyeron del pueblo.

- ¿Aunque sea lograron matar al mago, verdad?

- ...no. Se escapó apenas empezó la embestida. Protegen muy bien a sus magos de nosotros.

Katyusha tomó una determinación.

- ¿Dónde están?

- Creo que... uno o dos kilómetros al oeste. ¿Por?

- Ya vuelvo. Mis chicas y yo tenemos que hacer una visita... - Anchovy podía jurar que vio aparecer llamas en los ojos de la comandante rubia - ...algo sangrienta.

Antes de que Anchovy pudiera reaccionar, el cuerpo de la pequeña comandante había desaparecido dentro de su tanque, y este, al igual que los otros, se daba la vuelta y disponía para salir del pueblo. Nadie hizo nada para detenerlas, viendo que apenas podían lidiar con ellas mismas.

Apenas unos minutos después, el campamento imperial al oeste fue arrollado por una avalancha de fuego y metal. No hubo supervivientes de los que se tuviera constancia, sin embargo, algunas patrullas dijeron encontrar imperiales perdidos por el campo cercano. En dichas ocasiones, el destino común era simplemente ser pasado por las armas.

El sonido de disparos en el bosque durante todo el día no cesó.

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D Day + ¿?
Washington Field

- ¡Abajo!

- ¡Agachen la cabeza! – Pese al grito, el pobre suboficial que lo gritó no tuvo el tiempo de hacerlo. Todos los que estábamos en esa trinchera observamos, horrorizados, como todo desde su torso hacia arriba era calcinado instantáneamente.

"This is Russ central command to all russian units in fight, uh... are we clear in our sector? Over."

"Urals-3-2 to Russ-Actual, seems like that, no enemy activity on grid- Oh shit! Enemy large attack force at our 4! How the hell did they get through?! Request immediate air support, now!"

"Roger that, sending air support."

Un oficial apareció por la trinchera, inspeccionando los restos sin distraerse demasiado por lo que ocurría a su alrededor. Poco parecía afectarle ya a varios de los presentes, después de días de disparos, fuego, mutilaciones y cuerpos carbonizados. Literalmente.

- Sigan disparando. – Ordenó, dando el ejemplo mientras asomaba su rifle por el parapeto. Decidimos seguir su ejemplo y abrir fuego sobre la masa humana que se cernía sobre nosotros, pese a que éramos solo uno de los muchos grupos en el vasto territorio que defendíamos.

"To all Goliath fighters, we have a situation here. Large enemy formation near Urals-3-2, requesting air support, over."

"Affirmative Russ, Goliath 2-3 and 2-4 engaging, over."

"Copy that 2-3."

"Urals-3-2, Goliath 2-3 and 2-4 are on the way to provide support, over."

"Roger that, Russ-Actual. Thanks for the assist. Out."

El oficial llamó al controlador aéreo que iba con el batallón, indicándole algún lugar lejano del campo de batalla. Nadie escuchó lo que hablaban, pero parecían entenderse y al poco tiempo el observador avanzado estaba hablando por su exclusiva radio.

"This is air forward observer from Deutsch-1-2, we have a large enemy formation over here. We are under attack from at least 800 tangos and increasing. Air support here is ineffective, I repeat, ineffective. Request permission to take command of aircraft in the area, over."

La respuesta no tardó en llegar, al igual que mi siguiente cargador.

"Affirmative 1-2, you're clear to proceed. Out."

El oficial siguió dando indicaciones mientras disparaba por el parapeto, hasta que sus ojos se fijaron en algo que lo hizo detenerse en seco. Allí, a relativamente poca distancia de la trinchera, se encontraba un mago, quien parecía luchar para hacer un hechizo estando herido. Juraría le brillaron los ojos.

- Capitán – Me dirigió la palabra – Si algo me pasa, tome el mando. – Y dichas estas palabras, tomó su pistola de servicio y se lanzó al exterior de la trinchera. Solo pudimos verlo sorprendidos, pues no solo era el infierno en la tierra lo que había allí afuera, sino que el apoyo aéreo ahora empezaba a estar bien dirigido y caía directamente frente a nosotros.

- ¿Está loco o algo así? – Escuché preguntar a uno de los nuestros. Sacudí la cabeza, entre divertido y asustado.

- Dicen que desde que tuvieron un encuentro en Ligs, el teniente coronel Schmidt tiene un problema con los magos... - Respondí de vuelta – Solo espero que no se le suba a la cabeza.

Luego de eso nos callamos, pues lo vimos regresar victorioso y con manchas de sangre en la ropa.

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Base Militar de Ligs
Día D+2

El puesto de mando del batallón inglés encargado de la defensa de Ligs se encontraba transmitiendo mensajes furiosamente al mando regional en Itálica. Al otro lado del río una gran concentración de imperiales los mantenía bajo asedio constante: aunque casi no hubiera magos, el mero volumen de las flechas era suficiente para obligarlos a protegerse, dándoles tiempo para avanzar sobre el puente.

Finalmente lograron establecer comunicación.

- This is colonel McDoughall from Ligs HQ! Request emergency reinforcements! A large number of enemies are besieging our position form the other side of the river!

- This is Italica's Command, I need you to clarify the situation-

- Incoming! – Soldados y oficiales por igual, independiente del rango u origen, se lanzaron al suelo. Por las ventanas entraron infinidad de flechas, que pasaron a herir a un par de soldados que fueron prontamente evacuados. McDoughall se giró nuevamente hacia la radio, solo para encontrarse con los cables y antena dañados.

La radio estaba inservible.

Se giró hacia sus ayudantes, que esperaban ansiosos sus instrucciones. Pero sin radio, no tenía forma de saber como proceder. La fuerza enemiga fácilmente superaba los 20.000 hombres, y él poseía apenas un batallón. Las reservas de munición se agotaban rápidamente a medida que se alargaba el día, y los arqueros imperiales ya empezaban a asediar el pueblo al otro lado del puente. El río era lo único que evitaba que él y los soldados que luchaban desesperadamente fueran arrollados por los números enemigos.

Lanzó una última mirada al exterior.

- Plan N°5 – Ordenó simplemente – Blow that damned bridge.

- Sir?

- There's no radio contact and we can't hold here untill reinforcements arrive. We will not compromise the entire operation for this. Do it.

El subalterno a quien le dirigió la palabra se llevó la mano al costado de la cabeza, haciendo el saludo militar británico – Yes sir. – Y salió rápidamente de allí. Algunos fueron con él, otros siguieron en sus escasos trabajos en el puesto de mando. McDoughall se apoyó en la pared y sacó su petaca con alcohol, dándole un buen trago antes de salir al pueblo: el riesgo de ir contra los planes ya estaba asumido, y pese a toda tradición de seguir las órdenes, había casos en los que había que actuar por uno mismo.

¡BOOOM!

XXXXXXXXXX

D Day + ¿?
Washington Field

Seguí disparando la ametralladora sobre el enemigo, cuando una serie de impactos y explosiones que provocaron que la tierra temblara llamaron mi atención hacia una colina a mi derecha. Desde allí se elevaban algunas columnas de humo y disparos al aire, que de un momento a otro cesaron. Nadie dijo una palabra, y varios volvimos a disparar esperando que algún oficial nos informara del suceso acontecido en la compañía vecina.

No esperamos mucho. A los pocos segundos en nuestras radios sonó el distintivo sonido de charla de fondo, que era justamente de la posición vecina.

"Ger-Actual, this is Ger-3-3! A goddamn enemy mage has crossed our defenses by air and took out several tanks before being taken down! Our position is compromised and under attack by large enemy forces! Do we have air support?! Over."

Así que eso era. Un mago había cruzado las defensas y se cargó unos tanques. Apenas hemos visto magos aquí, pero parece que otras posiciones lo tienen duro. En especial los de la línea principal en el este, ellos han sido machacados por el fuego indirecto de los magos ya durante varios días.

"Negative, negative, there's no available air support, they are all engaged or refueling. Fall back and regroup with Ger-3-2 and 3-1, over."

"Roger that Ger-Actual, falling back, out. Guys, let's get the hell out of here!-"

- ¡Menos distracción y más disparos! ¡No quiero a ningún enemigo a menos de 300 metros de aquí! – Gritó nuestro capitán. Nosotros solo asentimos, y mi equipo me pasó el siguiente cañón para cambiar el ya recalentado que usaba.

XXXXXXXXXX

Cruce este. Norte de Elbe. Columna expedicionaria de Woods.
Día D+6

Woods observaba el vado frente a él, custodiado y cerrado por sus tropas. Era una de las dos únicas formas de cruzar el río que dividía el Reino de Elbe entre norte y sur, siendo el lado norte apenas un cuarto el territorio del reino apenas desarrollado y muy plano. El otro cruce era un puente, el cual tenía a otra parte de sus tropas vigilándolo.

El vado tenía varios obstáculos para evitar su paso por el enemigo. Desde campos minados y alambradas hasta búnkeres de concreto con protecciones especiales para las flechas. El cause mismo del río estaba bloqueado por obstáculos y barricadas de escombros, y había algunos depósitos de explosivos que se podían volar en caso de que el enemigo penetrara demasiado. Si alguno lograba cruzar el vado, sería recibido nuevamente con alambradas y minas, todo eso aún bajo fuego de ametralladora. Más atrás había una batería de artillería. Si alguien lograba pasar, sería un ejército muy numeroso o que estaba hecho simplemente de magos, cosa que sabía no ocurriría.

Se distrajo por un mensaje de radio de la otra guarnición, la cual protegía el puente. El mensaje no era alentador.

- ¡Son demasiados! ¡Nos estamos quedando sin munición y los campos minados están casi acabados! ¡Las alambradas también están cortadas, solicito permiso para volar este maldito puente!

A Woods le sorprendió lo calmado que parecía oírse el Mayor a cargo de dicho puente. Lo atribuyó al hecho de que era, a fin de cuentas, un británico.

- Permiso concedido. – Respondió por la radio – Vuélelo y regrese con nosotros. Deje un grupo de observación que reporte si el enemigo intenta reparar el puente.

- ¡Afirmativo! ¡Elbe 2 fuera!

- Señor, ¿fue lo correcto? Podríamos haber usado las reservas y tratar de pararlos en el puente.

- No sabemos cuantos son, y es mejor enfrentarlos con todos nuestros hombres. Den órdenes de concentrar las reservas y artillería en este vado y coloquen un equipo de tiradores vigilando las ruinas del puente, con órdenes de solo disparar si es que el enemigo intenta repararlo.

- Si señor. – El ayudante hizo un saludo antes de retirarse. Woods suspiró.

- Tendremos que domar a la bestia nosotros solos, igual que en 1940. – Comentó, una sonrisa ladina deslizándose por su cara.

XXXXXXXXXX

D Day + ¿?
Washington Field

Aunque algunos aficionados dijeran lo contrario, lo cierto es que nuestro trabajo era de todo menos seguro. Reconocimiento y vigilancia era algo difícil, sobre todo cuando tienes que hacerlo de forma prácticamente directa en el mismo campo de batalla. La diferencia es que solo puedes disparar en defensa propia y pasártela observando el exterior.

A veces llega a ser aburrido, aunque la visión de esos desgraciados huyendo por un ataque aéreo que llamaste tú mismo vale la pena. Como ahora, que mis compañeros y yo logramos avistar una columna de incautos que avanzaba a paso despreocupado pero firme, camino a nuestras líneas en pleno campo abierto.

Craso error.

"US-Actual, US-Recon-1. We have a large enemy column marching towards 2-1 position, at least 1200 enemy personnel moving east-southeast at 850 meters. Request air strike over them, over."

Y listo, otro trabajo bien hecho para salvar el día.

"Uh, negative Recon-1, we don't have the means to attack the enemy formation from the air and all our artillery units are already engaged, you'll have to do whatever you can with any unit in the area, out."

... genial.

Yo y mi boca.

"Recon-1, US-3. I heard you guys needed some help to take care of the bad guys. Send coordinates, we will rain fire on them, over."

Dios. Amo mi trabajo.

XXXXXXXXXX

D Day + ¿?
Washington Field

Karl Schmidt no esperaba estar atrapado en esa situación, pero de nuevo, nunca se supuso que él estuviera en medio de toda esa gente disparando. Aunque si se piensa desde otro punto de vista, ninguno de ellos debiera estar allí, provocando que toda la situación, de hecho, careciera de sentido alguno.

Que pena que los tipos frente a él pensaran lo contrario.

- Feuer, feuer, feuer! Los, los, los!

Otro grupo de imperiales fue abatido por el fuego nutrido de fusilería y ametralladoras, y el oficial se permitió un momento para tratar de analizar que pasaba a su alrededor. Lo mejor que pudo apreciar fue, como muchas otras veces, un campo de batalla de gigantescas proporciones que acumulaba una cantidad increíble de cadáveres en un solo lado. Eso no quería decir, por supuesto, que ellos nos tuvieran bajas, pero estas palidecían en comparación a las imperiales. También afectaba que estuvieran superados en una proporción de 10 a 1.

"Keep hitting them with the tank cannons! Panzer-Actual this is Ger-2-2. We have taken heavy casualties, and enemies are getting closer more than ever! Where. Is. The air support? Over!"

Tal parecía que el otro regimiento alemán, más específicamente la segunda compañía del segundo batallón, tenía problemas. Los magos enemigos llegaban a ser un problema serio, agrietando el blindaje de los tanques primero y luego colando hechizos de fuego después. Si recordaba bien, no era la primera compañía a la que le pasaba, pero desde luego no sería la última si seguían así.

"Ger-2-2, Panzer-Actual. Negative, we have no available air support units, use whatever you have. You are granted permission to use flame weapons at will, out."

"¿Uh? ¿Armas incendiarias? La cosa se va a poner más fea de lo que ya estaba, si ahora nosotros también empezamos a usar fuego para aniquilar al enemigo. Me sorprende que para este punto no se haya causado un incendio a gran escala..."

"Roger that Panzer-Actual! 2-2 out!"

Olvidándose de las comunicaciones radiales por un instante, volvió a dirigir su mirada al frente. Sus hombres seguían disparando, y las compañías de su batallón se reportaban constantemente. Los últimos días habían sido duros, pero si seguían así, podrían pronto acabar con esto.

El sonido de un motor llegando le llamó la atención. En el "estacionamiento" subterráneo que había construido, acababan de detenerse unos cuantos camiones de suministros. Principalmente municiones, por lo que veía, pero también agua y vendajes, todo muy necesario. Había también algunos medicamentos de primeros auxilios que necesitarían todos los que seguían heridos allí abajo. Sin perder tiempo, ordenó a todos los soldados sin rol vital cercanos que empezaran a distribuir el cargamento, aprovechando de liberar espacio en los camiones que los médicos y paramédicos no tardaron en llenar con heridos. Aunque generalmente había que llevarlos a pie durante la noche, siempre que se podía eran llevados en medios motorizados para ahorrar tiempo y que estuvieran más seguros.

Su mirada vagó hacia la colina más oriental de todas. Dicha colina era donde se ubicaban algunas de las tropas norteamericanas del combate, más específicamente el primer batallón de los militares académicos del ejército estadounidense. Era una posición peligrosa, pero hasta ahora habían logrado mantenerla a salvo con relativamente pocas bajas. Era casi como que el enemigo la hubiera ignorado tras el primer asalto.

- "Bueno," – Se dijo a sí mismo – "Hablamos de los mismos que usan todavía arcos y espadas. No puede ser nada muy dramático."

Su línea de pensamiento fue detenida por un mensaje de del lado suroeste de la cadena de cerros que formaba el fuerte bautizado como Washington Field.

"Russ-Actual this is Siberia-Actual! A large enemy force had ambushed us, and we are falling back! We are low on effective combat power! Falling back to inside perimeter, how copy?!"

Aparentemente los rusos habían sido emboscados tras otra salida fuera de las líneas de defensa, y esta vez para peor. Todos esperaban que hubieran aprendido tras aquella ocasión en la que casi los exterminan, pero no. Seguían igual de testarudos, y ahora lo pagaban retirándose de forma probablemente desorganizada hacia las líneas de defensa interior.

Vaya dilema.

"Roger that Siberia-Actual, fall back to the inner perimeter and regroup. Out."

El oficial tomó su arma y volvió a disparar, los camiones con heridos saliendo a campo abierto para tratar de llevar su nueva carga a destino seguro.

- "Como si hubiera un destino seguro en todo este infierno." – Pensó sarcásticamente antes de apuntarle a otro incauto imperial y abrir fuego.

.

Horas después...

.

"Ger-Actual this is Ger-2! We have taken heavy casualties and we are falling back! Out!"

Nadie sabía cómo, pero la situación había pasado a ser desesperante. Yo, Karl Schmidt, apenas lo sabía. Tal vez fue por el agotamiento excesivo de los hombres, cuyos reflejos y armas ya empezaban a fallar. Tal vez fue por nuestra confianza en que el enemigo sería fácilmente derrotado de una vez por todas una última vez. Puede que fuera por aquellas legiones de refuerzos que llegaron sin que nadie supiera por donde, y que desestimamos cuando pensamos "La fuerza de rodeo ya viene." Pero era inútil. Aquella fuerza móvil que debía rodear al enemigo nunca apareció, y las legiones extras del Imperio de Sadera, descansadas y nuevas, se unieron a la refriega sin que pudiéramos hacer nada. La fuerza aérea se había retirado hacia algunas horas, salvo algunos interceptores para mantener alejados a los Wyvern, y nuestra artillería estaba reparando las piezas afectadas por el sobrecalentamiento. Incluso parecía que algún Dios nos había jugado en contra, pues la colina con el batallón norteamericano había sido rodeada y aislada, y nosotros no teníamos fuerzas para intentar liberarlos o ellos para intentar escapar. Se limitaron a formar una defensa en erizo y resistir todo lo posible hasta que algo pasara, sin saber nadie bien qué.

Y a nuestro alrededor, todo se iba desvaneciendo. Las unidades se estaban replegando de casi todas las posiciones, preocupándose de los heridos y sus armas y dejando todo lo demás. Compañías enteras se retiraron corriendo despavoridas, y algunas defensas improvisadas entre las primera y segunda líneas de defensa era lo que permitía que los lados norte y este se mantuvieran en su primera línea de defensa.

Pero aun así no era suficiente.

"US-2, US-Actual. Request status report on your position, over."

Tal parece que algunos aun intentaban saber que diantres pasaba ahí afuera. Pero no debía distraerme. Siempre con un oído en dirección a la radio, seguí disparando mi rifle en lo que seguían cayendo enemigos, cada vez menos concentrados en nosotros y más sobre los pobres americanos en aquella colina. Aun así, aun sobraban suficientes como para que nos sintiéramos presionados por el ataque nosotros y básicamente cada unidad restante a lo largo de esta maldita defensa.

Como odio este plan.

"US-Actual, US-2! We are low on ammo and with a lot of tangos crawling all over the area! It's impo- *Static* I say again, it's impossible to hold DELTA-2! We are out of here, I repeat, we are getting the f*ck out of this hill!"

Mierda. Estamos jodidos.

Volteo mi mirada hacia mi izquierda. Allí, a lo lejos, veo una masa considerable de soldados en uniforme verde oliva retirarse en dirección a la defensa central. Nos estamos quedando sin opciones. Literalmente el único batallón que quedaba cerca de la unidad americana atrapada era mi batallón, y aun así teníamos problemas pese a ser un batallón completo. O bueno, lo que quedaba efectivamente de ese batallón "completo."

En el cerro a nuestra derecha estaba el segundo batallón de nuestro regimiento. En el cerro a la derecha de ese, estaba el tercer batallón de nuestro regimiento mecanizado, ahora prácticamente de infantería. Era uno de los pocos fragmentos que quedaba de la línea defensiva original.

"Panzer-Actual this is Deutsch-3! 3rd Battalion has taken over 40% of casualties and has lost at least 70% of Access. We are out of here, I repeat, we are getting the fuck out of this hill!"

...

Bien, esto es malo.

Mi mirada se dirige a la colina del respectivo batallón. Allí veo la masa de uniformes grises replegarse con algún grado de cohesión y orden, pero es fácil observar que pasados los hombres de enfrente se transformaba en una fuga cuya única prioridad visible eran los heridos y algo de equipo. Espero que hayan logrado evacuar la artillería, eso es lo que peor nos haría.

Mi mirada vuelve rápidamente al frente ahora que soy nuevamente consciente de la situación. Quedamos dos batallones. Los americanos siguen atrapados en ese cerro. Y los imperiales están empezando a ganar terreno hacia la cima. Nervioso, busco con la mirada alguna unidad que no sea vital para la defensa, pero pareciera que cada ametralladora, cada fusil es necesario para frenar a esos malditos. Finalmente, avisto a una unidad que estaba descansando, producto de la rotativa establecida para que las unidades no estuvieran extenuadas todas al mismo tiempo en caso de emergencia. Estaban dentro de uno de los refugios, pero espero no les importe salir de vuelta al infierno.

- ¡Afuera! ¡Todos afuera, vamos! – Ordeno apenas entro. Apenas reponiéndose, murmurando algunas maldiciones o comentarios agotados, los soldados y oficiales que estaban descansando salen a la trinchera para tomar parte del combate. Antes de volver afuera, me detengo junto a uno de los operadores de radio que hay aquí adentro.

- Comunícame con la artillería asignada al batallón. Ahora ya. – Y dicho eso salí apurado. Afuera me encontré con todos los soldados esperando órdenes que empezaban ya a tardar.

- ¡Monten las ametralladoras y preparen sus fusiles! ¡Fuego de supresión sobre la falda de la colina DELTA-1, hasta que se sobrecalienten los cañones! ¡Hay que eliminar a la mayor parte para evitar que los americanos sean exterminados!

- ¡Si señor!

Sin perder tiempo, los soldados se organizaron en sus subunidades y empezaron a levantar un fuego concentrado sobre las masas imperiales que subían aquel cerro. Pese a que no podíamos verlo, sabíamos que los americanos lo apreciaban.

- Teniente coronel Schmidt, esta es la artillería del batallón. Esperamos órdenes.

- ¡Ya era la maldita hora! ¡Preparen esos cañones con toda la maldita munición HE que tengan, aunque se les fundan las piezas! ¡Fuego de saturación sobre la falda de la colina DELTA-1, a todo lo que den!

- Señor, eso podría llegarles a los americanos. Solicito precisión.

- ¡Están ustedes casi en el mismo lugar que yo, usen esos malditos binoculares y apunten ustedes mismos! ¡Si se demoran más puede que no haya americanos a los que salvar!

- Recibido, fuera. – Tras unos segundos, el fuego de artillería empezó a caer sobre los imperiales, dispersándolos. Eso provocó, sin embargo, que el enemigo se centrara nuevamente en nosotros, pero el efecto de salvarle el pellejo a los americanos estaba cumplido. Ordenándole a los soldados que siguieran disparando, liberé a la artillería para que volviera a sus misiones regulares de combate. Pero la cosa solo empeoró.

"UK-Actual, this is UK-2! We are low on manpower and the enemy keeps advancing! 2-2 is out of tank's shells to remain combat effective and 2-3 has resolved to use bayonets to maintain the enemy at bay! How copy? Over!"

Mierda, mierda, mierda. Siento que estoy diciendo mucho eso.

Ahora los pocos británicos que van quedando tienen problemas, y bastante serios al parecer. No solo se están quedando sin munición para los tanques, sino que están usando bayonetas para... espera un momento. ¿Bayonetas? ¡¿El enemigo llegó hasta sus líneas?

"Solid copy, 2-1, fall back to the inside perimeter and regroup there, out!"

Otro batallón más que se repliega. Recibí un mensaje del comandante del segundo batallón de mi regimiento, avisándome de que si la cosa sigue así tendrá que pedir permiso para irse también. Por suerte para nosotros, parece que el mando no piensa quedarse de brazos cruzados ante esto.

"Deutsh-1 and Deutsh-2, Panzer-Actual. High Command had just authorized the deployment of the marines' reserve, they're heading your way. You've got full priority for artillery and air strike missions when they arrive. Get the army guys out of that god-forsaken hill. Out."

No pude evitar suspirar de alivio. Pero este duró poco ante el aviso de uno de mis hombres cerca mío.

- ¡Señor, el enemigo está penetrando la defensa americana!

- Scheiße! ¡Fuego de supresión, rápido!

Pero el daño ya estaba hecho. Vimos cómo, pese a los esfuerzos de los soldados norteamericanos, sus defensas eran atravesadas por los imperiales, iniciándose un furioso combate cuerpo a cuerpo y a corta distancia. Mis hombres y yo, con el apoyo de algunos del segundo batallón, seguimos disparando, pero apenas hacíamos mella en la cantidad de enemigos que lograba entrar por las líneas americanas. Entonces, lo peor ocurrió.

"US-Actual, this is US-1! We can not hold this position any longer! Our position is untenable! The enemy has breached our defenses and we are engaged in close quarter fighting! We are surrounded with no chance of falling back!"

"Solid copy US-1, try an attack on the grid-"

"Request artillery and airstrike in our position... send whatever you got! Broken Arrow, Broken Arrow!"

"..."

...

"..."

...

"..."

Fue como si un silencio sepulcral se hubiera apoderado del campo de batalla, apenas dejándonos tiempo de respirar y escuchar el combate lejano. Detrás mío, el comandante de los marines contenía su respiración, sin hallar palabras que decir.

"Solid copy on Broken Arrow. Major, it's been an honor. Out."

...

...

...

Nadie dijo una palabra. En silencio vimos como todas las piezas de artillería y aviones en el campo de batalla cambiaban su orientación hacia el cerro que tanto habíamos luchado por proteger. En cuestión se segundos, un bombardeo tan potente y concentrado que nos obligó a desviar la mirada impactó la colina, y fue tan impactante que incluso parte de los imperiales dejó lo que estaba haciendo para prestar atención.

Columnas de tierra saltaban en el aire. Restos humanos regaban el campo de sangre y carne, mientras que el ataque imperial y el batallón norteamericano desaparecían en el ataque. En cuestión de segundos, miles de hombres antes vivos yacían muertos, y la colina, malformada por el castigo artillero, empezaba a asomar su silueta tras casi dos minutos de bombardeo. No sabíamos cómo reaccionar.

Entonces, sorprendiéndonos a todos, el comandante de los marines se arrodilló en el suelo.

- Damnit! God-fucking-damnit! – Gritaba insultos mientras golpeaba el suelo. Luego, tan bruscamente como cayó, se levantó, tomó su arma, y lanzó un grito de guerra replicado por sus marines. Nunca en mi vida sentí algo tan potente. Luego, como guiados por una fuerza invisible, se lanzaron colina abajo a encontrarse con los aturdidos imperiales, sus ojos y cuerpos inmersos en una sed de sangre tan potente que asustaba el solo verlos cargar. El choque fue brutal. Las bayonetas se clavaban cruelmente en la carne de los legionarios imperiales. Los que estaban lejos fueron eliminados por las balas de sus armas. Incluso los magos, nuestra eterna pesadilla, carecieron de oportunidad frente a semejante estampida humana.

Poco a poco fuimos nosotros reaccionando. Primero en grupos pequeños, luego en escuadrones, siguieron los pelotones y compañías, salíamos de nuestras trincheras y, con renovados ánimos, nos lanzábamos colina abajo para apoyar en el sangriento asalto. La artillería y los aviones se hicieron sentir con fuerza por todo nuestro alrededor, y pude ver como el segundo batallón se lanzaba junto a nosotros para exterminar a las ratas que llamábamos "Imperiales." Bayonetas, disparo, golpe, repetir. Poco a poco, pese a nuestra abrumadora diferencia en número, fuimos empujándolos fuera del campo de batalla por el que días enteros luchamos y combatimos. Esta era nuestra victoria.

Luego, de la nada, el sonido de múltiples motores apareció desde la espalda del enemigo. Era la fuerza de rodeo, que había llegado al combate. Habían, seguramente, alcanzado a escuchar y ver el desenlace del combate en aquella colina, y venían furiosos con los imperiales entre ellos y nosotros. Escuchamos más tanques y semiorugas salir del interior de la defensa central, y en los próximos minutos se completó perfectamente el cerco sobre los imperiales.

Fueron exterminados. No fue hasta que murió o se rindió el último de ellos que caímos en cuenta de lo ensangrentados que estábamos. Ingleses, americanos, alemanes y rusos. Todos por igual, con uniformes teñidos de rojo por la sangre de nuestro enemigo. La tierra calcinada a nuestro alrededor estaba regada del líquido rojo, mientras que la escasa hierba que no estaba quemada o removida se sacudía frente a la ligera brisa que acompañaba el silencio del campo de batalla. Al principio suave, por su único intento, luego más fuerte, a medida que se unían otras, los instrumentos de los regimientos anunciaban la victoria completa sobre nuestro enemigo.

Agotados, nos arrojamos al suelo, algunos durmiéndose allí mismo. Apenas teníamos fuerzas para quedarnos despiertos, tras días de lucha interminable. A mi lado pude ver al mayor a cargo de los marines, aún de pie, realizando un largo saludo hacia la colina antes de caer sentado, su espalda apoyada contra la mía. Luego, a la vez que sacaba su cantimplora y me ofrecía algo de agua tras tomar un trago, comenté:

- ¿Valio la pena?

Me contestó, con la voz quebrada mientras se desvanecía el efecto de la adrenalina:

- ¿Que piensas tú?

No hallé con que responderle, por lo que me resigné a tomar un poco de agua mientras observaba el sol esconderse a lo lejos.

Esta maldita guerra, de una vez por todas, había terminado.

.

.

.

.

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Cuatro días después, las tropas de la Coalición Académica entraron en Sadera. Nadie osó ofrecer resistencia. Pese a eso, las tropas estuvieron atentas en su entrada, y fue así hasta que se hicieron con el control efectivo de la ciudad. Casi todos los miembros de la familia real fueron capturados por la princesa Piña y su unidad, quienes fueron puestos a cargo de la administración de la nueva monarquía constitucional en la que se transformó el Imperio de Sadera. El príncipe Zorzal se dio a la fuga, pero fue atrapado en el camino a Telta junto a su escolta. La unidad de asesinos del príncipe Diabo realizó acciones de sabotaje hasta que fueron arrinconados y exterminados por la unidad de la Princesa Piña. A partir de aquella experiencia y hechos, se emitió el comunicado oficial por el cual todas las tropas imperiales debían rendirse a las tropas de la Coalición Académica, con efecto inmediato.

Junto con las noticias de la victoria habida, pocos imperiales se resistieron a la orden del nuevo gobierno. Nos demoramos por la extensión del territorio, pero con la cartografía oficial en los palacios de Sadera fue fácil trazar rutas eficaces, y en los siguientes dos meses el Imperio en su totalidad estaba controlado por Piña, y por ende, por las armas de la Coalición Académica.

Sin embargo, la última batalla había dejado un precio en vidas muy alto, que aún ahora a muchos les costaba digerir. Habían sido más de 5.000 heridos y cerca de 2.000 muertos, en tan solo seis días...

.

.

.

Fin.

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