Capítulo 2 Mundo Desconocido.
El ambiente era pesado, el sonido de las tropas marchando, el rechinido de los caballos, el rugir de los wyverns, los murmullos de mis camaradas, todo eso era lo que estaba pasando frente a mí, un soldado raso del imperio, estaba formado en la infantería detrás de la caballería, los estandartes ondeaban el glorioso estampado imperial del dragón y las cuatro alas, los arqueros estaban frente al escuadrón de domadores wyverns que estaban listos para despegar en la retaguardia, los ogros, goblins y demás estaban listos para luchar estando al frente de nuestra avanzada, nuestro general estaba dando un discurso diciendo que todo lo que estábamos por hacer era para la gloria del imperio.
La puerta en la colina de Alnus se había abierto por deseo de los dioses hace varios días, el emperador vio esto como una señal para expandir los dominios del imperio que de por sí ya controla la mitad del continente, pero la ambición de poder nunca se detiene, es algo que cualquiera sabe, fuimos escogidos para ingresar en la puerta y reclamar las tierras al otro lado, éramos poco más de 40,000 hombres por lo que muchos creen será pan comido, ya que la fuerza del imperio y su ejército es temido por los demás reinos.
Pero yo no estaría tan seguro, desde que me informaron que seriamos los primeros en pasar los nervios y el miedo me han invadido, trato de mantener el control, aunque resulta difícil, mi voluntad es más fuerte, escucho al general terminar con su discurso, el cuerno de guerra se escucho, era la señal, era hora de marchar, empezamos a avanzar, poco a poco atravesamos las puertas, en mi mente rezaba a los dioses porque nos dejaran llegar a salvo.
El cruzar por las puertas fue completamente extraño, todo se volvía negro y no lográbamos ver casi nada excepto por tenues estelas de luz con forma humana que emitían mis camaradas al frente, el general ordeno seguir avanzando sin detenernos diciendo que una vez crucemos todo regresaría a la normalidad, obedeciendo las ordenes continuamos nuestro camino sin detenernos, no sé cuánto tiempo fue, pero no fue tanto como creí, al llegar al otro lado todos nos sorprendimos por lo que vimos, altas y gigantescas estructuras de piedra cristalina de color verde, tan altas que casi parecía que rosaban el cielo, los caminos estaban cubiertos de piedra blanca con formas de seis lados, los cielos eran completamente azules y despejados, ni una sola nube era visible en kilómetros.
La única palabra que se me ocurría para describir lo que estaba viendo era "Increíble", entonces escuchamos potentes estruendos a lo lejos, era muy semejantes a los hechos por los truenos de tormenta, también logramos ver columnas de humo no muy lejos de nuestra posición, el retumbar de los truenos no se detenía, como si la furia de los dioses estuviera siendo liberada, entonces lo vimos, completamente sorprendidos e impactados observamos como una de las gigantescas construcciones de piedra cristalina se derrumbaba provocando un potente estruendo, una inmensa columna de polvo y humo fue visible.
Escuche los murmullos de mis compañeros que se cuestionaban a donde nos habían enviado y que estaba pasando a lo lejos, algunos decían que nos habían enviado a nuestra muerte.
—Que los dioses se apiaden de nosotros —dijo mi compañero a la izquierda completamente asustado.
No lo culpo, con lo que acabamos de ver y escuchar cualquiera estaría igual, pero entonces escuchamos al general llamando al orden, era momento de actuar, el imperio debía reclamar estas tierras, los jinetes wyverns empezaron a volar, con las ordenes dadas empezamos nuestro avance, tras un largo recorrido escuchábamos como el retumbar de los truenos era más fuerte, pronto el camino se curveo hacía la izquierda, tras gira fue cuando los vimos, a unos 150 metros, gigantescas bestias de metal que escupían bolas de fuego azules, destellos se producían junto al estruendo de un trueno con cada llamarada escupida, poco después de escupir las bolas de fuego estas se estrellaban contra algo, potentes explosiones eran escuchadas.
Acaso estas bestias eran quienes provocaban todo, no estábamos seguros, pero muchos a mi alrededor, yo incluido, sujetamos nuestras espadas con temor, si nuestro deber era enfrentarnos a estas monstruosas criaturas, entonces la muerte nos espera, dioses, tenga piedad de nosotros.
—¡Preparados! —grito el general.
Todos tomamos posiciones, la vanguardia realizo la formación de pica, lanzas al frente, espadas en medio y arqueros atrás, los primeros en atacar fueron los ogros que soltaron rugidos de guerra mientras corrían directo hacía las bestias, nosotros iniciamos el avance, cuando más nos acercábamos vimos mejor a las bestias de metal, eran como dragones sin alas, cuatro patas, cuello largo y la boca que escupía su fuego azul.
Fui sacado de mi asombro por una lluvia de destellos azules cayó sobre los ogros y goblins, muchos cayeron muertos al instantes, fue entonces que los vimos, caballeros vestidos de blancas armaduras, armaduras que nunca había visto, portaban báculos de metal negro que usaban magia para lanzar rayos azules, acaso eran caballeros magos, en el imperio jamás vimos algo parecido, los rayos azules derribaron a varios de nuestro hombres sin mucho esfuerzo.
—¡A sus posiciones! ¡No muestren piedad, acaben con todos en nombre del imperio y el emperador! —el general desenfundo su espada en señal de batalla.
Las primeras filas de infantería fueron enviadas, los caballeros magos no eran muchos, un par de escuadras cuando mucho, pero su fuerza era suficiente para derribar a varios de nuestros hombres, aun así, nuestras fuerzas eran mucho mayores y pese a las bajas por los ataques mágicos nos acercábamos cada vez más, cometimos un error al atacar desde muy lejos, pero no teníamos opción, el camino estaba despejado y no había caminos secundarios que nos permitiera rodearlos, los wyverns se lanzaron en ataques rápidos antes de regresar, para nuestra desgracia el enemigo fue capaz de repeler el primer asalto aéreo.
Los primeros en acercarse los suficiente fueron los ogros ya que eran más resistentes, el resto de la infantería estaba cada vez más cerca, nuestras tropas estaban por llegar hasta ellos cuando más caballeros blancos llegaron, pero no solo ellos, al parecer su líder también apareció, vestido con túnicas oscuras y una armadura parcial, llevaba una espada hecha de luz, algo que jamás vi, por la forma tan organizada del enemigo junto a sus armaduras hizo que muchos nos preguntemos si acaso habíamos llegado en medio de un conflicto, pero no había tiempo para eso, ya estábamos acá, solo nos quedaba luchar.
Por la forma en que el espadachín ubico a sus tropas demostraba una experiencia en combate, quizás un comandante o general, hizo una señal con su espada y momentos después una lluvia de rayos azules impacto contra la vanguardia acabando con muchos, su magia era capaz de atravesar nuestros escudos, pero no nos detuvimos, aun cuando veíamos como la vanguardia estaba siendo exterminada.
—¡A la carga! —grito el general que corrió directo al frente montando su caballo.
La caballería lo siguió, la primera sección de la infantería los siguió mientras soltaban un grito de guerra, los wyverns lograban acabar con varios enemigos y causar estragos entre sus filas, los orcos que quedaban hacían su trabajo, los arqueros se prepararon y lanzaron una lluvia de flechas sobre el enemigo, ahora la ventaja era nuestra, o eso creí por un momento, para nuestra desgracia las flechas no les hacían nada más que rebotar en sus armaduras, pero lo peor fue ver a su comandante detener las flechas en el aire impidiendo que le hicieran daño.
—¡Un mago avanzado, elimínelo! —grito el comandante de la infantería.
Todos cargamos contra el espadachín/mago, pero usando su espada de luz cortaba nuestras armas y escudos como si nada, los cuerpos de mis compañeros eran cortados como si fueran papel, la espada era capaz de cauterizar el corte ya que no había sangre mis compañeros, incluso acabo con dos wyverns con una facilidad que nos hizo temblar de miedo, era un verdadero veterano en el combate, otro fue derribado por sus hombres y sus rayos de luz, los caballeros blancos resultaron ser superiores en combate cuerpo a cuerpo acabando con varios de nuestros hombres con rapidez.
Entonces lo vimos ordenar la retirada, nos dimos cuenta en cuanto sus tropas empezaron a replegarse, los perseguimos hasta una de las estructuras de piedra derribadas, la usaron como segunda línea de defensa, eso nos dio la esperanza de que no eran muchos y nuestras tropas seguían siendo superiores por lo que creímos que nuestra victoria era solo cuestión de tiempo, hasta qué, una potente explosión se dio a mis espaldas, yo fui mandado a volar, cuando logre recuperarme vi como varios de mis compañeros fueron eliminados dejando solo restos de sus cuerpos calcinados y humeantes.
Entonces más y más explosiones destrozaban nuestras filas, me puse de pie y trate de escapar, pero mi miedo fue tal que me quede inmóvil, volteé mi cabeza lentamente y observe como las bestias de metal ahora lanzaba sus llamaradas de fuego azul sobre nosotros, los caballeros magos eran cada vez más y continuaron su incesante lluvia de ataques, vi como el general y el segundo fueron borrados por una bola de fuego, estaba completamente perplejo y aterrado, fui capaz de ver como todas nuestras tropas eran diezmadas, los escudos no servían de nada ante aquellas bolas de fuego azul, cientos empezaron a huir, el caos se apodero de todo.
Incapaz de moverme vi a decenas, luego cientos de caballeros blancos llegar y unirse al combate, por su número supuse que eran al menos 2 compañías, entonces todo empeoro cuando dos bestias de metal de seis patas llegaron lanzando rayos de luz desde varias bocas, a pesar de todo, decenas cargaron contra las fuerzas enemigas solo para morir antes de tan siquiera acercarse, al ver que no teníamos oportunidad se ordeno la retirada, pero ya era muy tarde, cerca de la mitad de nuestras fuerzas fueron eliminas.
No supe en que momento un caballero llego hasta mí y me derribo, me apunto con su báculo de metal, lo supe en ese entonces, me había convertido en un prisionero, el imperio había cometido un error, estas tierras jamás caerían bajo el dominio imperial, el emperador fue un tonto al creer que tendríamos una oportunidad de conquistarlos, bestias de metal y poco más de dos compañías diezmaron a nuestro ejercito, acabábamos de provocar a una bestia.
Nos llevaron a celdas hechas completamente de metal, junto a otros de mis compañeros, éramos diez en total, nos habían quitado nuestras armas y armaduras, la entrada de la celda era cubierta por una luz naranja, uno de mis compañeros intento atravesarla, pero para nuestra sorpresa, la luz era solida impidiendo que escapáramos, jamás había visto algo así, realmente eran magos poderosos.
Mis compañeros empezaron a arremeter contra la barrera de luz tratando inútilmente de escapar, entonces alcanzamos a escuchar más gritos de más de nuestros compañeros, todos exigían que los liberaran, solo podía pensar en lo estúpido de sus demandas, realmente creían que los liberarían como si nada, lo más probable era que nos torturen para sacarnos información, si eso llegara a pasar, o dios Enmory, por favor recibe mi alma.
Uno de los caballeros que custodiaba la celda se acercó y dijo algo en un idioma completamente desconocido, pero por la forma en que gritaba nos estaba dando órdenes, mis compañeros se negaban a obedecer y continuaron con sus exigencias, el caballero pareció rendirse y los ignoro, paso mucho tiempo antes de que la mayoría se diera por vencido, decidí que no servía de nada intentar escapar, solo me quedaba esperar lo peor, varios de mis camaradas pensaron igual, otros se negaban a aceptar nuestra posición y trataban de buscar una forma de escapar golpeando las paredes hasta quedar exhaustos, entonces finalmente se rindieron.
Por un momento pensé que esto sintieron las conejas guerreras después de que el imperio invadiera sus territorios y los reclamara, en su caso fue peor ya que todas eran mujeres, supe que la legión que participo en la campaña al mando del príncipe Zorzal las uso para satisfacer su deseos sexuales abusando de ellas hasta que se aburrieron, se dice que incluso el príncipe tomo a su reina y abuso de ella frente a sus guerreras, algo que realmente me causa repudio hacia ellos y no solo a mí, varias legiones veían a las legión al mando del príncipe con desprecio, sé que he hecho cosas horribles como soldado, pero jamás he cruzado esa línea, aunque eso ya no importaba, lo más seguro es que muera en este lugar.
Fui sacado de mis pensamientos cuando escuchamos estruendos a lo lejos, el carcelero estaba alerta, muchos nos cuestionamos si se estaba librando una batalla, algo que era muy probable tras recordar lo que vimos después de cruzar la puerta, realmente llegamos en medio de una batalla.
Paso un tiempo y los estruendo continuaban, de pronto se detuvieron, entonces otro caballero llego corriendo hasta el carcelero, parece que hablan de algo importante ya que poco después se fue a toda velocidad, otros más se le unieron, probablemente eran más carceleros que fueron llamados al combate, el que nos vigilaba nos vio por un momento antes de girarse y volver a tomar su posición.
Todos guardamos silenció, había pasado mucho desde que escuchamos el ultimo estruendo, alcanzamos a ver como los caballero blancos regresaban, pero apenas eran unos cuantos de los que vimos irse, parece que ganaron aunque con un alto precio.
Tras mucho tiempo vimos como varios caballeros blancos llegaron hasta nuestra celda, pensé que nuestra hora había llegado, para nuestra sorpresa no fue el caso, el carcelero hizo una especie de saludo militar, supuse que un oficial al mando había llegado, creí que sería el mismo espadachín/mago al que nos enfrentamos, pero no fue así, mis compañeros y yo nos sorprendimos al ver a un duende vestido de monje siendo saludado con mucho respeto por los demás caballeros, acaso esa pequeña criatura tenía un puesto tan alto, que clase de broma de mal gusto era esta.
Junto al duende estaba otro caballero, pero su armadura no era completamente blanca como la de los demás, esta tenía decoraciones de color verde en varias partes de su armadura, no estaba seguro si era una forma de respeto o una forma de distinguir los rangos, parecía estar sobre los de blanco, pero por debajo del duende, a un lado también estaba un hombre de metal, por un momento pensé que era un caballero como los que conocía, hasta que note que no era una armadura lo que llevaba puesto, era su piel hecha de acero.
Los tres hablaron entre ellos, entonces el hombre de metal se acercó a nosotros y hablo, pero no entendimos nada, mis compañeros empezaron a lanzar exigencias y amenazas, todo para demostrar que no se rendirían ante ellos, el hombre de metal no dijo nada y se quedó en silencio por un tiempo mientras los demás continuaban desperdiciando saliva, el pequeño duende se acercó y pareció preguntar algo, el hombre de metal se giró y respondió, entonces regreso su atención de nuevo hacia nosotros para hablar, todos quedamos impactados al ver que hablaba nuestro idioma.
—Buenas tardes caballeros, espero que ahora puedan entenderme —comento con amabilidad.
—¿Qué magia es esta?
—¿Magia? Perdone, pero no entiendo de qué habla.
—¡Brujería, esto es brujería!
—¿Cómo puedes hablar nuestra lengua? ¡Habla hombre de metal!
—No hay necesidad de ser violentos, caballeros, y respondiendo a su pregunta, puedo hablar su lengua debido a que soy un droide protocolo, estoy diseñado y programado para poder hablar casi cualquier idioma de la galaxia, estoy aquí para actuar como traductor entre ustedes y el maestro Yoda.
—¿Diseñado?
—¿Programado?
—¿De qué demonios hablas?
—¿Maestro? ¿Hablas de ese duende?
—Qué falta de respeto, esa no es manera de dirigirse a un maestro Jedi.
El hombre de metal se giró hacía el duende hablando en su idioma, después se giró de nuevo hacia nosotros.
—El maestro Yoda desea saber a si son piratas, contrabandistas, mercenarios, o aliados de los separatistas.
—¡No pertenecemos a ninguna de esas escorias, nosotros pertenecemos al glorioso imperio!
Nuevamente asintió y se giró para hablar con el duende, este parecía pensativo hasta que finalmente hablo, entonces se giró hacía nosotros una vez más.
—El maestro Yoda desea saber qué motivos tiene este imperio para atacar a las fuerzas de la república.
Tras esa cuestión todos nos vimos entre nosotros, las fuerzas a las que atacamos eran parte de una república, eso significaba que había más estados involucrados.
—El imperio desea reclamar estas tierras bajo su control, nosotros fuimos enviados para conquistar estos territorios.
Nuevamente hablaron entre ellos.
—El maestro Yoda desea saber de qué sistema proviene el imperio y cómo lograron llegar a Christophsis sin usar un crucero.
Todos nos confundimos ante las preguntas, pero decidimos guardar silencio, esto capto su atención, el hombre de metal se giró para hablar con el duende, este nuevamente se puso pensativo, suspiro pesadamente y dio órdenes, ya que los caballeros blancos asintieron antes de retirarse, está de más decir que nos pusimos nerviosos, es casi seguro que nos torturarían para obtener información.
Entonces seis caballeros se colocaron al frente mientras nos apuntaban con sus báculos, todos nos pusimos en guardia, la barrera de luz desapareció y entraron, entre forcejeos apartaron a uno del grupo, otros dos lo tomaron y lo sacaron a la fuerza, después salieron de la celda activando la barrera de luz, escuchamos a nuestro compañero gritar y forcejear.
Nos maldecimos por no poder ayudarlo, solo pudimos rezar por él para que su agonía terminara pronto, después de eso paso poco más de una hora y no supimos nada más del que se llevaron así que lo dimos por muerto, pero para nuestra sorpresa los caballeros regresaron y traían a nuestro compañero de regreso, de un empujón lo hicieron entrar a la celda, rápidamente fuimos a auxiliarlo, no parecía tener heridas en ninguna parte, lo llamamos, pero no respondía, parecía estar en trance, entonces poco a poco pareció reaccionar, cuando le preguntamos que le hicieron dijo que lo llevaron a una celda aparte donde lo interrogaron, pero cuando se negó a hablar lo obligaron a sentarse frente al duende que uso alguna clase de magia en él ya que no recordaba que paso después.
Nuestro miedo creció, ellos no tenían necesidad de torturarnos para sacarnos información, al parecer podían usar magia para controlar nuestras mentes, les hemos dado todo lo que quieren sin que podamos hacer algo.
Entonces repetí las palabras de que difunto compañero dijo en cuanto cruzamos la puerta —Qué los dioses se apiaden de nosotros...
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