Lejos, muy lejos de donde había entrando los siervos del Dios Emperador, este, o mejor dicho otra versión de el, estaba sentado, en una de las habitaciones de un edificio de arquitectura antigua, más específicamente una base militar de una nación que en nuestros tiempos se llama Japón

- Itami, el comandante te necesita de inmediato - hablo uno de los oficiales desde la puerta de la habitación, "Itami" bajo el manga y miro al hombre

- Enseguida - el hombre asintió y salió del lugar

El emperador soltó la revista/manga, y se llevo las manos a la cara, exasperado, el que solía planear todo para evitar errores y fallos, el que supervisaba cada aspecto de su vida y administraba sus relaciones para distribuir mejor el tiempo, el un genio de las relaciones, la había cagado en grande cuando decidió intervenir en el incidente de Ginza 
Lo había hecho para ganar reconocimiento, y a saber, unas vacaciones para disfrutar la vida del siglo XXI sin tantas dificultades, había estado actuando de jefe político de algún estado, y desde lo de Camboya las ganas de dirigir a la humanidad habían mermado mucho

La gente era estúpida por naturaleza, peor que monos, pero con la capacidad de destruirse mutuamente si así lo desearan, estaba en su naturaleza ser autodestructivos, aferrarse a la idea de un ser superior que los vigilaba y los cuidaba, alguien que veía por su destino, en vez de resignarse a vivir una vida simple, trataban de encaminar su vida por la ética moral de las religiones cayendo a veces en fanatismo y supersticiones
Había llegado a tener la idea de conquistar el mundo y unirlo en torno a su figura como una deidad, como ultima opción, pero se pregunto a donde llegaría eso, lo adorarían mientras viviera, eso seguro pero... ¿y si llegaba a morir?

¿La gente perdería la fe? ¿Adorarían su cadáver hasta el fin de los tiempos? ¿Lo pondrían en un pedestal y cantarían alabanzas a su esqueleto?
La buena noticia era que la gente en el siglo XXI estaba dejando de ser idiota y supersticiosa, era una ventaja que el no tuviera que intervenir, estaba pensando en dejar todo esa idea de gobernar el mundo a otro, quizá casarse, ser padre, se pregunto que tal le iría con eso, sería la primera vez que tratara de hacerse responsable de sus hijos, lo peor que podría pasar al fracasar en su educación es que abandonaran su hogar 

Se puso de pie y se preparo para buscar a Erda y Malcador, sus amigos, los únicos perpetuos que no lo habían abandonado en ningún momento y lo apoyaban en sus planes, sea lo que sea ahí estarían, y esperaba que sea lo que les deparaba el futuro no los separase