¿Calurosa bienvenida?

La impaciencia podía sentirse en el aire. Aquellos que nunca antes habían visto pelear a los Korps de Krieg no comprendían aquellas ansias que esos hombres tenían por salir a combatir ¿que es que acaso habían perdido la cabeza o que?

Ya había llegado el día por fin, días habían pasado y las tropas estaban preparadas, todos habían desembarcado. Todos estaban haciendo filas, cientos de miles de soldados fieles del emperador listos para ir a otro mundo a luchar por el.

Los comisarios; tanto el que comandaría las tropas de la división cadia, como el de los regimientos de Krieg estaban apacibles. Aunque jamás se habían visto y puede que jamás vuelvan a verse, tenían cierto respeto el uno por el otro. Más al rango que al individuo que lo poseía en sí. Ambos hombres estaban parados encima de un tanque Leman Russ fuera de formación para ver a las tropas, todo iba según lo planeado y sin retrasos, era demasiado tranquilo para la comodidad del comisario cadiano. En este momento una horda de Orkos debería estar saliendo del suelo o Tiranidos cayendo del cielo, pero en vez de eso todo iba según lo estipulado "no, no puede ser que todo vaya a salir bien así como así... ¿no?"

Cinco minutos más... el comisario cadiano miró como las filas de krieg se volvían cada vez más menos "apacibles" y quizás podría llegar a entenderlo.
Los Korps habían pedido vengar el mundo y esperaban hacerlo en primera fila, pero en cambio estaban justo detrás de los acorazados Leman Russ. Ellos saldrían justo detrás para dar apoyo cercano a los blindados y de este modo dar paso a los marines que saldrían junto con ellos.

Pero todo este plan, tan cuidadosamente hecho se estaba yendo al traste por la impaciencia de estos hombres, que tenía la certeza de que si no hacía algo iban a dejar sus posiciones no para huir, si no para ir directamente a la puerta. A lo que el comisario dirigió la mirada a su contraparte de krieg, que captó la indirecta.

-¡Cálmense bolas de cebo, ya tendrán su oportunidad! -Un fuerte grito de el comisarió Krieger vasto para que las primeras filas de los korps se calmasen, o al menos eso pareciese-

"Presumido de mierda" y ahí iba el respeto al rango. Cuatro minutos más y el contraataque se haría efectivo

Repaso en su mente de nuevo el plan de ataque; dado a que no podían disponer de un mayor número de tropas usarían a los Leman Russ como cabeza de lanza de haber resistencia al otro lado, los krieg se encargarían de la infantería enemiga y los astartes de todo lo demás ¿era simple no? Entonces ¿porque sentía que algo no iba bien? Sentía que todo estaba saliendo tal y como iba planeado ¡¿Cuando precisamente a él le había salido las cosas como las tenía planeadas?!

Suspiró con resignación, debía ser solo la paranoia. Quería pensar que solo era eso


Los cadianos pese a que estaban casi hasta atrás aún seguían manteniendo la formación... en su mayoría, algunos hablaban entre ellos a la espera de marchar a este nuevo mundo, otros fumaban, y algunos incluso se quedaron dormidos de pie. Harper fue de las excepciones que seguía firme pese a todo, había visto morir a muchos idiotas por hacerse los graciosos frente a un comisario, y el no era un idiota y mucho menos un payaso... lastima que no podía decir lo mismo de su intento de amigo

-Y resultó ser que la chica se unió a la guardia para escapar de sus padres -con una sonrisa, esperaba que Harper riera ante aquella broma de mal gusto-

-Eso... no es gracioso, es jodidamente deprimente

-Si lo se, luego me sentí mal por haberme reído de la tipa -Harper no comprendía como seguía siendo amigo de este sujeto-

El a diferencia de sus camaradas, se consideraba más calmado. Era un hombre experimentado por la batalla, de unos treinta y tantos años, había perdido la cuenta y ciertamente no sabía el día de su nacimiento para ser exactos. Cabello castaño y ojos morados como todos en cadia. Ese era Harper, uno más del montón, reemplazable dentro de la guardia imperial, como todos sus compatriotas. Y bien que lo sabía.

-Oigan ustedes dos ¿no tendrán fuego de casualidad?

Harper giró la cabeza hacia atrás, viendo como una mujer de la guardia trataba de hablar con ellos, podía reconocerla; era la misma mujer que había logrado encontrar a los tres individuos que sobrevivieron al "incidente gate" como se decidió llamar. La chica tenía un poco de tabaco envuelto en papel en su mano izquierda, y mientras su amigo encendía su mechero escuchaba como las filas de adelante preparaban su marcha. Estos serían los primeros en marchar

-Oye ¡a ti te conozco de algo! -volteó a ver como su amigo hablaba con la chica, que parecía que se quería unirse a su pequeño escuadrón- recuerdo que el comisario Valorum le voló la cabeza al sargento delante tuyo, por qué no sabías como recargar correctamente tu bolter, y amenazo con mandarte a la línea de frente sin municion si no aprendías como recargar correctamente ¿como olvidarte?

-... ¿Es así de imbecil siempre o que? -Ignorando los comentarios, dirigió la palabra al castaño-

-Créeme que si, pero te acostumbras, por cierto ¿qué haces aquí? ¿No tienes escuadrón?

-No desde el incidente GATE -Está chica no parecía ser una clásica dama en apuros, cabello atado con cola de caballo, pelirroja casi llegando a negro y una mirada marcada por la guerra, tal como todos dentro de la guardia de cadia- Xoe Sarkellie a su servicio líder de escuadrón

-Las formalidades dejémoslas para cuando estemos delante de un comisario, soy Harper y este idiota es-

"¡En formación todos, carguen bayonetas!"

Esa era la señal bien conocida, todos los soldados de la guardia imperial podían insertar una bayoneta en el acople del bolter en cuatro segundos, un korp solo requería dos. El castaño de cadia suspiró, sabiendo que se avecinaba

-Cálmate viejo, van a salirte canas, estamos tan atrás que es posible que cuando lleguemos al frente, ni siquiera queden paganos que matar

-Me calmare el día que los comisarios se dediquen a dar besos y abrazos ¿te das cuenta que estamos a punto de cargar contra el enemigo verdad?

-... aja... ¿y no es lo que hacemos siempre?

"Un día de estos te asfixiaré mientras duermes" mientras maldecía en su mente a su compañero, el castaño de cadia solo podía relajar la mente ante las batallas que están al por venir.

-Oye Xoe ¿si puedo llamarte por tu nombre?... pues... espero no te moleste mi desconfianza, pero la última persona que ocupo tu puesto, termino devorada por tyranidos ¿ya has mejorado no? -esta vez no se detectaba tanto sarcasmo en el compañero del castaño, si no que había más preocupación-

-Se lo que hago, y espero que seas tan bueno disparando como lo eres hablando

-¡Oh, pero si es mi segunda naturaleza!

Harper miró a sus compañeros antes de cerrar los ojos, ¿podría contar con ellos? No era un hecho ¿pero con el emperador? Con el emperador siempre, por lo que dedicó una oración en su gloria:
"Mi Emperador, a ti doy mi vida, tu voluntad es absoluta e inigualable, mi señor, guíame a la destrucción de mis enemigos, porque así como no das el brazo a torcer contra la adversidad yo tampoco lo haré"

Fue un rezo simple y medio improvisado que hacía antes de cada batalla, y esta vez no sería la excepción. Las bayonetas estaban cargadas, las tropas estaban calientes, y los blindados rugían... solo faltaba la señal, un rugido de parte de un leon

... -El comisarió viendo que la hora finalmente había llegado, dio un último vistazo, por lo que sacó un silbato de su gabardina, y ese sonido característico se escuchó- ¡MARCHEN!


Los blindados Leman Russ iban en línea de frente tras cruzar la puerta. Y los primeros Korps que la atravesaron... no encontraron absolutamente nada. Literalmente nada, solo un camino luminoso extremadamente largo y después, pura oscuridad. Pero aquello no era algo que detendría la picadora de carne del astra militarum, así que los conductores de los tanques iniciaron a ir a máxima velocidad y los Korps a correr con mayor frenesí

Se estimó que la totalidad de los dos regimientos de hombres de krieg entrarían por la puerta en un estimado de veinte minutos, pero estos hombres nuevamente los sorprendían; los regimientos habían atravesado la puerta en diez minutos...

-Por el emperador... esos desquiciados ya cruzaron...

-¿Que te dije pedazo de idiota? Ahora ponte a marchar -Aunque no disfrutase el cansancio continuo de trotar con todo el equipo que llevaba encima, reía internamente dado a que la situación se le volcó a su amigo-

Y entonces siguió una luz cegadora, inmediatamente después hubo oscuridad. No una oscuridad absoluta, si no que estaban en un camino de luz que indicaba hacia dónde debían ir. Y todos daban por hecho que esa era la dirección asignada

-Uh... no esperaba esto

Podría haber dicho algo, pero su amigo tenía la razón, esperaba llegar al campo de batalla inmediatamente ¿pero que era esto? ¿Tenían que caminar hasta llegar al planeta del enemigo? Si ese era el caso entonces este era el método de transporte más contraproducente jamás creado. Y lo peor del caso es que no sentía que estuviese pasando realmente el tiempo, porque cuando pregunto unos kilómetros más adelante cuanto tiempo había pasado su amigo dijo que fueron días, para su nueva compañera fueron horas, pero el solo unos minutos. Un método de transporte en el que el tiempo funciona de manera diferente, era simplemente espectacular.

-Harper... ¿podemos detenernos?... mis piernas me están matando -el castaño chasqueo la lengua, aunque no sabía cuanto tiempo llevaba en este camino, no podía ser mucho para quejarse-

-Dejar de lloriquear, aún debe faltarnos bastante... ademas no tenemos permiso detenernos

-¡Maldita puerta te maldigo eternamente!

-Oigan... creo que están comenzando a correr más adelante...

Xoe señaló hacia las primeras filas, y no solo Harper puso atención si no que todos los que la rodeaban y pudieron escucharla lo hicieron; porque en efecto cada vez más soldados dejaban de marchar y comenzaban a correr. Y siguiendo el ejemplo de sus compatriotas, los tres sujetaron con fuerza sus bolters, cargando hacia lo desconocido, quién sabe por cuanto tiempo estuvieron corriendo.

Las mareas de hombres y mujeres que cargaban hacia lo desconocido finalmente parecían haber llegado a lo que podría ser un final del camino. Hacia tiempo que los Korps habían atravesado esta parte del camino y cruzaron una nueva estructura blanquecina que parecía ser la segunda puerta al nueva mundo. Ni cortos ni perezosos atravesaron con un grito de guerra


Ya había pasado el tiempo límite de espera, no se toleraría más y se tomaría que; las tropas y legiones que cruzaron la puerta habían desertado. Sus hombres ya estaban preparados y listos para aprender a los traidores y juzgarlos por su traición al imperio. Aunque antes de dar la orden de que sus primeros legionarios cruzasen diviso una luz a travez de la puerta ¿es que estaban volviendo por fin? ¿Se había equivocado acaso? El tribuno estaba atónito ante esto y sus soldado estaban emocionados ¡sus camaradas no eran traidores!

-¡Se los dije, los muchachos solo estaban trayendo mejores tesoros de ese nuevo mundo

-Seguro tienen esclavas buenísimas

-Me muero por probarlas~

Y tras la puerta... no hubo hombres, hubo una gran bestia de acero verde que inmediatamente al divisar sus enemigos comenzó a atacarlos, lanzándoles proyectiles explosivos y municiones a una velocidad vertiginosa. Y este no fue la única bestia de metal, fue seguida de más y más monstruos metálicos

-¡Invasores!

-¡Posiciones defensivas!

Sus mayores miedos eran realidad, las legiones que fueron enviadas al otro mundo fueron capturadas en el mejor de los casos o aniquiladas en el más realista, pero ahora debía concentrarse y hacer retroceder al enemigo, indicando a las catapultas y bayetas que disparasen a discreción

Las grandes piedras y las flechas llovieron sobre los Leman Russ que seguían avanzando. Cuando la gran pierdan impacto esperaban que destruyese a la bestia, sin embargo no hubo efecto, solo lo relentizo momentáneamente

-...¿Piedras y flechas?... barbaros sin duda alguna -el conductor del Leman Russ no tenía duda alguna, no estaba sorprendido para nada-

Los legionarios hicieron su muro de escudos a varios metros de las bestias de metal, pensando que serían los únicos enemigos, hasta en entonces solo contaban veinte de ellos ¿pero como iban a destruir estas cosas?

De nuevo la luz de la puerta se activó... más enemigos del otro mundo...

Pero esta vez el tribuno no podía saber que eran, eran humanoides pero su rostro era negro, llevaban ropajes oscuros sin armaduras pero pese a esto. Cuando divisaron al muro de escudos fueron directos hacia el sin perder el tiempo. sin mediar palabra, sin gritos, sin maldiciones, solo un silencio abrumador que los aterraba aún más que a cualquier otro enemigo

-¡¿Se han vuelto completamente locos? Nada puede atravesar un muro de escudos perfectamente coordinado! -Estaba aterrado, estos enemigos estaban yendo directo a su muerte sin importarles ni un poco, mientras que los monstruos de acero seguían disparando sus explosiones desde la lejanía- ¡a- alto, alto barbaros, en el nombre del emperador molt os orde-

Los legionarios no supieron en que momento sus escudos se volverían quesos, las armas que estos barbaros poseían no eran flechas, si daba a tu escudo no solo lo hacía añicos si no que lo atravesaba y te hacía pedazos a ti también, la pared de escudos pedia hombres poco a poco.
Solo salían más y más de estos hombres de negro que corrían hacia ellos, el tribuno tuvo que soltar a sus bestias y ogros para dejar que sus tropas descansasen ¿a quien demonios habían atacando?

-¡Soldado- -El tribuno alcanzó a esquivar un disparo de un bolter que casi le vuela la cabeza- entrega el mensaje a la capital, nos están masacrando!

-¡S- señor!

Mientras él hombre subía con prisa al caballo, ideó un plan, una carga de caballería podría menguar la propia carga del enemigo, pero debía hacerlo rápido.

-¡Tribuno, los barbaros trajeron Golems consigo!

¿Golems? Los Golems eran criaturas de leyendas, criaturas hechas de arcilla blanca que protegían pueblos de invasores, que podían hacerse más y más grande. Y que no importaba quien fuese el enemigo jamás podrían ser derrotados porque mientras exista su aldea, ellos existieran.

Asomó su cabeza hacia la montaña... y los vio, no era uno, ni dos, ni siquiera eran tres, era una docena de ellos, gigantes blancos que estaban ahí para destruir a los atacantes de su gente

Los hombres de negro cargaban directamente hacia enfrente, las bestias de acero atacaban desde la retaguardia y los Golems estaban ahí seguramente para flanquearlos ¿que más quedaba por hacer?


















































Parte 1/2

No se ustedes pero ya me encariñe con con Harper, Xoe y el sin nombre

Chao

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