Cap 98. Entrenando A Los Futuros Caballeros Dorados

Durante los últimos días Seiya y Tsume han estrenado mucho con sus maestros, Tsume con mi maestro Milo y Seiya con Aioros ya que el caballero de sagitario se ofreció a ser su maestro, también el maestro Dohko regresó a los 5 picos de China ya que tenía que ir a entrenar a un novato para caballero, también fue Shiryu y Shunrei junto con él.

— Bien hecho Seiya ya estas mejorando usando el arco dorado — Dijo Aioros.

— Si, voy a seguir esforzandome — Dijo motivado el caballero de pegaso.

— ¡Vamos Tsume! — Dijo Milo animando a su alumna la cual solo asintió.

— ¡Aguja Escarlata! — La pelirroja había impactado este contra una roca dejándole varios agujeros.

— Ya parece que dominas la aguja escarlata a la perfección Tsume — Dijo Milo.

Tsume solo sonrió por ello, ella había mejorado mucho al perfeccionar sus técnicas. Después de haber recuperado la memoria quería recordar y perfeccionar la experiencia en batallas y en el uso de su cosmos.

Así fue durante los días, Tsume y Seiya entrenado con sus dos maestros caballeros dorados, pero desconocían El por que?, solo Athena y los dos caballeros dorado sabían el por qué de entrenar ahora a Seiya y Tsume.

— Bien...ahora lo siguiente no será fácil — Dijo el caballero de escorpion.

— ¿Y de que se trata? — Preguntó Seiya ansioso y curioso.

— Ustedes dos tendrán que enfrentarse a nosotros — Dijo Aioros estando a lado de Milo.

— ¿Con ustedes? ¡Genial! — Dijeron Tsume y Seiya al mismo tiempo, emocionados y ansiosos.

— ¿Están listos? — Preguntó Milo colocándose en posición.

— ¡Yo estoy listo! — Dijo Seiya.

— ¡Yo igual! — Dijo Tsume.

— Tsume tú contra mí — Dijo el escorpion dorado.

— Seiya, tú te enfrentaras a mí — Dijo Aioros.

— De acuerdo — Dijo Seiya aceptando.

— Cuando quieran — Dijo Tsume.

Tanto ella como Seiya sonrieron confiados y fueron los primeros en atacar a sus maestros pero estos esquivaron los ataques, así fue durante unos momentos golpes esquivados y patadas evadidas, los cuatro eran muy rápidos.

— ¡Meteoros de Pegaso! 👊✨

— ¡Furia Eléctrica! 👊⚡

— ¡Aguja Escarlata! 👉✨

— ¡Trueno Atómico! 👊⚡

Las cuatro técnicas impactaron creado una explosión en una de las áreas de entrenamiento del Santuario mientras Saori y Shion los veían desde lejos.

— Son muy buenos, eligió bien a los primeros dos sucesores a caballeros dorados — Dijo Shion a Athena.

— Desde siempre vi ese gran potencial en Tsume y en Seiya, confío en que ellos son los más dignos de portar una armadura dorada ellos al igual que los demás arriesgaron su vida por mi pero estoy ansiosa por darles la noticia — Dijo Saori.

— Estoy de acuerdo con eso — Shion sonrío y siguieron observado la pelea entre los cuatro caballeros de Athena.

(...)

Fue una pelea muy reñida pero con lo que no contaron Aioros y Milo fue que Tsume y Seiya atacaran al mismo tiempo.

— ¡Furia Eléctrica! 👊⚡

— ¡Meteoros de Pegaso! 👊 ✨

Ambas técnicas se mezclaron al momento de ser lanzadas haciendo que los meteoros los rodeaban los poderosos rayos del Furia eléctrica de Tsume pero Aioros y Milo lograron esquivar el ataque el cual impactó en una enorme montaña destruyéndola en miles de pedazos.

— Impresionante chicos — Halagó Aioros a ambos.

— Pasaron la prueba — Dijo Milo llamando la atención de Tsume y Seiya.

— ¿Prueba? — Dijeron la caballero Aquiles y Pegaso al mismo tiempo.

— Los pusimos a prueba pero aún están cosas por venir — Dijo Aioros.

— Por el momento descanses que mañana continuaremos con el entrenamiento — Dijo Milo.

— De acuerdo — Dijo Tsume.

— Debo admitir que no creí que nuestros ataques se fusionaran — Comenta Seiya a Tsume.

— Ni yo pero si debemos seguir con este entrenamiento — Dijo Tsume mirando sus puños emocionada ya que al haber realizado esa técnica con Seiya le causó un cosquilleo nostálgico.

— ¡Chicos! ¡La Comida esta lista! — Dijo Aldebaran llamándolos.

— ¡COMIDA! — Tsume y Seiya a toda velocidad fueron a la casa de Tauro al igual que sus maestros.

(...)

Luego de ello los entrenamientos continuaban ya que se daría el tiempo de que podría llegar nuevos enemigos o nuevos reclutas para seguir con el legado de los caballeros y con ello también fuerzas que no tardarían en salir para atacar la tierra.

A lo lejos estaba Patroclo mirando el santuario desde la lejanía del océano, acompañado de la diosa Nereida y la marina de sirena.

— ¿Y qué opina ahora de Aquiles? — Preguntó Patroclo a la diosa.

— Cada reencarnación con la que me he encontrado a lo largo de los siglos siempre me han sorprendido — Dijo la pelirroja mayor — Cada Aquiles siempre a logrado tener ese mismo potencial de superarse y siempre cumplir con la promesa a Zeus, Tsume a me demostrado que mi hijo aún vive en ella al lugar y tomar esa dedicación.

— Debe estar muy orgullosa — Dijo la rubia mirando a la diosa marina.

— Lo estoy — Dijo Tetis — Debemos volver.

Mientras se fueron de allí la diosa pensó unas palabras que desde el primer momento en que se encontró con el primer Aquiles reencarnado nunca dejó decirlo.

— En cada nueva reencarnación, en cada nuevo Aquiles veo una luz que nunca cambia a pesar de que reviva en una mujer o en un hombre — Pensó la pelirroja mientras se iban de ahí.

Para Tetis siempre era una sorpresa como era la personalidad y deseos de cada reencarnación de los contenedores en la estatua de Aquiles.

Todos eran tan parecidos pero al mismo tiempo eran tan únicos en las cosas que hicieron en sus vidas pasadas como ahora lo hacía Tsume al seguir con su vida aún siendo una caballero de Athena.

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