Cap 96. Una Idea Para El Futuro...Tal Vez

(Imagen multimedia: es un dibujo que yo hice de Tsume y Aioria)

__________🐾🐯🐾__________

Aioria estaba buscando a su hermano y desde hace rato que no se encontraba en el Santuario al igual que Tsume.

— ¿Aldebaran has visto a mi hermano o a Tsume? — Preguntó Aioria.

— A Aioros no pero Tsume dijo que iría a Rodorio pero no me dijo a que iba — Respondió el caballero de tauro.

— De acuerdo, gracias — Aioria salió de la casa de Tauro para ir a Rodorio.

Mientras tanto el caballero de Sagitario también estaba en Rodorio pero no junto a Tsume sino con una rubia en especial.

— Gracias por invitarme a comer, Kazumi — Agradeció Aioros.

— No fue nada, gracias a ti por aceptar la invitación — Dijo la rubia mientras sonrió.

Kazumi y Aioros estaban en un restaurante que había en Rodorio, Tsume estaba escondida viendo eso mientras sonreía.

— Me alegra ver que Aioros y Kazumi se lleven bien — Pensó la pelirroja.

Tsume se alejó para dejar a ambos tranquilos con su platica mientras iba a ir a un puesto para comprar algo y vio a unos tipos golpeando a dos niños inocentes (Un niño y una niña)

— Miralos no pueden defenderse — Se rió con burla uno de los sujetos.

— Entreganos su dinero — Dijo el otro.

— ¡Oigan, par de idiotas, dejen a esos niños en paz! — Los dos sujetos observaron a Tsume al igual que los dos niños que estaban asustados.

— ¡Oye niña no te metas! — Gritó uno de los tipos.

— Cuando terminemos con estos niños seguiremos contigo — Rió con burla.

— Escorias como ustedes merecen que les den una paliza — Gruñó Tsume enojada.

— ¿Quieres jugar? — Dijo uno de los sujetos.

— No nos provoques niña tont...— No pudo continuar ya que Tsume le había dado rápidamente un puñetazo en el rostro tirándole los dientes causando asombro en esos dos niños.

— ¡Wow! — Exclamó el niño.

— ¡Que fuerte es! — Pensó la niña.

— ¡Maldita, ahora veras! — El otro sujeto intentó golpear a Tsume pero ella rápidamente lo esquivo y le dió un fuerte golpe dejándolo noqueado después tomo a ambos sujetos que estaban inconscientes y los amarró a un árbol.

— Veamos si así aprenden a dejar en paz a la gente — Dijo Tsume.

— ¡Eso fue asombroso! — Dijo el niño.

— ¡Eres increíble! ¿Acaso eres un caballero del santuario? — Preguntó la niña.

— En efecto, soy uno de los caballeros de Athena, soy la caballero femenino Tsume de Aquiles — Se presentó la pelirroja con una gran sonrisa para esos niños.

El niño se emocionó y la niña miró con admiración a la chica. Tsume siempre mostraba una presencia que tranquilizaba a las personas a su alrededor solo a las que ella quería proteger.

— ¿Su nombre es Tsume? Lindo nombre — Dijo la niña.

— Muchas gracias ¿Y ustedes como se llaman? — Pregunta Tsume.

— Yo soy Daisuke — Dijo el niño.

— Y yo soy Himeko, mucho gusto — Se presentó la rubia.

— Mucho gusto en conocerlos pequeños ¿Y que hacían antes de que esos tipos aparecieran? — Preguntó la pelirroja.

— Íbamos a ir a comprar algo pero esos tipos aparecieron — Dijo la niña.

— ¿Y que iban a comprar? — Dijo Tsume curiosa.

— Íbamos a comprar unas flores para nuestra mamá ya que ella...— Ambos niños se entristecieron.

— Oh entiendo...— Dijo Tsume — ¿Y ustedes dónde viven?

— En el orfanato que esta a unas cuadras de aquí pero nos dieron permiso de salir y con este poco dinero que ahorramos queríamos llevarle unas flores a mamá donde está su lápida — Dijo Himeko.

— Si quieren los acompaño también tengo que comprar unas cosas — Dijo Tsume.

— Si, acompañenos por favor — Pidió Daisuke.

— De acuerdo vamos — Tsume acompaño a los niños a un puesto de flores y estos acompañaron a Tsume a comprar las cosas que tenia que comprar y fueron hacia donde estaba la lápida de su mamá a dejar las flores.

— Aquí están tus flores mami — Dijo Himeko

— Eran sus favoritas — Comentó Daisuke.

— Agradecemos que hayas puesto a la señorita Tsume en nuestro camino — agregó Himeko.

— Nos ayudo con unos tipos insoportables pero te prometemos seguir adelante — Dijo Daisuke.

— Te queremos mucho mami.

Ambos pequeños sonreían con tristeza, mientras Tsume eso que vió le llego al corazón, después de eso estaban caminando por Rodorio.

— ¿Niños no quieren un helado? — Le preguntó Tsume a los niños.

— ¡Helado! — Exclamaron emocionados.

— Pero...ya no tenemos dinero — Dijo Himeko tristemente.

— Yo se los compro, vamos — Dijo Tsume.

— ¿¡Encerio!? — Exclamaron los pequeños.

— Claro que si, vamos.

Tsume llevó a los niños hasta un lugar donde vendieran de aquél postre helado. Para Tsume era agradable hacer felices a esos pobres niños que solo se tenían uno al otro.

(...)

Mientras iban caminando comiendo un cono de helado cada quien, Tsume se ofreció a acompañarlos al orfanato ya que no quería que les pasara algo mientras Aioria que la estaba buscando vió eso, vió cuando defendió a los niños, cuando los acompaño a comprar y dejar las flores a la lápida de su mamá y ahora observo que ella los acompaño al orfanato y una Monja del orfanato estaba esperando a los niños.

— Himeko, Daisuke aquí están, me había preocupado — Dijo la monja.

— Descuide estaban conmigo — Comentó Tsume.

— ¿Usted es uno de los caballeros femeninos del santuario? — Preguntó la monja.

— Si — Respondió la pelirroja.

— Me sorprende ya que todas usan máscaras — Comentó la monja.

— Yo decidí no usarla ya un tiempo la use solo por que era una ley entre las Caballeros Femeninos o Amazonas — Comentó.

— Le agradezco que cuidara de Daisuke y Himeko.

— No agradezca, fue un gusto pasar un rato con ellos son buenos niños.

Después de eso los niños abrazaron a Tsume, se despidieron y entraron al orfanato, Tsume cuando se estaba por ir se encontró con Aioria.

— Tsume — La llamó acercándose a ella.

— ¿Aioria? — Ella se asombró de verlo — ¿Que haces aquí?

— Te estaba buscando, vi lo que hiciste por esos niños, fue muy noble de tu parte — Sonrió el león dorado por aquellas acciones de su Tsume.

— Gracias — Sonrió Tsume.

Ella solo hizo aquello por gusto, le gustaban los niños y por lo menos quería hacerlos felices aunque fuera un poco.

(...)

Ambos estaban caminando tomados de la mano de camino al Santuario.

— ¿Oye y no viste a Aioros? — Preguntó Tsume.

— Mi hermano estaba con la señorita Kazumi, desde hace rato que el regreso al santuario — Comentó Aioria. Tsume se quedo pensando un poco y una idea le llego a la mente.

— Me pregunto...¿Como seria si yo tuviera a mis propios hijos? me gustó haber pasado ese tiempo con Himeko y Daisuke ¿Como seria si yo fuera madre? Tal vez sería difícil pero me gustaría saber que se siente tener a una parte de mí, una personita a la cual proteger, cuidar y verla crecer — Pensó Tsume mientras sonrió.

— ¿Tsume en que piensas? — Preguntó Aioria al verla sonreír

— No en nada, no te preocupes — Dijo Tsume un poco sonrojada y nerviosa.

— Te vez muy pensativa.

— Solo pensé en algo para futuro pero solo es una idea.

— Oh, bien — Aioria le sonrió mientras aún seguían tomados de la mano llegando al santuario.

Ella no sabía que pensar si llegara a tener una familia y si fuera con Aioria, eso la haría muy feliz.

Tsume sabía que ninguno de los Aquiles en el pasado había logrado hacer tal cosa, solo pocos llegaban a hacerlo pero otros morían antes de tiempo.

Pero con la pelirroja tal vez todo sería distinto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top